jueves, 13 de diciembre de 2018

Mil y un déjame en paz

Déjame en paz, cuando alguien es insoportable y no para de molestarte. Recuerdo cuando era adolescente  y mi amigo Ángel se dedicaba a hacer cosas que me sacaban de quicio como bailar a mi alrededor o cantar 37 grados de Radio Futura que es una canción a la que le tengo muchísima manía y que, además, me provoca escalofríos. 

Déjame en paz cuando alguien te martiriza con argumentos que no tienen la más mínima consistencia y tras intentar rebartirlos decides que no merece la pena, que lo dejas ahí con su tozudez y su sin razón. 

Déjame en paz cuando te cabreas y lo único que quieres es irte a rumiar tu cabreo tranquilamente. No quieres arreglarlo ni seguir en la discusión, quieres reconcentrarte. 

Déjame en paz. Que me dejes pedazo de plasta, que no tengo ganas de hablar contigo.  

Déjame en paz cuando alguien te llama por teléfono, ves el número y dices ¿por qué no me manda un correo? 

Déjame en paz. Que sí, chaval, que sí, que lo que tú digas, que paso de ti, que ahí te quedas.  

Déjame en paz cuando te dicen qué tienes que hacer, cuando el otro tiene razón, cuando sabes que más pronto o más tarde harás lo que te están diciendo, cuando sabes que tratan de ayudarte, de hacerte la vida más fácil, de ayudarte a tomar una decisión pero tu estúpido orgullo decide que no es el momento. Sabes lo que tienes que hacer pero no quieres, ahora mismo solo quieres posponerlo.  

Déjame en paz porque me estoy mordiendo la lengua para no verter sobre ti toda la bilis contenida porque no te aguanto, porque eres imbécil, porque eres muy imbécil, porque no mereces si quiera que te dirija la palabra. 

Déjame en paz o lo lamentarás. 

Déjame en paz cuando te duele el alma, cuando te sientes de porcelana. Cuando eres frágil, cuando te haces pequeño, quebradizo y lo único que quieres es volverte bicho bola.  Ahí, lo que que quieres decir es: «Déjame en paz pero no te vayas muy lejos, espera a ver si soy capaz de encajar lo que me pasa y estate atento porque voy a necesitarte».

Si hay una expresión que sirve para todo es déjame en paz.  


6 comentarios:

Virto dijo...

Lo digo y puedo respirar mejor... Déjame en paz.

Alberto Secades dijo...

Será la forma más apropiada de felicitar la Navidad este año, todos los años.

Gracias.

Laura dijo...

Déjame en paz, yo últimamente lo digo mucho también.
Pero a ti te pido lo contrario, no nos dejes en paz y sigue contándonos tus cosas porque nos hacen sentir mejor. Beso grande.

NáN dijo...

Los que hicimos la mili sabemos de eso. El capitán vociferaba: En atención, ¡ar! Y componíamos todos una figura graciosa con el fusil. (No sé ni supe entonces para qué servía ni a qué debíamos prestar atención).

Pero en tu caso es distinto. Me pongo en atención para salir pitando, sin el engorro de ir con fusil, si necesitas algo.

Gabriel Baker dijo...

Dejame en paz....dejame ir...

HombreRevenido dijo...

Ay. Déjame en paz se lo gritaba yo a mi madre constantemente.
Al final, después de tanta guerra, le intento dar mucha paz ahora. Para compensar.