miércoles, 9 de septiembre de 2015

Documentales que hay que ver: rusos y arte.



En todas las casas hay chascarrillos particulares y sólo conocidos por los iniciados. En la Molicasa tenemos un montón, pero uno de los mejores es que si alguien dice "ensaladilla rusa", "vodka", "sputnik", "Putin" o cualquier otra palabra que remotamente tenga que ver con Rusia, alguien contestará:

- Camarrradas, rrrrussos todos. 

Y nos descojonamos. Si alguien dice "Val Kilmer" la respuesta es la misma.

- Camarradas, rrrusos todos. 

Por eso, cuando empecé a ver "Red Army" y apareció en pantalla el protagonista hablando inglés con un acento ruso alucinante y físicamente clavado a Val Kilmer (si Val Kilmer no hubiera decidido envejecer comiéndose a los rrusos todos) me levanté del sofá y dije muy seria: Camarrradas, rrrusos todos. 


A lo que iba. ¿Qué es Red Army? Es un fabuloso y fantástico documental sobre hockey sobre hielo. Lo sé, es un tema que no resulta muy atractivo y del que resulta difícil pensar, a priori, que se pueda hacer un documental interesante y que te tenga en vilo durante hora y media. 

Eso es lo que distingue un buen documental de una bazofia documental. Contar una buena historia ya sea de animales en la sabana, de guerras, de peces, de ciencia, de grandes logros o de hockey sobre hielo, requiere saber contar la historia. Parece obvio pero no lo es. Es necesario saber qué se quiere contar y, una vez que se tiene claro el fin, hay que armar la narración para conseguir que el espectador no use el documental para dormirse. 

Red Army es un documental que tomando como hilo conductor la formación, consolidación y desaparición  del mejor equipo de hockey sobre hielo de la historia y su capitán, Slava Fetisov, recorre la historia de la URSS desde la posguerra hasta los juegos olímpicos de invierno de Socchi. La figura de Fetisov, (clavadito a Val Kilmer) provoca miedo, tensión, comprensión, ternura y luego otra vez miedo. Es la historia de una personalidad hecha a sí misma por su tesón pero moldeada también por las circunstancias políticas de su país y del mundo. 

Descerrrrebraddos todos, no dejéis de verlo. 

*********

Si Fetisov me da ganas de llevar guardaespaldas, Herb and Dorothy me dan ganas de adoptarlos como abuelos. No pueden ser más adorables, más tiernos, más lúcidos y más entrañables. 




Herb&Dorothy es un documental sobre arte, sobre arte contemporáneo y coleccionistas. Pero no es una historia de dinero, ostentación, subastas y exhibicionismo. Herb y Dorothy viven el arte, viven para el arte, entendiéndolo, apoyándolo, admirándolo y comprándolo. 

El arte puede no entenderse y puede no gustar. 
El arte puede entenderse y no gustar.
El arte puede entenderse y gustar.
El arte puede gustar sin entenderse. 

Herb y Dorothy están más allá de estas apreciaciones, ellos viven el arte. Hay una escena maravillosa, por lo que transmite y por su sencillez, en la que Herb, anciano y con su bastón, mira fijamente una pieza de arte conceptual. Una pieza que para el profano puede no entenderse. Al mismo tiempo, la conservadora del museo está hablándole pero él permanece abstraído en la contemplación. De repente se gira y dice: 

- ¿Por qué está colocada así? Está al revés. 
- ¿al revés? No, es así.- contesta la conservadora. 
- No, así no dice nada. 

La conservadora se pone unos guantes y gira la pieza. 

- ¡Así!- exclama Herb. 

Y tiene razón. La pieza que parecía una "tontería de arte contemporáneo" adquiere esa característica, para muchos inapreciable y difícilmente explicable en palabras que le confiere la calificación de arte.


La sonrisa del bueno de Herb lo dice todo. 

Herb&Dorothy es un documental para conocer el arte sin alharacas, sin grandes millonarios, sin falsos especialistas que hablan jerga. Es un documental para acercar el arte a la gente corriente, para apreciar la dedicación de una vida a una pasión. 

Si queréis conocer a una pareja genial, entender un poco de arte y acabar el día con una sonrisa y creyendo un poquito en lo bueno de la vida, no dejéis de verlo. 

Rusos, hockey, abueletes y arte contemporáneo, dos cócteles para un par de noches. 


10 comentarios:

Cabrónidas dijo...

¡Hola, Molinos! ¡Cuánto tiempo sin pasar por aquí!

No, gracias. Aún tengo convulsiones y episodios diarreicos por atreverme a ver entera la película "Ocho apellidos vascos".

Menina dijo...

En mi familia cada vez que se nombra Rusia alguien dice (en este orden):
- Muchos rrrusos en RRRusia
- ¡Muy buenos los polvorones!
jaja Eugenio era único

Ther dijo...

Jajaja, ¡coincido con Menina! "Mushos rusos en Rusia", ésa es la nuestra.

¡Gracias por la recomendación! Les daremos una oportunidad.

Alele dijo...

jajajajaja en mi casa cuando se toca aunque sea de refilón cualquier palabra con aire soviet se dice "Camarrrada, ¿dónde está el micrrrofilm? ¡Dónde está el micrrrofilm!"

ELISA dijo...

Estais pirraos toros! Por cierto esos documentales en qué canales los dan?

Pep dijo...

No se por qué tenía la convicción de cuando oías palabras rusas te retorcerías como Jamie Lee Curtis en "Un pez llamado Wanda" ..

Anónimo dijo...

Hola Moli:
Buscaré el de los abuelitos. :)
Gracias,
G.

HombreRevenido dijo...

Red Army es una maravilla. Este lo he visto antes de que tú lo recomendaras por mis colegas tuiteros del hockey. Ya sé que ese dato no aporta nada, pero es bueno para mi autoestima.

Muerrome con el parrecido Fetisov-Kilmer. Jaja. Me meo, camarrada.

Anónimo dijo...

Perdona sabes donde puedo verlos subtitulados en castellano??
Gracias
Caracola

molinos dijo...

Caracola el de los rusos está entero en Netflix en inglés con subtítulos, si no tienes Netflix te puedes hacer un mes de prueba gratis. El de los viejecitos está entero subtitulado en Yout tube también.

Ya me dirás si los ve.