Tiene razón. Toda la razón del mundo. Soy así. Llevo tres días dándole vueltas, no me lo quito de la cabeza.
Recalcitrante. En mi absurdo cerebro, recalcitrante suena a asfalto, a algo caliente, que quema, que arde. Lo busco en el diccionario.
"Que se mantiene firme en su comportamiento, actitud, ideas o intenciones, a pesar de estar equivocado."
No soy recalcitrante tal y como lo define la DRAE y sí lo soy con respecto a mi imagen mental.
Soy todo o nada. Blanco o negro. A favor o en contra. Me mantengo firme y peleo y ardo cuando lo hago. Y puedo llegar a quemar.
Pero también me apago completamente, puedo pasar de llamaradas a cenizas frías. Hay bastantes cosas, cada vez más, sobre las que he cambiado de opinión a lo largo de los años, yendo del blanco al negro. Pensaba, creía, sentía algo y con el paso del tiempo, las circunstancias o los argumentos adecuados he cambiado de idea.
Buscar el término medio, el Santo Grial. ¿Qué es el término medio? Para mí el término medio es estar en mitad de un camino, llegar a una encrucijada y quedarse ahí sentado pensando: si voy a la izquierda puede que me equivoque y tampoco tengo claro que sea por la derecha, lo mejor es que me quede aquí, en el término medio oteando el horizonte de los dos caminos.
El término medio para mí es la apatía absoluta, es el "me da igual" como filosofía de vida. Es el amarrar la nada con tal de no tener la posibilidad de perder. ¿El qué? No lo sé. Supongo que si te quedas en el término medio nunca tienes que pensar "mierda me equivoqué" o "Cómo pude ser tan imbécil" o "es acojonante que estuviera convencida de esto" o "lo siento, tú tenías razón". Si te quedas en el término medio nunca llegas a un punto al final del camino elegido y te das cuenta de que te tienes que dar la vuelta y desandar todo la ruta para coger la otra desviación que resultó ser la correcta. El término medio te ahorra el tener que escuchar "¿ves como por ahí no era?"
Me paso la vida desandando mis pasos, yendo de blanco a negro, de un extremo a otro. Del todo a la nada. Ardiendo, quemando y apagándome, con la boca sabiéndome a cenizas, escupiendo rescoldos de mi opinión equivocada mientras camino en sentido contrario. Y vuelta a empezar.
No sé ser gris. Soy recalcitrante y él tiene razón.
14 comentarios:
¿Pues sabes qué te digo? Que mejor recalcitrante que gris. Ser así aunque joda, aunque genere broncas, aunque a veces duela a los demás.
Mejor recalcitrante que indiferente.
Besazo Moli.
Quien es él?
..... y a qué dedica el tiempo libre???
En qué lugar se enamoró de ti?
Los listos dicen que uno se ha de definir siempre, que estar en medio significa no mojarse. Los listos aconsejan que uno debe opinar y mientras tanto, ellos se visten de gris y se sientan a observar las peleas.
¿Tienes algo nuevo que contarme?
Creo que por eso hace un año me lei tu blog entero en una semana... Yo tp sé cómo ser gris.
Respuestas:
1) Mi vecino del quinto.
2) A dar de comer a las palomas en un banco de la plaza.
3) Sí, tengo orta pregunta para ti. Ahí va: ¿Sabes lo que necesita una mujer?
Buenos días .... y qué calor amigos
No olvides tu lema:
Yo soy tu gatita tu gatita, asique explota como dinamita soy gata y araña aráñame el corasón, el corasón aráñame el corasssssón.
Besitos dulces.
Hola, Moli
Cada vez escribes mejor. Solo eso ¿vale?
Besos
No creo que el término medio sea la indiferencia ni ser gris. Al menos en muchos casos en el término medio se encuentra el sentido común. Se me ocurre en temas de crianza por ejemplo, donde las posturas extremas dan tanta grima.
Un beso
Para algunas cosas, especialmente (aunque no necesariamente) cosas que me sean indiferentes, puedo ser muy gris. Hasta (¡horror!) "blando".
Para otras, puedo ser tan extremista que ni siquiera sepa que lo sea. Para estas, lo blanco es tan blanco y lo negro tan negro que cualquiera que no lo vea así es ciego o tarado. Punto.
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