“María se apartó un mechón de pelo de los ojos. Su frente, tan alta y oval, le recordó a Leonard la cara que se suponía que tenía Shakespeare. No estaba seguro de que debiera decirle esto, así que optó por cogerle la mano cuando concluía su movimiento y permanecieron en silencio durante un minuto o dos, como había sucedido en su primer encuentro. Ella entrelazó sus dedos con los de él, y fue en aquel momento, más que luego en el dormitorio o cuando, más tarde aún, hablaron de sí mismos con mayor libertad, cuando Leonard se sintió irrevocablemente unido a ella. Sus manos encajaban tan bien, la unión era tan intrincada, inquebrantable, había tantos puntos de contacto…A la escasa luz, y sin sus gafas, no distinguía cuáles eran sus propios dedos. Sentado en la fría habitación que se iba quedando a oscuras, con la gabardina puesta, agarrado a la mano de ella, sintió que estaba desprendiéndose de su vida. El abandono era delicioso. Algo manaba de él y a través de su palma penetraba en la de ella, algo subía también por su brazo, se extendía por su pecho y le oprimía la garganta. Su único pensamiento era una repetición: asi que es esto, es así, es esto…”
El Inocente. Ian Mc Ewan.
Cuando ES es fácil.
Cuando ES es cómodo y confortable.
Cuando ES no da miedo ni asusta ni provoca un puñetazo en el estómago.
Cuando ES, es tan increíble que vas pensando por la calle…estar tan contento seguro que no es bueno.
Cuando ES ni se te ocurre que habrá un momento en que pensarás ¿lo mismo no ES?.
Debo estar incubando algo…no me pega nada esto.
Para G.
La fotos nos la hizo P.G. en Ávila el año pasado. ¡¡Gracias!!