sábado, 19 de agosto de 2017

Doce años

«Todos somos extraños para nosotros mismos, y si tenemos alguna sensación de quienes somos, es sólo porque vivimos dentro de la mirada de los demás» (Paul Auster)

Aún no sabes quién es Paul Auster aunque tu casa está llena de sus libros. No sabes quién es pero sus portadas y sus palabras son parte de tu paisaje diario. Tampoco sabes lo que es sentirte extraña de ti misma ni te has parado a pensar quién eres. Si te preguntara, me mirarías con cara de superioridad y contestarías: «Soy Clara, sé perfectamente quién soy» porque hoy cumples doce años y a esa edad todo se sabe "ferpectamente" (no te gusta Asterix pero tenía que ponerlo). Crees que lo sabes todo, piensas que sabes todo lo que necesitas saber sobre lo que te interesa. Incluso crees tener clarísimo qué es lo que no quieres saber, lo que no te interesa, lo que no importa, lo que da igual. Y eso está bien porque a tu edad, en este momento de tu vida, lo suyo es que tengas esa seguridad, que todo a tu alrededor sea seguro, estable, casi aburrido, predecible, tan inmutable que parezca eterno. Por eso te gustan las rutinas y te encanta repetir siempre las mismas cosas cuando volvemos a lugares que, a tus doce años, ya se han convertido en parte de esa extraña que todavía no sabes qué eres. Este verano hemos vuelto a comer pipas Facundo viendo la puesta del sol en San Vicente porque "ese es el paseo que siempre hacemos" y hemos comido helados Regma "porque es lo que siempre hacemos aquí" y estás en Gibraltar "porque es lo que hago siempre en agosto". Crees que repites todas esas cosas porque te gustan y, en cierta manera, es así, pero las repites porque te centran, porque te hacen y te harán, en el futuro, ser quién llegues a ser. 

Aún no lo sabes pero eres una extraña para ti misma y lo serás siempre. Eso no es malo, no quiere decir que no te conozcas, quiere decir que tú te sentirás una persona determinada, te verás, pensarás, soñarás, escucharás e, incluso, olerás de una manera y descubrirás que los demás perciben en ti mil personas distintas. Unas te resultarán desagradables y te indignarás, otras te sorprenderán y otras te halagarán porque no podrás creer que te vean así, pensarás incluso «qué equivocados están, no soy tan buena». 

No sabrás quién eres y serás mil personas en una. Serás mujer, hermana, amiga, compañera de trabajo, amante, madre, abuela, tía, novia, pareja estable, pareja inestable, jefa, currita y un montón de cosas más pero para mí, siempre, serás mi hija pequeña. Y así te veo cada día.

En mi mirada vives y siempre vivirás y te verás como mi hija pequeña; ahora que crees saberlo todo y, también, cuando creas no saber nada y sientas más miedo del que eres capaz de imaginar, espero que puedas aferrarte a quién siempre serás en mi mirada y en mi vida. 

Feliz cumpleaños, pequeña bruja. 

Espero también que leas a Auster. 


7 comentarios:

Socretino dijo...

No sé quién decía por ahí (con mucho acierto) que ser padre significa espabilar a los hijos cuando son pequeños y controlarlos cuando son mayores hasta que sean capaces de espabilar por si mismos y controlarse cuando lo necesitan.
Feliz cumpleaños. Cumplir años es siempre positivo.

sonia dijo...

Feliz cumpleaños.
Qué cara de espabilada tiene.

Yanko Iruin dijo...

Hacer el gamba en las fotos, como su madre, forma ya parte de su personalidad. Feliz cumple a las dos.

Máximo dijo...

Felicidades a la brujita. Y que no lea o que lea poco porque luego acabas hablando con citas de los demás o medio turulato como Alonso Quijano.

Y brujita aprovecha para vivir que aunque parezcan que los días son muchos y muy largos te darás cuenta que te faltarán.

Anónimo dijo...

Precioso! y como dicen por ahi arriba que cara de lista tiene..¡ y como hace el ganso! me encanta.

NáN dijo...

¡Felicidades, Clari! Ya tienes la edad necesaria para empezar a destrozar los nervios de tus padres durante 3, 4, o 5 años. Como ha sido y será siempre.

eviam64.com dijo...

Precioso feliz cumpleaños, ¡preciosa tu niña! ¡Felicidades!