
Cuando tenía 19 años tenía un novio que me hacia la vida imposible. Todoooo el planeta venía a decirme: ¿ pero no te das cuenta de que no te conviene, que lo pasas mal, que no merece la pena..que blablablabla? Y yo subida en mi creencia de saberlo todo decía: no lo entendéis, estamos hechos el uno para el otro, es amor verdadero, yo sé que en el fondo me quiere…etc. La confianza en uno mismo lleva a este tipo de gilipolleces.
Lo mejor de todo es que era capaz de asegurar el amor verdadero del novio a todas luces poco conveniente contra viento y marea pero sin embargo era incapaz de reconocerles a mis amigos que a mi The Doors me parecían un coñazo y Jim Morrison un brasas perdedor. Por la misma razón era capaz de ir a ver un concierto de Johnny Winter aunque me aburriera más que contando ovejas porque no me atrevía decirlo.
Por otro lado y siguiendo con las incongruencias de esa etapa de mi vida, yo creía que lo sabía todo pero cuando no sabía algo me negaba a preguntar. Prefería hacerme la que sí sabía en vez de decir: no tengo ni idea, te importa explicármelo? Ya he dicho que era imbécil.
Otra idea estúpida que tenía era creer qué si yo quería algo eso sucedería. Con veinte años estaba convencida de que viviría una vida de amor supremo con el novio poco conveniente, me compraría una casa en Los Molinos porque obviamente era donde tenía que vivir y trabajaría en un museo. No entraba en mis planes estar con otro tío, vivir en otro sitio o trabajar en otra cosa, era lo que quería y los astros ya se alinearían para que eso sucediera.
Es decir mi vida era un completo absurdo. Toda yo era absurda. Esta tontería me duró varios años, ( concretamente hasta los 24), pero luego adquirí algo de sabiduría para darme cuenta de que no es no lo supiera todo y además los demás no me entendieran, sino que era imbécil y no sabía de nada.
Ahora ya no tengo 20 años.
- Sé que no lo sé todo. Es más, alucino con lo poco que sé y cómo sin embargo la mayoría de la gente cree que soy una tía con muchos conocimientos. La verdad es que esto no sé si es bueno o malo, yo me considero un fraude pero el caso es que nadie se da cuenta. Sospecho que la mayoría de la gente también sabe poco y hace cómo yo..disimula.
- Lo que no sé si me interesa lo pregunto, sino paso.
- No me avergüenza decir que algo no me gusta, que La Sombra del Viento me parecióun coñazo o que Gemma Nierga es una pelma. Eso sí, me parece perfecto que a los demás les mole pero a mi no.
- Valoro si un amigo me dice que cree que no debo hacer algo o qué alguien no me conviene. Luego puedo decidir hacer lo que me de la gana pero lo valoro y no pienso memeces como “ es que no lo entienden”.
- Me la pela si piensan que mi gusto por Springsteen es completamente desproporcionado o que no tengo criterio para los zapatos o que cómo me puede gustar ver 15 veces " Tienes un email".
- Ya no creo que nuestros padres no nos entiendan, lo que cambia es que nosotros no les entendemos mientras somos pequeños. No entiendes porqué no te dejan comer chuches, porque no puedes ver la tele por la noche, porque no puedes salir hasta las mil y porque no te compran el jersey privata que todos tus amigos tienen. Ahora la percepción cambia…y además de entenderles, les das la razón. Este cambio no sé si me mola, ahora que lo pienso.
- No me creo una incomprendida ni más desgraciada que el resto del planeta. Es más, considero que soy muy poco desgraciada, tengo mis días pero la verdad es que me lo paso en grande.
Ah y sé dónde estoy hoy y con quien..pero no hago planes para más allá de pasado mañana.
Creo que soy un poco menos imbécil.