Tras mis sesudos ensayos sobre los sujetadores y el tanga, ha llegado el momento de dedicar unas líneas a los calzoncillos. Podría parecer que no hay mucho que decir, pero no…es un mundo enorme sobre el que reflexionar.
El calzoncillo es una prenda que cae bien. Es campechana, amable, parece inofensiva. Incluso hace sonreír: dices calzoncillos y sonríes. Pues no os llevéis a engaño: No es tan simple como aparece...todo un mundo se esconde detrás de él. Provoca inquietudes y reflexiones varias si se le dedica tiempo.
En la escala superior de la familia de los calzoncillos está el calzoncillo largo con camiseta añadida y botonadura frontal de color blanco sucio o rosa desteñido. Sólo se ha comprobado su existencia en pelis de vaqueros y únicamente se aconseja su uso si eres Robert Redford o Paul Newman en “Dos hombres y un destino”. O…Lee Marvin…
Dentro del mundo calzoncillo tobillero sé que existen unos para gente que va a la montaña a pasar frio y esas cositas tan “extremas”. Para mí, no cuentan como calzoncillos porque se parecen sospechosamente a las mallas térmicas para correr…así que es ropa de deporte y no valen. Su uso, como en el anterior caso, debería ser muy muy restringido tanto en el tiempo y en las ocasiones como entre los individuos susceptibles de llevarlos.
Después vendría ya el grueso del mundo calzoncillar: bóxers de distinto largo a medio muslo, a la rodilla, slips con una variedad infinita de longitudes, apreturas y anchos de cintura, con tirantes, con unos elásticos como de faja de señora, hay ¡tangas! y hay coqueras…que no son exactamente calzoncillos pero que nos valen para esta lista. No solo hay variedad de forma...también hay variedad de tejidos y de colores: lisos, de colores, estampacos con lunares, con cuadros, de rayas, con superhéroes, con imposibles combinaciones geométricas…todo un mundo de luz y de color.
Para empezar...igual que cualquier hombre cuando se pone un hombre tiene muchísimas posibilidades de mejorar su aspecto físico, cualquier hombre en calzoncillos tiene muchísimas posibilidades de empeorar su apariencia.
¿Por qué?
Primero, saber qué tipo de calzoncillo lleva un tío es complicado. (Descarto jovenzuelos con pantalones cagados a la altura de las rodillas, hablo de tíos, tíos...de hombres). Nada en su apariencia externa da pistas sobre el tipo de calzoncillos que usa (descarto a Nadal que obviamente lleva unos pequeños y apretados). Cuando por fin ves los calzoncillos que usa un hombre, es una completa sorpresa que puede ser estupenda: joder, que bien usa bóxers de cuadritos (o lo que sea) y le quedan fenomenal…o puede ser espantosa: joder...lleva unos como los que usaba mi abuelo pero con spiderman…Mi consejo es llevar ensayada una cara de imperturbabilidad absoluta y sólo en el caso de éxito absoluto sin calzoncillos hacer las correspondientes alabanzas o los chistes adecuados para la ocasión.
Otro problema de los calzoncillos es que parecen fáciles de manejar, parecen accesibles pero encierran una trampa y nunca mejor dicho. A las pruebas me remito, pero en un momento de exaltación erótica extrema…las braguitas salen disparadas sin contemplaciones mientras que el calzoncillo, y más si es del tipo slip, tiene que ser manejado casi como plutonio porque soltar la goma del elástico en mal sitio puede tener repercusiones muy desagradables…exigen mimo y delicadeza a la hora de sacarlos de la escena de acción o su venganza será terrible.
Más problemas. Estamos hartos de ver noticias en las que dicen que la mayoría de las mujeres no saben cuál es su talla de sujetador. Bien. Pues desde aquí lo digo, pocos hombres saben cuál es su talla de calzoncillo…pero les da igual.
Si les están demasiado grandes, tienen la suerte de que con los pantalones sujetándoles no se les caerán y además van cómodos, nada les aprieta, nada les perturba. Ellos están felices y dicharacheros, pero tengo malas noticias; un tío con un calzoncillo grande y colgón perturba muchísimo y si además es de un color indefinido tipo blanco “roto” o amarillo desvaído el efecto antiseducción se eleva hasta el infinito. Si es un bóxer de rayas o cuadritos te dan ganas de sacar la cesta de paja y hacer un picnic usándolo de mantel…
Si alguno está pensando en que entonces siempre será mejor llevar el calzoncillo pequeño se equivoca. Constreñido a un mínimo espacio...todo parece más grande...pero luego hay que mantenerlo fuera de ese espacio. Comprendo que al ir apretado te ves más poderoso, más potente, pero el observador externo piensa: madre mía, ¿como puede tener riego sanguíneo en las piernas yendo así de apretado? O peor si lo que tiene cabe ahí…Dios Mío... ¡es un picha fina! … El mundo está lleno de pichas finas embutidas en calzoncillos enanos…y es otra cosa que no se olvida.
La elección del calzoncillo y la talla es por tanto un tema espinoso. El tipo de calzoncillo que lleva un tio es una incógnita hasta el último momento, una buena elección puede hacerle salir por la puerta grande, pero una mala elección permanece imborrable en la retina. NO digo que sea un tema insalvable..otras “habilidades” pueden hacer olvidar ese mantel a rayas o ese mini slip...pero disfrutemos de las habilidades porque sí y no para anular los efectos antilujuria de la ropa interior.
Por último unas reflexiones breves:
- ¿ cómo se dobla un calzoncillo? ¿ se dobla?
- ¿ Hay que plancharlo?
- ¿ Por qué si un tio se pone el calzoncillo delante de un espejo, una vez que se lo ha colocado..siempre, siempre, siempre..se recoloca la goma, pone brazos en jarras y se gira levemente?
- ¿ El calzoncillo o los calzoncillos?
Y la duda que más me corroe: para ir al baño ¿ se utiliza la abertura frontal que tiene o es más común sacarla por encima del elástico?
Ya lo dije al empezar…el calzoncillo es un enigma.