- Moli, soy M.
- Hola M. ¿ qué tal? ¿ Qué pasa?
- ¿Tienes algo que hacer el lunes?
- …mmm..¿el lunes? ¿el lunes? Pues lo de los últimos 7 meses, recuperarme de la resaca del domingo y seguir revolcándome en mi autocompasión y si he tenido un polvo de regresión intentar olvidarlo. Lo de todos los lunes, vamos. ¿Por qué?
- Porque tengo un curro para ti. Pagan 75 mil pelas a la semana, gastos pagados. Nos vamos a una bonita ciudad industrial de la periferia de Barcelona. ¿Tienes ropa de trabajar?
- De trabajar ¿de qué? ¿de camarera? ¿de profesora? ¿de reponedora en Día? ¿ de cheerleader?
- Joder moli, de trabajar de oficina, de ejecutiva.
- Algo tendré sí.
- Vale, pues nos vemos esta noche de copas pero por si nos tajamos mucho que sepas que el lunes a las 8 tienes que estar en Barajas.
- Ya, bueno M…pero ¿de qué es el curro?
- Da igual, es facilísimo. Cuento contigo.
Así que nada. Allí estaba yo el lunes a las 8 de la mañana, vestida de ejecutiva, con una resaca de mil pares, revolcándome en autocompasión y preguntándome que cojones iba a hacer en esa bonita ciudad industrial.
Ya subidas en el avión con M. y su jefa, me atreví a turbar el sueño de M. que iba con una resaca más o menos como la mía…
- Hola M. ¿ qué tal? ¿ Qué pasa?
- ¿Tienes algo que hacer el lunes?
- …mmm..¿el lunes? ¿el lunes? Pues lo de los últimos 7 meses, recuperarme de la resaca del domingo y seguir revolcándome en mi autocompasión y si he tenido un polvo de regresión intentar olvidarlo. Lo de todos los lunes, vamos. ¿Por qué?
- Porque tengo un curro para ti. Pagan 75 mil pelas a la semana, gastos pagados. Nos vamos a una bonita ciudad industrial de la periferia de Barcelona. ¿Tienes ropa de trabajar?
- De trabajar ¿de qué? ¿de camarera? ¿de profesora? ¿de reponedora en Día? ¿ de cheerleader?
- Joder moli, de trabajar de oficina, de ejecutiva.
- Algo tendré sí.
- Vale, pues nos vemos esta noche de copas pero por si nos tajamos mucho que sepas que el lunes a las 8 tienes que estar en Barajas.
- Ya, bueno M…pero ¿de qué es el curro?
- Da igual, es facilísimo. Cuento contigo.
Así que nada. Allí estaba yo el lunes a las 8 de la mañana, vestida de ejecutiva, con una resaca de mil pares, revolcándome en autocompasión y preguntándome que cojones iba a hacer en esa bonita ciudad industrial.
Ya subidas en el avión con M. y su jefa, me atreví a turbar el sueño de M. que iba con una resaca más o menos como la mía…
- M..me podrías explicar un pelín ¿qué coño voy a hacer?
- Nada, una chorrada. Vamos a revisar préstamos hipotecarios para una titulización de activos.
- Vale..ahora dímelo en castellano y vocalizando.
- Es facilísimo. Lo cojeras con la gorra y ahora déjame dormir que me muero de resaca.
El resto del vuelo pasé sudores fríos. ¿Qué es una revisión hipotecaria? ¿Qué es titulización? ¿Qué son activos? Madre mía, ¿en qué lío me ha metido esta cabrona?
Cuando por fin llegamos a nuestro destino, la jefa de M. nos presentó con su mejor sonrisa.
- Bueno, pues aquí hemos traído a nuestro equipo de expertos en revisiones para que estén aquí dos semanas controlando y vigilando todo el proceso.
¿Experta? ¿Yo? Sentía como se me helaba la sangre y quería convertirme en un “diminuto” para salir huyendo de aquello. Soy un as fingiendo, pero tengo un límite, podría haber pasado por becaria o algo así..pero “ experta”???....joder, joder, joder…
El caso es que coló. El primer día creí que iba a morir de la tensión nerviosa de poner cara de experta mientras miraba una pantalla y comprobaba unos documentos que no tenían ningún sentido para mí, pero poco a poco le cogí el truco y para el final de la semana era casi una experta de verdad. No me pongo mérito, realmente si tenías dos dedos de frente, un poco de sentido común y sabías leer, no había mucho misterio.
La semana en el extrarradio de Barcelona, se convirtió en dos semanas. Y a partir de ahí y de mi claro perfil de “experta en el tema”, conseguí tener trabajo regularmente durante año y medio más o menos. Me llamaban y me decian: el lunes te vas a no sé dónde dos semanas y allí que me iba.
Dejando de lado que el curro era un coñazo, el caso es que me encantaba la experiencia. Iba de jefa porque al final acabé siendo experta de verdad, viajaba por toda España, (probablemente curré en todos los bancos en los que tenéis vuestras hipotecas…jajajaja), iba a hoteles estupendos, me pagaban todo, ganaba una pasta, estaba ocupada tanto física como mentalmente y eso me permitía no hundirme en la pena suprema que tenía, y lo que más me gustaba de todo: pasaba sola muchísimo tiempo. Curraba 8 horas y luego me dedicaba a pasear por las ciudades, compraba libros, leía, hacia turismo. De vez en cuando ligaba algo, era un curro fabuloso.
Al final se acabó, porque querían alguien de económicas, y yo terminé en los libros de colores, que también es un curro fabuloso, pero no es lo mismo.