miércoles, 17 de enero de 2018

Me gustaría...

Me gustaría que los días no hubieran empezado ya a alargarse y no sentir que he desaprovechado las noches eternas del invierno. Me gustaría sacudir la cabeza como hago para secarme el pelo y librarme de las gotas de nostalgia que últimamente parecen estar cubriéndome. Nostalgia de antes, de hace años, de mi infancia, de antes de ayer, del último de verano y del invierno que no aprovecho. Me gustaría dejar de imaginarme en medio de un camino mirando hacia atrás  y pensando «pues no estuvo tan mal» y mirando hacia delante y temiendo no llegar a lo que hay más allá. Me gustaría verme soñar desde fuera, sentarme en el borde mi cama y ver mis sueños crearse en un enorme bocadillo de dibujos animados por encima de mi cabeza. Me gustaría disfrutar de ellos ahora que no me torturan y que, de verdad, existiera un barrendero de sueños. Un hombre vestido como los tenderos franceses de los años 30, con gabán y gorra y azules, que barre los sueños cuando nos levantamos y nos vamos de nuestras cabezas. Me gustaría que esa idea del barrendero de sueños se me hubiera ocurrido a mí.  Me gustaría saber exactamente qué ponerme cada día y no dejar ropa "para otro día más especial" como si tuviera fiestas, cocktailes o mil citas importantes en mi vida.  Me gustaría saber ponerme un pañuelo de seda rojo que alguien me regaló y que ese alguien me explicara en qué estaba pensando al regalármelo. Me gustaría explicar a los creativos de las cuñas de radio que «desde 995 €» no es ninguna ganga y que no soy capaz de imaginarme un «Mercedes con cuatro años de garantía». De hecho, no sé porqué alguien podría ilusionarse imaginando eso. Me gustaría que me interesaran los coches un poco, o por lo menos ser capaz de distinguir el mío entre varios coches azules. Me gustaría saber porqué, a veces cuando escribo a mano, el trazo de una s o de una e me recuerda a mi padre. Y me gustaría que mi letra se pareciera a la suya. Me gustaría ser capaz de recordar el nombre de los vinos que me gustan y olvidar el del vino que bebí la vez que fui gilipollas. Me gustaría atreverme a llevar las uñas pintadas y sentirme un poco mujer fatal. Y me gustaría acordarme, la próxima vez que necesite calcetines, de comprarme también unas medias de rejilla. Me gustaría no sentir miedo al pensar en la publicación de mi libro y me gustaría también no pensar que sentir miedo es lo correcto. Me gustaría que Madrid fuera un pueblo y poder vivir en otro sitio. Y me gustaría tener uno de esos pisos señoriales de la calle Alcalá que tienen El Retiro a sus pies. Me gustaría que los hombres no contestaran «pues tampoco es para tanto, es bajito» cuando les hablo de la belleza de otros hombres. Me gustaría conocer a Neil Gaiman y a Guillermo Altares. Me gustaría decirle a Carlos Alsina que puede hacerlo mejor y que no se cabreara. Me gustaría que mi yo natatorio tomara el control de los mandos de mi cabeza nada más despertarme y no me dejara a merced de mi yo perezoso que intenta convencerme, cada día, de que no necesito ir a nadar. Me gustaría sobresaltarme, cada mañana,  por la alarma del despertador y no esperar su sonido desvelada. Me gustaría ser capaz de recrear en mi cabeza el sonido de los  pájaros en septiembre en Los Molinos y que la camisa de mi abuelo de "Centro de Moda Guijarro. Bilbao" guardara el olor de su colonia. Me gustaría conocer a alguien que fume Rex y no olvidar el nombre del suavizante que estamos usando ahora y que deja un olor en la ropa que me hace sentir que el suavizante sirve para algo. Me gustaría no tener nada en las paredes de mi casa o, mejor, que fueran como pizarras que pudiera borrar pasando la mano. Llenar mis paredes de cuadros, portadas del New Yorker, fotografías, citas manuscritas y cuando me cansara pasar la mano y que todo desapareciera para  volver a empezar. Me gustaría que la expresión «Borrón y cuenta nueva» fuera el nombre de ese superpoder.  


16 comentarios:

Anónimo dijo...

Cada día escribes mejor! y te envidio por ello :)
Ahora tengo una gran duda...¿qué marca de suavizante utilizas? ¡Los desterré de los lavados hace años!

Sandra

Minerva dijo...

Jajaja, me ha gustado mucho tu post... Pero me he quedado con lo mismo que el anónimo de arriba. Que suavizante utilizas?? Yo también hace mucho que dejé de usarlo

molinos dijo...

Jajajajaja, a ver lo del suavizante. Es Suavizante Concentrado Spa con micropartículas de perfume de Bosque Verde, de Mercadona. Huele fenomenal y dura mucho.

Anónimo dijo...

Jolines, me has emocionado... llegar a la emoción de los demás a través de la escritura es un don. Ezplótalo, preciosa!

Elena Rius dijo...

Pues mira, yo también iba a preguntarte el nombre del suavizante. Vas a tener que pedirles comisión a los de Mercadona. Me ha fascinado lo del barrendero de sueños, una idea preciosa. Solo que a veces creo que pasa muy rápido y se lleva los sueños que me hubiera gustado recordar para irlos sacando a trocitos durante el día. Y me apuntaría también a lo de las parades borrables, me paso el día viendo cosas que me gustaría poner en ellas, pero sólo durante un tiempo. Sobre lo de conocer a Neil Gaiman y a Guillermo Altares, estoy segura de que lo tienes al alcance de la mano. Verás como cualquier día de estos te los presentan, en serio.

xaquin dijo...

Me encanta el "borrón y cuenta nueva", pero con el toque nostálgico de "recuperación temporal".

Dionisio García dijo...

¡¿Pero todavía existe el Rex?! ¿Cuánto cuesta? Hablando de nostalgia, la he sentido ahora de cuando yo fumaba esa marca, debe de hacer más de 22 años. Desde entonces ni Rex ni nada. En aquella época los fumadores de negro nos dividíamos en Rex y Ducados, estos, las pocas veces que probé, me resultaron secos.

Anónimo dijo...

Enorme!!!!

Unknown dijo...

Qué bueno sería poder usar el "borrón y cuenta nueva". Iba a decir algo más pero se me ha borrado.

HombreRevenido dijo...

Que te guste tanto el invierno me da frío.
De todo modos, estanos a tiempo de convertir los dibujos animados de los sueños en GIFs.

Anónimo dijo...

Reflejas muy bien cómo me siento yo ahora mismo con tus megustaría.
Mañana empiezo un curso de mindfulness. Creo que me vendrá bien

la nostalgia en enero es casi como el frío: inevitable

Yo hoy te mando un abrazo

Enja

Anónimo dijo...

A mi me gustaría escribir como tú....y conocerte ya puestos!
Pilar

Ana de cestaland dijo...

Magistral Moli.
Me ha encantado este post.
Entero.
Y muero de ganas de leer tu libro!!
Un barrendero de sueños... yo necesito a ese señor en mi vida YA porque sueño mucho. Dormida y despierta. Tengo sueños a veces raros, a veces transtornantes y a veces (cuando estoy despierta), sueños grandes que me hacen tener que trabajar mucho mucho...
Precioso post.
En mi caso, la letra de mi hermana y la mía son casi iguales pero la suya va pareciéndose cada día más a la de mi padre.
La mía no... sniff

Myriam González Gil dijo...

Maravillosa entrada. Me has puesto nostálgica y yo sólo estaba adormilada; ahora estoy adormilada y nostálgica, pero no me importa.
P.D.: yo también me apunto el suavizante :-)

Marta dijo...

Cuando nos levantamos y nos vamos de nuestras cabezas..... Me encanta esa frase... deseando tener tu libro conmigo. Lo del pañuelo rojo está claro, te desean un momento erótico con él por medio. Todos tus megustaria son para mi y por lo que veo para mas gente un meestoydandocuenta que casi todos estamos hechos de las mismas sensaciones, miedos, certezas... Un besico y buen finde!!

Marta dijo...

Ah! Y lo del suavizante ya me has creado un ansia viva....