martes, 27 de abril de 2010

EL ORIGEN DE MI FRAUDE PROFESIONAL.

Allá por 1998, estaba yo recreándome en mi vida de ocio existencial, cuando recibí una llamada.

- Moli, soy M.
- Hola M. ¿ qué tal? ¿ Qué pasa?
- ¿Tienes algo que hacer el lunes?
- …mmm..¿el lunes? ¿el lunes? Pues lo de los últimos 7 meses, recuperarme de la resaca del domingo y seguir revolcándome en mi autocompasión y si he tenido un polvo de regresión intentar olvidarlo. Lo de todos los lunes, vamos. ¿Por qué?
- Porque tengo un curro para ti. Pagan 75 mil pelas a la semana, gastos pagados. Nos vamos a una bonita ciudad industrial de la periferia de Barcelona. ¿Tienes ropa de trabajar?
- De trabajar ¿de qué? ¿de camarera? ¿de profesora? ¿de reponedora en Día? ¿ de cheerleader?
- Joder moli, de trabajar de oficina, de ejecutiva.
- Algo tendré sí.
- Vale, pues nos vemos esta noche de copas pero por si nos tajamos mucho que sepas que el lunes a las 8 tienes que estar en Barajas.
- Ya, bueno M…pero ¿de qué es el curro?
- Da igual, es facilísimo. Cuento contigo.

Así que nada. Allí estaba yo el lunes a las 8 de la mañana, vestida de ejecutiva, con una resaca de mil pares, revolcándome en autocompasión y preguntándome que cojones iba a hacer en esa bonita ciudad industrial.

Ya subidas en el avión con M. y su jefa, me atreví a turbar el sueño de M. que iba con una resaca más o menos como la mía…


- M..me podrías explicar un pelín ¿qué coño voy a hacer?
- Nada, una chorrada. Vamos a revisar préstamos hipotecarios para una titulización de activos.
- Vale..ahora dímelo en castellano y vocalizando.
- Es facilísimo. Lo cojeras con la gorra y ahora déjame dormir que me muero de resaca.

El resto del vuelo pasé sudores fríos. ¿Qué es una revisión hipotecaria? ¿Qué es titulización? ¿Qué son activos? Madre mía, ¿en qué lío me ha metido esta cabrona?


Cuando por fin llegamos a nuestro destino, la jefa de M. nos presentó con su mejor sonrisa.


- Bueno, pues aquí hemos traído a nuestro equipo de expertos en revisiones para que estén aquí dos semanas controlando y vigilando todo el proceso.


¿Experta? ¿Yo? Sentía como se me helaba la sangre y quería convertirme en un “diminuto” para salir huyendo de aquello. Soy un as fingiendo, pero tengo un límite, podría haber pasado por becaria o algo así..pero “ experta”???....joder, joder, joder…


El caso es que coló. El primer día creí que iba a morir de la tensión nerviosa de poner cara de experta mientras miraba una pantalla y comprobaba unos documentos que no tenían ningún sentido para mí, pero poco a poco le cogí el truco y para el final de la semana era casi una experta de verdad. No me pongo mérito, realmente si tenías dos dedos de frente, un poco de sentido común y sabías leer, no había mucho misterio.


La semana en el extrarradio de Barcelona, se convirtió en dos semanas. Y a partir de ahí y de mi claro perfil de “experta en el tema”, conseguí tener trabajo regularmente durante año y medio más o menos. Me llamaban y me decian: el lunes te vas a no sé dónde dos semanas y allí que me iba.


Dejando de lado que el curro era un coñazo, el caso es que me encantaba la experiencia. Iba de jefa porque al final acabé siendo experta de verdad, viajaba por toda España, (probablemente curré en todos los bancos en los que tenéis vuestras hipotecas…jajajaja), iba a hoteles estupendos, me pagaban todo, ganaba una pasta, estaba ocupada tanto física como mentalmente y eso me permitía no hundirme en la pena suprema que tenía, y lo que más me gustaba de todo: pasaba sola muchísimo tiempo. Curraba 8 horas y luego me dedicaba a pasear por las ciudades, compraba libros, leía, hacia turismo. De vez en cuando ligaba algo, era un curro fabuloso.


Al final se acabó, porque querían alguien de económicas, y yo terminé en los libros de colores, que también es un curro fabuloso, pero no es lo mismo.

lunes, 26 de abril de 2010

MAD MEN

Dejad lo que estéis haciendo. Lo que sea.

Dejadlo todo y sentaos a ver Mad Men.

Mad Men es una serie espectacular. Para el que no sepa de que va, trata sobre una agencia de publicidad en Nueva York en los años 60.
Elementos que tiene para haberme encantado:

- Nueva York. No hay más que decir.
- Un protagonista increíblemente atractivo. Guapo, interesante y va siempre hecho un pincel. NO es un dechado de virtudes, pero me da igual, es más, para muchas cosas es mala persona. Me encanta, en algunas cosas me identifico mucho con él.
- Ninguno de los personajes es bueno ni malo. Son normales, gente corriente que hace cosas malas y cosas buenas, cosas idiotas y cosas inteligentes.
- Un guión fabuloso con unas historias que enganchan.
- Una ambientación tremendamente bien conseguida. Fuman como carreteros, beben como salvajes, ellos son tan machistas que los primeros capítulos te indignas desde tu perspectiva de tia liberada de 2010, ellas se dejan avasallar tanto que tú desde tu pose guay dices: yo no me dejaría….Nadie se preocupa por el cáncer de pulmón, la cirrosis, el sida, o el medio ambiente y sin embargo separarte o divorciarte está muy mal visto.
- Por supuesto hay que verla en versión original.


Ayer se terminó y tengo que esperar hasta verano para ver como sigue la historia.

Me come la impaciencia..como me pasa con todo.


En fin..no sé qué más decir para recomendarla. Cuando algo o alguien me gusta mucho me quedo sin palabras.
Eso me pasa con Don Draper.

viernes, 23 de abril de 2010

A PROPÓSITO DE MI PADRE

Vas por la vida tan contenta, haciendo el panoli y creyendo que todo lo que tienes a tu alrededor está asegurado. Bueno, no es que lo creas, es que no te lo planteas. Sabes que pueden pasar cosas malas, que hay cosas malas que van a pasar pero no les prestas atención. Es lógico, si te pasaras el día meditando sobre lo mal que puede ir todo, estarías paralizado ( vale, yo voy así la mayor parte del tiempo pero eso da igual ahora). El caso es que ahí estás tú, con tus absurdos 19 años y de repente te levantas un día de primavera en Los Molinos, con un pelín de resaca y sentimiento de culpabilidad porque tu madre se va a cabrear y descubres que tus padres no están en casa.

- ¿ Mamá? ¿ Papá? Oye, B..¿ dónde han ido?
- Ni idea, yo me he levantado y ya no estaban. Se habrán ido por ahí a hacer algo.
Algo va mal. Sabes que algo va mal, pero en fin..sigues con tus cosas. Te encargas de tu hermano pequeño que tiene 8 años y empiezas a preocuparte por la comida. Los hermanos mayores hacemos esas cosas.

De repente aparece un familiar y dice: “ vuestro padre no se encontraba bien, así que se han ido al hospital a Madrid, pero no pasa nada, no os preocupéis. Después de comer, recoged todo, Moli tu conduces y os vais a Madrid que ya os llamará molimadre”.

Así que nada. Sigues adelante, haces lo que te dicen. Coges el coche y vas acojonada. Te tiemblan las manos, las piernas. ¿ Qué haces haciendo de padre y madre? Llegas a casa, preparas la cena, e intentas seguir con la rutina.

En algún momento aparece molimadre y dice algo como “ infarto cerebral”…esas palabras no producen ningún resultado en tus neuronas. ¿ Qué es eso? ¿ Qué le ha pasado? ¿ Se va a morir? ¿ Cómo está?

Molimadre intenta explicárlo minimizando la impresión: Se ha levantado esta mañana y tenía medio cuerpo paralizado y no podía hablar bien, pero no os preocupéis que él está bien, incluso se reía cuando le preguntaban como se llamaba y al abrir la boca decía: envolvente. Le van a tener unos días en observación y ya está.
Pero tú sabes que no está, que algo va mal. Que el puto instinto no te falla esta vez, que tu madre está aterrorizada y tú no puedes hacer nada. Y te vas a la cama y todo lo que habías dado por supuesto hasta esa misma mañana se ha ido al garete: tus padres son vulnerables. Es una cosa que todo el mundo sabe, o que todo el mundo llega a saber en algún momento de su vida, pero eso no quita para que ese momento sea muy desagradable.

Los siguientes 15 días fueron una mezcla de “obviemos los síntomas” con “agonía suprema”. Oscilaba entre sigamos como si nada hubiera pasado y a lo mejor así nada ha pasado o pensemos en lo peor que pueda ocurrir y así estaremos preparados para lo que sea.

Y llegó el día.

- Moli, tienes que ir a ver a tu padre al hospital. Va a salir mañana y quiere verte antes de volver a casa.

Y allí que me fui. A un megahospital de Madrid de esos que deprimen solo de verlos por fuera. No sabía que me iba a encontrar, ni que tenía que decir, ni que tenía que hacer, ni como iba a comportarme..no sabía nada. Solo que me temblaban las piernas y que quería estar en cualquier otro sitio menos ahí. Pero como todo el mundo sabe…soy una tipa fuerte..asi que entré.

Y allí estaba. Sonriendo, con sus ojos azules brillantes, su bigote y su calva.

- Hola papá.
- Panes tienes aquí..jajajajaja.- ¿qué?
- Hija, papá ha perdido la capacidad de conectar lo que piensa con lo que habla, asi que ha querido decir, hola Moli pero cuando manda la orden a su boca, no se conecta.- Ah..que alivio. Bueno papá, pues mañana sales. ¿ estás contento?
- Abrizco. Quiero mis calefacter y los capilla.
- ¿Qué?

Riendo, se señaló las zapatillas de hospital y el pijama y deduje que quería algo de ropa..asi que empezamos un intercambio absurdo para conseguir comunicarnos:

- ¿ quieres otras zapatillas?
El movia la cabeza negando.
- ¿ Calcetines?
Negaba otra vez..
- ¡¡ zapatos!!!
Gran sonrisa.
- Vale, los calefacter son los zapatos. Ahora por “el capilla”
- ¿ camisa?..Gran sonrisa
- ¿ Azul? ¿ roja? Ah no, que así no podemos jugar. Vale, traeré tu favorita.
Me sentía como en esa escena de " El jovencito Frankestein".." 3 sílabas...¡¡¡cal man..te!! ......pues eso.




Era acojonante. Un tio de 49 años, ingeniero industrial, dueño de su propia empresa y no podía ni decir su nombre, ni escribir, ni leer. Acojonante. Empezó entonces un proceso de rehabilitación alucinante. Era increíble ver a tu padre haciendo palotes como si tuviera 4 años, y mirándose en un espejo para aprender a vocalizar las letras. Era tan increíble que te daban ganas de reir, pero no podías reírte porque querías que saliera bien, que aunque aquello te pareciera ridículo tenía que funcionar. Y funcionó. Aprendió a leer, a escribir, a contar, a sumar, a restar, a dividir, a hacer integrales, funcionó tantísimo que al cabo de un año pudo volver a trabajar en lo suyo: diseñando instalaciones eléctricas. Creo una nueva empresa y se dedicó a ello con toda su alma.

Durante ese proceso y pasado el acojone inicial, nos reímos mucho. Era divertido hablar con él, nunca sabías donde iba a saltar la palabra nueva. Estabas en la mesa y decía: “ por favor Leoncia, pásame el vasallo”..Leoncia era cualquiera y el vasallo era la sal. O le mandabas a comprar el pan, le dabas una moneda de 100 pelas y te decía: eso es poco, dame millones.

También le cambió el carácter. Siempre había sido divertido y animado, pero siempre había estado preocupado por el curro. Nunca había tiempo para hacer cosas divertidas, todo sería “más adelante”. Después de esto, todo tenía que ser “Ahora”. Aprendió que la vida es ahora, no lo que te ha pasado ni lo que crees que te pasará, asi que si quieres hacer algo o te apetece hacer algo, hay que hacerlo ahora. No se puede dejar para más adelante, porque más adelante no hay nada.

El tiempo para hacer lo que quieres hacer es ahora. El tiempo para pasar con quien quieres es ahora. No vale esperar. Y si algo no te gusta o quieres cambiarlo, hay que hacerlo ahora.

Hicimos miles de cosas, viajamos más que nunca: fuimos a Suiza de vacaciones, fuimos a Inglaterra en un viaje completamente disparatado, fuimos a la playa con él y ¡ se bañó en el mar!, fuimos a esquiar todos juntos, le preparamos un viaje sorpresa a mi madre que se pasó llorando 2 días, fuimos al cine, a exposiciones, volvió a disfrutar de leer, aprendió, cuando nadie sabia, a manejar internet y a programar, recuperó el tiempo para sus amigos, nos reimos como nunca y disfrutó con mi hermano pequeño todo lo que no había hecho con los mayores…
Fue un lujo.

A los 5 años, se acabó, pero eso ya lo contaré otro día.

Esta historia, no es una historia triste, ni de dar pena, ni tiene moraleja, ni nada de eso.

Es una historia que explica como soy.


Mi padre (I) y mi padre (II), por si alguien no sabe de quien hablo.

EL LIBRO Y YO



"Cada libro es una excitante invitación y también un principio anticipado de remordimiento, una promesa de sensaciones, palabras, sabores y mundos, y una advertencia de que no se pueden leer todos los libros que uno quisiera".
Antonio Muñoz Molina


Me encanta leer. Todo el que me conoce lo sabe, bueno..Y el que no me conoce también porque doy mucho la brasa con eso y además ya lo he contado.

Molimadre dice que desde que tenía dos años cogía las revistas y pasaba las páginas una y otra vez, una y otra vez, como si supiera que ponía. Cogía todo lo que había por casa con páginas, lo que fuera. Sin embargo el primer recuerdo que tengo de un libro libro, fue el que me regaló mi madre cuando cumplí 7 años: “Celia lo que dice”. Me dijo: este libro me lo regaló la abuela cuando cumplí 7 años y ahora es para ti”. Lo devoré y luego toda la colección. Ahora cuando abro los ojos en mi cama y miro la estantería que cubre toda la pared de la habitación, veo los lomos azules de la colección de Celia, rodeados de todos mis otros libros y pienso: ahí empezó todo.


Siempre llevo un libro a cuestas, por eso no me gustan los bolsos pequeños, porque no me caben. Si estoy en casa acarreo el libro de una habitación a otra, me levanto y me llevo el libro a la cocina por si suena la flauta y puedo desayunar sola y tomarme el café mientras paso las páginas, lo llevo al salón mientras las princezaz juegan, lo llevo a la cocina por si mientras lo que sea que está cocinando hace chup chup puedo avanzar alguna página más. Cuando salgo de casa, lo meto en el bolso o en el bolsillo del abrigo.

Leo mientras espero a que venga la profesora de C. a echarme la charla, leo mientras espero a mis compañeros de coche en la gasolinera, leo si tengo un rato tranquilo en el curro, leo en mi butaca de leer cuando todo está tranquilo, leo en el jardín, sentada, tumbada, de pié en el metro, en el tren, leo en el banco de Sos donde siempre sopla un viento infernal, leo mientras despega y aterriza el avión.

Leo cuando tengo miedo, cuando algo me preocupa, cuando estoy triste, cuando estoy relajada, cuando estoy hasta los cojones de todo, cuando estoy harta. Leo cuando algo me da pánico.

Leo si me duele algo, si tengo hambre, si tengo sueño. Leo si estoy enfadada con el mundo, leo si estoy súper triste.

Leo siempre antes de dormir, aunque sean 2 páginas, aunque me haya bebido el Nilo, me deuelan los pies de bailar y esté afónica de cantar.

Me encanta despertarme por la mañana, estirar el brazo, coger el libro y leer hasta volver a dormirme o hasta que no me queda más remedio que levantarme.

Siempre sé que voy a leer cuando acabe lo que tengo entre manos, si no tengo algo preparado me pongo nerviosa…y nerviosa soy un puto coñazo, más puto coñazo que normalmente quiero decir.

Si viajo, siempre llevo el libro que esté leyendo y otros dos más..Aunque sea un fin de semana. Nunca se sabe si me voy a quedar incomunicada, si el plan será tan horrible que tendré que fingir enfermedad que me obligue a guardar cama o si podré estar tan tranquila y disfrutar de horas de lectura.

Escribo sobre lo que leo. No lo hago desde siempre. Empecé hace unos 10 años o así, en un cuaderno cochambroso donde escribía cosas horribles que no me pegan nada y que se mezclaban con lo que era el germen de lo que ahora son ahora mis críticas destructivas y mis recomendaciones. En el 2006 empecé a hacerlo más sistemático, me compré un cuaderno chulísimo y me puse más en serio. Escribo lo que me han parecido y las frases que me han dicho algo, que me han producido un escalofrío o una sensación.

Estoy pensando que debería recomendar alguno de esos libros, libros que leí antes de empezar esta tontería del blog. Me mola recomendarlos y acertar.

Recorto reseñas y las guardo hasta que leo el libro. Recorto artículos sobre librerías y sobre leer, los guardo en mi cuaderno. Ayer estuve repasando unos cuantos.

Me encantaría llegar a casa, dejar el coche. Subir andando hasta El Retiro, cruzarlo andando despacio y llegar a la Cuesta Moyano. Repasar todos los puestos con mi lista de libros por si encuentro alguno y dispuesta a que salte la sorpresa y comprar cualquier otro. Luego, subiría andando bordeando el Jardín Botánico hasta Cibeles, para pasear por la Feria del Libro Antiguo de Primavera, me encantan esos puestos. Puedes pasear arriba y abajo, hay gente pero no demasiada y siempre siempre encuentro algo que “me llama”. Estoy pensando que tendría que llevar una mochila para cargar con todo. Después y cuando se hubiera hecho de noche, subiría por Gran Vía hasta la Casa del Libro, sé que en la calle habrá actuaciones y me gusta pasear de noche, mola escuchar música en directo por la calle.


Volvería a casa con un montón de libros. Siempre la misma rutina. Amontonarlos y con mi pluma, escribir mi nombre, la fecha y dónde lo he comprado o quien me lo ha regalado y colocarlo en la estantería de “pendientes de leer”, a esperar su turno, a esperar que al pasar por allí me diga “es mi turno, es mi turno”.

La putada es que hoy no podrá ser. Me tengo que ir de viaje.