sábado, 20 de febrero de 2010

PULSERAS Y PULSERAS

¿Qué paso con la pulsera de molimadre?

(Esto para los descerebrados que se fijan en los detalles de las historias)

Llegué a casa en éxtasis y por supuesto la pérdida de la pulsera, me pasó completamente desapercibida.

- Menuda cara. ¿Que tal ayer?
- Biennnnnnnnnnn
- ¿A qué horas has llegado?
- No seeeeee..Pero era muy de día.
- ¿Y esa sonrisa de pánfila?
- ¡HE LIGADO!
- Por favor, otra vez con exnovio no.
- Nooooo. Con otro, más guapo, más mono y más todo. Ingeniero.
- Ya, ¿la pulsera?
- ¿Qué pulsera? Ah sí, estará arriba con la ropa. Luego te la doy.

Allí estaba yo en mi planeta del amor sin enterarme de nada. Cuando por fin me atreví a estudiar los resultados de la noche de juerga en mi atuendo de princesa, comprobé aterrorizada que la pulsera no estaba. ¡Mierda, mierda, mierda! ¿La tendrá ingeniero? Pero..No tengo su teléfono ni él, el mío. Optemos por darle largas a molimadre.

- Moli te llaman por teléfono.
- ¿Si?
- Moli, soy la noviadeayer, llamo para darte el teléfono del ingeniero.
- Pero tú..¿No estabas de luna de miel?
- Estamos a punto de embarcar, pero para una vez que ligas, NO LO JODAS. Llámale.

Pasé 3 días entre: le llamo, no le llamo. Que me llame él, que si tiene interés solo tiene que llamar a su amigo, el novio, localizarle en San Francisco y que le de mi teléfono. ¡Chupado! Le llamo yo y que sea lo que sea. No, no le llamo que quedo como una gilipollas necesitada de cariño. Al fin y al cabo podemos seguir como los últimos 10 años, esperando a encontrarnos de vez en cuando.
Le llamé.

- Hola...soy...
- Hola moli, sé quién eres. Estaba justo pensando en ti.

Después de eso, llegó la peor primera cita, pero ya lo he contado.
En medio de nuestro plaeta del amor, tuve que someterle a un pequeño interrogatorio, sutil, en mi estilo: ingeniero, ¿no te quedarías por error con una pulsera que llevaba el día de la boda?
Por supuesto no la tenía, pero me acompañó a preguntar en todos los bares dónde habíamos estado después de que nos echaran de la boda.

- Moli, no pasa nada. Solo es una pulsera. Molimadre lo entenderá.
- Vale, pero se lo dices tú, que a ti te quiere más.
- Pero si no me conoce.
- Por eso, te adora.

Trasncurrieron un par de meses, durante los cuales la incredulidad de mi madre ante el hecho de que había ligado, mantenía el tema pulseril en un segundo plano. Yo tenía pesadillas esperando el momento en que volviera a la carga. Un día, estábamos tomando algo en un bar en Los Molinos, y nos encontramos con un moliamigo que no veíamos desde la boda.

- Hola moli
- Hola moliamigo, mira este es el ingeniero. Estamos saliendo
. (Gran sonrisa de satisfacción)
- Ah, muy bien. Encantado.
- Moliamigo..¿Quien es esa tipa?
- Ah sí, un nuevo ligue. La conocí hace un par de meses en un bar.
- Pues tu nuevo ligue lleva MI PULSERA.
- Moli, eso no puede ser. Es a juego con el collar.
- A juego, a juego..Tú no tienes ni idea de qué significa eso. Esta noche, cuando yo me pire, le preguntas sutilmente.

A los dos días me llama mi amigo.

- Moli, es tu pulsera.
- NO JODAS.
- Sip, se la encontró en el bar dónde te enrollaste con el ingeniero la noche de la boda.
- Joder, y porqué no la dejo en la barra para que si alguien preguntaba se la dieran.
- Algo me ha dicho, pero no me ha quedado claro. El caso es que me dice que te pases por su tienda a recogerla.

Y así fue como recuperé la pulsera de molimadre.

El ingeniero fue muy comprensivo y me ayudó mucho, pero no podía durar claro.

Hace un par de años fuimos a la boda de una amiga. Nos bebimos TODOS los gintonic de la fiesta y fuimos los amos de la pista. Cuando llegamos a casa, me percaté de que había perdido una pulsera que él me había regalado, con la euforia alcohólica no supe callarme:

-MIERDA, HE PERDIDO LA PULSERA.
- ¿Qué pulsera? ¿La que te regalé yo? ¿La mía? ¿Esa tan preciosa?
- joder, lo estás diciendo como si tu hubieras ido a la mina a sacar las esmeraldas.
- ponte a llamar ahora mismo a ver si la tienen en el autobús, la fiesta o dónde sea. Eres lo peor.
- mejor mañana, que son las 6 de la madrugada. Y cadadiateparecesmásamimadre.

- ¡¡ ES MI PULSERA!!
- Es mía, me la regalaste. Y además no es el santo Grial.

No estaba.
Al cabo de meses, una amiga mía, manda un mail:
" Llevo meses para preguntar. El día de la boda, encontré en la pista de baile, una pulsera de esmeraldas. Es tan pequeña que debe ser de alguna niña, ¿vosotros conocéis a alguien que pueda haberla perdido?"

Ya no llevo pulseras.

jueves, 18 de febrero de 2010

MI "NO VIDA AMOROSA" (VII): Encontronazo

- Nos casamos en junio.
- ¿y por qué?
- Joder moli..nos queremos y blablablá. ¿No te alegras?
- Er..ah sí...claro...muchísimo.
- Bien porque eres testigo y tienes que leer.


Allí estaba yo, entretenida con mis ligoteos y mis viajes y de repente tenía que ponerme a pensar en qué me ponía para la primera boda de mi grupo de amigos. Esto puede parecer un tema tonto y carente de importancia, pero no lo era para nada.

Consideraciones a tener en cuenta:

- Me sentía patito feo.
- Nada sin tirantes.
- Mi confianza en verme decente disfrazada de boda, era nula.
- Nada rosa, ni de princesa ni excesivo.
- Nada caro.

Como no aprendo, me fui con mi madre dispuesta a sufrir humillación pública, escarnio y pelearnos hasta gritarnos en la tienda. Lo de siempre, vamos.

Pero no.

Entramos en una tienda, vi un vestido, me encantó, me lo probé y me estaba perfecto. Increíblemente los astros se alinearon y a molimadre también le pareció bien.

Este sutil signo debería haberme hecho pensar que mi suerte iba a cambiar, pero la verdad es que no lo pensé, estaba deslumbrada con mi flamante y espectacular vestido.

Llegó el día y yo iba con actitud de: pues nada la boda, a la iglesia porque soy testigo y luego barra libre. Gran juerga y resacón mañana.

Molimadre dijo:
Moli por Dios, modera lo que bebes que ya sabes cómo te pones luego. Te dejo esta pulsera, cuidado no la pierdas.
Joder mamá, que no la voy a perder. Lo dices como si fuera una borracha que no sé lo que hago.
Ya, por si acaso.

Así que nada, me duche, me calcé el vestido, las sandalias y la pulsera de mi madre y salí al jardín a esperar a que mi amigo F. viniera a buscarme.

- Oh…estás guapísima.
- Ya, tú también.
- Que no tía, en serio. Estás guapísima. A ver si consigues tener la boquita cerrada y lo mismo ligas.
- Si, seguro. Venga que llegamos tarde.

Iglesia, cocktail, mucha gente, blablablablabla. Derepente, allí estaba ÉL.

- Hola moli
- Hombre hola ingeniero, no sabía que venias. Ehh...cuanto tiempo, ¿ no? ( veía a mi amigo F. mirándome con cara de: no la cagues, no la cagues)
-
Ni yo que venías tú. Bueno, no lo pensé, pero claro tenías que venir, eres muy amiga de los dos y siendo en Los Molinos tenías que estar, pero no lo pensé. O sea, no lo pensé, pero me alegro de que estés, aunque tenías que estar..porque...
- Ya, yo no pensé que vinieras tu, como de Montes veníais pocos y además ¿tú no estabas en Escocia?
-
Eh..si..pero ahora no. Trabajo en Ávila. ¿te he dicho que estás guapísima?
- ¿Ah sí? quiero decir..¿Ah sí? a lo de Ávila..lo otro.eh no, no me lo has dicho pero da igual.
- No, no da igual. Estás guapísima.
- Eh, vaya gracias…(
entré en pánico )..bueno y ¿de qué curras?
- Pues en un club de tenis, ya sabes, paso el limpiafondos, corto el césped.
- ¿En serio?
(joder..que mal está el mundo de los ingenieros de montes)
- Sí, claro..¿quieres una copa?


Nos bebimos mil copas y hablamos de todo lo que nunca nos había dado tiempo. Cuando nos echaron del sitio de la boda, nos fuimos a un bar y seguimos charlando y charlando, y bailamos y nos reconocimos los premolares y se nos hizo de día. Fuimos a despertar a su amigo M., que a las 3 había volcado y estaba durmiendo en el coche. Tuvimos que agitar el coche para despertarlo y apareció con ganas de desayunar bocadillo de chorizo.

Y allí estábamos. En un bar de carretera inmundo. Yo, vestida de princesa, más feliz que una perdiz, el ingeniero mojando la corbata en el café con leche y su amigo diciendo: ¿vosotros os habéis enrollado, no?

Llegué a casa en éxtasis y sin la pulsera de mi madre.

El vestido lo tengo guardado.

Y por supuesto, no trabajaba pasando el limpia fondos. Ya entonces le encantaba tomarme el pelo.

miércoles, 17 de febrero de 2010

SUJETANDO

Erase que se era, dos niñas ( llamadas Melones y Fresas) en su más emocionante y asquerosa pubertad. Allí estaban ellas, disfrutando de su verano tan ricamente, cuando una serie de extraños procesos comenzaron a producirse.

La niña Melones empezó a sufrir unos dolores, picores, escozores en el pecho la mar de desagradables. La niña fresa no los sufría pero hacía como que sí, no quería ser menos.

Un día, Melones se despertó y descubrió con horror que tenía peras, unas peras enormes a sus ojos. Abrió el armario y cogió la camiseta más holgada que encontró, se la puso y desarrollo una manera de caminar con los hombros adelantados con respecto al cuerpo y chepa proyectada hacía detrás. Con este astuto ardid, intentaba en vano que su más que palpable desarrollo mamario pasara desapercibido. Por supuesto, no lo consiguió. El rumor de que tenía pechos se propagó como la pólvora:

- ¡Melones tiene tetas!

Descubrió que sus amigos sentían más curiosidad por ver sus nuevos pechos, que por cualquier cosa que ella pudiera decir, incluidos resultados deportivos, secretos inconfesables o declaraciones de amor.

Lo más peligroso y qué no vio venir, fue su madre. La cogió de los pelos y la llevó a un gran almacén: hay que comprar sujetadores.

Allí la sometió a una nueva humillación pública, contándole a la dependienta pormenorizadamente cómo había sido su intento patético de esconder lo evidente: imagínese, hecha un fantoche todo el día, con la camiseta colgando, así que a ver si puede decirme que talla necesita y blablablá. Melones casi sufre un desmayo cuando la dependienta tuvo a bien, manosearle sus recién adquiridos pechos para detectar la talla conveniente: 95D.
Ohhh..Palabras mágicas, que acompañarían a Melones toda la vida.

¿Dónde se quedó Fresas?

Fresas, fingía dolor de pecho, pero eso no consiguió que le salieran peras. Esperó años y finalmente consiguió unas pequeñas protuberancias que le parecieron claramente escasas.

Para paliar este efecto, hizo dos cosas: ponerse camisetas ajustadas que por lo menos resaltaran algo e ir con su madre a sufrir humillación pública. “mire, con la edad que tiene, y sólo ha desarrollado este pecho, la he llevado al médico, pero ha debido salir a la familia de su padre, el caso es que necesitamos algo con relleno claro”. Por supuesto no se libró de ser magreada por la dependienta. Que dijo: 85 A y mejor con foam.

Ohhh..Palabras mágicas que acompañarían a fresitas toda la vida.
Nota: la humillación pública por parte de la madre es inevitable, sea la talla que sea.

Así, las dos niñas llegaron a conocer el maravilloso mundo de los sujetadores/sostenes. No sabían el mundo de posibilidades ilimitadas que se abría ante ellas. Estaban perplejas. No sabían qué hacer, pero se encontraron con la bruja de los sostenes que les dio unos sabios consejos:

Primero y muy importante. Lo que define cuanto pecho tenéis no es el número, sino la letra. Esto es, si sois Bimba Bose,un machirulo con unas espaldas de armario ropero..tendréis una 100 A. Si sois Pamela Anderson anoréxica y podéis tener una 90 D. La letra da el volumen de teta, hablando claramente. Este es un conocimiento secreto que los tios no adquieren, para ellos el número lo es todo, así que cuanto más alto mejor.

La percepción que tenéis de vuestro propio pecho es siempre mala. Acostúmbraos

El pecho se cae. Pretender que eternamente vuestros pezones apunten a los ojos (en el hipotético caso de que lo hayáis conseguido alguna vez) es físicamente imposible. Conseguir que no terminen mirando para abajo es tiempo perdido. La única manera de conseguirlo es cirugía, photosop y tumbaos boca arriba. Si tenéis mucho pecho, puede que tumbada tampoco lo consigáis y se os dispersen a los lados.

No todos los tipos de sujetadores sexys de los catálogos sirven para todo el mundo. El modelo balconett, que queda chuli, chuli en las fotos no es práctico si tenéis algo más que mandarinas medianas: desborda. Eso sí, te lo puedes poner, encajártelo, contener la respiración, apoyarte en el quicio de la puerta y decir: ¿qué te parece cariño?...nada más. Cualquier otro movimiento hará que se os salgan las peras.

Si tenéis menos pecho, la lencería sale más barata. Podéis poneros cualquier cosa, cualquier cosa sujetará. Una mierda de tela con un Hello Kitty será suficiente, medio cm de tela con Betty Boop será ideal. Si tenéis más, olvidaos, esas monadas solo las podéis comprar si vais la vais a usar tumbadas en la cama o de bufanda.

Si vais a correr, saltar, brincar, montar en bici y cosas por el estilo, mejor algo tipo corsé de la abuela, sino queréis que os lleguen a las rodillas. Si sois cóncavas podéis prescindir de este consejo.

El encaje pica.

Ellos jamás sabrán quitároslo. Espabilad y hacedlo vosotras.

Si tenéis pecho, el relleno no es tu amigo, a no ser que queráis que anuncie vuestra llegada antes. Si por el contrario, sois cóncavas, al revés...el relleno será vuestro masmejor amigo. No os preocupe que sea engañar un poquito, para cuando lo descubran les dará igual.

Tengas o no tengas, cuando te preñes verás tu piel estirarse hasta límites fuera de la razón humana. Las monerías que no sujetan no son buena idea si quieres que luego quede algo que recuperar.
Los sin tirantes no sirven de cinturón. No, para sujetar si eres convexa tampoco.
Los tirantes de silicona NUNCA son transparentes.

Hay que tener sujetadores color visón. Da igual lo que los tíos digan

Y por último, si os operáis, que sepáis que las tetas de mentira están frías y no gustan.

Y armadas con estos sabios consejos partieron rumbo a la vida de la sujeción tetil.
Como el texto es claramente deficiente, espero que a la mitad de los descerebrados les compense la foto.

martes, 16 de febrero de 2010

ENCUENTROS EN LA TERCERA FASE

¿Qué pasa cuando quedas con ese alguien que parece especial por internet y te ves en directo para confirmar la atracción virtual?

Primer pensamiento: es la última vez, la última vez que hago esto. Nunca más vuelvo a quedar con nadie, si es que para qué me meto en estos líos.

Segundo pensamiento: mierda, he llegado demasiado pronto. Siempre hay que llegar tarde, para que el otro sea el que espere y así, si le ves a tiempo y decides huir, te dé tiempo. Haré tiempo dentro del coche.

Tercer pensamiento: ¿Y si me voy y luego le mando un mail con una excusa absurda? No se lo va a creer pero total, ¿qué más da?

Cuarto pensamiento: que no sea ese, que no sea ese, que no sea ese…pufff.No es.¡Qué alivio!

Quinto pensamiento: vale, no está mal. Me tomo una Coca-Cola y le digo que me tengo que ir.

Sexto pensamiento: Ja, él está mucho más nervioso que yo. Soy la reina del mambo.

Séptimo pensamiento: será memo, no dice que pensaba que era fea. Hay que joderse…que pensaba que era fea y resulta que no, que soy guapa. Y además flaca. Estupendo, me ha llamado fea y gorda en medio minuto y ni siquiera se ha dado cuenta. Pensará que ha quedado como un rey diciéndome esos piropos.

Octavo pensamiento: bueno, no está yendo tan mal. No tiene defectos físicos irreconciliables con mi gusto, no dice tonterías y sus chistes son malos pero soportables.

Noveno pensamiento: ¿Han pasado 4 horas?

Décimo pensamiento: Vaya, pues no besa mal….a ver si es para todo tan bueno. ¿A su casa? Vale.

Después de esto hay dos opciones.

Opción A: ¡¡ MIERDA, QUÉ POCILGA DE CASA!!...No ha limpiado, así que o es un cerdo profesional o confiaba poco en ligar conmigo…Dios mío..¿Soy una chica fácil?

Que nos lleva a:

Vuelta al primer pensamiento: es la última vez que hago esto….no vuelvo a quedar así con nadie. ¿Para qué me meto en estos líos?

Opción B: Joder, ha sido la pera. Ay mi madre, este tío me gusta de verdad. ¿Y si yo no le he gustado? A lo mejor debería haberme hecho más la interesante,¿Me llamará? ¿Y si no me llama?
¿ Le llamo yo?
Que también nos conduce a:

Vuelta al primer pensamiento: es la última vez que hago esto….no vuelvo a quedar así con nadie ¿Para qué me meto en estos líos?