lunes, 3 de noviembre de 2008

HOSTILIDAD.

3 de noviembre de 2008. Lunes. Estoy hostil. Con todo el mundo y todo el rato. Sin motivo. Sin razón.
Quiero irme a una isla desierta, o a Nueva York, o a Berlín.
Quiero estar en mi cama, tapada hasta la cabeza, conseguir que haya calorcito..dormirme..y de vez en cuando sacar el brazo, coger el libro..y leer hasta dormirme otra vez.
Quiero estar sola, sin nadie, no veros, ni leeros, ni oiros, ni saber que existís.
Quiero veros a todos, leeros, escucharos e insultaros a todos. Todos me caéis mal.
No quiero hablar. Quiero no parar de decir cosas ponerme super sarcástica, para que digáis..”te has pasado”.
No quiero ir a la piscina. Quiero nadar 60 largos sin parar.

No estoy deprimida, ni triste ni nada de eso.

Ya sé lo que me pasa. Mi personalidad secreta “Molinos Megabitch” lleva tiempo sin mostrarse y está impaciente…así que pugna por salir. Suerte tenéis los que me leéis de lejos.
Me doy miedo a mi misma.

Avisados estáis.

sábado, 1 de noviembre de 2008

RESACON

Viernes noche.

- Los de montes han quedado debajo de casa. ¿Bajamos a tomar una copa?
- Venga, total es aqui abajo. Nos tomamos algo y nos subimos.

Viernes más de noche.

Dejamos el primer bar después de no se cuantas rondas de dobles de cerveza. Nos lanzamos a la calle a correr bajo la lluvia y llegar al siguiente garito. Como si tuvieramos 20 años:

- ¡¡yo quiero un gin tonic!!! yo quiero un gin tonic!!!!...

Muchas risas, muchas copas y me quedo incomunicada sin voz. Sin NADA de voz, en medio de una conversación de 6 personas tengo que susurrarle a J. lo que quiero decir para que se lo transmita a los demás.

Sábado 9 de la mañana...me arrastro desde la cama al botiquin a por un ibuprofeno. Como también me duele el cuello mucho, tengo una duda absurda, ¿el ibuprofeno sabe que prefiero que me quite la holgura craneal y el dolor de cabeza antes que el dolor de cuello??. Lo digo en serio, ¿como sabe el medicamento a donde ir?.

Tengo mucha resaca y no puedo hablar pero me lo pasé tan bién.

S. acuerdate que quedamos para ir al cine.

viernes, 31 de octubre de 2008

EL BAÑO

No sé bañarme. Puede parecer una chorrada, pero no sé bañarme. Cuando era pequeña mi madre llenaba la bañera y nos metíamos los 3 con un millón de juguetes y nos podíamos pasar horas. Era un momento de dicha y juerga estupenda que normalmente terminaba con mi madre gritando y cachetes cayendo a diestro y siniestro en una orgía de espuma y charcos. Si mi madre resbalaba en los 2 dedos de agua que habíamos conseguido sacar de la bañera entonces aquello ya era un despelote total.

Ahora ya no sé bañarme. Me encantaría ser como en las pelis. Escoger el momento adecuado, la luz adecuada, ( para mi gusto en las pelis sobran velas en los baños, pero es una cuestión personal), la temperatura adecuada y el ánimo pertinente.

Si yo decido bañarme, probablemente en el momento en que cierre la puerta del baño, se funda una bombilla, eso para empezar. Así que estupendo, momento bricolaje, y por supuesto la bombilla que coja no encajará ni de coña a la primera. Solventado este problemilla, abriré el grifo, dejaré correr el agua y mientras se llena la bañera, me voy a por el libro, porque aunque tengo mucha vida interior, si me meto en la bañera sin nada que leer me aburro y soy capaz de acabar poniéndome barba de papa noel con la espuma.

Cuando vuelvo toda ufana con mi libro, descubro una vez más que no sé manejar los grifos con termostato que G. puso en la casa nueva acompañándola de esta explicación : “ Moli, es tan sencillo que hasta tú sabrás usarlos”. No le he sacado de su error, pero para mi son misteriosos, y especialmente el de la bañera me odia. Jamás consigo que salga caliente. Confieso que muchas veces he llenado la bañera a base de abrir el grifo del lavabo (que no me odia) y con una palangana hacer un trasvase de agua calentita a la bañera.

Bien, pues vuelvo y descubro que el agua está congelada. Si me meto ahí me pondré azul. Tras valorar si me merece la pena reactivarme la circulación con ese agua gélida y tonificar mis glúteos y mi pecho con esa agua…desecho esa idea, porque se trataba de darme un baño relajante.

Abro el tapón y todo fuera.

Le pido por favor al grifo con termostato que no me odie y ponga agua calentita y me quedo controlando compulsivamente el chorro para comprobar que no se enfría. Bien, todo va bien. Cierro la puerta, me desvisto…cierro el grifo…meto un pie…y me escaldo.

Valoro la posibilidad de volver a vaciar la bañera pero mi escasa conciencia ambiental actúa y decido que si me meto poco a poco lo aguantaré. Para cuando acabo de meterme estoy del mismo color que una sandía y sudando. Me relajo medio minuto pensando que lo he conseguido para darme cuenta de que me he dejado el libro en la otra punta del baño. Vuelta a salir…mi piel hace pssssssss..al contacto con el aire frío…..chorreo todo el suelo, alcanzo el libro, vuelvo a la bañera y me tumbo por fín……solo para descubrir que no me gusta leer en esa postura, me duele el cuello y además me escurro…no llego con los pies al final..asi que tengo que hacer fuerza con las rodillas contra las paredes para no acabar metida totalmente en la bañera y que se me moje el libro.

Al final salgo con el pelo pegado de la espuma, los poros tan abiertos que se me ven los huesos, el libro mojado, una contractura en el cuello y agujetas en los muslos.

No me compensa…¡¡que venga mi mamá y me bañe!!!!!

jueves, 30 de octubre de 2008

COSAS QUE ECHO DE MENOS.

Echo de menos tener espacio libre en las neuronas para poder pensar en chorradas. Ahora si empiezo a pensar en chorradas enseguida lo asocio con cosas prácticas como qué pongo de menu de comida, cuando las niñas tienen gimnasia, o cuando es la próxima revisión en el pediatra.

Echo de menos no saber lo que es un percentil, ni que coño es la ESO. Echo de menos cuando los niños hacían gimnasia y no psicomotricidad o predeporte. ¿Qué coño es predeporte??...

Echo de menos cuando creía que el papel higiénico crecía por regeneración espontánea en el baño y las lentejas crecían solas en la despensa..por no hablar de mi absoluta convicción de que la ropa iba sola al cesto, se lavaba, se planchaba y volvía al armario por voluntad propia. ( Los tíos nunca pierden esta convicción).

Echo de menos hacer cosas sola. Echo de menos levantarme y desayunar en calma, con el periódico o mi libro, y concentrarme tanto en la lectura que se me quede el café frío y dé igual porque tengo tiempo de sobra para calentarlo de nuevo. Echo de menos poder salir a la calle con las manos en los bolsillos y no parecer un mulo de carga con un bolso que parece la maleta de Mary Poppins…y eso teniendo en cuenta que yo soy mala madre y por ejemplo nunca llevo pañuelos de papel.

Echo de menos llegar de trabajar y no tener nada que hacer, más que tirarme en el sofá a leer. ¡ qué poco disfruté de esos momentos cuando los tuve!.

Echo de menos cuando el día no se terminaba a las 8 y media. Me parecía que tenía toda la tarde por delante. Ahora a las 8 y media veo el final de la etapa…las niñas a la cama y el comienzo de mi hora feliz: cena y ocio.

Echo de menos despertarme por la mañana y pensar..voy a leer un rato antes de levantarme.

Echo de menos cuando el verano no era un puto stress de reorganización rutinaria, si no que era una cantidad de tiempo libre increíble para no hacer nada y llegar incluso a aburrirme. ¿En qué momento pasé de odiar septiembre a desear su llegada con toda mi alma?.

Echo de menos no tener dinero pero tener la sensación de que si lo tuviera podría hacer miles de viajes y de planes. Ahora tampoco tengo dinero pero la sensación se ha esfumado también….si lo tuviera habría que pensar en el colegio, el curro..blablablabla.

Echo de menos no saber lo que es el euribor, no tener ni idea de lo que cuesta la comunidad, ni el seguro del coche, ni que coño es la inflación. Claro, que ahora tampoco lo sé pero sé que si sube es muy malísimo.

Echo de menos cuando podía tomarte 8 copas, levantarme a las 8, esquiar todo el día y volver a salir esa noche y atizarme otras 8 copas. Ahora me tomo 4 y lo estoy pagando una semana….pero yo insisto..me sigue divirtiendo.

Echo de menos cuando me parecía un planazo salir en jueves hasta las 6 de la mañana.

Echo de menos cuando el concepto antiarrugas era ciencia ficción y tener una cana era gracioso.


Pues nada..que hoy tenía el día melancólico…pero en breve volveré a mi ser.