domingo, 12 de diciembre de 2021

Las habitaciones a las que no volverás

Estoy preparando un regalo muy especial y estoy repasando el blog desde el principio. Está siendo un viaje interesante, sorprendente y, sobre todo, un alivio. Yo nunca escribí pensando en la posteridad, en que quedara algo para alguien. Escribía para desahogarme, para contar historietas, para ordenarme y resulta que, casi quince años después, descubro que he creado un archivo. De nuestra vida, de la mía y la de mis hijas principalmente. 

En una entrevista al novelista Colm Tóibín que leía esta mañana, he encontrado esta frase: «The rooms you´ll never walk into again is something I think I know I am interested in». Las habitaciones a las que nunca volverás son las que me interesan. 

No lo sé. Detecto a mi alrededor y en los medios un canto a la nostalgia que nos inunda. Quizá es lo normal, es el canto que escuchas cuando tienes casi cincuenta, cuando pasas los cuarenta y cinco. Quizá la música de la nostalgia, los compases de que verde era mi pasado y qué feliz era yo hace veinte años suenan constantemente pero solo los oyes cuando alcanzas cierta edad. El otro día aprendí que según vamos creciendo y envejeciendo hay frecuencias sonoras que dejamos de escuchar, que los jóvenes escuchan más agudos. Según avanzas en la vida escuchas menos agudos, menos estridencia y empiezas a vivir en una constante cantinela nostálgica. Quizás sea otro descubrimiento de la vida, como el de aprender que tus padres no son infalibles, que ser adulto no es hacer lo que te da la gana todo el tiempo y que para cuando puedes salir toda la noche lo único que quieres es acostarte a las diez. Lecciones de vida, lo llaman. 

Releyendo, volviendo a abrir las puertas de esos cuartos que habitaba hace catorce, doce, diez años y me reencuentro con mí yo de entonces y con todo lo que escribía. Me estoy riendo mucho con las historias de mis hijas y me impresiona darme cuenta de que si no lo hubiera escrito, se habría olvidado. Algunas de las historias es como si no fueran mías, como si yo no hubiera estado ahí. Se las leo a mis hijas y se tronchan. Releo y pienso «qué monas eran» pero no querría volver ahí. Me releo, nos releo y vuelvo de visita a esas habitaciones como el que va de visita a la casa museo de Monet en Giverny. Vuelvo para recordar y me tranquiliza saber que lo que fuimos ha quedado guardado en esa memoria escrita. Cuando termino la visita, cuando acabo de leer, apago el ordenador y vuelvo al presente, a hoy, a ahora. 

Estamos bien y también quiero escribirlo para fijar esta habitación para nosotros, para nuestro recuerdo. 

PS: en la entrevista, Colm cuenta que juega al tenis con Almodovar y estoy todavía tratando de procesar esa información. No consigo imaginar la escena. «Es como un muro, las devuelve todas».

9 comentarios:

Loles Miva dijo...

¡Qué bueno! Y ¡Qué bonito!. Yo, sin embargo, cuando leo algunas de las habitaciones que no volverán me veo cursi o tremendamente inmóvil. Qué bien que no volveré a estar en ellas. Los cuentos que escribí, sin embargo, me siguen gustando, y a mis hijos, cuando los leen, les gusta recordar que lo hice para ellos y lo que les gustaba escucharlos.
Un abrazo

Anónimo dijo...

Aunque está más relacionado con el post anterior siempre me ha llamado la atención que escuchas los podcast en inglés, pero lees traducido al español..Ya sé que no me incumbe, pero me intriga ya que las traducciones ...
Un abrazo

Anónimo dijo...

jajaja qué bueno. Almodóvar como un muro. Genial!!

Teresa dijo...

Que bueno! Almodóvar como un muro. Genial.

molinos dijo...

Anónimo integrado por las traducciones. Leo en español o en inglés indistintamente. Leo más traducido que en español pero por la facilidad de comprar en librerias pequeñas en español, me da igual un idioma que otro. De hecho en el blog hay un montón de libros comentados en inglés. Y leo el New Yorker en inglés todos los días.

Almu Villamañán dijo...

Yo hago álbumes de fotos. Tengo más de 30, entre anuarios y de vacaciones. Y me pasa como a ti: vuelvo a esas habitaciones y no me reconozco en ellas, pero me encantan los a los que me devuelve. Al cerrarlo regreso al aquí y a la hora, y lo disfruto.
Gracias por compartir las cosas que (te) pasan.

Anónimo dijo...

Menudo premio a la constancia! Se recoge lo sembrado, y ahí tienes tu cosecha. Enhorabuena. Eres admirable.

David

marta dijo...

EL kindle de amazon es lo que tiene, la facilidad para comprar libros en inglés.

Begoe dijo...

Compartimos habitación.