lunes, 14 de enero de 2019

Di No al open concept.

La gente anda encabronada con Marie Kondo y a mí lo que me tiene encendida es el open concept que es Marie Kondo en formato arquitectura de interiores. Odio el open concept. Me saca de mis casillas esa moda absurda, copiada por catetismo de otros países, que consiste en integrar la cocina en el salón y creer que eso es lo más de lo más. «Es open concept, es más moderno, integras espacios» Que no me hables jerga cuqui, que no, que no, y que no. 


Hace treinta, veinte, diez años, ibas a una casa y tenía una cocina de dos fuegos y media nevera y te decían "es cocina americana" casi con vergüenza. Uno tenía cocina americana porque vivía en un cuchitril, porque no había otra manera de encajar en ese mínimo espacio un hueco para cocinar. Tenías cocina americana porque no podías tener una cocina decente. Ahora, la cocina americana se ha convertido en open concept. Alehop, le cambiamos el nombre, lo hacen los gemelos y todos como borregos a copiarlo sin pensar, porque queda bonito en instagram, porque te lo dice la cuqui decoradora, el hypster interiorista. 

«Es que así cuando viene gente, están conmigo mientras cocino» ES QUE ME TRONCHO. Esta estupidez la dicen las parejas del programa de los gemelos y la repiten los que lo copian aquí. Vamos a ver. ¿Cuántas noches tienes gente a cenar en tu casa? Seamos optimistas, vamos a pensar que eres alguien que cada fin de semana te pones el mandil e invitas a tus amigos a comer. Todas las semanas. Incluso siendo el anfitrión del año, el Jaime Oliver de tu bloque, el ganador de Masterchef, te quedan cinco días en los que estás solo con tu familia en casa. ¿Vas a construirte una cocina basándote en tus ganas de epatar a tus amigos con tus cocinillas? Este argumento, además, acaba con una de las cosas más maravillosas que tienen las reuniones de amigos en casa: los corrillos en la cocina. Las mejores conversaciones de las cenas, los cotilleos más jugosos, las risas más sinceras se dan siempre siempre en las cocinas. Guardo en mi memoria una fiesta genial hace en casa de un amigo que se iba a vivir a Singapur para siempre (ya ha vuelto pero esa es otra historia), mis amigos y yo nos hicimos fuertes en la cocina y estuvimos riéndonos hasta el amanecer. El resto de la fiesta entraba y salía mirándonos con asombro y envidia, como si fuéramos una sociedad secreta a la que no tuvieran acceso. Esto, con el open concept de los cojones, es imposible.  Además, con el open concept ni siquiera puedes decir «vaya birria de vino que ha traído Pepe» porque tienes a Pepe acodado a la barrita ridícula que te has cascado en mitad del salón. 

«Yo quiero open concept para ver a los niños mientras cocino» Vamos a ver, vamos a ver, vamos a ver. Cuando los niños son pequeños hay que tenerlos a la vista todo el tiempo, correcto, pero pero pero en cuanto son un poco mayores y cuando digo un poco mayores me refiero a cuando  siete u ocho años... te aseguro que no quieres tenerlos a la vista todo el tiempo. Imaginemos que tienes una cocina de gente con criterio, una cocina normal (ojalá medianamente amplia y con mesa fija para comer) y estás preparando la cena, Pablito, tu querido hijo, entra a preguntar, perdón, entra a auditar si lo que estás preparando le parece bien. Imaginemos que le parece bien y le dices: «Pablito, vete a lavar las manos, a ponerte el pijama y vienes a poner la mesa». Pablito husmea, se da la vuelta y sale de la cocina y tú en tu ignorancia puedes imaginar que está haciendo lo que le has pedido y la armonía familiar no sufre. Si tienes una cocina openconcept pasan dos cosas, Pablito está tirado en el sofá viendo la tele, mirando el móvil, jugando a la playstation, leyendo o pegándose con su hermano. Husmea desde ahí lo que estás cocinando y te dice «¿De cena hay brócoli? No me gusta». Tú le contestas que se vaya a lavar las manos, poner el pijama y ayudarte con la mesa....y ¡tachán! gracias al open concept puedes observar en vivo y en directo como tu hijo pasa olímpicamente de ti. Te enciendes y le dices «¿no me has oído?» y él contesta «Ya voy» pero no se mueve. El brócoli no se te corta porque no es posible pero prueba a hacer mayonesa o merengue con es nivel de tensión familiar.  

El efecto ver a tus hijos tampoco funciona a la inversa. Tú crees que tus adorables bebés que corretean van a seguir siempre así pero antes de que te des cuenta, hacen chas y tienen doce años y se levantan a las doce de la mañana, cuatro horas después de que tú hayas amanecido, desayunado, leído la prensa y organizado el día. ¿De verdad te apetece ver como en pijama se preparan el desayuno dejando toda la encimera llena de migas? ¿Quieres verlo? ¿Quieres ver desde tu sofá, en vivo y en directo como dejan el envase de la leche con una última gota en la nevera, cómo cortan el pan con el cuchillo que no es, como recogen su mantelito (si es que lo han puesto) sin preocuparse de las migas que caen a tu suelo open concept, como pasan de meter la taza en el lavaplatos porque siguen creyendo en los duendes del lavavajillas? ¿En serio quieres eso? ¿Eres masoquista? 

El open concept de las narices es además una esclavitud. Volvamos al Jaime Oliver del bloque, das tu comida familiar el sábado a mediodía y cuando tus invitados se piran tienes toda tu casa hecha un desastre. No puedes llevarlo todo a la cocina, cerrar la puerta y decir: me voy a echar la siesta un rato y luego lo recojo porque los platos, los vasos, las fuentes, los restos de comida te miran desde tu encimera cuqui y te dicen: «estamos aquíiiiiii, nos ves desde el sofaaaaa» Una cosa es saber que el caos te espera al final del pasillo y otra cosa es ver al caos descojonándose de ti. 

El openconcept, además, huele y hace ruido. «Hay campanas extractoras muy potentes» Sí, sí, claro. Si en una casa con cocina independiente, con la campana superguay encendida y con la puerta cerrada el olor a tomate frito, a bizcocho casero, a coliflor gratinada se huele desde la entrada, ¿me estás contando que con el open concept no huele a nada? Y al revés. Volvamos a Pablito que ya tiene dieciséis años volviendo de su partido de futbol y tirándose en el sofá porque le da pereza ducharse mientras tú preparas la tortilla de patata de la cena disfrutando del olor a sobaquina y pies de tu niño. 

El openconcept hace ruido porque los electrodomésticos hacen ruido, incluso los silenciosos. Usa una thermomix, una batidora, una picadora y escucha los gritos de tus hijos o tu pareja porque «con ese ruido no oigo la tele».

En fin, que no seáis cursis ni caigáis en modas ridículas. El openconcept es la pijez del momento, la moda de la temporada, la cocina americana con ínfulas, la estupidez de la década. Pelead por una cocina independiente, cómoda, confortable y con mesa. El open concept es una declaración de intenciones, claramente tu intención es no cocinar. 

Y recordad, las mejores cosas pasan en las cocinas. 


27 comentarios:

Mis30horas dijo...

NO puedo estar más de acuerdo! Adoro cocinar en mi cocina independiente, con mesa para comer los 4 juntos e incluso esconderme a mirar el móvil cuando mis hijos me tienen harta...

Me dedico a la decoración y el open concept es la gilipollez del siglo, no te digo nada cuando meten el cuarto de baño en la habitación...

Vicente Carrasco dijo...

Completamente de acuerdo, me parece el colmo del absurdo. La cocina, para los que nos gusta cocinar, es el reposo del guerrero, el último bastión por conquistar que hay que defender a muerte. Es ese sitio donde uno se refugia para disfrutar o relajarse con su afición o simplemente tener un poco de paz despues de una interminable mañana bregando con tus adorados retoños.
Yo más de una vez les digo a mi prole, incluida mi pareja, esa frase tan célebre de La Faraona: Si me queréis, IRSE...

Alberto Secades dijo...

Me troncho.
Por cierto, la Marie Kondo es la que basa su sistema de orden en el concepto "tirar".
Ahora entiendo la conexión: la traducción de "open-concept" al español es "tira tabiques".
Alguien tenía que decirlo.

Gracias.

Anónimo dijo...

Plas, plas, plas... de nuevo a sus pies, Molinos... lo mejor de las fiestas pasa en la cocina y lo peor de las fiestas se queda después tras la puerta de la cocina.

Salud y paz mental,
Rataflau

Anónimo dijo...

Me alegra no ser la única loca pro-cocinas.
La cocina es el alma de la casa! no se puede perder!

Tres veces me he mudado, con sus tres respectivas obras y sus tres respectivas broncas con arquitectos y constructores por la maldita cocina.

También estoy en total contra de tener un piso con solo dos baños y que uno esté dentro de tu habitación. Mal. Muy mal. Hemos pasado sin transición de tener que ir a mear fuera de casa al bosque, a tener extraños meando dentro de tu habitación. El horror.

Tita dijo...

Grandioso! me he reído muchísimo, sobre todo con el momento sábado por la mañana a las 12...tal cual! Duermen, comen y ensucian en la misma proporción.

Siempre siempre siempre que lo veo pienso en el olor, en cuanto nombran el papel concept yo ya empiezo a oler a coliflor y no se me pasa en todo el programa, y oye! que no hay ni uno que lo perdone! todos acaban con la misma cocina.

Si se llamara coliflor-open-concept no le habría ninguna duda a nadie.

Sólo lo veo medio útil (pero sólo un poco) para esas cocinas lobregas y pequeñitas en las que no cabe una mesita) pero aun así...la cocina es la cocina! merece independencia!



Di Vagando dijo...

Por introducir un elemento disonante, la visión de alguien q vive en un piso de 62m2.

Esta historia que yo pensaba se llamaban "OPen Plan" se debe a que los pisos son cada vez más pequenios, y con el tamanio de un salón más o menos, meten ahí la cocina. Yo tengo una "kitchenette" (q para mis intereses culinarios me sobra) q tiene una ventana al salón. Personalmente, claro q me gustaría tener una cocina q diera al sur, acristalada, con una mesa de madera inmesa, con muchas más plazas q gente en la casa, llena de periódicos, y fruteros, y un portátil pequenio en la esquina. He estado en airbnbs por ahí y siempre es esta la razón-tokio es la leche-, pero nos lo venden como disenio y pollas. Yo no me lo creo. Es la avaricia de los de siempre.

Ah, y si nos ponemos con disenio en serio, no sé vosotr@s pero yo conozco bastantes casas en Ejpein q tienen la cocina en una punta y el salón-comedor al fondo de un pasillo en las antípodas de la cocina. DE nuevo, es la economía, en aquella época ponían las tuberías en un lado, ergo allí la cocina y el banio. Horrible, por el pasillo de 10 ms con la fuente.

Y por último: qué clases de snobs q nos os gusta el banio en la habitación???? Y tenéis otro fuera (q en Colombia lo llaman el "banio social")???? Por favor, tengo un solo banio obviamente, y si hay una cosa q me encantaría es un banio en la habitación.... y ya puestos un vestidor. NO entiendo nada.

Ah, y ya último en serio: cocinar está sobrevalorado.

love

di

Vyp dijo...

Me recuerda a las vacaciones en el estudio de la playa, donde los cinco o seis compartíamos el espacio de comer, cocinar y dormir durante dos o tres semanas. Como gran defensora de mi espacio, estoy en contra de todos los open concepts y muy a favor de tener al menos dos baños en la vivienda, eso debe ser la leche.

Migas de Palabras dijo...

Yo cuando veo esas cocinas solo pienso en el olor de freir sardinas o salmon eternamente pegado a las tapicerias. Te tumbas en el sofa y solo debe de oler a fritanga... ¿Y el aceite del ambiente que poco a poco se va pegando a los libros y a los armarios? Rotundamente No quiero una cocina así.

Anónimo dijo...

Durante mis años de estudiante estuve sólo en dos pisos en los que la cocina y el salón estaban integrados. Y, mira, me valía porque, bueno, sabes que es algo temporal, pero si en algún momento me voy a vivir con mi pareja, yo ya se lo he dicho: "quiero una cocina separada del salón y a ser posible que quepamos los dos a la vez cocinando y moviéndonos". Lo primero por lo de los pisos de estudiante y lo segundo porque la cocina de la casa de mis padres es horriblemente pequeña: no cabemos los tres para comer y cuando mi pareja y yo pasamos el finde juntos es imposible movernos por la cocina sin tropezar el uno con el otro (para pasar desde el fregadero a la nevera, por ejemplo, me tengo que poner de lado si él está en el fogón, juro solemnemente que no exagero), así que él cocina y yo miro xD

Anónimo dijo...

Y ya puestos, ¿un open concept para el baño no?

NáN dijo...

No sabía que eso se llama Open Concept. Antes se llamaba "tengo la cocina americana con ventanal a la sala. Es una miewrda, todas las cosas que no puedo cocinar porque dejan olores por toda la casa. Pero es lo que hay: si no tienes dinero, pisito ínfimo".

lobstersquad dijo...

pues que tienes toda la razón, oiga. pero cocina grande y con mesa dentro, y un sofá, y sitio para los libros de cocina. que yo ahora estoy en una cocina de cocinera y echo de menos el runrún, no creas. (soy Ximena por cierto, veo que me hace entrar con el nombre de mi viejo blog)

Alicia dijo...

Estoy contigo, me parece ridículo lo los invitados, ver a los niños...pero es que pienso en el olor a fritanga o en su defecto a coloflor codida en el salón y me dan ganas de salir corriendo.

Anónimo dijo...

Magistral.
Pero quien ve una serie tranquilo con el retoño haciéndose un mixto?
Admito que cuando digo al resto de la familia, voy a cocinar para la semana! o lo que es lo mismo, dejadme un rato sola porloquemasquerais!, cierro la puerta de la cocina y soy la reina de los mares.

Alele dijo...

El open concept es para la gente que hace sólo ensaladas.

Mamacorrecaminos dijo...

Yo tengo baño en la habitación y es mi sitio favorito, me escondo ahí y nadie me encuentra. Hay un baño fuera también

Sara dijo...

No puedo estar más de acuerdo contigo.... La cocina es la cocina y el salón es el salón. Yo no puedo dejar de imaginarme el olor extendido para toda la eternidad en el salón, a mis retoños diciéndome que no les dejo oir la tele, y viceversa, poniéndome negra viéndoles patear el sillón, y tener que estar todo el día con el trapo/la mopa/la fregona y la bayeta para que esté limpio porque todo el mundo lo ve. Yo tengo una cocina grande con mesa para cuatro, y eso es lo bueno poder sentarte allí, desayunar tranquilo y comer sin un "quiero ver la tele", hablando que es lo que corresponde, no hay nada que me guste más que una buena sobremesa en la cocina.
Cuando veo los programas de decoración de los gemelos me pongo mala con el tema de las fiestas y los amigos..... De verdad no saben estar solos en casa con lo bien que se está?.

Toñi Martínez Sánchez dijo...

Menos mal que no estoy loca. El openConcept o diáfano puede estar bien en determinados espacios, como un salón-comedor amplio, pero la cocina americana... no, no y no. Por mucho estractor potente, tu casa no es el bar Manolo. La cantidad de pisos que he descartado solo por esa miserable cocina. La excusa del agente inmobiliario: es que la gente ya no come en casa. ¿y tampoco toma café, ni desayuna, ni cena, ni se fríe nunca un huevo?

sonia dijo...

Totalmente de acuerdo con Migas de Palabras.Y con esta frase:¿de verdad queréis ver,cómo,desde tu sofá,en vivo y en directo,dejan el envase de la leche con una última gota en la nevera?

el chico de la consuelo dijo...

Quiero recordar que en la prehistoria bloguera ya comentamos sobre esto de la unificación de que los anijoles se habían abierto o se iban a abrir un ventano.
Mai guaif se empeña en comer en la cocina y a mi me recuerda las series de milikito. Un horror yo me escapo!! Luego en lugar de darle caña al aspirador le da por abrir la puerta de la galería para que se ventile y a cero grados que estamos algún dia veré correr pigüinos por la cocina.
El tema termomix y su ruido lo llevo fatal, después de abandonar la epoca minipimer tan aclamada malevolamente en este blog ahora vivo con la puta termomix, sus libricos creativos de pures y salsas (muerte a las salsas) y a los señores estos de los concursos. A los dos que salen con la najera les pegaría zapatillazos en la cara hasta que me cansara, todo sea dicho sin acritud.
besicos.

Anónimo dijo...

YO tengo concepto abierto en mi casa antes de que Marie Kondo Y de que cualquier moda yanqui apareciera. Mi salón es mucho más acogedor ahora, participamos todos en las labores de la cocina y ya no tengo el sentimiento de estar castigada preparando cosas en la cocina mientras los demás se divertían en el salón. Estoy encantada y por cierto, NO SOY NINGUNA ESTÚPIDA

Anónimo dijo...

Pues a mí me encantaria tener un superespacio abierto.... Cierto es que no tenemos tele en el salón, que somos todos bastante cocinillas, y que nos chiflan las tertulias de cocina y sobremesa. Qué mejor que sean en un espacio grande, único, en el que compartir el tiempo todos juntos?

Anónimo dijo...

Yo también me pasé hace unos años al espacio abierto y estamos encantados. Mucho mas sitio y luz ... No me voy a poner a justificarme porque es absurdo. Deberías probarlo.

Noumonsrodons dijo...

La verdad es que el "open concept" tiene sus partes malas. Tienes toda la razón. Lo que más útil me parece del "antiopenconcept" es lo de cerrar la puerta y dejar todo el caos encerrado en una habitación, sobretodo cuando vienen invitados y vas justa de tiempo..o para ti misma/o cuando crees que el desorden va a invadir tu vida. Es una forma rápida de encontrar un poco de calma entre la tormenta...jaja
Bendito "close concept"!

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo, no me gusta. La cocina debe tener su espacio. Los variados olores de ciertas comidas, no a todos les gusta. Cerrando la puerta se soluciona, pero el open concept no me lo permite.Y eso de ver a los niños, con una ventana basta.

Frederic dijo...

Tampoco hay que olvidar los problemas que acarrea el trasladar una cocina ,con salida de humos y bajantes a muchos metros de distancia de sus salidas originales,una cocina sin una bajante cerca vas a tener continuos atascos.y un atranque en la cocina es un incordio pero si además está en tu salón ya ni te cuento.ya veo de aquí a pocos años trasladando de nuevo la cocina a su situación original. Lo que más me flipa es ver pisos de más de 200m y con un precio que supera el millón y medio de euros con cocinas en el salón yo no quiero que sí tengo una obra de arte en el salón se me llene de grasa de la fritura y si tengo una doméstica no quiero tenerla en el salón mientras cocina