En la fiesta de cuarentones del otro día, estaba mi amigo Juan, que no es cuarentón. Es del 73, como yo, está estupendo, soltero y mira a las tías con mirada de ligar. Yo miraba a las tías, con mirada de bruja, por supuesto.
- Moli... ¿sabes una cosa?
- Dime…pero por tu cara sé que es una maldad.
- Hay tías que deberían ser conscientes de que por muy buenas que estén, en el momento en el que se ponen a bailar dan ganas de salir corriendo.
Otee la pista de baile y era cierto.
- Mira esa chica...debe tener 26 años. Todo en su sitio y a salvo de la ley de la gravedad….
- …si...se pone a bailar y parece un velocirraptor poseído….lo veo.
- Un desastre para la libido...por qué ¿qué se puede esperar en la cama de una tía que lleva el ritmo tan fatal?
- ¿Un polvo desastroso?
- Correcto y no estamos para perder el tiempo.
- En fin...hay tias que están pidiendo a gritos un taxidermista para no perder atractivo.
A mí me gusta bailar y lo hago bien. No soy una profesional ni nada por el estilo y jamás bailo sevillanas que para mí son una aberración completamente innecesaria, pero para gustos los colores.
Sé que cuando bailo no doy vergüenza ajena, llevo el ritmo y por tanto mis movimientos no llevan a pensar en polvos fallidos.
Me gusta salir a tomar copas y luego ir a bailar. Últimamente hay pocos garitos para bailar música de bailar, nada de música electrónica ni zarandajas de esas...música de bailar. Lo que sea, sin criterio, solo por la diversión...me da igual Shakira, que la Credence, que nacha pop, que Rafaela Carrá, que Bacará, que Abba...
Bailar es una actividad de riesgo que hay que practicar con cuidado para no perder la capacidad de seducción completamente y no ser el hazmerreir de la pista.
Algunas cosas que hay que tratar de evitar:
- Momento baile repartiendo caspa. Ya sabemos que tienes un pelazo, ya sabemos que te has tirado 2 horas planchándotelo, ya sabemos que vas a la moda con todo el melenón suelto...pero el pelo es tuyo y la caspa también. Esos movimientos de cuello repartiendo caspa a diestro y siniestro mientras intentas disimular que has perdido el ritmo con las piernas no molan nada. Y no, no son sexys.
- Momento jaleadora del baile en medio de la pista. Suele ser propiciado por una tía que se cree estupenda y se ha bebido el Nilo y se ve en una cumbre de popularidad. Se dedica a ir por la pista, subiendo mucho las rodillas (esto es fundamental), dando palmas y diciendo “Vamos todos”…o “Temazo”o el horripilante y que consigue que la gente huya a la barra "Venga chicos..que no se diga"…Tía, vete a un crucero de animadora.
- Momento tío “yo no sé bailar”….mantiene los pies fijos en el suelo, anclados, mientras mueve los bracitos y ladea la cabeza. No, no, no. O bailas o no bailas...pero medias tintas no.
- Fabuloso...”baile del zócalo” basado en Cindy Lauper. En Muchachada lo contaban muy bien, pero consiste básicamente en tías que tampoco mueven los pies pero bracean muchísimo y mueven el culo. Tuvo gracia en los 80, ya no.
- Momento “ flamenqueo que algo queda”. Es esa gente que suene la música que suene, se agarra la falda, el pantalón o la camiseta e intenta agitarlo como si fuera una bata de cola mientras gira sobre mismo y dice “ ole, ole” .¿ Por qué lo hacen?
- Momento contoneo frotil de ella. Si, estás muy buena. Sí, lo sabemos. Sí, todos lo hemos visto. No, no vamos a pagarte.
- Momento arrimar cebolleta de él. No, no estás muy bueno. No, no vas a ligar conmigo. Si, te vas a ganar una leche como sigas pegándote a mí…y sí, te he notado...y es pequeña.
- Momento saltos enfervorecidos con brazos en alto como si estuvieras en un concierto de tu ídolo: Rafaelaaaaaaaaaaaa. A ver por favor, que estamos bailando no aspirando a un autógrafo. Confieso que yo he tenido algún ataque de estos debido a la ingesta alcohólica combinada con la aparición de alguna canción que me encante...pero soy canija y no se nota que salto.
- Hacer la conga. No hace falta explicar más.
Así que ya sabéis...bailar con clase, sin vergüenza, intentando llevar el ritmo y por supuesto procurando que vuestro atractivo sexual no caiga a niveles comparables a los de Carmen de Mairena o Lauren Postigo.