lunes, 5 de enero de 2015

Molidocumental: ¡Llegan los reyes!

Hoy vienen los Reyes y estoy nerviosa. ¿Qué me traerán? Como siempre, he pedido bastantes cosas y además este año he sido buenísima, tanto que casi parezco Melania y la palmo... menos mal que me espabilé a tiempo, me entró la hostilización y conseguí no morir. Hostilizarme a lo mejor no cuenta como ser buena, ¿me quitará puntos? Ha sido al final de año y a lo mejor los Reyes no se han dado cuenta o tenía tantos puntos de buenismo acumulados por mis mejillas sonrosadas que sigo en saldo positivo.

Vienen los Reyes y estoy como drogada. Bueno, estoy drogada y además vienen los Reyes. Tengo dudas importantes y de calado. Para empezar, ¿de dónde vienen? ¿Oriente? Para mí Oriente puede ser Elche, Barcelona o Sicilia con un pasado mafioso. Claro que si das toda la vuelta puede que vengan de Lisboa dando un rodeo, todo es Este según se mire. Ya he dicho que estoy drogada... pero el caso es que llegan hoy de dónde sea que vienen. 

Vienen los Reyes. ¿Quién es quien? Confieso que a mis 41 años no les pongo cara. A ver, cara si, nombre no. El negro, el concejal que se pinta con corcho, es Baltasar y los otros dos tienen nombre de viejo; Melchor y Gaspar, pero ¿cuál es cuál? Uno es como panocho o mejor dicho tiene el pelo del mismo color del que se lo tiñen Paul McCartney y Robert Redford, y el otro lo tiene blanco como la reina madre, que es lo que de verdad debería hacer el del pelo raro para tener dignidad (como McCartney y Redford),  pero a lo que iba: ¿cuál es cuál? Todo esto me lleva, por el camino de las drogas y la excitación, a recordar que hace muchos muchos años, en una casa de los Molinos llamada La casa amarilla (y en la que no había drogas) conocí a un Melchor, amigo de un amigo, que era muy guapo. Por supuesto mis hormonas adolescentes de jiji jaja le hicieron la típica pregunta que acabó con mis posibilidades de ligar con él (si es que tenía alguna, que lo dudo) ¿Y tus hermanos se llaman Gaspar y Baltasar? Ahora que lo pienso la probabilidad de que se haya casado con una tía que le preguntara lo mismo al conocerse son enormes. O quizás se ha casado con un Baltasar o un Klaus. No lo sé. 

Los Reyes vienen con pajes. Si hay unos personajes secundarios infravalorados en la historia son los pajes de los Reyes Magos. ¿Alguien sabe como se llaman? Paje 1, Paje 2 y Paje 3. Joder, ¡hasta los renos de Papá Noel tienen nombre! ¡Los renos! No somos capaces de distinguir un reno de un alce o un ciervo si me apuras... pero vemos un tío en mallas y gorrito y decimos ¡un paje! aunque no sabemos ni un solo nombre de paje. ¿Cómo es posible? Lo he estado pensando y lo sé. Porque no venían tan del Este como para ser americanos, si fueran de Estados Unidos no serían personajes secundarios, serían tan importantes como los ratones de la cenicienta, que se llaman Gus y Jack, los enanos de Blancanieves o el asno de Shreck. Desde ya propongo una plataforma para nominar a los pajes. 

Veo una superproducción en ciernes: Robert Redford, Paul McCartney y Morgan Freeman de Reyes Magos con unos pajes secundarios de los cuales uno es Keira (disfrazada de chico hasta que se descubre que es tía) que se enamora de uno de los otros que es Bradley Cooper y el tercero es el gordito gracioso... Si lo hacemos en dibujos y sólo ponen las voces, voto porque los pajes sean una rana, un tapir y una lagartija. 

¿Qué traían los Reyes Magos?

Oro, incienso y mirra. 

Sinceramente, a mi oro, incienso y mirra me parecen regalos de los chinos, de último momento, de se nos ha echado el tiempo encima y a ver qué llevamos porque encima en los camellos no hay sitio. 

¿Oro? Bien. Dorados, "brilli brilli", lingotes, joyas. Ya sé que toda nuestra economía se basa en el patrón oro y todo eso pero realmente es como horterilla.  Por ese horterismo de los dorados se inventó el oro blanco (o se descubrió o no sé muy bien de dónde salió)  que es mucho más elegante y con más clase. En el momento en que los bombones empezaron a ir envueltos en dorado, la época de esplendor del oro llegó a su ocaso. Además, si te trajeran lingotes podrías platearte ir a cambiarlo por dinero pero te iban a surgir muchos problemas. ¿Dónde lo llevas? ¿Cuánto pesa? ¿Alguna vez has visto a alguien conseguir cambiar un lingote? Seamos sinceros: si apareces en una tienda de esas de "Compro oro" con un lingote hay muchas posibilidades de que llamen a  la policía, vengan unos sicarios mafiosos o te encuentres protagonizando una peli muy absurda de Tarantino.  

Incienso. Pensadlo bien. Os presentáis en casa de alguien y le regaláis incienso. ¿Cómo se justifica eso? O bien el destinatario es cura o monaguillo o es una lánguida. O se me acaba de ocurrir otra posibilidad aterradora, ¡su casa apesta! pero por alguna oscura y extraña razón es tu amigo y quieres gozar de su compañía, así que le regalas incienso para intentar soportar la peste. Ahora miraos todos... si no lleváis casulla y no os gusta cantar en bolas con una guitarrita y alguna vez os han regalado incienso, puede que tengáis un problema de olor corporal. 

Mirra. ¿Qué leches es la mirra? 

"Sustancia resinosa aromática", muy bien. Todo el mundo sabe que una sustancia pegajosa es un regalo "buenísimo" y si encima es aromático mejor que mejor. Cuando se seca es como arena. Madre mía, parece un regalazo, un cofre de arena. "Tú di que es mirra". Sigo investigando. 

Se usaba para elaborar "perfumes, incienso". ¿Incienso? La culpa de que el incienso huela como huele ¡es de la mirra! ¿A qué huela la mirra? A incienso. Vamos mejorando; es pegajosa, parece arena y apesta. 

"En la época del imperio romano se usaba como anestésico". Bien pensado por parte del rey correspondiente pero dado que llegaron cuando el niño ya había nacido, creo que a la Virgen no le sirvió de nada que fuera anestésico. Me imagino su cara "¿A estas horas con la mirra? Ya podíais haber llegado un poquito antes".

Actualmente se usa como elemento de los dentífricos y los enjuagues bucales, pero en la antigüedad  "Su uso fundamental y extendidísimo era el erótico y dentro de ese campo se consideraba un perfume irresistible". 

Aquí hay algo que no me cuadra... o me cuadra regular. Mirra en el enjuague bucal y ¿tenia un uso erótico? 

Empiezo a sospechar de los Reyes Magos, todo tipo de pensamientos muy raros empiezan a pulular por mi mente. ¿Embadurnarse en pasta de dientes antes de salir y ver si funciona como las feromonas? ¿Picará? ¿Compensará su poder afrodisíaco el picor y la peste mentolada? 

Volvamos a lo importante. Hoy vienen los Reyes Magos y espero que no me traigan ni oro, ni incienso ni mirra... o bueno, lo de la mirra me lo voy a pensar. 




viernes, 2 de enero de 2015

Lecturas encadenadas. Diciembre y resumen final


Empecé diciembre con un libro que sabía que iba a odiar pero que tenía que leer. Sé que es absurdo pero de vez en cuando tengo estos arranques. Perdida de Gillian Flynn era justo lo que esperaba una memez de historia disfrazada de intriga. Es igual que una tv movie de Antena 3 de los sábados por la tarde. Ella es rubia y se cree lista, él es guapo y se cree listo y la realidad es que los dos son idiotas y viven en un mundo dónde increíblemente todo el mundo es más idiota que ellos así que ellos parecen super astutos. No son astutos, son memos. Voy, vengo y por el camino me entretengo y el libro es un coñazo. Lo terminé para poder despellejarlo a gusto y para saber hasta dónde había sido capaz la autora de retorcer la historia. Es increíble como partiendo de una premisa absurda consigue llegar a un final inverosímil en el que no hay marcianos, ni una isla que desaparece ni un hada madrina. 

Me parece recordar que al estrenarse la película hubo cierta polémica porque decían que el libro iba contra las mujeres o algo de eso. No entiendo la crítica, todos los personajes son idiotas, independientemente de su género. Me falta ver la peli para someterme a la tortura completa.

La editorial Turner tuvo la amabilidad de enviarme Hacer el bien de Matt Sumell a pesar de que mi opinión sobre Las esposas de los Álamos que también forma parte de su nueva colección "El cuarto de las maravillas" no había sido precisamente buena.

Hacer el bien es la historia de Alby, alter ego de Matt Sumell, que al perder a su madre entra en una espiral de lo que podríamos llamar vida sucia. El tipo de descenso a los infiernos, introspección, rescate de recuerdos, inconsciencia vital, borrachera descontrolada y sinceridad desbordada tan típica de muchas novelas americanas.

Es una novela que engancha al principio; Alby cae bien. Quieres saber quién es, qué le ha pasado, qué le va a pasar. El problema es que en algún momento a Sumell los saltos temporales se le van de las manos y acabas un poco desorientado y sin saber muy bien dónde estás y lo que es peor si te importa. Por otro lado es una sensación de dar vueltas sobre ti mismo que se parece mucho a la sensación de espiral en la que se vive en una situación de luto. El problema es que las espirales tienen salida y Sumell parece más bien dar vueltas en un círculo sin fin. A pesar de todo esto, me ha gustado y se lee con agrado. Tiene algunos diálogos muy brillantes de un humor bastante negro.

Una cuestión de fe de Enric González. Este libro tiene toda una historia. El día que yo presenté mi libro, Enric hacía de librero en "Tipos Infames" y obviamente yo no podía ir. Nán tuvo el detallazo de ir a ver a Enric, comprar el libro y hacer que me lo dedicara "Para Molinos que ya es vieja amiga con un abrazo y un gran beso"  Enric puede escribir de lo que quiera que yo lo leo todo con pasión, devoción y entrega adolescente.

En este caso Enric habla de fútbol que como todo el mundo sabe es un tema que me motiva cero, pero he devorado el librito más feliz que una perdiz, con una sonrisa en la cara y disfrutándolo como una enana. Se lee como si le estuvieras escuchando, como si se estuviera tomando una copa y fumando mientras te cuenta esas historias, esas ideas, esas reflexiones. Lo imaginas sonriendo porque tú también estás sonriendo al leerlo. Siempre te quedas con ganas de más, de decir "sigue, no pares, cuéntame más".
"Lo que llamamos "historia" no es lo que ocurrió, sino lo que se ha escrito sobre lo que ocurrió. Y lo que se ha escrito se corrige, se reescribe y rectifica día a día desde un presente continuamente cambiante. Y hechos desnudos e indiscutibles se disfrazan de forma distinta en cada época, bajo una condición: la narración histórica es siempre la que más satisface a los grupos dominantes en la sociedad. Por poner un ejemplo chusco, si España se convirtiera en una república islámica, el relato de lo que ahora se llama Reconquista cambiaría por completo, aunque los hechos fueran los mismos". 

Por supuesto lo recomiendo para todos. ¡Ah! casi lo olvido, habla de su equipo, de El Español. De la historia, sus recuerdos como seguidor, su sufrimiento.... pero eso es lo de menos.


Al servicio del Reich: La física en tiempos de Hitler de Philip Ball ha sido otro envío de Turner. ¡Mil gracias! Como su propio nombre indica este ensayo trata sobre qué ocurrió y como se comportaron los científicos y concretamente los físicos y más concretamente Planck, Heinsenberg y Deybe cuando los nazis llegaron al poder. Es un libro interesantísimo por lo que cuenta de ciencia y por sus reflexiones sobre lo fácil que nos es a nosotros juzgar como buenos o malos desde nuestro cómodo sillón del siglo XXI.

La premisa de Ball para sustentar el libro es contar la historia de Peter Deybe, el más desconocido (por lo menos para el público de mi nivel)  de los tres científicos que he mencionado antes. Deybe fue siempre considerado un militante anti nazi que hizo todo lo que pudo contra ellos hasta que se exilió a Estados Unidos. En 2006 un libro lo presentó como colaborador de los nazis incluso cuando ya trabajaba para los americanos. Se desató una gran polémica que hizo que se quitara su nombre a un instituto en Holanda, a unos premios... Ball se propone contar la historia de la ciencia en tiempos del III Reich y presentar la figura de Deybe, no para rehabilitarle sino para mostrar que no todo es blanco o negro. Es un libro muy muy interesante que recomiendo a todo el mundo por sus reflexiones sobre historia, sobre el papel de la ciencia y sobre el comportamiento moral de cada uno de nosotros.  He copiado muchísimos párrafos en mi cuaderno de aprender.
"Una de las lecciones vitales que hemos de aprender del desastre alemán es la facilidad con que un pueblo puede verse absorbido por el marasmo de la inacción; basta que sus individuos se dejen llevar por la marrullería, el oportunismo y la cobardía, para que estén irrevocablemente perdidos". 
"Cuando oímos decir en defensa de los físicos alemanes que no todos los hombres puede ser héroes, debemos recordar esta observación: no se trata de cuan inquebrantable sea nuestro valor, sino de cuanto puede tolerar nuestro sentido moral". 

He terminado el año maravillándome con la segunda y tercera parte de El Cuarteto de Alejandría:

Balthazar  y Mountolive.  Ya conté en verano que había empezado la relectura de esta tetratrología de Lawrence Durrell porque cuando la leí por primera vez con 20 años sentí que era demasiado joven, demasiado inexperta, demasiado inocente para apreciarla. Tenía esa sensación pero no estaba segura de que iba a pasar al volver a ella y sencillamente me ha maravillado. No recordaba casi nada de la historia ni de los personajes y ahora mismo que estoy con la última parte, estoy inmersa en el calor de Alejandría en la época anterior a la II Guerra Mundial, con unos personajes centrales vistos desde mil puntos de vista y rodeados de todo un universo de personajes secundarios que crea Durrell. Estoy fascinada y contentísima por haberlo releído. Con 20 años no era su momento, lo es ahora.

De Balthazar:
"La ciencia es la poesía del intelecto y la poesía es la ciencia de los efectos del corazón". 
En 2014 he leído 67 libros, mejor marca personal de todos los tiempos. No tiene mayor importancia pero me sigue sorprendiendo la cantidad de tiempo que dedico a leer sin por ello dejar de hacer otras cosas.

De los 67 libros, 7 han sido escritos en castellano, 11 por mujeres, 5 han sido relecturas, 20 de no ficción y 7 comics. Bastante variado. Durante el año he repetido a Steinbeck, Siri Hustved, Pinilla y Lawrence Durrell. He leído un par de ellos espantosos pero no tanto como para entrar en  mi ranking de libros espantosos de todos los tiempos. (Me he currado un tablero de pinterest muy chulo con todas las lecturas y las citas correspondientes) 

Ha sido un gran año lector. ¿Alguien ha leído alguno de los que he recomendado o desaconsejado en todo el año? 

miércoles, 31 de diciembre de 2014

lunes, 29 de diciembre de 2014

Dos hombres y un año

Hoy quiero dedicar este post a los dos hombres que han hecho que mi año fuera mejor, que me han ayudado a llegar al final. Dos hombres a los que nunca se lo podré agradecer bastante. El Ingeniero Estoy orgullosa de nosotros. De los dos. Muy muy orgullosa. Hemos hecho algo dificilísimo que nadie sabía como iba a salir, ni siquiera nosotros. Cuando te haces novio de alguien, o te casas o te vas a vivir con alguien tienes una expectativa de cómo será el futuro. Esa expectativa suele ser optimista por tu parte y la de tu pareja, y también por parte de tu entorno. Empiezas con una perspectiva optimista que luego va mejor o peor... pero cuando te separas resulta que la expectativa es la de encaminarte al infierno en la tierra. Nosotros no teníamos esa expectativa, creíamos firmemente en que saldría bien, en que tendríamos una buena relación (como siempre) y que las princezaz estarían fenomenal. Nos encontramos sin embargo con un entorno que no daba un duro por nosotros y a lo más que llegaba era a una duda incrédula colmada de augurios pesimistas: "bueno sí, os lleváis bien... pero ya veremos luego" No ha sido así. No somos pareja, no somos amigos. Somos algo que no sabemos definir y que no necesitamos definir hacia fuera. Nos sirve a nosotros y a las princezaz. Nos hace felices cuando estamos los cuatro juntos haciendo cosas y también cuando estamos separados. El Ingeniero y lo que hemos construido durante este año, lo que estamos construyendo a pesar de todo y de todos, me ha servido de apoyo, de soporte, y me ha dado tranquilidad. 
"No te preocupes por nada" No hay nadie en el mundo al que le desee más felicidad que a él. Juan Nunca le podré agradecer bastante todo lo que ha hecho por mí este año. Yo he estado a 2.000 km de mi zona de confort porque he llegado allí revolcada por las olas... Juan ha nadado 2.000 km saliendo de su zona de confort para ir a buscarme y evitar que me ahogara. Ha extendido su brazo largo cuando me estaba hundiendo para sacarme de los pelos a flote. Me ha hecho el boca a boca cuando ya no podía respirar. Me ha sacado de la cama cuando no quería levantarme. Me ha aguantado llorando hasta que le he empapado la camiseta, "no sabia que se podían tener tantas lágrimas". Me ha llamado 20 veces a pesar de que le colgaba hasta que se lo he cogido. Me ha apuntado en su lista especial de "personas que pueden despertarle de la siesta". Me ha dejado un armario de su cocina para guardar todas las guarrerías de comer que me gusta tener cuando vemos una peli. Me ha regalado su batamanta nórdica. Ha visto conmigo todas las pelis que le he sugerido. Ha leído muchos de mis posts antes que nadie. Me ha acompañado a una reunión de frikis de ciencia y ha sido el conejillo de Indias de mi primera charla. "No te pongas nerviosa, lo vas a hacer fenomenal". Me ha obligado a dejarme el pelo largo y por ahora parece que ha acertado. Me ha acompañado a conferencias y yo he ido con él de compras para ayudarle a elegir unos pantalones. Me ha obligado a comer, a beber, a hablar y a ir de vacaciones. Ha organizado una cena sueca en su casa con mantel y cubiertos. Me ha escuchado hablar sin parar entre lágrimas y mocos tumbada en una hamaca en su cuarto mientras él me escuchaba de pie. Me ha enseñado un video de ballenas varadas estalladas y de tíos que construyen catapultas. Ha madrugado más que yo para ducharse antes y dejarme dormir. Hemos compartido, una vez más, unas vacaciones geniales y me ha enseñado a ponerme los tapones para dormir. Ha leído en internet sobre cómo ayudarme, qué darme, qué decirme, cómo escucharme y ha pensado en llevarme a una sesión de drogas alucinógenas con un chamán (eso lo tenemos pendiente). Somos amigos, muy amigos. Hemos renunciado a intentar explicar qué somos, sonreímos cuando nos miran con incredulidad ¿pero no sois pareja? "No te preocupes, vas a estar bien" Nada me da miedo si estoy con Juan.
Dos hombres que están en mi vida y por los que soy una chica con muchísima suerte.


jueves, 25 de diciembre de 2014

Un aperitivo y un reencuentro

Los Molinos es un sitio pequeño donde la ley de los seis grados de separación no se cumple ni de coña. Lo más alejado que puedes estar de alguien es un grado, dos si es un completo desconocido recién mudado o alguien que ha vivido secuestrado en su casa por una secta de mormones aterrizados en una nave espacial.

Los Molinos es un pueblo con poco comercio pero con una sobre abundancia de bares. A mí me recuerda mucho a "Obelix y Compañía" pero sin tanta variedad: un bar, un bar, un bar, una cervecería, un bar...

Los Molinos es un pueblo con una gran tradición de montar aperitivos que se escapan totalmente de control y acaban en cualquier cosa que no tiene nada que ver con la mesura en el comer ni en el beber y normalmente de noche cerrada. 

- "Moli, soy Paula. ¿estás en Los Molinos hoy? Llego al aperitivo tardío, me encantaría vernos.
- Estupendo, aquí te esperamos. 

Pobrehermano Mayor, las princezaz y yo salimos para el aperitivo.

- Pobrehermano, me ha escrito Paula. Va a llegar un poco tarde.
- Uy, pues yo no la veo, este año me lo pienso tomar con calma. Un aperitivo light.
- ¿Cómo de light? ¿Cómo el de hace dos años cuando llegaste a la cena de Nochebuena a las 11:30 de la noche?
- Ese año la culpa fue vuestra. Me acosté la siesta...
- ¡a las 9 de la noche!
- Me acosté la siesta y en vez de levantarme a gritos, entrasteis y me dijisteis: venga... que nos vamos. Y claro así no me levanté. 
- Vale, vale...pero que Paula llegará a las 3 y media o las 4. 

3 horas y media después, 4 bares completados, todos mis familiares saludados, amigos por todas partes,  n rondas de cervezas terminadas, dos princezaz hambrientas, desesperadas y considerando pedir un cambio de madre, ¡apareció Paula!

Entre Paula y yo hay un grado muy muy escaso de separación y nos tenemos un cariño inmenso. En su casa estaba Pobrehermano Mayor cuando murió mi padre. Uno de los recuerdos más absurdos de mi vida ocurrió cuando en el funeral de mi padre, en una iglesia aborratada de gente que se acercaba a saludarme, una amiga de mi hermano Gonzalo que tendría 14 años casi se muere de la emoción porque el padre de Paula era su ídolo y estaba acompañándonos ese día y nos pidió permiso para pedirle un autógrafo. Pobrehermano Pequeño y Paula hermano también eran y son amigos...algunos de los perros que hemos tenido vinieron de casa de Paula, yo paseo por El Roto y ella va a correr por allí  y mil cosas más.

Los caminos de la red son inescrutables y asombrosos y después de años de no saber de Paula y su familia más que de oídas lejanas, un buen día abro twitter, me encuentro un retuit que pone "Paula" y digo: ¡coño, si es Paula! y de ahí retomamos el contacto virtual: yo la veo a ella con todos sus éxitos profesional y ella me ve a mi...mmmm..lo que sea que hago yo. La he visto dar charlas, publicar artículos, correr de madrugada convirtiéndose en una maldita runner, la he visto sufrir como una campeona corriendo el marathon de NY y conseguir terminarlo. Y la veo con su pelo liso y perfecto y recuerdo su melenón de rizos a lo Annie McDowell pensando en el tiempo que se tirará en la peluquería. 

De hecho es lo primero que le pregunto al verla porque ya estoy completamente empapuzada de cerveza. 

- Pero Paula...¿cómo consigues tener el pelo asi? La gente fliparía si conociera tu melena. 
- Jajajaja...una pasta en tratamientos.

Después de un par de rondas más, muchas risas y de presentarle a las princezaz que definitivamente han decidido hacer como que no me conocen y se han sentado al fondo del bar a jugar al ajedrez... me retiro a casa para conseguir llegar a la cena en un estado decente. 

Inmortalizamos el momento en una foto innoble y decidimos repetir muy pronto. 


*A Pobrehermano Mayor se le fue de las manos el aperitivo... pero esa es otra historia. 




jueves, 18 de diciembre de 2014

Reinterpretando a Pedro Etxenike (con su permiso)


Traje gris, corbata azul, camisa blanca. Todavía conservas algo de gris entre tu bastante abundante pelo blanco. Gafas sin montura apoyadas en una nariz y unas orejas llamémoslas importantes. Detrás de las gafas, unas cejas oblicuas enmarcan unos ojos pequeños pero vivaces y penetrantes. Eres alto pero pareces más alto porque siempre estás muy erguido y más cuando vigilas, atento a todos los que van entrando en la sala. Seguro que tu madre no te decía "Pedro, ponte derecho". 
Tienes las manos grandes y "hablas" mucho con ellas. Me identifico con ese rasgo tuyo, yo también hablo mucho con las manos, aunque en mi caso lo llamaría gesticular como una loca, pero tú eres Premio Príncipe de Asturias, una eminencia científica y todo un señor, y no se puede decir eso de ti. 
Mientras con una sonrisa y unas cuantas palabras de cortesía (sospecho que no recuerdas mi nombre) saludas a todo aquel que se acerca, sigues oteando la sala, metiendo alternativamente una mano u otra en el bolsillo del pantalón, tocándote la nariz y alisándote la corbata. Tienes un tic. 
Cuando por fin, tras las correspondientes y elogiosas presentaciones, comienzas a hablar todo desaparece. No importa si estás en una sala atestada con un calor horrible, en una cafetería o en un salón de actos inmenso y desangelado, en el sótano de una fea facultad en el invierno madrileño... cuando comienzas a hablar no hay nada más que lo que cuentas y, sobre todo, cómo lo cuentas. 
Tienes algo que sólo poseen los grandes comunicadores, que sólo algunos hombres, Springsteen, Gaiman o Enric González consiguen (conmigo). Cuando hablas no pareces querer estar en ningún otro lugar ni haciendo ninguna otra cosa y lo que cuentas no lo cuentas a un gran auditorio;, siento que hablas sólo para mi.  
Ahí estoy yo, pequeña y canija en mi butaca. Rodeada de popes del mundo académico (me he sentado demasiado cerca) y sintiendo exactamente eso, que hablas solo para mi aunque la charla se llame "Consejos a un joven científico" y yo no sea científica ni me se me pueda considerar joven. 
Me dejo llevar por tus palabras y voy apuntando los consejos, escuchando y reformulándolos en mis notas. ¿Y si intento aplicar estos consejos a lo que yo sé hacer, a los  blogs? 

1.- Escoger un buen sitio, un buen supervisor y un buen proyecto 
Decidir lanzarse a escribir es un gran reto. ¿Dónde colocarte? ¿En qué nicho? ¿Hablar sólo a los que piensan como tú o para todos? ¿Escribir de un solo tema o de mil? ¿Con tono formal o personal? Buscar el consejo de alguien que ya tenga un blog es una buena idea, de hecho la mayoría de la gente que abre un blog lo hace porque decide "imitar" a otro que le gusta o porque otro alguien le anima a hacerlo: "deberías escribir un blog". 

2.- A nadar se aprende nadando, no leyendo sobre nadar 
Escribe, escribe, escribe como si te fuera la vida en ello. Lo harás mal, nadarás a perrito y llegarás al final del largo, perdón, del post, boqueando sin aire y deseando que nadie te haya visto, leído, porque te parece que tienes un estilo horrible, que lo que has escrito no se parece a nada de lo que tenías en la cabeza y desearás dejarlo. 
Escribe, escribe, escribe y acabarás dando la vuelta olímpica y escribiendo posts de los que estarás orgulloso y no te dará vergüenza enseñar. 

3.- Arriesgarse. Ir a lo desconocido. Aprender a comunicar. La ciencia es ante todo creatividad 
Una vez que se ha cogido el truco y has cogido soltura, conviene probar a hacer cosas nuevas. Con un publico fiel (sean 3, 300 o 3.000 personas) lo mejor es intentar hacer cosas nuevas. No por ellos sino por ti, para no aburrirte y porque si has aprendido a nadar, a escribir posts... ¿por qué no vas a poder hacer ahora un podcast, un videoblog o lanzarte a escribir sobre otro tema o con otro estilo?
Ten sentido del humor. Sonríe cuando escribas 
La ciencia es creatividad y también lo son casi todas las cosas que dan satisfacciones personales en la vida. 

4.- No tengas miedo a perder el tiempo 
Perder el tiempo es maravilloso. Brujulear por la red saltando de enlace en enlace, bucear en twitter buscando algo que te llame la atención y que no sabes dónde te va a llevar, leer, ver pelis... todo eso no es perder el tiempo, es dejar que tu mente descanse libre, haga conexiones absurdas, pues a veces, una de esas conexiones absurda originada en un momento de descanso mental te lleva a una idea genial, a encajar cuatro conceptos o a encontrar una manera nueva de enfocar una idea para escribir. Pierde el tiempo. 

5.- No desanimarse
Los posts no van a salirte como a ti te gustaría, te van a pisar los temas, no se te ocurrirá nada, pensarás que nadie te lee, tu entorno de la vida real te mirará con cara de ¿eres de Saturno? cuando les comentes que tienes un blog y cuando por fin escribas un post del que estés enormemente orgulloso... no recibirás el feedback que esperas de los lectores. 
No te desanimes. Disfrútalo. Siempre. 

6.- Lee otros blogs 
De tu materia y de otras, de tu estilo y de otros. De temas que siempre te han interesado y de los que sabes un montón, de temas que siempre te provocaron curiosidad pero de los que no sabes nada y de materias que ni siquiera sabías que existían. Lee. 

7.- Sé ambicioso, pero sin pasarte 
La modestia bloguera, como cualquier otra modestia, no sirve para nada. Aspira siempre a escribir el mejor post, a contar la idea de la mejor manera posible y a sentirte lo más orgulloso posible de lo que has hecho. 
Pero no te pases de ambición; no pretendas arrasar nada más llegar, ganar todos los premios y conceder entrevistas. 
¿No es coherente este consejo? 

Etxenike lo explica muy bien: "la coherencia es una virtud de pequeñas mentes".

8.- Hazte un nombre 
Más que un nombre, que también, un estilo. Esto es importante, hazte un estilo que te identifique, una manera de escribir y de contar las cosas que sea plenamente tuya y clara. Como dice Gaiman, "nadie puede contar las cosas como tú lo haces". Agárrate a eso y hazte un nombre. 

9.- Cree en tus ideas y en tu forma de contar las cosas pero no infinitamente. No te confíes y presta atención a los detalles, esos que a lo mejor descuidas cuando hayas cogido soltura y confianza
Hay que ser crítico con lo que haces y con lo que escribes, con lo que cuentas y cómo lo cuentas... pero tampoco te pases. Para ser ultracríticos ya estarán tus enemigos, muchos de tus amigos y menéame y sus comentarios de cola de la pescadería.

10.- Cultiva amigos inteligentes 
Este es un consejo para jóvenes científicos, para blogueros y para todo el mundo... pero en el mundo de los blogs conviene aplicarlo para no perder el tiempo leyendo textos que no aportan nada, críticas que no pretenden nada más que destruir, o participando en polémicas en bucle completamente absurdas. 

Llevas una hora hablando, dejo de tomar notas, levanto la mirada y allí estás con todo el auditorio a tus pies esperando tus palabras... como buen seductor y comunicador has dejado lo mejor para el final:
"No olvidéis que a la perfección se llega con la pasión".

Grandes aplausos, todos nos quedamos con ganas de más, de muchísimo más. 
Tras el turno de preguntas que comienza con una maravillosa, "Sr. Etxenike ¿que hay que hacer para que usted tenga un cargo en el Ministerio de Educación?", me  acerco a despedirme y descubro que también compartes debilidad con otros de mis hombres favoritos; eres presumido. 

- ¿Me ves más gordo que en El Escorial?
- Por supuesto que no, estás estupendo. 

La charla oficial que no debéis perderos está accesible en la web.  


miércoles, 17 de diciembre de 2014

Repasando tus 10 años.

En enero, el día de la cabalgata de Reyes en Los Molinos y disfrazada de algo parecido a un ángel, recogiste toda tu premio por el cuento de Navidad que habías escrito. Casi un año después, no has canjeado el premio porque unos días quieres ir a clases de padel y otros días quieres dedicar el premio a aprender a cantar. Sigues cantando increíblemente bien. Enero fue también nuestro primer mes sin vivir juntas pero lo llevamos francamente bien. 

En febrero me preparaste tu primera fiesta sorpresa por mi cumpleaños y me hiciste una  final una tarta de cartón con velas para mi caminito de chuches. Organizar la fiesta sorpresa con mis amigos te puso muy nerviosa porque pensabas que yo sospechaba algo. Además, renqueaste en las notas porque decidiste que ni las matemáticas ni la lengua eran para ti, decías que eras demasiado tonta. Nos enfadamos muchísimo contigo y te castigamos sin ir a fútbol. Nos odiaste un poco. 

Tu primera noche fuera con el colegio fue en marzo. Frío y nieve en la montaña y por supuesto y a pesar de mis "no pierdas nada", volviste sin abrigo. Llorando de la culpabilidad pero sin abrigo. En marzo fue también tu competición de natación, lo hiciste muy bien y quedaste segunda de tu serie. Celebramos, un año más, San Huevo Frito. 

En abril llegó la Semana Santa, la mitad en Los Molinos y la otra mitad en Málaga con todos vuestros primos. Fuimos a la expo de Pixar y en El Roto te hice una foto maravillosa en la que a pesar de estar de espaldas, estás muy muy tú. 

En mayo y como era de esperar siendo hija de dos gafotas te pusimos tus primeras gafas. Rojas y con una funda de camuflaje que es lo que más te gusta. A junio llegaste desfondada del esfuerzo con los estudios pero muy contenta porque tu profesor te dijo que habías mejorado muchísimo y en casa habíamos conseguido convencerte de que no eres tonta ni muchísimo menos. 

Junio fue un mes raro. En una noche te hiciste mayor; entré contigo siendo una niña en el salón de plenos del Ayuntamiento de Los Molinos para que te maquillaran de trasgo y en las fotos que te hice me encontré con que ya no eras una niña. Pensé que era efecto del maquillaje, de Shakespeare y de la luz... pero al día siguiente en pijama, sin peinar y acariciando a Tuca te habías convertido en otra persona. Todavía no sabemos muy bien quién eres pero lo estamos descubriendo. En junio organizasteis vuestro Club de los 5 y acondicionasteis vuestra sala de reuniones en el fondo de la piscina vacía de La Marquesina, una casa donde yo jugué mil veces de niña. 

Julio, ¡albricias! ¡redoble de tambores! descubrimos que te gustan las coquinas. Me vas a salir carísima pero por lo menos en los restaurantes de playa ya podemos pedirte algo más que chuletas con patatas. Lo pasaste fenomenal en la playa, disfrutando como una enana. Ibas por la calle con tu hermana saltando de banco en banco, bailando y gritando "No hay pan para tanto chorizo". Abu se moría de vergüenza y por supuesto me regañó: "A saber de qué les hablarás en casa". Con todos vuestros amigos en la superpantalla de Juan vimos "Alien" y pasaste de risitas de listilla "¿esto es de miedo?" a venir llorando a mi regazo, quitándote las gafas para no verlo y tapándote los oídos. Con el club, pasasteis la noche durmiendo en la piscina vacía...por supuesto no pegaste ojo. 

En agosto por primera vez en nuestra vida pasamos 21 días sin vernos. Por primera vez fuiste al extranjero, a Francia y te enfadaste muchísimo porque los franceses no fríen las patatas aparte y no son sin gluten, acabaste harta de ensalada. Volviste de Gibraltar después de disfrutar de tus primos, completamente asilvestrada y con el pelo larguísimo. 

En septiembre, tu primer flechazo amoroso. Te llevé al concierto de Rafa Pons y acabaste loca de amor con él y enganchada a su música. Cuatro meses después seguimos en bucle con sus canciones, ya nos las sabemos todos. Renunciaste al fútbol por la natación y te compré tu primer top. Estoy muy orgullosa de mi misma porque no lo hice avergonzándote delante de la dependienta. 

Octubre pasó sin pena ni gloria. Colegio, biblioteca, fines de semana en Los Molinos. Mucho Mortadelo y Filemón, muchos "Misterios de Laura" y un recurrente ataque de asma. Nada interesante. Casi lo olvido, te has vuelto adicta a jugar a la escoba y fuiste a tu primer partido en un estadio, al Calderón a ver ganar al Atleti.

En noviembre, tu último mes con 10 años, Abu cumplió 70 y le hicimos una gran fiesta. Lo pasaste bien aunque fuera una "fiesta de viejos". Estuvimos en la casa de las montañaz y saltaste por los aires, recogimos millones de manzanas de Casa Espada y jugamos 3 partidas de parchís a cara de perro.  

Diciembre. El mes empieza bien porque te han elegido para las olimpiadas de natación de tu colegio. Vamos a nadar juntas y alucino con los 40 largos que te haces a braza con un estilo increíble y sin desmayarte. Te enseño a dar la vuelta americana. Continuamos regular porque después de años de comer atún de lata ha empezado a picarte la garganta y salirte ronchas al comerlo,  así que me temo que habrá que tachar atún de la lista de cosas que puedes comer. Haces tu última función de Navidad, cantas y bailas por última vez en el escenario del cole; siento una extraña mezcla de alivio y pena. 

Espero que te guste el patinete de macarra que nos has pedido por tu cumpleaños y que sea sorpresa. Todavía no me he repuesto de lo que me dijiste ayer: 

"Mami, no debería decirte esto pero el año pasado encontré mi regalo antes de mi cumple porque me puse a buscarlo y lo encontré en tu vestidor"

Este año no estaba en el vestidor. 

Disfruta de tu caminito de chuches, de tu día, de los burritos que me has pedido como comida favorita y que sepas que ni El Ingeniero ni yo pensamos dejarte ganar en la bolera esta tarde. 

Feliz cumpleaños princesa de los ojos azules. 

viernes, 12 de diciembre de 2014

Ikea no me manipules

Vaya por delante que me gusta Ikea. Levanto la mirada ahora mismo y más de la mitad de los muebles que veo los he comprado allí. Me gustan los muebles, me flipa mirar el catálogo con sus familias suecas que se parecen a las españolas igual que unos extraterrestres de Venus y adoro las fundas de edredón de lobos verdes que tienen las princezaz en sus literas. 

Pero que me gusten sus muebles no quiere decir que no me haya encendido como el icono del cabreo del whatasup al ver su tan alabado anuncio de navidad en las redes sociales. 

Me levanto y digo, "mira, voy a ver el anuncio de Ikea a ver si me reconcilio con la publicidad y empiezo el día con buen rollo". 

Ahora mismo odio a todos los creativos publicitarios y estoy tan hostilizada que hasta tengo ardor. 

Es un anuncio rastrero, falsamente emotivo, manipulador, tramposo y sobre todo de una desvergüenza escalofriante. 

Por si alguien no lo ha visto, lo resumo brevemente. 

Coges unos cuantos niños de edades entre 4 y 11 años más o menos. Más pequeños no sirven porque no entienden por dónde vas a manipularlos y mayores tampoco porque no se van a dejar y además lo que ellos quieren no se corresponde con tus rastreros intereses de hacer sentir culpables a los padres. Con 12 años un niño no quiere que su padre le lea un cuento, sino que le deje salir con sus amigos al parque o al cine. 

Les haces escribir una carta a los Reyes Magos sin mencionar que muchos de esos niños probablemente han perdido ya la bendita ilusión de su existencia y conocen el secreto, y piden juguetes. Luego, les haces escribir una carta a sus padres con lo que les pedirían a ellos por Navidad. 

Es todo tan sutil que dan ganas de vomitar. 

Luego entregas las cartas a los padres que lloran todos. ¿Por qué? Pues porque en las misivas entregadas los niños piden que se les lea un cuento, cenar con sus padres, jugar al fútbol y pasar más tiempo juntos. 

Los padres lloran y se sienten inmensamente culpables. 

Ikea no contenta con este nivel de manipulación emocional, lleva su retorcida estrategia un poco más allá y les pregunta a esas inocentes criaturitas que carta eligirian si sólo pudieran enviar una. 

Los angelitos ponen cara de pensárselo, valoran los pros y los contras y dicen con cara de no haber roto un plato: la de mi madre, la de mis padres. 

¡Tachán! Ya tenemos el mensaje:

"Tus hijos te quieren a ti a pesar de que eres un padre desalmado que no pasas tiempo con ellos y tratas de comprar su amor con juguetes". 

Tócate los cojones, la zambomba y baila. 

Ikea está en su derecho de hacer el anuncio que le salga de las narices, eso no lo discuto pero ¿En qué están pensando todos los que han llorado con este anuncio, todos los padres que dicen que les ha emocionado, todos los que dicen que Ikea tiene razón?

¿Estamos tontos o qué? 

Nadie discute que la conciliación es un tema chungo, que a todos nos gustaría llegar a casa a las 5 de la tarde y pasar la tarde con nuestros hijos, tener más vacaciones y poder ir a las funciones del colegio sin tener que pedir favores a diestro y siniestro. Eso es evidente, pero no se soluciona con un anuncio de Ikea.

Por otro lado pasar la tarde con nuestros hijos no quiere decir ser un parque temático. A ver si nos enteramos ya de que la convivencia familiar no consiste en estar en casa haciendo todo lo que quieran nuestros hijos cada segundo de su existencia. La convivencia familiar consiste en convivir con las tareas, aficiones, gustos e intereses de cada uno. A veces coinciden, a veces no. Y no pasa nada.

Además, la pregunta de elegir que carta enviar es tramposa, muy tramposa. Esos niños saben que sus padres fliparán con la carta y que la manipulación emocional a  funciona siempre con efecto inmediato (estoy suponiendo que no hay manipulación de ninguna clase haciendo el anuncio y es ya muchísimo suponer). Si además saben, que los Reyes no existen y que en caso de existir su recompensa depende de su comportamiento, la elección está clara. Y además, ¿les has hecho creer que si no mandan la carta a los Reyes no tendrán regalos? Ja. Me gustaría ver la respuesta a esa pregunta.

No dejemos que nos manipule una empresa que tiene un servicio para que aparques a tus hijos al ir a sus tiendas para que no te molesten. No le hagamos el juego a una empresa que abre todos los festivos y que cierra sus almacenes a las diez de la noche. Me encantaría saber que han sentido sus empleados al ver el anuncio,  esos trabajadores que salen a las mil de la noche en el extrarradio de las ciudades cuando llegan a sus casas y sus hijos llevan dos horas durmiendo.

Lo que más me cabrea de todo esto es que los espectadores target del anuncio, padres y madres con niños de esas edades, se hayan sentido culpables por esta burda manipulación por parte de una multinacional. 

Joder, dejad de sentiros culpables. No dejéis que os manipulen así. Sois los mejores padres que sabéis ser, cada día intentáis hacerlo mejor, unos días sale mejor, otros peor, unos adoras a tus hijos, otros no puedes más con ellos. Otros te da pena infinito no estar con ellos y otros das palmas con las orejas por tener unas horas de solterismo. Unos días los quieres con locura y otros te sacan de quicio. Sois, somos los mejores padres que pueden tener porque sois, somos sus padres y los queremos como nunca pensamos que podríamos querer a nadie y ellos a nosotros. 

No tenemos que ser padres perfectos de anuncio. Nuestros hijos tampoco lo son.  Y no pasa nada. 


jueves, 11 de diciembre de 2014

No le gusta bucear

Camina hacia la boca del metro igual que lo haría hacia la orilla del mar si no supiera nadar. Justo al poner el pie en el primer escalón, al comenzar a bajar, a sumergirse en ese mundo subterráneo que la aterra, coge aire. En el último momento antes de cruzar las puertas, dirige una última mirada hacia fuera, hacia la calle, al aire, al cielo, al espacio abierto. A partir de ahí contendrá la respiración, intranquila. 

Camina como una autómata de segunda clase, como si estuviera oxidada, como si sus circuitos se hubieran mojado. Es rutina pero tiene que fijarse en los carteles, leer las señales, los nombres. Es un trayecto conocido pero nunca está segura de hacer escogido bien el pasillo, de haber acertado en la bifurcación, en la escalera. ¿Será el andén correcto? Siempre el mismo momento de pánico al ponerse el convoy en marcha. ¿Lo habrá cogido en el sentido correcto? 

Nunca le gustó el metro. Jamás. De niña, la parada más cercana estaba a 10 minutos andando de su portal, un paseo por una recta interminable sin comercios que le daba miedo. El miedo crecía y crecía durante ese paseo hasta llegar a la boca de metro y sentir esa pérdida de referencias espaciales, igual que al ser revolcada por una ola. 

De adolescente siempre prefirió el autobús. Más lento, más lleno, más luminoso. Se sentía más segura. El metro era sin embargo más popular y a ella le avergonzaba decir que la aterraba. 

Cuando se fueron a vivir juntos, incluso antes, de novios, tuvo un breve idilio con el metro. La boca de la estación estaba a escasos metros de su portal, él siempre la cogía de la mano y le contagió parte de su entusiasmo juvenil por los trenes, cuando soñaba con ser ferroviario. Le enseñó la estación fantasma, un lugar increíble, aterrador y mágico al mismo tiempo que le hacía sentirse como en un viaje al pasado. Siempre pegaban las caras a la ventanilla al pasar por ella; después se miraban, sonreían y se besaban.  

Con él en el metro se relajaba. No tenía que fijarse. Él la orientaba, conocía los pasillos, los recorridos e incluso era capaz de recordar si había que ponerse al principio o al final del tren para estar más cerca de la salida al llegar a destino. 

Ya está en el tren. Intenta leer. No se concentra, no consigue fijarse en las páginas de su libro porque cada vez que llega a una estación levanta la mirada con ansiedad hasta que ve el nombre en la pared y confirma que no se ha perdido, ni equivocado, que no está dando vueltas en círculo en un recorrido imposible. 

Piensa que en el metro se anulan sus percepciones. Su memoria visual se apaga y sabe que no sería capaz de reconocer a cualquiera de estos desconocidos habituales con los que coincide todos los días. Sabe que los vio ayer, pero no los reconoce. Se angustia.  

Su capacidad de orientación se va a off y ni siquiera sabe en qué sentido circula; tampoco es capaz de calcular la distancia o el tiempo que tardará entre estación y estación. Se siente un saco vacío que sólo consigue llegar de un sitio a otro porque nadie sabe que es un saco vacío. 

Estación de destino. Todos las veces igual, pone el pie en el andén y es incapaz de recordar hacia qué lado tiene que ir. Necesita leer los carteles. Camina deprisa, todo lo deprisa que puede, hacia la salida, hacia las escaleras, hacia la luz, el aire y el ruido de la vida.  

Sube los escalones corriendo; siempre pensando, siempre sintiendo, siempre sabiendo que se está alejando de la mayor equivocación de su vida, de su mayor error. El único día en que en el metro no fue un saco vacío y le dijo lo que nunca le había dicho a nadie: "No me das miedo". 

Nunca se arrepentirá lo bastante de aquella frase. 


Si al menos pudiera dejar de ir en metro. Respira. 


martes, 9 de diciembre de 2014

Órbita Laika. El despegue

¿Qué es Órbita Laika?

Una gran idea, un buen proyecto, un programa necesario. 

Mucho se ha escrito sobre la necesidad de difundir y comunicar la ciencia más allá del público (pequeño y selecto aunque nos creamos multitud) que acude a los eventos de divulgación, lee plataformas científicas y sigue blogs, secciones especializadas en prensa,  podcasts o tertulias de ciencia. 

¿Cuál es el mejor medio para hacer llegar la ciencia a la sociedad? 

La televisión. Ya lo dijo Sagan:

 “El medio más eficaz, con ventaja, para provocar interés en la ciencia es la televisión. Pero este medio enormemente poderoso no hace apenas nada para transmitir las satisfacciones y los métodos de la ciencia, mientras que su ingenio de ’científico loco’ sigue resoplando”. 

¿Qué tiene de bueno Órbita Laika?

Muchas cosas. 

Primero su mera existencia. Haber conseguido que un programa sobre ciencia consiga un hueco en la parrilla de una televisión nacional en late time es un éxito. Hay público que critica la hora, las 11 de la noche es una buena hora para el que tiene interés, para el que no lo tiene le da igual la hora y para el que lo tiene y madruga hay emisión por internet a cualquier hora. Haberlo programado a las 22 horas hubiera sido un suicidio televisivo. Pretender enfrentar ese formato a Jordi Évole o Risto Mejide es sencillamente un absurdo. Mucho mejor a las 11. 

Segundo acierto. El formato. La palabra documental, tertulia, divulgación echa para atrás a mucha gente. Un late night suena a algo ligero, entretenido y de alguna manera diferente asociado a la ciencia. ¿Ha funcionado? Lo veremos más adelante, pero como idea es buena.  Es arriesgada y difícil, pero el que no se arriesga no gana nunca. 

Tercer acierto. Un presentador con gancho. Ángel Martín puede gustarte o no, pero tiene gancho, conoce la tele, se le nota a gusto delante de las cámaras y es muy natural. Puede hacerte gracia o no, pero para el que no tiene interés por la ciencia ver a Ángel Martín en la TV después de tantos años puede hacer que se pare diciendo "Eh, ¿qué hace Ángel Martín aquí?"

Cuarto acierto. Los colaboradores. Estamos en las mismas, te pueden gustar más o menos pero son colaboradores con un prestigio como divulgadores y comunicadores de ciencia. Todos tienen un pasado apreciado en la red, con sus blogs, sus publicaciones y su tuiter, aunque hay que ser consciente de que ser conocido en tuiter, es como ser la gogó de la discoteca subida encima de la barra. Tienes la sensación de que todo el mundo te ve y te conoce, pero la realidad es que la mayoría de la gente está fuera de la discoteca y no es que no te vea, es que no sabes que existes. Salir en la televisión es la manera de poner cara a esos divulgadores para el gran público. 

Unos colaboradores lo hacen mejor y otros están más verdes. La televisión no es un medio fácil: creer que porque escribes bien, das buenas charlas o hablas en la radio podrás hacer tele es menospreciar un medio muy complicado y que exige trabajo. Además, y aunque esto suene a frase manida, la cámara o te quiere o no te quiere, y eso no lo sabes hasta que estás frente a ella. En general estuvieron bastante bien para un primer programa, cuando todo está por rodar... veremos más adelante. 

Quinto acierto. Los vídeos, especialmente el de la cocina y el de la Evolución. Son cortos, fáciles de seguir, queda clara la idea y permiten hacer un corte en la dinámica del programa.

¿Por qué funcionan tan bien? ¿Por qué es lo que más recuerda la gente? Porque los dos llevan un guión muy trabajado que no se percibe, esa es la gracia de un guión. El de la cocina, además, ofrece un acercamiento diferente al tema de los colorantes, novedoso y claro.

El de las matemáticas me gustó pero presenta un problema compartido en todo el programa: ¿Quién eligió ese grafismo y ese color rojo? ¿Por qué? ¿Nadie comprobó que se leía mal y a disgusto? El rojo no debe usarse en grafismos de tele a no ser que vaya sobre fondo blanco. (terminado el programa vi un tuit del director del programa diciendo que iba a cambiar todo el grafismo, ¡bien por él!).

Vamos con las cosas mejorables desde un punto de vista televisivo. 

Un late night lleva un ritmo. La primera parte del programa, el monólogo y la cancioncita, llevan el ritmo que se espera. Después, al comenzar la entrevista el programa empieza a acelerarse como si tuviera prisa por acabar, por terminar una cosa y pasar a otra. Ángel Martín lo hace bien intentando pausarlo pero todo resulta un poco precipitado. No hay prisa chicos... tranquilos. 

A esta sensación de prisa y descontrol contribuye una realización con un continuo movimiento de planos que no tiene ninguna lógica. ¿Por qué enfocar a los invitados por la espalda en escorzo? ¿Por qué hay planos desde detrás del escenario como si fuera una gala de Norma Duval? ¿Por qué planos lejanos desde detrás de las gradas del público? ¿Y los desenfoques? Lo importante es lo que están contando. Un plano del presentador y los invitados; es complicado hacer un plano a tres pero hay que hacerlo: ellos son lo importante, ellos y lo que cuentan. 

La pantalla al fondo ilustra lo que cuenta América, Clara o José Cervera. ¿Por qué no enfocarla mientras ellos hablan? Mantenerla como segundo plano detrás de Ángel Martin hace imposible que se vea lo que se está mostrando en ella. 

Otro problema es la iluminación, que pasa de ser más oscura que la boca de un lobo a un derroche de flashes que recuerda a las luces cutres de una fiesta de nochevieja y, además, es completamente innecesario. La iluminación de los entrevistados en la calle, refiriéndose a la evolución, era desasosegante: no sé si era a propósito, si la gente no quería que se le viera la cara o si era algún tipo de mensaje oculto "sobre esta oscuridad de conocimiento la luz de la ciencia del próximo vídeo os iluminará". 

Sé que estos aspectos pueden parecer triviales, pequeños o carentes de importancia frente al tremendo éxito que supone tener un programa de ciencia en la televisión nacional, pero muchos de esos detalles son los que hacen que un espectador se quede o no a ver un programa. Cuando los planos le marean, no consigue ver la pantalla, no lee los rótulos y es consciente de que algo pasa con la luz del estudio se dispersa, se desconcentra y se pira. 

Sé que estas pequeñas críticas pueden no gustar a los muy acérrimos defensores del programa, pero creo que no tienen razón. El programa no tiene que gustarnos a los que estamos convencidos de la necesidad de su existencia, ni a los que ya leemos divulgación... es para otro tipo de público, que necesita que se cuiden las formas. 

Si yo voy a un concierto de Bruce Springsteen, me da igual que esté afónico, no toque ninguna de mis canciones favoritos y desafine... pero si quiero convencer a alguien de lo bueno que es, necesito que cante perfecto, el repertorio mole y la banda suene perfecta. A Springsteen le diría ¡maldito puedes hacerlo mejor! Y lo mismo le digo a José Antonio Pérez, ¡puedes hacerlo mejor! 

El late night es un tipo de formato en el que encajar la ciencia como tema es algo nuevo. Es arriesgado pero no por ello no se debe hacer. No se puede hacer a martillazos, hay que pulir las secciones, hacer el guión más fluido (no es necesario intercalar un chiste cada tres frases para demostrar que la ciencia es entretenida), dar continuidad y hacer que cada cosa que se haga sume para conseguir tu propósito: hacer un programa de divulgación diferente que acerque la ciencia a todo tipo de público. 

Hacer televisión no es trivial ni fácil. Tiene sus trucos y sus métodos, y algunos de esos trucos y métodos fallaron el domingo en el primer programa de Órbita Laika. Otros estuvieron estupendamente utilizados. La buena noticia es que los fallos son fácilmente solucionables. 

Ojalá lo hagan y triunfen. El domingo que viene allí estaré. 



PS: A favor de un pacto de estado para no más chistes de "los de letras" y "los de ciencias".