martes, 15 de abril de 2014

Ensayo sobre el bañador.


Para ir a nadar hay que tener siempre en mente la regla de los 5 dedos: bañador, toalla, chanclas, gafas y gorro.

Son las cinco cosas imprescindibles para ir a nadar. Bueno, imprescindible imprescindible sólo hay una.

Puedes probar a nadar sin gafas y cerrar los ojos confiando en no salir cegado por el cloro, puedes secarte con tu ropa interior o al aire contoneándote debajo de los secadores esos del demonio, puedes intentar nadar sin gorro un par de largos antes de que te llamen la atención y puedes ir sin chanclas rezando para no pillar ningún hongo...pero NO puedes nadar sin bañador.

El bañador es por tanto lo más importante, lo fundamental y sin embargo se le suele prestar poca atención hasta que se tiene la epifanía, hasta que se alcanza la sabiduría suprema. Para que nos hagamos una idea de lo que hablo, el bañador es tan importante como las zapatillas para correr...o más. Sí, más.

El camino que lleva a esa sabiduría es sin embargo largo.

Cuando uno decide empezar a nadar, lo normal es que opte por una inversión mínima. No se sabe cuánto te va a durar la Fuerza de Voluntad, el dinero o las condiciones espacio temporales para ello, así que se opta por coger lo que se tiene por casa.

En el escalón más bajo de esta escalada está el bikini de tiras.

Es alucinante pero hay gente (mujeres, obviamente) que van a nadar a piscinas olímpicas con bikinis de triángulo, cordelito y mínima expresión de tela. Entiendo que es posible que no tengan otra cosa por su casa pero ¿en qué cabeza cabe creer que vas a poder nadar con eso? Es materialmente imposible nadar como Dios manda con esos bikinis. Descubres que lo que haces en la playa con esos bikinis es chapotear...y no se parece en nada a dar brazadas contundentes que te hagan avanzar. Pierdes aliento, fuerzas y los nervios viendo como vas perdiendo la braga y como tus pechos (los de quien sean y aunque sean mínimos) parecen tener vida propia y salirse por todos lados. Además, es inevitable que las gomas se abran y hagas resistencia. Nadar con uno de esos bikinis es como intentar chuscar con un mono de esquiar puesto. Lo intentas, te calientas y te frustras.

Un escalón por encima está el bañador de playa para él y para ella.  Para él suele ser un bañador tipo bermuda de colores brillantes, de muslo ancho y que se ata con cordel. Para ella, un traje de baño completo muy mono, con sus tirantes, su espalda al aire, sus adornitos y su estampado.

Estos tampoco sirven para nadar bien.

Él descubre que esas bermudas tan cómodas para hacer el idiota en la piscina o coger olas, para ir por la playa con el dinero para la caña, el móvil y las llaves, son una trampa mortal para nadar. Se inflan, se arrugan, se pegan a las piernas....rozan. Rozan mucho y escuecen. Él, siempre competitivo, se ve frenado en su impulso natatorio por esa especie de bolsa multicolor que lleva atada a la cintura. Se ve frenado bien porque hace resistencia o porque descubre que el cordelito que tan orgullosamente se ha atado, inexplicablemente se afloja y va perdiendo el bañador. Tiene dos opciones, parar y hacerse un nudo tan fuerte que la posibilidad de quedarse sin circulación de cintura para abajo sea un hecho o nadar sujetándose el bañador cada 3 brazadas.

Ella descubre que el bañador es una mejora considerable con respecto al bikini absurdo, pero aquel atuendo ideal en la playa o en la toalla tampoco sirve para nadar. Tiene mucho escote o la ingle demasiado baja o demasiado prieta, el tejido hace bolsas que se llenan de agua haciendo resistencia, los tirantes se deslizan y aunque intente obviar los síntomas sabe que llegará al final del largo con una teta (o las dos) descolocada y libre.

Estos atuendos son como chuscar con los vaqueros puestos.

Avanzando un escalón más está la visita a Decathlon a comprar un bañador "para nadar". Obviamente se opta por algo barato que parezca bueno, que tenga pinta de que al ponértelo va a parecer que sabes lo que haces. Con tu bañador Tribord vuelves a tu piscina más feliz que una perdiz. Te lo pones en el vestuario y te sientes bien. Tu bañador es nuevo, nadie te va a confundir con un principiante que trae su bañador con arena de playa y brillas.

¿Brillas? Aquí es donde está el fallo.  Pronto vas a descubrir el horror de esos bañadores "baratos que parecen buenos". Son de "lycra de puticlub", de purpurina, del material de las diademas de los chinos.

Brillan y aprietan pero NO sujetan. Esos bañadores, tanto para él como para ella, son como ir en bolas pero untado de aceite brillante.  Se pegan. Brillas y vas marcando hasta la cicatriz del cordón umbilical. Se te ve todo, de un negro brillante y lustroso. Literalmente pareces una foca lustrosa (da igual que peses 50 kilos)...toda tu piel brilla embutida en ese tejido que resulta que tampoco sujeta dentro del agua. Todo lo que sobresale, sobresale más. En el vestuario, al desnudarte, descubres además que ese tejido se queda como baba mojada después y que al cabo de unos cuantos usos (muy pocos) es baba mojada transparente. Se me olvidaba decir que en el caso de ellos, estos bañadores son siempre demasiado cortos, como pantaloncitos cortos, negros, pegados...y brillantes. Y sí, a ellos también se les marca todo.

Este atuendo es chuscar con ropa interior...una mejora pero igual de frustrante y muy muy poco digno.

Cuando ya estás desesperado y resignado a intentar disfrutar del baño con lo que sea, aunque sea a costa de tu dignidad estilística, un día decides hacer un dispendio y te compras un bañador BUENO. Uno que cuesta pasta, uno caro con una etiqueta más larga que tu brazo y de marca. Un día es un día...y total, llevas la toalla corporativa de tu empresa y una mochila de Bob Esponja así que puedes gastarte dinero en un bañador.

(El de ellas es negro o azulón (siempre) y con espalda alta. El de ellos es negro (siempre) y les llega hasta casi la rodilla.)

Una pasta. Te sientes culpable, piensas que te lo mereces, te sientes culpable, piensas que te lo mereces, te sientes culpable...te lo pones en el vestuario y lloras de emoción. Efectivamente, es como ponía en la etiqueta "una segunda piel", pero no de foca lustrosa o de prostituta de los años 80. No, es una segunda piel suave y recia. Eso es, recia. Todo encaja, todo se sujeta y joder...hasta pareces más alto y más esbelto.

No te confías, ya sabes que en el agua todo se encoge y es allí dónde fracasaste en las anteriores etapas natatorias. Pero no. El bañador segunda piel es maravilloso, al mojarse no se adhiere a tu cuerpo como un plástico baboso, sencillamente se acopla a tu cuerpo, sujeta todo con la debida tensión pero permitiéndote moverte con libertad y despreocuparte de que nada se salga de su sitio.

Estás cómodo, te deslizas sin preocupaciones y sabes que por fin has alcanzado el nirvana natatorio.

La prueba definitiva para saber si por fin ya tienes ¡el bañador de tu vida! es que al salir, te da pena quitártelo...estás tan cómodo y te sienta tan bien que te quedarías a vivir en él.

Y sí, esos bañadores son como chuscar como se debe: son fuegos artificiales con la pareja perfecta.




34 comentarios:

TXABI dijo...

... si eso, el bikini para otro día, no ? (no para la piscina, claro)

Anónimo dijo...

¡Buenísimo! ¡¡Cuánta verdad!!
Un beso,
Bea.

HombreRevenido dijo...

¡¡Lycra de puticlub!!...
JAJAJA (ay que me da)

A mí siempre me ha parecido el colmo de la diversión y la felicidad ese momento en el que el bañador se infla con el aire. Llámame simple.
Eso sí, está claro que lo de nadar no entra dentro de mis prioridades.

Pablo dijo...

¡Discrepo!.
En mi caso la regla es la de los siete dedos. Yo añado gel de ducha y candado.
Y tras gastarme mis 30 o 40 euros habituales por temporada en bañadores Adidas, o Arena, o similar (que NUNCA duran más de una temporada), este año descubrí los bañadores Nabaiji del decartón. 3,99 euros. "Para nadadores ocasionales" pone. Había previsto gastar dos al año (7,98 euros de monto anual) pero yo llevo ya más de media temporada nadando dos veces a la semana y aun no se ha desintegrado ni deformado. De momento uso el azul pitufo. En la recámara el rojo "papá pitufo", y de momento todo en orden.
Seguiremos informando.

esther dijo...

Hace tiempo que te leo y no comento pero hoy tenía que decirte que cada vez que te leo pienso lo mismo; si fueras mi amiga ahora mismo te llamaría para decirte "tú estás fatal de lo tuyo!" jajajja
Me diviertes, mucho.
ale.

La editora, que te sigue dijo...

Ja! Este post es como un deja vu. Y otro día haces el de las gafas, no?. Porque también te he oído despotricar con las putas gafas..jajajaj. Molas mil, moli.

Anónimo dijo...

Regla de los cinco dedos? Y el tubo, la pinza de la nariz, los tapones de los oídos, el mp3, las aletas...
Aquí aún queda mucho por decir. .

molinos dijo...

A ver, pandilla basura.

Obviamente se pueden llevar más cosas a nadar...pero esas son las 5 fundamentales.

Editora, sobre las gafas ya lo dije todo...son una tortura espantosa. No hay solución.

Teresa dijo...

Para nadar, nadar sólo se necesita agua. Yo he nadado en bolas en el mar ( no lo hago siempre pero lo he hecho). Para hacer el deporte de la natación es lo que tu dices.

Dr. Litos dijo...

Fantástico, un análisis profundo de las vicisitudes pisciniles aderezado con metáforas guarrunas. No se puede pedir más. Y poco más se puede añadir, este tema ya no necesito tratarlo en mis ensayos pisciniles, así a ver si acabo con apenas un par de capítulos más.

Bueno, por tu culpa ya nunca me sentiré igual cuando entre en la piscina... pensaré en que estoy realizando fornicios de poca monta con mi bañador cutrón atado con cordel.

Anónimo dijo...

Ains... Pasta q me he gastado en bañadores frustrantes... Pero es q a mi los buenos, los de espalda alta, me agobian!. Asi q intento siempre uno mas abierto, mas mono... Y acabo con las peras al aire irremediablemente!!. Y q me dices de ese estupendo olor a clorazo q aunque te duches va foltando alrededor tuya todo el día??.

Besos, Patruki

Oswaldo dijo...

Al meterme al mar casi no pienso en animales agresivos que me puedan atacar. Sin embargo las pocas veces que he nadado "en bolas" tengo la terrible sensación como de tener un faro encendido llamando "al ataque" a cuanto bicho con dientes haya por ahí que pueda hacerme daño en mala parte.
Así que, en el mar, siento al bañador como un escudo sicológico contra violentos mordiscos.

También, según dicen "los entendidos" en los ríos de mi país hay una especie de pez muy delgadito que tiene una fijación con los conductos uretrales de los humanos y les da por introducirse por ahí. El colmo es que dicen que tiene unas espinas en sentido contrario que hacen que sea imposible sacarlos por donde entraron.

Eso, sin contar con el hecho de que la mayoría de los ríos venezolanos son el hábitat de varios tipos de caribes (O Pirañas). Esos, los de afiladísimos dientes capaces de dejarlo a uno hablando fino para siempre de una sola dentellada.

En lugar tan público como una alberca, si son capaces de llamarte la atención por nadar sin gorro, es poco probable que puedas siquiera acercarte al agua si vas sin bañador.
Así que sí, ampliando tu concepto al entorno que sea, estoy de acuerdo en que el bañador es pieza indispensable.

A menos que sea en Jacuzzi...
Y ahí no vas precisamente a nadar.

Ana María dijo...

Yo me dejé el pasado año una pasta morena en un bañador... Que se me ha quedado grande ¬¬ y me tengo que ajustar en la espalda con una goma del pelo. Era comodísimo, segunda piel maravillosa. Estoy pensando en coger un bikini de natación, no de los de playa. Parecen cómodos, y si se me queda grande al menos no me hará bolsa e iré enseñando las peras.

Además de lo que tú usas, uso también tapones y pinza para la nariz, porque me da una alergia que alucino con el cloro.

:*

Anónimo dijo...

¡Molinos! Ese 'encoje'...

JuanRa Diablo dijo...

Una pregunta a la autora de esta tesis natatorial:

¿Por qué a los que ya no tenemos un pelo de tonto y nos rapamos la cabeza al uno para disimular también nos obligan a llevar gorro? ¿Qué pelo se me va a caer a estas alturas virgensantísima?

Odio las piscinas por el gorro a presión.

NáN dijo...

Deberías llamarte Kalihatres Sapientísima, porque la sabiduría brota de tu boca. Cinco lobitos tiene la loba, y ni uno más es absolutamente necesario, así como ninguno puede faltar. (Salvo alergias o conductos auditivos con tendencia a dejar entrar el agua; quien lo hace con música de mp3, ¿quién será, quién será?, se pierde el factor tai chi de la natación).

¿He dicho faltar? Me has faltado al respeto al meter a todos en unos bermudas sicodélicos. Yo, ya lo sabes, soy un clásico en el vestir, así que empecé a ir con mi Meyba, de toda la vida, de color verde oscuro 25 años atrás y verde despintado 25 años después. Con cordel de color rojo. El Meyba era una prenda anterior a la obsolescencia programada: o sea, no se había roto ni un pespunte, pero... tan ancho que te puedes meter una paletilla de ibérico en cada pierna. Murió en la piscina, como un bravo ante el séptimo de caballería, y me compré “el bañador” de nadar en piscina. Otra cosa, oyes; nada de tener que sujetarlo cada dos brazadas. Como si no lo llevaras.

¿Alguien dijo “aletas”? ¿Por qué no un motorcito, que va más rápido y te cansas menos?

Las putas gafas, triste pero cierto, no hay solución.

Pero no solo eres sabia, sino que escribes con una metáforas de partirse el culo al leerlas... en cuyo caso, y durante meses, no te tienes que preocupar del bañador.

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo. Según el bañador sabes sí vas a nadar o a mirar

Anónimo dijo...

Y seguramente si te lo hubieras comprado a la primera, hubieses ahorrado dinero.
Todo un mundo por descubrir, nunca lo hubiese imaginado.
Besos.

Dana dijo...

Hola Moli> Yo fui parte de la selección venezolana de natación durante unos anos, y como dices, el bañador es todo un misterio y hay de diferentes tipos y sobre todo, diferentes precios. Hace como 20 anos, sino 25, lo ultimo era uno que se le llamaba de papel, no pesaba absolutamente nada, te salías y parecía estar seco y ademas decían que duraba 24 horas de uso, lo cual no era aterrador si lo usabas simplemente para competiciones.
Cuando te ponías ese, después de haber entrenado como con tres puestos, o con uno speedo que cuando te lanzabas se llenaba de agua a posta, te parecía que volabas...
Creo que si bien es importante, es sobre todo psicológico. Recuerdo a los muchachos afeitándose antes de las competiciones, pero de verdad verdad creo que la décimas, no dependen de los pelos o del bañador tal o cual...
Lamentablemente, esas decimas se consiguen con horas y horas y horas de entrenamiento.
Un beso desde Irlanda,

Nisi dijo...

Yo estoy en la fase de fuegos artificiales con mi bañador de piscina: no recuerdo cuándo lo compré (hace bastante), ni cuánto me costó (supongo que mucho) pero es maravilloso, va estupendamente y me está durando lo que me parece una eternidad. Es negro, claro.
Eso sí, admito que tuve una época de bikini piscinero: nadaba en una piscina al aire libre y las marcas del bañador de nadar son HORRIBLES. Así que me compré uno sólo para la piscina. No de triangulitos, claro. Pero nada comparable a un buen bañador. Ahora paso de nadar en piscina exterior, prefiero comodidad que lucir moreno en junio.

Di Vagando dijo...

Niego la mayor: yo nado en bikini sin problema.

El baniador es un mal flashback de los anios aquellos de la preadolescencia, para algunos tb conocido como la "etapa camiseta". Cuando por fin se supera esa fase (y no, no es la camiseta mojada), una ya ha de dejar el maldito baniador para siempre jamás. De ahí q sea un craso error caer en las presuntas comodidades q describes. Vas a los olímpicos? No. Pues entonces bikini. Es un must.

Eso sí, mi último bikini tiene dos partes de abajo, una ajustada y otra tipo pantaloneta tiro-bajo... esta última es superchula, peroal nadar da resitencia... vale. Lo acepto. Pero no haré ni una concesión más...:)

muxus

di

Anónimo dijo...

Moli, no sabía que vendes trajes de baño! Y cuanto cuesta?

Soy Belén

Chineando Ando dijo...

Buenísimo! Y tan cierto... Yo tengo un bañador de los buenos, que incluso tiene aros para el pecho y todo y es más cómodo que nadar sin nada...jejeje. Me ha encantado el análisis. Saludos desde China

banchsinger dijo...

Solo llevo tres párrafos y ya me estoy meando compañero... Que bueno!!, voy a ver si lo acabo...

Unknown dijo...

Pues, me has convencido! El otro "must" (dedo número seis) para las mujeres es... La depilacion!

Anónimo dijo...

Bañador es un señor que te baña.

Anónimo dijo...

Pues sí, pero ¿y si he caído en la tentación del bañador de Decathlon medio baratito?, ¿qué hago?. ¿De verdad es como hacerlo con ropa interior?. Demasiadas dudas,no sé si volveré a la piscina. Para mí un imprescindible son las gafas, al mismo nivel que el bañador, con pelillos podría hacer ojos sordos, pero las gafas...
Muy bueno.
Marta.

Blanco Humano dijo...

Joder, qué bien escribes.

No me veo capacitado para añadir nada sobre este tema, y yo que pensaba que sabía de todo.

La próxima vez que vea a las chicas de mi piscina me fijaré en otra cosa. Más.

annajr dijo...

Speedo, 32 euracos. Negro con dos rayas blancas y turquesa debajo de las tetas. No las chafa. Me cuesta un poco meterme dentro pero luego me creo una de las del video de simply irresistible de Robert Palmer. Pero sin estar en trance. Menos el otro día que me llevé un gorro de lasmías y tengo un hematoma en la frente.

Mila dijo...

La de la foto eres tú? Estas cañòn!

Mila dijo...

La de la foto eres tú? Estas cañòn!

Sophie dijo...

Me viene totalmente al pelo este post ahora que estoy pensando en apuntarme a la piscina para descargar tensiones. La licra de prostíbulo me ha matado, jajaja.

Voz en off dijo...

Verdad verdadera, pero yo aún no pasé del biquini ancho!

Ali EB dijo...

Jajajaja! Me siento identificada, porque he pasado por todas las fases...
Puedo añadir que pasa casi lo mismo con gorro y gafas... también crees que los baratos servirán y te gastas 3 euros y 1 euro respectivamente... pero después descubres que te entra agua por todos sitios con las gafas y el plástico del gorro de los chinos se raja con mirarlo...
Al final lo barato sale caro, lo sé, pero yo es que suelo olvidar esto de una vez para otra... :/