jueves, 12 de septiembre de 2019

10 cosas que me dan miedo

David Shrigley
Número uno. Los gatos. No es que no me gusten es que me dan miedo. Mi mayor temor es que me toquen, que me rocen. Hace años, en casa de una compañera de trabajo, me pasé toda la sobremesa abstraída de la conversación porque no podía apartar la mirada de su gato que se paseaba por encima de los sofás, de los muebles, entre nuestras piernas. Cuando llegó a mis piernas, caminando con todo su orgullo y con la cola hacia arriba, tuve que agarrarme a la silla para no darle una patada voladora. Me dan miedo y los odio a partes iguales. 

Número dos. Morirme joven y perderme la vida de mis hijas. Clara dice que eso ya no va a pasar porque ya no soy joven pero yo considero que morirme antes de los 90 va a ser morirme joven. Cuanto más me acerco a la edad de mi padre cuando murió más miedo me da.  Sé que es una estupidez pero si consigo cruzar los cincuenta y dos sin que me de un infarto creo que conseguiré una extensión de vida hasta los noventa. 

Número tres. Los cuadros de Max Ernst. No puedo verlos, si llego a un museo y sus obras están colgadas en la paredes, las distingo de un vistazo y me alejo de ellas con un escalofrío. Me da miedo lo que pinta, lo que cuenta y no sé si entiendo y sobre todo, y esto es lo más raro, la textura.

Número cuatro. Volver a tener una depresión. Creo que se me está olvidando y me da miedo volver a pasar por ello y que sea tan malo o incluso peor. Que la próxima vez no se termine. 

Número cinco. Tener con mis hijas la relación que tengo con mi madre. A este miedo solo me asomo de vez en cuando, poco a poco, me asomo y retrocedo porque si indago mucho puedo caer en una espiral de culpabilidad, baja autoestima y reconocimiento de errores que me da pánico. Este miedo es como la luz que se enciende en el pasillo en las películas de miedo, solo que yo soy más lista o más cobarde que los protagonistas y no me levanto de la cama a ver qué pasa. Prefiero quedarme en la cama tapada hasta las orejas. 

Número seis. Saber con certeza que se siente cuando se pierde a un ser querido y saber qué esas sensaciones van a repetirse pronto. Saber que lo pasaré fatal y no poder hacer nada para evitarlo. Saber que cuando mayor me hago más veces me enfrentaré a ello. Saber con antelación lo duro que será. 

Número siete. Hablar demasiado. Siempre se habla demasiado. Todos (o casi todos) hablamos demasiado, palabras y palabras y palabras. He perdido la cuenta de las noches que en mi insomnio me prometo a mí misma que mañana mismo dejaré de hablar tanto. Me centraré en no hablar, en decir lo mínimo. No lo consigo. Me da miedo no conseguirlo nunca. A la vez me da miedo hablar de menos pero esto lo tengo más controlado. 

Número ocho. Caerle mal a alguien que me cae bien y no darme cuenta. No tengo ningún problema con caer mal, es más me preocuparía caerle bien a todo el mundo pero me desasosiega no darme cuenta de que alguien que a mí me cae bien, no me traga. Pensándolo bien la culpa es del otro: si te caigo mal, haz señales. No seas tan educado que pueda malinterpretarte. 

Número nueve. Enamorarme de un imbécil. Bucear.  

Número diez. Vivir para siempre en Madrid. Es curioso como siento que he empezado una especie de cuenta atrás para marcharme de esta ciudad. No sé cómo, ni cuando pero presiento que el tiempo corre y me da miedo que llegue a cero y seguir atrapada en Madrid. 

¿Qué más me da miedo?
Morir flotando en el espacio sintiendo que tu cuerpo se va consumiendo o parando mientras flotas en una inmensidad en la que no se escucha nada y nadie te oye.


24 comentarios:

Rosa dijo...

Nunca me ha gustado la expresión “mal de muchos consuelo de tontos”. Pero yo me siento acompañada y menos bicho raro cuando sé que hay más gente con los mismos miedos.
Yo me sujeto para decir lo de los gatos, me pasa exactamente como a ti, pero está muy mal visto 😁

Anónimo dijo...

Comparto el miedo a morir, a la muerte de seres queridos, a recaer en una depresión y al espacio exterior. A los gatos no, sí a las serpientes.
Miedos bastante comunes, por cierto.

jesech dijo...

Mi padre murió con 54 años. A mi aún me queda algo más de una década para llegar, pero lo pienso más a menudo de lo que me gustaría. Comprendo y comparto ese miedo. Seguro que lo superamos!

Anónimo dijo...

Me encanta el miedo a hablar mucho, el cual yo también padezco y también me acuesto pensando.......otra vez!!! ya he vuelto a hablar mucho!!!
Los cuadros de Max Ernst producen desasosiego no?
Pilar

Anónimo dijo...

Mi madre murió con 57 y mi padre con 60. Me quedan 15-17 años y se me hace difícil hacer planes de vida a más alla de ese plazo. Creo que los niños son quienes nos dan la medida del tiempo que va pasando y los padres la del tiempo que nos queda.

Anónimo dijo...

Según te leo, y me identifico, pienso que hay que distinguir entre los miedos que dependen de nosotros y los que no.

Yo tengo miedo casi a todo. Mi lista sería interminable y prefiero no dar ideas, pero por decir algo, a caer en la pobreza, al dolor( físico tambiėn) a la muerte, a los accidentes,...en general a perder lo que más quiero ( hijos, padres, hermanos, salud, oportunidades, tiempo, cualidades...)
Por eso trato de simplificar y tratar de evitar lo que está en mi mano. A lo que no tengo acceso (LA moto de mi hijo...) Porqué no puedo controlarlo

Lo de hablar mucho igual es una cualidad. Y si no lo es, leer de vez en cuando poesía (de la buena!) Puede ayudarte a condensar ideas, a compacta frases, a elegir palabras

Explica lo de enamorarse de un imbécil y bucear, por favor!

Ah! A mí "lista" añado lo de bailar y nadar... o como lo quieras llamar :/

Los animales me gustan, pero nunca que invadan mi espacio vital, así que ni perros, no gatos, ni påjaros...de mascota.

Parezco una rarita, pero bueno!

A caer mal no le tengo miedo, porque de entrada siempre cuento con ello y luego me sorprende ver que no es siempre asī

Tengo 52 años. Ya estoy más tranquila ;)

No firmó, porque me da un poco de vergüenza

Pd. Ah, y tener miedo es un concepto tan amplio que creo que a veces lo utilizamos mal ( es lo mismo miedo en el presente que hacia el futuro? Creo que no, pero ya lo pensaré mañana)

JLO dijo...

que hermosa entrada aunque se trate de miedos, pero es bella por su valentía, por coraje...

tuve dos gatas y nunca les perdí el miedo... por lo demás, son cosas que nos pueden/o nos pasan a todos... saludos!!!

JLO dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

¿Lo de bucear es una trampa? ¿Mensaje oculto?

Anijol desde el móvil

Carlos Balbás dijo...

Coincido en bastantes cosas contigo, aunque a algunas no sé si calificarlas de miedo o respeto o aversión. No coincido para nada en tu temor ante los cuadros de Max Ernst, es más, a mí me embaucan y me aportan siempre sentimientos extraños pero humanos. Y en lo de la edad tampoco, yo pienso llegar a la de Matusalén.
Siempre me gusta leerte, cuando veo que entra en mi correo Cossas que (me) pasan
me da siempre buen rollo!
Gracias Ana, un beso!

Oswaldo dijo...

¡Hola Moli!

#5: No Eres Tu Madre, (ni tus hijas son tú) así que la relación será diferente. Sin dudas.
Tienes mucha buena historia con tus hijas, así que muy probablemente la relación será mejor. Probablemente se parecerá a lo que quieres que sea.


#10: Así que "NO a Madrid". A veces la magia ocurre, pero por lo general hay que ayudar un poco. Debería haber al menos un "SÍ a ----" que pueda convertirse en una fuerza que genere cambios.

Anónimo dijo...

de todos esos miedos si acaso uno o dos son reales, ( madre, hijas) y no son miedos exactamente, por lo demás no tengas miedo por hablar mucho es algo inevitable, ademas de hablar oralmente, no puedes dejar de escribir que es otra forma de hablar, y si hablas como escribes,.... pues no tengas miedo que tus escritos estan muy bien . Uno de albacete

María dijo...

Me ha encantado este post, no resisto a participar...Una amiga mía tiene un gato y un día hizo una fiesta. Luego nos sentamos alrededor de la chimenea y he podido ver como el animalito, subido a la mesa, lo estaba lamiendo todo, lo mismo el marisco que las tartas...Nunca más he podido comer en su casa.
Con los años aprendí a escuchar, pero a veces todavía se me va la pinza y hablo más de lo que debería. Me quedo fatal. Por lo demás, te doy una buena noticia, tengo 70 años y te aseguro que todos los miedos se van diluyendo con la experiencia, son una pérdida de tiempo.
A mí me caes bien, aunque sé que eso te importa un carajo, me gusta como escribes, le pones mucho entusiasmo.

Anónimo dijo...

Se nota que es uno de tus miedos más gordos porque apenas lo nombras ( y por lo tanto tiene muchas más posibilidades de cumplirse) pero que sepas que
lo verdaderamente imbécil a tu edad sería incurrir en ese proceso de ofuscación mental popularmente conocido como " enamoramiento " . Con tantos followers y tantas pistas, algún señor guapo te tirará la caña. Don't you dare!!!keep it rational!! Tanto enamorarse hostia!!

Anónimo dijo...

Pues yo creo que el anónimo anterior ya va tarde: Carloforte, buceo, mira tú que ligar por internet es como cualquier otro modo de ligar, come atún, aquí pasa todo, etc. Se palpa el miedo. Miedo no: terror. Ya mismo llega un post donde Molinos confiesa que está ocurriendo algo nuevo pero sin contarte nada que es el modo que tienen las personas interesantes de revender su vida sentimental a los descerebrados. A mí madre también le daba pudor el amor. Es normal. Si encima hablas mucho, corres el riesgo de estropearlo. Y si tienes un blog público el riesgo ya es inasumible.

molinos dijo...

Últimos dos anonimos: tambien se puede hablar de más en los comentarios de un post. XDD. Disfrutad las elucubraciones.

Anónimo dijo...

Tengo dos gatos. Una gata que es una digna representante del motivo por el que tantas personas les tenéis miedo a los gatos, y un gato tan bueno y tierno que no puedes dejar de achucharlo cada vez que te lo pide, que es constantemente. Junto a mi pareja, son los únicos tres seres de los que recibo cariño y mi único temor es perder a cualquiera de ellos. Sobre todo a "mis niños" porque sobrepasan ya los 10 años y en ellos ya sabemos que la cosa está mucho más limitada que en los humanos. Mi temor es que ya no queda tanto para que llegue el día en que no saldrán a recibirme cuando vuelva del trabajo, ese día en el que me siente en el sofá y ya no me llene de pelos, ese día en que será difícil simplemente habitar , vivir sin ellos en un lugar donde ellos siempre han estado.
Tienes la suerte de tener mucha gente que te quiere.Para los que no hemos sido tan afortunados, es una suerte no tener miedo a los gatos.

Tita dijo...

Yo tengo miedo a que los miedos me roben lo que me queda. Estoy intentando controlar lo que puedo controlar (mi salud y seguridad para no faltarle temprano a los hijas) y estoy negando lo que no puedo controlar. Se que pasará, no puedo controlarlo, he decidido ignorarlo y vivir el día a día (pérdidas próximas y similares)

Sobre hablar de más o no, me consuela saber que queda más cerca el estado de absoluto pasotismo y no-filtro que se va alcanzando con la edad sin que importe un bledo.

Y sobre todo lo demás...nunca olvidar que si fuimos capaces una vez, lo seremos ciento y con más facilidad. Que venga lo que sea.

Un abrazo apretaito

sonia dijo...

A mí me horroriza la soledad.Esa soledad no elegida.La soledad que hace que los días sean larguísimos.No quiero que me vuelva a suceder.

Jofre dijo...

Te ha faltado la de miedo a que la lista de miedos se incremente. Tus chanclas no pasan de moda en 2020, así que no añadas eso a la lista.

El Demiurgo de Hurlingham dijo...

Algo deben tener los gatos habiendo inspirado a Poe y Lovecraft

Anónimo dijo...

Qué gracia, a mi hermana le sucede lo mismo que a ti con los gatos, yo siempre le digo que entra en la categoría de fobias y algo de eso debe haber. En cualquier caso como yo sí tengo gatos cada vez que viene a casa los dejo encerrados para que esté relajada y podamos disfrutar de una conversación sin agobio ni sobresaltos. A mí es que los gatos me fascinan, creo que son unos seres chalados y muy observables pero claro, no me dan miedo y eso es determinante.

En cuanto a miedos los reduzco a dos: mi mayor miedo es romperme y como ya me ha pasado más de una vez sé que las causas pueden ser muy variadas. Y el siguiente es que el miedo, ese miedo que son muchos en uno, me impida ser consciente de la vida y me pierda su disfrute o me pierda lo que sucede, sin más. Me parece imperdonable pero como decía mi madre, el miedo es libre, nena y entonces me perdono un poquito.

En cuanto a lo del espacio es mi miedo infantil más permanente. Tanto que creo que mi negación de la vida tras la muerte debe venir de ahí, ruego por una muerte biológica absoluta y total sin interferencias eternas, por favor... en fin, también debe ser chaladura, ¿no?

Ays los miedos.

Marga

Anónimo dijo...

Miedo al miedo,y miedo a no tener miedo.
Lo demás es literatura

garruloide dijo...

Certero y conciso. Comparto alguno de tus miedos, pero yo me cuesta mucho expresarlo. Bien por tí, Molinos.