jueves, 9 de julio de 2015

Al final, llueve

Oigo la alarma del teléfono.En mi camita de Julie Trinos en Sonrisas y Lágrimas quiero morir del sueño que tengo. ¿Por qué irse a dormir a la 1 implica, entre despedidas y demás, meterte en la cama a las 2? Claro, que si los niños de la habitación de al lado no hubieran estado charlando hasta las mil lo mismo tendría menos sueño. De todos modos, prefiero tener sueño a haber sucumbido a la tentación de asomarme a la ventana y chistar para que se callaran. Me niego a ser "esa señora mayor". 

Arriba. Cielo gris. Vientecito y llueve. Lloro de la emoción. Voy a estrenar el vestido nuevo, con zapatillas. Me tengo que concentrar para no dormirme en la ducha. 

¡Qué bien me lo pasé ayer! Es alucinante cuando los planes salen bien pero es increíble cuando no planeas nada y todo sale perfecto. Fue super chulo comer en Bilbao con I y J. La plaza dónde comimos con los plátanos enoooormes era preciosa y luego el paseo al Guggenheim charlando con I sobre los problemas que la limpieza de la casa genera en una pareja  fue un descojone. 

Conocer a txipi. Mola la vida. Te levantas por la mañana en tu casa y sin pensarlo, ni comerlo ni beberlo, a las 4 de la tarde conoces en 3D a alguien con el que llevas hablando por la red 5 años. Es más alto de lo que pensaba. Él habrá pensado que soy más bajita. "Eres exactamente como te imaginaba". Pero ¿Qué imaginaba? Ya dejo poco a la imaginación. Mil fotos, las charlas, la radio... menos el tacto creo que todo lo demás ya está visto. 

La expo de Jeff Koons moló mucho. El Guggenheim me encanta, la colección permanente es un bluff pero las temporales molan. Y la de Koons es tan kitch, tan de la vida diaria, tan reconocible, tan de me lo llevo todo a casa y al mismo tiempo me horrorizo del horterismo, que es hasta divertida. Pobre I, en la sala de Koons en poses eróticas, casi porno, con Ciccolina casi le da un colapso. 

No sé si luego tomando una coca cola con txipi estuve muy loro. Tengo que intentar controlar mi verborrea, morderme la lengua. A lo mejor si me siento encima de las manos hablo menos. Si no puedo gesticular  seguro que hablo menos, tengo que probarlo. 

Estoy rota. Al final entre unas cosas y otras llegue a Donosti a las 9...después de salir a las 12 de Los Molinos. Mola todo improvisar pero estoy molida. Tirar las cosas en mi celdita de novicia, darme cuenta de que podría ser la madre de todos los que están alojados en este colegio mayor y salir corriendo a por el bus para llegar a cenar fue una paliza. 

Pero qué bien me lo pasé, como me reí y ¡qué sorpresa que Ines llevará tacones! Debería comprarme algo de tacón. Y ponérmelo, claro. Lo pensaré. 

Llego tarde, llego tarde, llego tarde. 

Pero llueve. 

Me encanta esta ciudad. 

9 comentarios:

Voz en off dijo...

Donosti es la ciudad más bonita de España, si los vascos nos lo permiten decir!!

Anónimo dijo...

Donde este santander..... :)

sonia dijo...

¡Bien por ti,guapa!

Oswaldo dijo...

Es probable, digo, que el tema de 2 posts más atrás tenga su contribución contaminante en cierta parte del tema "próximo-pasado" y pueda comentarse en éste.
El asunto es que vistos los bajos porcentajes de altos ejecutivos de sexo femenino ocupando cargos con poder discrecional sobre el rumbo que lleven sus empresas, tal vez, digo, tal vez, no haya ninguna brillante fémina dirigiendo alguna de las divisiones de diseño de nuevos productos en las empresas creativas en productos de tocador y belleza y como lo cierto es que los hombres NO TENEMOS canalillo, (No la mayoría, por lo menos, que lo cierto es que se hallan algunos que sí tienen) sería explicable que a nadie en posición de discrecionalidad se le haya ocurrido lo del desodorante de canalillo...!

No, en serio, sobre ese tema, un simple desodorante antisudoral, del normalito, del archiconocido por todos (O por la mayoría, por lo menos, que ciertamente hay algunos que no han tenido la dicha de conocerle y los demás no hemos tenido la dicha de que le conozcan), del que se usa para las axilas, untado, atomizado o restregado, según la presentación específica que tenga uno a la mano, utilizado en el específico canalillo, probablemente haga el exigente trabajo requerido.

¡Me encanta la contentura que trasmiten tus fotos...!

txipi dijo...

A mí me ha hecho una ilusión doble coincidir en persona: cuando pasó y cuando lo he leído. Lo bueno de tener a una amiga que cuenta tan bien las cosas es que tienes la ventaja de que no arruinas el momento con una foto, pero te queda el recuerdo nítido de cómo fue cuando lees el post :)

De loro nada. Insisto en lo de coincidir porque a pesar de que hayamos estado estos años a kilómetros de distancia, nos hemos ido conociendo ya. La prueba ha sido que el primer día en el que nos vemos hablamos como si esta misma mañana hubiéramos coincidido en la máquina de café. Esa sensación es muy agradable, sobre todo entre los que nos cuesta dar los primeros pasos.

Gracias por meterte esos kilómetros de más a lomos de tu corcel apolíneo, ha estado genial corroborar que Moli mola mil ;)

Anónimo dijo...

Qué bonita la historia con Txipi!

Me encanta leerte tan contenta.

El norte es un paraíso! Y el sur!! Y el este y el oeste!!! Y el centro!!!! Cada uno en su estilo... Y lo digo yo, que acabo de estar unos días en Madrid y me quedé fascinada por la educación de la gente, la diligencia, la elegancia, la preparación... Es otro mundo. Es la España redonda la que a mí me fascina, con sus diferencias, sus climas y microclimas, con su carácter, su historia, sus paisajes, los amigos que sólo se hacen cuando uno está fuera de casa.

Sí, Moli, ponte tacones of course!! Los hay muy cómodos y ya que tienes el pelo más largo coge el tirón y déjate llevar...

Un abrazo guapa!
Enja

Anónimo dijo...

Hoy he caminado por esa vía donde tú te has fotografiado. No me he sentado porque, ¡por fin! llovía.

Preciosa ciudad que me sorprende siempre cuando vuelvo a ella.

Mamacorrecaminos dijo...

Eso de hacer la estrellita marina en las fotos me hace mucha gracia (a mi me recuerda a una estrella marina, no sé por qué, pero me mola).

Anónimo dijo...

Me gusta tu vestido