martes, 30 de septiembre de 2014

Abducida por Decathlon

Hay tres tipos de personas: 

- Los que no hacen deporte pero compran ropa de hacer deporte en Decathlon y la tienen en el armario sin estrenar por si acaso un día encuentran el momento de empezar a usarla.
- Los que hacen deporte pero compran su kit deportivo en tiendas especializadas ubicadas en calles dónde no se puede aparcar y con horarios más restrictivos que las horas de visita en Alcatraz. " Moli si quieres una buenas zapatillas tienes que ir a "Zapatilla corre que te las pelas" o te destrozarás los pies".  
- Los que no compran ropa de deporte pero arrasan los pasillos etiquetados como "travesía" y "fitness". 


He dicho que hay tres tipos de personas y luego estoy yo que  soy una mezcla de las tres. No hago mucho deporte pero tengo mierdas variadas para nadar compradas en Decathlon, tengo "prendas de deporte cojonudas"* ninguna de las cuales ha sido comprada allí y me flipa el pasillo de "travesía".   

Decathlon no es como Ikea, no hay un recorrido trampa de hamsters que haya que realizar completo para llegar al final abrazar a la cajera como si fueras Marco y ella tu madre y recompensarte con un perrito caliente y cebolla frita en el Círculo Polar Ártico. 

Decathlon es mucho peor. Me creo libre y alocada y me enfrento al gran pasillo central tan ufana como Caperucita, con mi cestita para meter las famosas zapatillas de M que es lo que he venido a comprar.

"Travesía niños" se cruza en mi camino y claro, tengo que entrar. Me arrodillo a los pies del creativo que puso este nombre y que a mi me sugiere "ropa para que las niñas puedan destrozar pero vayan abrigadas" o "ropa para dar un paseo por el campo con un noruego y quitártela luego delante de la chimenea... muy deprisa". 

Me adentro en el pasillo y una orgía de forros polares de colores diversos, camisetas de manga larga y pantalones de muchos bolsillos fáciles de quitar salen a mi encuentro. Salgo de allí sin querer mirar los forros de colorines que llevo en la cesta, ajustándome la ropa y con el pelo revuelto y electrificado porque me he probado unos cuantos de la talla 14 años para decidirme por uno para mi. Salgo casi con la misma pinta que si hubiera estado retozando con el noruego...

Paseo alegremente por delante del cartel de fitness que es un concepto que no me mola nada. Fitness me sugiere cereales, me sugiere pasar hambre y me sugiere gimnasios con ruido y espejos. En fitness todo sugiere esfuerzo y es blanco, que requerirá esfuerzo posterior para quitar las manchas. Paso de "fitness". 

En Decathlon todo tiene nombre que sugiere la actividad a la que va dirigida: quechua es montaña porque obviamente los quechua viven en las montañas con ropa de abrigo, nabaiji es deporte acuático porque suena a islas caribeñas y mares cristalinos, Kalenji es todo lo de corretear porque suena a África, a etíopes y a run to be wild y todas esa majaderías. 

Para lo que no es para nada pero es para todo o es ridículo tienen el nombre ARTENGO. 

Artengo, Artengo, Artengo...lo leo y es como un mantra y ya no puedo pensar en otra cosa. ¿Qué es Artengo? Artengo es como Talgo. ¿Artesanía tentativa Goyeneche? "Artilugios engalanados Gomez"? ¿Archiperges Tentadores Gordos? ¿Armando Tendencias Gorrinas? 

Ahhhhh...no me lo puedo quitar de la cabeza. Soy la loca del pasillo central con el pelo electrificado y la cesta llena de forros de colores que va murmurando combinaciones imposibles de sílabas y palabras mientras cabecea como Stevie Wonder.  

Salen entonces a mi encuentro los calcetines. Yo siempre necesito calcetines, compro a montones, me regalan, los guardo decenas de años pero siempre parece que me faltan, así que Decathlon y sus cestas rebosantes de tríos de calcetines son una gran tentación y una gran frustración. 

Tengo una teoría sobre los calcetines de Decathlon.  Hay de dos tipos: los Artengo y los Kalenji. Los Artengo son más de fiar, son de señor, se pierden menos y son más serios pero yo no puedo comprarlos por lo que he comentado más arriba, entro en trance si veo el nombre... Así que opto por los Kalenji, los de corretear, pero los Kalenji son una especie esquiva y casquivana. 

Para empezar ¿Alguien ha visto alguna vez un par de calcetines Kalenji de la talla 34-39? No. No existen. O los venden con cartilla de racionamiento o sólo a los Vips. 

Aún así, a pesar de saber que un calcetín Kalenji de la talla 34-39 es casi como un unicornio, suelo dedicar una cantidad indecente de tiempo a rebuscar en las cestas por si encuentro alguno. Cuando me rindo, o van a cerrar o se ha hecho de noche, opto por comprar 20 pares de la talla 31-34 porque total, estoy más cerca del 34 que del 39. 

Semanas después descubro, una vez más, que en la manada Kalenji las cosas no son fáciles para los pequeños y mis calcetines de la talla 31-34 han sido fagocitados por los Kalenji 50 de Pobrehermano Mayor de la talla 39-42. Rebusco en los cajones, en los de mi hermano, en el suelo de su cuarto, en el cesto de la ropa sucia, en los cajones de las princezaz y como mucho rescato un par de pobres kalenjis pequeños...con agujeros y la goma pasada. Son el eslabón débil de la evolución calcetinera y están a punto de extinguirse así que ahora llevo calcetines de la talla 39 que me asoman sexymente por el talón o llevo doblados en la punta de los dedos. 

Cuando ha pasado una cantidad increíble de tiempo vagando por los pasillos, admirando cañas de pescar,  asombrándome de mi increíble talento para que las chupas que me gustan siempre sean las más caras del pasillo correspondiente, horrorizándome con los tutús, valorando si necesito los mil quinientos gadgets para nadar que tienen y mil cosas más, decido que tengo que salir como sea de Decathlon... o acabaré volviéndome (más) loca. 

A mi y a mis circunstancias Decathlon nos ha engullido como un agujero negro, como un enorme vórtice deportivo al que me asomé con la sana intención de comprar unas zapatillas de 8 euros para que M destroce y sin saber muy bien cómo, he terminado sentada en un banco rodeada de cascos mientras me pruebo unas botas de montar a caballo. 

Recobro la consciencia, oigo una voz que dice "Moliiii...sigue la luz", echo las botas en la cesta sin pensar, total son 14 euros...y concentrada para no despistarme y acabar en el pasillo de caza comprándome una cazadora que me dice "esta es la chupa para pasear por el monte después de haberte quitado la ropa delante de la chimenea del noruego", llego al encuentro de la cajera jurando que la próxima vez lo compraré todo por internet. 

O no... tengo que volver por si descubro el misterio que se esconde detrás de Artengo. O al noruego. 

*Un bañador segunda piel que fue obscenamente caro (en su día pensé que un conjunto de lencería mono me daría más juego...jajajaja...le he dado mas uso a esto),unas zapatillas de montaña espectaculares de buenas y que casi me regalan en una de esas tiendas de ultrasofisticación deportiva porque era el último par que les quedaba. Fantaseo con pasear con el noruego y mis zapas chulas. 

jueves, 25 de septiembre de 2014

Por tu culpa.

Salgo de la piscina. Me quito el gorro, el mp3, las gafas con cuidado de no arrancarme los ojos  y entro en el vestuario con la satisfacción del deporte hecho y los brazos machacados. Voy completamente absorta en mis pensamientos. 

Molimadre está sentada en el vestuario. Había olvidado completamente que era su primer día de piscina. 

- Hija mía, vaya cara que se te queda al quitarte las gafas. Da pena verte. 
- Gracias mamá. ¿Qué tal tu primer día?
- No sabes lo que me ha pasado. 
- ¿Qué? ¿Te ha dolido la cadera? ¿Te ha dolido algo? ¿No te ha gustado?
- No, no. Eso muy bien. He nadado y he hecho mis ejercicios pero, cuando he vuelto al vestuario, como me has dado unas llaves que no eran no he podido abrir el candado que me habías dejado.
- ¿Cómo que no abría? Claro que abría, te he dado las llaves con el candado. 
- No abría, así que he probado otro candado de otra taquilla y tampoco abría. 
- ¡Mamá! ¿y qué has hecho?
- Pues, por tu culpa,  he tenido que salir a la recepción, con el bañador chorreando y en chanclas,  para decirle a la señorita que no podía abrir mi taquilla y que si por favor me podía ayudar. 
- Pero, pero, pero... ¿por qué no has salido a decirme algo a la piscina?
- Porque estás ahí nadando como una maniaca y no me ibas a hacer caso...
- Pero, pero, pero...¡si te hubiera visto, habría parado! ¡Yo no nado como una maniaca!
- Ya, si claro, seguro. Cualquiera te para mientras nadas...Seguro que me ahogo y no te enteras.
- No te vas a ahogar, sabes nadar. ¡No me lies! Bueno, y ¿qué ha pasado?
- Pues la señorita ha venido con una cizalla y ha roto el candado. 
- ¿De verdad? Joder mamá. 
- Si, pero...
- Pero ¿qué?
- Pues que cuando ha roto el candado y he abierto la taquilla, le he dicho ¡Uy, no es mi taquilla! ¡Es la de mi hija!
- ¡¡Mamá!! 
- La chica me ha mirado con cara rara. 
- ¿Cómo quieres que te mire? Y además, ¿cómo has abierto al final tu taquilla?
- Con la llave que me habías dado. 
- ¿Ves? La llave era la correcta. De verdad, qué vergüenza. 
- La culpa es tuya por darme unas llaves que no eran. 
- ¡pero si al final has abierto con la llave qué te había dado!
- He dicho que la culpa es tuya....

Inexplicablemente la anécdota de "cómo Molimadre hizo que rompieran un candado que ni siquiera era de su taquilla porque no supo usar las llaves" se conocerá en mi familia como la anécdota en la que "Moli tuvo la culpa de la vergüenza atroz que pasó Molimadre al tener que pedir que le rompieran un candado porque le dio unas llaves que no eran... con las que inexplicablemente sí pudo abrir su taquilla después."

Menos mal que como dice Molimadre "seguro que en el blog cuentas tu versión" 





lunes, 22 de septiembre de 2014

7 razones por las que he disfrutado como una enana viendo una película de física y físicos.


Particle Fever, un documental sobre física, con físicos. A pesar de que la idea de verla fue mía, confieso que, al empezar,  tenía más miedo que otra cosa, aferrada a mi batamanta, pensaba: ¿Y si no entiendo nada? ¿Y si me siento imbécil? ¿Y si me duermo? 

Me encantó. Terminé sonriendo como una idiota y a los 30 segundos ya estaba pensando en cómo contarlo. (Probablemente si me hubiera dormido no hubiera escrito ningún post)

Aquí van mis 7 razones. 

1.- Por las palabras de Sava Dimopoulos con las que finaliza el documental. 
"¿Por qué la humanidad hace ciencia? ¿Por qué los hombres hacen arte? Las cosas que son menos importantes para nuestra supervivencia, son las cosas que nos hacen humanos."
Esas palabras resumen una idea que estamos perdiendo en nuestros días, la idea del saber por el simple hecho de conocer, de preguntar, de estudiar y de pensar. Construir un super acelerador de partículas que como dicen en la película "no sabemos para qué va a servir"  y pintar las cuevas de Altamira son las cosas que nos hacen humanos, que nos hacen algo más que animales que comen, se reproducen y mueren. 

Me gusta la unión de la física y el arte en esa idea. Me gusta la idea de las cosas que se hacen por el puro placer de hacerlas, por curiosidad, por inquietud...sin que tengan que servir para nada.  Me gusta el super acelerador, una mega construcción de ingeniería unida a la imagen de las pinturas rupestres que no sabemos para qué sin pintaron ni quién las hizo.

2.- Todo el documental es una gran reivindicación de la escritura a mano. Todos usan ordenadores (Mac para ser más exactos) pero todos, en algún momento, cogen un bolígrafo, una tiza, un lápiz y emborronan papeles, cuadernos, grandes pizarras con mil fórmulas ininteligibles para mi. Piensan y escriben. Piensan y apuntan. Y no, no es lo mismo en un ordenador. En el ordenador trabajan pero cuando piensan, cuando tratan de ordenar sus ideas,  escriben a mano, dibujan a mano. 

3.- Multiuniversos y supersimetrias. Dos conceptos de los que no había oído hablar en mi vida. Dos conceptos que no soy capaz de entender y que me cuesta mucho, muchísimo incluso imaginar... Dos conceptos que aumentan mi vértigo cósmico hasta extremos casi dolorosos y sin embargo me maravillan como idea. Resulta apasionante ver a tanta gente entusiasmada ante la simple posibilidad de poder avanzar en una u otra dirección. 

4.- No todo es de color de rosa en el mundo de la física y la ciencia. En la película no se despellejan ni mucho menos, pero se perciben las tiranteces entre los físicos teóricos y los experimentales, entre los que están en el acelerador y los que están en Stanford, los que quieren que el descubrimiento del Bosón confirme la teoría de las supersimetrías y los que quieren que confirme la de los multiuniversos. No tiene mayor importancia pero esas pequeñas cosas acercan al científico a la vida real. 

Me ha gustado también que aparezca la presión de los medios. Queramos o no, nos guste o no, hay que aprender a comunicar la ciencia, a contársela a la gente, a hacer que les interese. Los medios de comunicación (y las relaciones públicas) pueden ser un gran instrumento para la ciencia pero también una esclavitud. En "Particle Fever" aparecen los dos aspectos: la repercusión mediática de la puesta en marcha del acelerador y del descubrimiento del Bosón y la esclavitud por tener que hacer las cosas en el "tempo" que marcan los medios. 

Ciencia y medios de comunicación, ni contigo ni sin ti. 

5.- Es emocionante. Muy emocionante. El documental comienza en 2007 cuando el acelerador está construyéndose y quedan años para su puesta en marcha. Es un proyecto gigantesco, muy a largo plazo y que implica a miles de personas que trabajan a la vez con un propósito que no está asegurado ni confirmado. Al mismo tiempo, miles de ojos escrutan su trabajo, lo que han hecho bien, lo que han hecho mal, los resultados, las opiniones. Llegas al final en tensión y se te saltan las lágrimas cuando Peter Higgs llora al ver confirmado su trabajo. No sé que es el Bosón de Higgs y no pretendo entenderlo pero me emocioné con el documental. 

6.- He aprendido que si alguna vez, por alguna razón peregrina tengo que grabarme en video con el portátil, JAMÁS debo poner la cámara tan cerca como para que se me puedan contar los pelos de la nariz ni para que parezca un busto parlante sin cuerpo más allá de los omoplatos. ¡Físicos del mundo, aprended a colocar la cámara! 

7.- La ciencia como experiencia vital intensa y apasionante. La ciencia puede resultar gélida, a mí me lo parece/parecía. Son hechos, son experimentos, son teorías, laboratorios, estudios, fórmulas... conceptos todos que parecen (para el profano o el que lo ve desde fuera) fríos, lejanos y carentes de emoción. En "Particle Fever", sin embargo, la ciencia es emoción y sorpresa. Es incertidumbre y miedo. Es una montaña rusa. Está la alegría por participar en un proyecto increíble, la sorpresa por los resultados, la incertidumbre y el miedo ante esos mismos resultados que pueden significar que años y años dedicados a investigar algo sean "años perdidos". El miedo al fracaso, a los fallos inesperados, la presión por obtener resultados, porque todo funcione... Y está el error, porque los científicos también se equivocan y también cometen fallos garrafales que les hacen decir ¿Cómo nadie pensó en el efecto del helio sobre los imanes?  (Lo más increíble es que yo me encontré pensando pero ¡almas de cántaro, cómo no habíais pensado en eso!) 

Aparece también la expectación, cientos de personas haciendo cola para asistir a la presentación de los resultados, miles de personas refrescando la pantalla a miles de kilómetros para verlo en directo... Aunque no comparta ese interés, me encontré aferrada a mi batamanta, inquieta y emocionada esperando el momento (Y eso que ya sabía que iba a pasar) en que se abrieran las puertas del salón. 

Particle fever es un documental excepcional, con un guión, un montaje y una historia que te hace vibrar con la ciencia, con la física y con gente que llena pizarras de símbolos y fórmulas que yo no llegaría a descifrar ni aunque mi vida dependiera de ello. 

No entiendo qué hacen pero quiero que sigan haciéndolo. Quiero que sigan buscando lo que sea que buscan y que tengan esa pasión por lo que hacen. Y quiero verlo. 

Muñoz Molina lo cuenta mucho mejor que yo, pero hay que ver Particle Fever para acercarte a la física, para divertirte, para emocionarte, para asombrarte, admirarte, intentar comprender, asustarte y aprender a poner una cámara. 

Ya estáis tardando. 


jueves, 18 de septiembre de 2014

¿#Escribescomounamujer o mejor #Mujeresqueescriben?



Libros leídos en los últimos 6 años: 356.
Libros leídos escritos por mujeres en los últimos 6 años: 66. 

Hago este recuento después de encontrarme en twiter con el hastag #escribescomounamujer y que remite a una iniciativa chula que ha puesto en marcha una asociación de Bilbao, Skolastika, para dar visibilidad a las mujeres escritoras. Me parece una gran idea. Si yo, que me considero una lectora razonablemente buena, tengo ese porcentaje de lectura de escritoras o yo soy muy parcial, o efectivamente hay muchas menos mujeres. 

Aparco ese pensamiento por un momento y repaso la noticia sobre la campaña.

"La literatura de las mujeres se ha catalogado como intimista, sensiblera, sentimental, afectada o incluso histérica, quejumbrosa, romántica, blandengue... etiquetas que se aplican sin explicarse, de manera mecánica y muy poco profesional y que, además, no se ajusta a la realidad".

¿Quién dice esto? Vamos a ver. Esto es una estupidez, cualquiera que tenga un mínimo de gusto literario, de criterio lector y dos dedos de frente jamás diría algo así de la "literatura de las mujeres". 

A todo esto, ¿qué es la literatura de las mujeres? ¿hay una literatura de los hombres?

Hay novelas horribles, espantosas, ofensivas, mal escritas y con historias absolutamente idiotas. Son bazofia sin más. 

¿Lo cursi es de mujeres y lo violento de hombres? ¿A quién le importa para quién sean las novelas mediocres o directamente horripilantes? ¿Es mejor que lo de mujeres sea cursi que zafio? ¿Es menos malo que la literatura de hombres se asocie con la violencia gratuita? ¿Es peor una mala comedia romántica que la saga de Torrente?

En mi opinión no hay una literatura de mujeres y otra de hombres. Hay buena literatura, buenas historias, novelas que son un placer para todos y luego hay bazofia infame catalogada por las empresas y la sociedad para tratar de encontrar nichos. Exactamente lo mismo pasa con las revistas (¿The New Yorker es para hombres o para mujeres? ¿Science? ¿Yorokobu?), con las series (¿Breaking Bad es de hombres? ¿The Sopranos? ¿Mad Men?) o el cine. 

¿Quiere esto decir que no sea necesario hacer un esfuerzo para dar más visibilidad a las mujeres escritoras? (Como lectoras creo que somos un sector muy potente y con mucha visibilidad...). No, sí me parece necesario, muy necesario. 

Me parece fundamental desde el momento en que en varias de las noticias en las que se informa sobre esta estupenda iniciativa de Skolástica los ejemplos de escritoras que se ponen son los siguientes:

"Se subrayará así que 'escribir como una mujer' también puede ser un sinónimo de calidad o un motivo de orgullo. No en vano los más grandes éxitos comerciales de los últimos años llevaban la firma de una mujer (desde Harry Potter a Crepúsculo, pasando por 50 Sombras de Grey)"
"J.K Rowling, Stephenie Meyer y E. L. James son algunas de las figuras más destacadas de la literatura de la última década".

¿En serio? ¿De verdad que de la última década estas son las tres escritoras destacadas? ¿DE VERDAD? Acepto con gusto a Rowling que es una gran escritora y cuyos libros no son ni de mujeres, ni de hombres, son para todos y ha conseguido el mérito inmenso de hacer que millones de niños (y de adultos) se aficionen a leer. Es un ejemplo claro de que se puede escribir buena literatura y tener un gran éxito de ventas. No todos tienen que ser Tolstoi, Borges o Jane Austen. 

Aceptamos Rowling pero que las dos perpetradoras de las Sombras de Gray y Crepúsculo aparezcan en todas las notas de prensa es completamente absurdo. Sus libros no son un ejemplo de nada, no son literatura de mujeres, son novelas infumables, con tramas idiotas, personajes imbéciles y muy mal escritas. 

¿Dónde está Alice Munro, Premio Nobel de Literatura este año? ¿Margaret Atwood? ¿Zadie Smith? ¿Joan Didion? ¿Ana María Matute? ¿Marguerite Duras?

Ya sé que en los flyers de Skolastika aparecen estas autoras pero ¿por qué no han controlado las notas de prensa? ¿Nadie ha visto que mencionar a las dos autoras de las probablemente peores novelas de los últimos tiempos era totalmente incongruente con lo que se pretende con la iniciativa?

"Vamos a poner en marcha una iniciativa para revalorizar el valor de la comida casera; MC Donalds, Telepizza y Teleshusi con sus recetas caseras han triunfado en el último año".

Exactamente igual de absurdo. 

Me parece necesaria, útil e interesante una iniciativa que haga que al pensar en escritoras el mejor ejemplo que se nos ocurra no sea el de una mala escritora de novelas eróticas. Aplaudo con las orejas la iniciativa de Skolastika y me encantaría vivir más cerca para poder ir a alguno de sus cursos. La idea me ha hecho replantearme mi criterio lector y haré un esfuerzo por descubrir alguna autora nueva. Sin embargo,  no me entusiasma el eslogan; lamentablemente, "escribescomounamujer" suena a escribir de una manera determinada, diferente de un hombre y más lamentablemente aún tiene unas connotaciones muy peyorativas.  Me hubiera gustado mil veces más algo como "descubre una escritora" o "mujeres que escriben". 

Y, además, sigo sin saber qué quiere decir  "escribescomounamujer".

"Está la página en blanco y el tema que te obsesiona. Está la historia que quiere dominarte y está tu resistencia a que eso suceda. Está tu deseo de liberarte de aquello, de esa servidumbre, hacer novillos, hacer cualquier otra cosa. Hacer la colada, ver una película. Están las palabras con sus inercias, sus matices, sus insuficiencias y su grandeza. Estás los riesgos que corres y la serenidad que pierdes, y la ayuda que te llega cuando menos lo esperas. Está la revisión minuciosa, las tachaduras, las páginas arrugadas que inundan el suelo de papeles para tirar. Está la frase que sabes que vas a conservar. 
Al día siguiente la página en blanco. Te entregas a ella como una sonámbula. Algo te empuja, que luego no puedes recordar. Miras lo que has escrito. 
Es inútil. 
Empiezas de nuevo. Nunca es más fácil." (Margaret Atwood)

Para mí esto es escribir muy bien. Sin más. 


lunes, 15 de septiembre de 2014

Cuéntame una peli: Begin Again.

Keyra Knightley es una bicicleta y Marc Ruffalo es pegajoso. Nueva York es una ciudad maravillosa y la música soft para adultos es casi siempre un vicio al que es muy difícil resistirse porque tiene una increíble capacidad para incrustarse en la parte más recóndita de tu cerebro. 

Keyra es una chica que tiene más ángulos que el cuadro de una bicicleta. Pincha.  Te pongas como te ponga algo te clavas. No pasa nada, unas son bicicletas y otras somos un sillón de orejas, tirando a mullidas. Keyra anda por Nueva York perdida dentro de un jersey azul 20 tallas más grande que ella y unos vaqueros en los que cabe ella, su guitarra, un par de gatos callejeros y sobra sitio.

Keyra tiene un gran amigo, regordete y simpaticón que es un buenazo y para animarla la invita a subir a un escenario a cantar una cancioncita lánguida con una guitarra. 

¿Cómo canta Keyra? Desconozco si canta ella realmente en la peli o la han doblado pero ese dato no es importante ni relevante. Lo importante es que si te fijas bien en Keyra te das cuenta de que la pobre cree que si se relaja se le va a caer la mandíbula inferior al suelo y por eso siempre mantiene un rictus de tensión sacando el mentón hacia delante. La miras, la remiras, la miras de lado y te dan ganas de decir "Keyra, chica, relájate que la mandíbula se sujeta sola". Sospecho además que debajo de la lengua cree tener un agujero negro o un depósito de veneno o sus dientes dan calambre porque jamás deja la lengua en reposo, siempre la sostiene en vilo entre los dientes. 

He probado a hacerlo y no soy capaz de mantener la posición más de 2 segundos antes de olvidar completamente que tengo lengua y dejarla caer. Menos mal que yo no tengo veneno entre los dientes. (Ejem, sobre esto hay opiniones encontradas)

A pesar de todas estas distracciones, conseguí no perderme nada del complejo (Modo ironía ON) argumento de la película. En el antro en el que Keyra canta aparece Marc "pegajoso" borracho como una cuba y en medio de su borrachera tiene un rapto de inspiración y le dice a Keyra que ella puede ser una superestrella de la canción, porque él ha oído "cosas" en su cabeza. 

Marc Ruffalo es asquerosete siempre y en esta peli más. Para darle pinta de "qué tiradísimo y desesperado estoy" lleva un pelo repugnante que da la sensación de albergar un par de nidos de cigueña, se embute en unos trajes negros con pantalón pitillo sólo aptos para tíos 20 cms más altos y 10 kilos más delgados y le brillan los labios. 

A Keyra, sin embargo, que está tan concentrada intentando evitar que su lengua toque los dientes, no parece repugnarle tanto como a mi y se hacen coleguitas. 

¿Por qué anda Keyra perdida por Nueva York? ¡Oh sorpresa!  Su novio la ha dejado plantada. ¿Por qué? Pues porque es un cabrón con pintas. Los dos llegaron en amor y compañía y con sus  guitarritas a la gran ciudad y resulta que él se convirtió en una gran estrella y se la pegó con otra. 

Tras esta presentación de la trama tan novedosa y sorprendente, el espectador, o sea yo, ya está completamente en el modo pensamiento plano necesario para contemplar esta película sin inmutarse. No hay dolor, ni criterio, ni sentido ni nada de nada. Solo bonitas imágenes de NY que sirven de fondo para el desarrollo de mis más absurdos pensamientos. 

Mientras ellos dos, la bicicleta y Pegajosoman, montan un grupito musical y van grabando temas por NY con un Mac y un micrófono, yo me dedico a pensar en quién decide los estilismos de las pelis. 

- Moli, he leído por ahí que le pusieron esos estilismos a Keyra porque no querían que pareciera una tía sexy.

Vamos a ver. A mi Keyra me cae bien y me parece guapa de cara, pero me resulta complicadísimo imaginármela como una chica sexy le pongas la ropa que le pongas. Keyra como actriz es limitadita, básicamente se limita a hacer de ella misma diciendo cosas de piratas, de intensa o de lo que toque. 

En cualquier caso, si a sus limitaciones actorales le sumas unos estilismos chirriantes, directamente me disperso de lo que me cuenta y me dedico a pensar que alguien le debería decir a los estilistas del mundo que sólo Diane Keaton puede vestirse de Annie Hall con pantalones anchos de talle alto, mocasines masculinos y camisas. Keyra con esos pantalones, esas camisetas que le escurren por las jaboneras y esos vestiditos camiseros que  le caen desde las clavículas hasta las pantorrillas parece una huérfana de la II Guerra Mundial y dan ganas de darle un mendrugo de pan. 

Bueno, pues cantan mucho por la ciudad. Se rien. Marc hace mucho el motivao, tanto que da pelín de vergüenza ajena.  Se pelean un poco y con bastante poca credibilidad, con tan poca credibilidad que a la media hora andan paseando por la noche de NY compartiendo la música que guardan secretamente en su librería musical del teléfono. 

¿Estoy a favor de compartir música? Si. Me parece muy romántico a la vez que bastante arriesgado pero es algo que me mola. Hay que tener mucho valor, mucha confianza,   ser completamente indiferente a la opinión del otro o estar directamente drogado para compartir esas canciones horteras, cursis, patéticas o directamente horribles que todos escondemos en lo más recóndito de nuestras listas. 

El problema de bicicleta y Pegajosoman es que nadie se cree que esas canciones sean sus "secretos": ¿Frank Sinatra? ¿Stevie Wonder? Pero ¡qué mierda de placeres culpables son esos! ¿Donde está Shakira? o ¿Cher?, o ¿Enrique Iglesias? o ¿John Denver?, o ¿Los Carpenter?  (que conste que no todos estos están entre mis placeres culpables). 

Cuando todo va sobre ruedas y están a punto de algo, de algo que el espectador no se cree ni de coña porque no existe la más mínima  química entre Bicicleta y Pegajosoman, Keyra ve a su exnovio recibiendo un premio en la televisión. 

Keyra se queda en shock y yo también. El novio se ha convertido en Parada, le ha salido una barba tupidísima que le cubre toda la cara haciendo destacar los labios como dos morcillas.  Ahora que lo pienso en Begin Again consiguen que las barbas sean algo repugnante y nada sexy... a lo mejor es un alegato antibarbas. 

Para superar el shock de ver a su novio convertido en Parada, Keyra se emborracha y compone en una canción. Y  le llama y se la canta en el buzón de voz. 

Inexplicablemente al día siguiente ni tiene resaca ni quiere morirse por haber hecho semejante estupidez y también inexplicablemente el exnovio cabrón la llama desesperado de amor verdadero. 

Esto está quedando muy largo. Resumiendo: 

- Keyra va a encontrarse con Parada y se da cuenta de que es un horror de pavo y además canta con falsete sin ser uno de los Bee Gees.

- Pegajosoman deja de beber y toma pepsi. Definitivamente se queda sin curro. Jamás va de sport. 

- El disco que han grabado queda chupi pero como ellos son muy chupis y ya no están desesperados, deciden subirlo a la red porque compartir es vivir.

- Keyra es totalmente arrítmica, se pasa un poco de vergüencita viéndola bailar. 

Salgo de cine pensando en que ni de coña voy a ponerme pantalones de talle alto y tarareando una de las cancioncitas de la peli que sin duda pasará a mi lista de placeres culpables y ultrasecretos. 


*El amigo regordete tiene un piso como la maleta de Mary Poppins. La primera vez que lo enseñan parece una caja de zapatos donde a duras penas Keyra bicicleta va a conseguir acomodar su chasis... pero mágicamente al final consiguen celebrar una fiesta para 40 personas. 

miércoles, 10 de septiembre de 2014

Lecturas encadenadas.- Agosto.

En el mes de agosto cayeron 6 libros: 2 comics, un ensayo, y tres novelas curiosamente de tres autores ingleses, una de ellas mujer.

Empecé el mes con un libro que tenía muchísimas ganas de leer. La edad de los prodigios: Terror y belleza en la ciencia del romanticismo de Richard Holmes. Llegué a él por una recomendación de Sergio Palacios en su blog y lo apunté en mi lista. Antes de seguir, me pongo en pie y agradezco a Sergio, desde lo más profundo de mi ser, haberme descubierto este libro.

¿De qué va el libro? Holmes te lleva de la mano recorriendo las vidas, los descubrimientos y el ambiente social en el que se movieron algunos de los científicos más importantes del finales del siglo XVIII y principios del XIX. Joseph Banks, "científico" (de hecho, he aprendido que esta palabra se creó en ese momento de la historia para definir a esas personalidades curiosas), que acompañó a Cook en su vuelta al mundo y pasó seis meses en Tahiti, se convierte en  el hilo conductor de todo el libro porque cuando volvió de su viaje se convirtió en un personaje central en el desarrollo de casi cualquier actividad científica ocurrida en Inglaterra. Es un libro ameno, entretenido, muy interesante y con el que he aprendido un montón de cosas. De hecho, me hizo pensar tanto que escribí un post con todas mis reflexiones sobre el libro que la Cátedra de Cultura Científica de la Universidad del País Vasco tuvo a bien publicar en su Cuaderno. (Me pongo en pié otra vez y agradezco profundamente a Juan Ignacio Pérez Iglesias que aceptara mi post).

Una de las cosas que más me gusto, es que estamos acostumbrados a pensar en los científicos como personajes fríos y centrados en sus investigaciones (es un estereotipo pero es así) y sin embargo en el libro de Holmes, muchos aparecen "poseídos" de vez en cuando por raptos poéticos y literarios, algunos de los cuales me parecieron increíblemente románticos.
"Tú eres mi imán (aunque te diferencias de un imán en que no tienes puntos de repulsión y diriges mi rumbo" 
Watchmen de Alan Moore y David Gibbons. Alguien que me quiere mucho me regaló este comic por mi 40 cumpleaños diciéndome que era una obra cumbre del género. ¿Cómo es posible que siendo un regalo tan especial no lo hubiera leído? Pues porque estaba en inglés y no encontraba el momento. De hecho, comentando este regalo que no había leído, ese alguien me dijo "tendrías que leerlo en castellano primero...no se si me arrepiento de habértelo regalado en inglés". Y como mi vida es así y está llena de casualidades (supongo que como la de todos pero yo las veo como le pasa a Paul Asuter), al día siguiente de esta conversación, mientras esperaba a que Juan saliera de lavarse los dientes y mientras cotilleaba la estantería de su casa por enésima vez, encontré Watchmen en castellano. ¡Me lo llevo para leerlo! grite y me piré. No salí corriendo porque la edición que tiene Juan es en tapa dura extragrande y pesa un quintal.

Watchmen es un comic alucinante. Una historia de ficción tan compleja que me impresiona que alguien sea capaz de pensarla y otro alguien sea capaz de plasmar en imágenes esa historia que sólo existe en la cabeza de otro.

La historia va de superhéroes, de superhéroes en decadencia. Están en sus horas bajas de popularidad y de repente se ven enfrentados a una especie de asesino que va a por ellos mientras el mundo en el que viven, en 1985, asiste asombrado al peor momento de la guerra fría y la amenaza nuclear es cada vez más real.  Watchmen no es sólo una historia de superhéroes y asesinos, es muchísimo más. Es una historia tétrica, agobiante, desasosegante, deprimente a ratos, solitaria, desesperante, compleja, rica en detalles, en conceptos y sensaciones que se te quedan pegadas una vez que lo has leído. Terminas y sabes que te has perdido la mitad. Terminas y sabes que podrás releerlo 20 veces y siempre encontrarás algo nuevo. Lo terminé y supe que ya podría leerlo en inglés y agradecerle al alguien que me quiere mucho ese regalo. Gracias.

"Ven... Seca tus lágrimas, porque res mi vida, algo más excepcional que un quark y más impredecible que lo que Heinseberg soñó jamás: la arcilla en la que las fuerzas que dan forma a todas las cosas dejan sus huellas de un modo más claro. Seca tus lágrimas... y volvamos a casa."

Lo superhéroes con dilemas morales también pueden ser románticos. Muy románticos.

Amigas con hijos de Mónica Drake. Vamos a ver, yo quería que este libro me gustara. No necesitaba que me marcara la existencia, ni me volviera del revés pero quería que un libro que según la editorial es "un cruce entre la maternidad traumática de Richard Yates y el hedonismo profundo de la serie Girls, es una ácida y desternillante novela que desafía el cliché de la maternidad, ese debate polarizado en el que dar a luz se ve como una carga eterna o como una bendición salvadora", me entretuviera y por lo menos me hiciera reír. También quería que me gustara porque la editorial muy amablemente me había enviado el libro y estaba deseando poder decir algo bueno y contribuir a que las pequeñas editoriales subsistan, pero no puedo. 

Amigas con hijos es un espanto y está a años luz de poder ser calificada de desternillante. No es que sea una historia absurda, que lo es. No es que sus cuatro protagonistas parezcan compartir el uso del cerebro a ratos,  que lo parece.  No es que la historia no tenga ni pies ni cabeza, que no los tiene. Es que es un coñazo. Se lee rápido porque tiene exactamente la misma enjundia que un cuento de Pepa Pigg. Señores de Blakie Books, lo siento. Siento muchísimo no poder decir nada bueno de esta novela pero compararla con Richard Yates me parece hasta ofensivo para el pobre Yates. Supongo que nunca más querrán enviarme un libro pero les juro solemnemente que si lo hacen estaré en la mejor disposición posible para leerlo sin que la tortura que ha supuesto Amigos con hijos enturbie mi criterio. En cualquier caso, gracias por enviármelo, nunca más me tomaré la palabra desternillante tan a la ligera. 




Justine (I. El cuarteto de Alejandría) de Lawrence Durrell. Relectura a la que me he enfrentado con más miedo que otra cosa. En su momento, cuando El cuarteto cayó en mis manos por primera vez, recuerdo que sentí que era demasiado joven para entender lo que contaba...ahora al releerlo me he dado cuenta de que tengo la edad y la experiencia vital justa.


Voy a ser sincera, El Cuarteto es una historia de intensos y Justine es una misteriosa de libro pero me ha gustado releerlo. De hecho, creo que ha sido como si lo leyera por primera vez. Lawrence Durrell es preciosista en su manera de escribir pero tiene algunas imágenes y descripciones muy brillantes que se con seguridad que mi yo de 20 años no fue capaz de apreciar. Veremos como sigue la relectura.  

"Su vida en común era semejante a la de un cable eléctrico enterrado en la arena que, inexplicablemente, se rompe en un punto imposible de ubicar, sumiéndolos en una insólita e impenetrable oscuridad." 
"Comprendí que ese tráfico estéril de ideas y sentimientos había abierto un camino hasta las selvas más densas del corazón, y que allí nos convertiríamos en siervos de la carne, dueños de un conocimiento enigmático que sólo podía ser transmitido, recibido, descifrado, entendido por los pocos seres que son nuestros complementarios en el mundo (¡cuán pocos y qué raras veces se los encuentra!)

Dandole Vueltas  de Frederick Peeters. Segundo comic del mes y  préstamo de Pobrehermamo Pequeño. Recoge 26 historietas escritas y dibujadas por Peeters de quien en su día leí "Píldoras azules" y me gustó mucho. Las historietas son muy irregulares, algunas me han encantado como la que recuerda a su amigo de infancia al descubrir que murió atropellado por un tren y otras me han dejado fría. Peeters tiene un dibujo "sucio",  muchas veces me echa de la historia o me impide conectar con lo que quiere contar. A veces me transmite la sensación de no querer contarme la historia, de no querer estar haciendo lo que está haciendo. 


NW London  de Zadie Smith. Comprado por recomendación de Nán y reservado para leer durante mis vacaciones francesas. Vamos a ver, me ha gustado regular. Creo que es un experimento formal de Zadie y que es intensamente local. Si conoces Londres y la problemática de cada barrio, la zonificación por etnias y grupos de la ciudad, seguramente la historia te transmita mucho más.  Sin ese conocimiento, es una novela entretenida y bastante chula por la manera en la que está contada pero que como historia resbala bastante. La olvidas fácilmente al terminar de leerla. Resbala, no sé explicarlo mejor.

"Ese momento posee un carácter peculiar. Es breve y temporal, ciertamente, igual que todos los momentos; es transitorio, igual que todos los momentos; y es pasado, igual que todos los momentos en el momento siguiente. Y sin embargo, es decisivo y contiene lo eterno. Ese momento debería tener un nombre distintivo, llamémoslo "plenitud del tiempo"." 
Si alguien quiere conocer a Zadie  recomiendo como lectura "Sobre la belleza", me gustó mucho más.

Y con esto y un bizcocho, hasta las lecturas encadenadas de septiembre.

lunes, 8 de septiembre de 2014

Ensayo (absurdo y prejuicioso) sobre "el cantautor".


La palabra "cantautor"  automáticamente crea en mi cabeza (y en la de casi todos) la imagen de un tío con una guitarra sentado en una banqueta, entonando una canción de amor desconsolado. La imagen es en blanco y negro. Cuello vuelto o camiseta. 

¿Cómo se hace un cantautor? ¿Nace o se hace? 

Con mi mente calenturienta me pongo a imaginar absurdeces. 

Imagino al cantautor de turno en su más tierna infancia con su guitarrita, escuchando a Bob Dylan y tocando canciones de misa o de boy scouts. Le imagino viniéndose arriba un día y tras haber traducido un par de temas de amor de Police y comprobar que la vecina no le hacía caso, lanzarse a escribir una canción. 

Ya tiene la canción y ¿ahora qué? 

Hasta aquí no es cantautor, es un tío con una guitarra que ha escrito una canción. Todavía puede ser líder de una banda. 

Aquí justo está la encrucijada: el camino de la derecha lleva a tener un grupo con colegas para hacer el memo y el camino de la izquierda lleva a comprarte una banqueta dónde nunca estés cómodamente sentado. 

Los que van directos a la sección de banquetas de Ikea son los que no tienen amigos. 

En mi hilo de pensamiento absurdo, digo adiós a los líderes de bandas y me quedo con los que tienen una guitarra, una canción y no tienen amigos y voy más allá. 

¿Por qué no tienen amigos a los que abrasar con su canción y su plan maestro de formar un grupo musical?

Aquí tenemos otras dos opciones, (vale, puede haber mil opciones pero es mi hilo de pensamiento absurdo y lo manipulo como quiero)

Opción una que encaja con el estereotipo de cantautor; nuestro héroe es un brasas. No tiene una sola canción, tiene 2500 tonadas sobre amor no correspondido, sobre amor consumado, sobre la paz en el mundo, sobre el medio ambiente y sobre la crueldad de la vida. Tuvo amigos pero los perdió por pesado porque todas esas canciones han salido de su impresionante vida interior que se empeñaba en contar en los corros del patio, los fuegos de campamento (todos los cantautores han hecho fuegos de campamento...aunque fumaran porros en vez de cantar canciones de misa), tomando copas y en las barbacoas. 

Opción dos. Nuestro héroe se cree lo más de la creación. Tiene amigos y los valora pero no lo suficiente como para que le acompañen en la gloria que sin duda le acarreará su genio musical. No quiere ser el líder de una banda, no quiere que le hagan coros (a no ser que sean muy muy al fondo del escenario y escasamente iluminados), no quiere tener que discutir el orden del set list o ¡quien sabe!, lo mismo hace una banda y por alguna extraña carambola del destino el bajista es más alto, más guapo y más listo y la banda acaba deshaciéndose con gran disgusto de sus fans y él acaba sólo y sin banqueta. Nuestro héroe es muy precavido. 

¿Qué efecto provoca un cantautor? 

En mi, (repito que es mi bucle absurdo) hay dos opciones: pereza mortal que me da ganas de torturar y asesinar o amor absoluto, desinteresado, sin medida ni criterio. 

Los que me provocan amor absoluto y descontrolado cantan en inglés. Esto es así, pueden ser unos cursis redomados, de hecho algunas de sus letras sólo las murmuro porque hasta en la más absoluta de la soledades hay cosas que me da vergüenza decir (a ti, no) pero a mí me flipan. 

Los de la pereza mortal cantan en español y me resultan cansinos hasta el infinito. He desarrollado un "dedo gatillo" que hace que si por casualidad saltan en la emisora de radio que tengo de fondo en el coche, mientras cocino o dónde sea tarda medio segundo en cambiar de emisora. 

¿Todos los que cantan en español me dan ganas de hacerme profesional de la introducción de cañas bajo las uñas de las manos? No. 

Los identificables con una sola palabra, su apellido normalmente, pueden gustarme más o menos pero no me dan cansancio vital: Sabina, Serrat, Loquillo (este es un poco líder de banda), Ariel...

Todos los demás, los de nombre y apellido, me hostilizan. (Vale, Antonio Vega es la excepción que confirma la regla pero también era un líder de banda con quizás demasiados amigos) 

¿Cómo son las canciones de un cantautor? 

Muy parecidas. Digamos que el mundo del cantautorismo no está tocado por la varita de la originalidad y yo lo entiendo. Subirte solo, a sentarte incómodo en una banqueta, con la guitarrita como único escudo (los que tienen un piano son de otra liga) frente a un público entregado u hostil es una tarea para valientes. Si resulta que has dado con un estilo que hace que la gente te aplauda, compre tus discos y te haga ligar...habría que ser muy tonto para cambiar de estilo y arriesgar. ¿Para qué? A lo sumo, se contrata una banda profesional controlando que no sean ni más altos, ni más guapos, ni más listos, ni con más carisma ni que canten mejor que el cantautor y se hace un disco "más potente" con la base de las mismas canciones. 

Con todo esta teoría muy prejuiciosa y absurda sobre los cantautores el viernes me "liaron",(me amenazaron de muerte y con maldiciones varias sobre mi vida sexual) para ir a ver un cantautor español de los  de nombre y apellido y que cantaba sentado en una postura tan incómoda que pensé que a él también le habían amenazado con matarle si no daba ese concierto. 

Con todos mis prejuicios y mi pereza mortal y pensando en palillos me senté contra una tapia de piedra a escuchar ese concierto y...me gustó. 



"Princesa sientes la fuerza, estoy seguro cuando mi espada laser entra en tu lado oscuro" 

Me reí. Risa con un cantautor, una nueva experiencia. 

- Moli, ¿has visto que guapo es?
- No, no me he traído las gafas y veo una camiseta gris que sujeta una guitarra. 
- ¿A que te ha gustado?
- No ha estado mal.
- Pues le he hablado de ti y de tu blog. Ven que os voy a presentar. Rafa, Moli. Moli, Rafa. 

Me pregunto qué pensarán los cantautores de las blogueras que saludan y se quedan sin nada medianamente inteligente que decir.  

miércoles, 3 de septiembre de 2014

Hecha de libros.

A principios de verano  encontré un maravilloso artículo de Zadie Smith  que empecé a leer a la defensiva porque trataba el absurdo tema de las "lecturas de verano". Dado que yo leo igual en verano que en invierno, en la playa que en la montaña, en un sofá que en una tumbona, la clasificación de lectura de verano siempre me ha chirriado. 

Me disperso. Empecé el artículo a la defensiva, pero según lo leía iba asintiendo y pensando "es justo eso", "es así", "es tal cual", y si hubiera sido un poco más friki y un poco menos vaga, al terminar me habría puesto en pie y habría gritado ¡Bien por Zadie!, puede que incluso hubiera bailado en círculos. 

"Quite often I am asked to recommend, as a practice, the habit of "reading." I like to do this, though I always feel a little phony. To recommend something implies that its presence in your life is a positive choice, like playing tennis or avoiding gluten. For me, being a reader, in summer or at any other time, isn't a "lifestyle choice".

"En muchas ocasiones me animan a recomendar, como una práctica, el hábito de leer. Me gusta animar a leer aunque siempre me siento un poco falsa. Recomendar algo implica que su presencia en tu vida es una elección acertada, una opción, como jugar al tenis o no comer gluten. Para mi, leer, en verano o en cualquier otro momento, no es un "estilo de vida".

Exacto. Para mi, leer no es un hábito recomendable, no leo porque me entretiene, porque hace que nunca me aburra, porque amenice cualquier espera,  porque me haga llorar, reír, sentir, aprender, emocionarme, indignarme, conocer nuevas palabras, nuevos países, otras épocas, otras experiencias, otras vidas. No leo porque me calme, me centre, me ayude o me inspire. Ni siquiera leo porque me guste. Leo igual que camino, como o respiro. 

"I think that if I were a very good swimmer, I would be proud to be so, but being proud of being a reader, in my case, is like being proud you have feet".

"Creo que si fuera buena nadadora estaría orgullosa de ello, pero estar orgullosa de leer, en mi caso, es como estar orgullosa de tener pies."

Exacto otra vez, pero un poco menos. 

Estoy con Zadie en que leer no es algo de lo que estoy orgullosa porque, sencillamente, no sé no leer. Habrá mucha gente que considere que esta afirmación es excesiva pero es un hecho. En las peores épocas de mi vida he estado sin comer, sin hablar y sin dormir... Jamás sin leer. 

No estoy orgullosa de leer, de ser una lectora. Estoy orgullosa de la lectora que he llegado a ser. No quiero decir con esto que cuando empecé a leer, que a lo largo de todos mis años de lectura caótica, sin rumbo, saltando de libro en libro simplemente porque me apetecía, tuviera en mente convertirme en una buena lectora... Pero me he convertido en eso. 

Soy una buena lectora. Igual que soy una buena nadadora capaz de nadar 14 km a la semana. Nunca pensé que diría ninguna de estas cosas. 

¿Por qué me considero una buena lectora? O mejor dicho, ¿por qué me considero mejor lectora que cuando empecé?

Porque escribo sobre lo que leo. Porque leer me empuja a escribir y al escribir mi visión sobre lo que leo y como lo leo se amplía. No es ni mejor ni peor que cuando no escribía... Es diferente, más grande, más amplia. 

Porque sé cuando un libro es una basura pero será comercial y le gustará a todo el mundo. 

Porque sé qué autor me gusta y porqué me gusta. 

Porque sé reconocer cuándo un autor que me encanta ha pinchado y no lo defiendo como si fuera una hooligan. 

Porque cuando reconozco que un autor que me gusta ha escrito algo malo, eso no me hace despreciar todos sus textos anteriores ni olvidar los buenos momentos que he pasado leyéndole. 

Porque si un autor me gusta, aunque pinche, le doy otra oportunidad. Porque no doy segundas oportunidades. Y no me importa. 

Porque sé cuándo algo no me gusta y no hay nada que hacer. 

Porque sé cuándo algo no me gusta porque no he sabido leerlo. 

Porque sé reconocer cuando estoy leyendo con prejuicios, siendo injusta, a la defensiva y sin embargo lo que leo me está gustando. 

Porque sé cuándo algo que leo me pilla demasiado joven. 

Porque siento que soy demasiado mayor para que una lectura me impacte,  pero entiendo que a mi yo de hace 20 o 30 años le dejara del revés. 

Porque he empezado a releer por el placer del reencuentro. 

Porque releo para descubrir. 

Porque si algo no me gusta aunque le guste a todo el mundo soy capaz de defender mi opinión sin que me importe lo que van a pensar los demás. 

Porque soy capaz de percibir una evolución en los libros de autores que me encantan. 

Porque soy capaz de enlazar lecturas, libros y autores. Encontrar similitudes y diferencias entre ideas, personajes y situaciones. 

Porque veo lo que falla en un libro. 

Porque he aprendido a maravillarme con la maestría que encierra un libro bueno. 

Porque recuerdo citas y pasajes... Tras haberlo copiados en mi cuaderno de lecturas. 

Porque tengo un cuaderno de lecturas, porque llevo años escribiéndolos y me gusta releerlos y pensar porque justamente copié ese párrafo. 

Porque soy capaz de leer libros malos igual que soy capaz de comerme una hamburguesa y encontrarle la gracia.

Porque dejo un libro a la mitad sin remordimiento. 

Porque puedo recomendar un libro para todo el mundo. 

Porque sé qué libro te gustará sólo a ti. 

Porque le tengo cariño a todos los libros que he leído y que me han hecho quien soy. También a los malos y a aquellos que odié profundamente. 

Porque como dice Zadie,

I find it hard to name the one book that was so damn delightful it changed my life. The truth is, they have all changed my life, every single one of them—even the ones I hated. Books are my version of "experiences." I'm made of them.

Exacto. 

Porque estoy hecha de libros. 

lunes, 1 de septiembre de 2014

Vacaciones a la francesa (y IV).




Inicio. Una maleta enorme y prestada, muchos "por si acaso" que han resultado ser fundamentales. 2 libros y 2 cuadernos. 

Hacia el Norte. Olor a verde, a lluvia, a nubes, a gris. Verde, verde, verde. A menos de un orden de magnitud. La frontera. Escuchamos a los Beatles pero no vale poner temas categoría "A", valen más los C y D pero admitimos alguno de categoría B. 

Toulouse. Un cuadro de Audrey Hepburn sobre la cama y vistas a la basílica. Carpaccio de buey con gratinado de patatas en The Winter Garden. Puertas correderas en los baños de las habitaciones. Nada más sentarte en un restaurante agua en la mesa. ¿En qué momento en España dejamos de beber agua en jarra y nos volvimos unos repijos bebiendo agua mineral? ¡Reivindico la jarra!

Un claustro con unas tumbonas para descansar del paso turista. "Groucho. Vintage". Me compro un vestido de princesa de los años 60. Lluvia en un paseo junto al río. Despertar con un rastrillo junto a la basílica que han colocado tan silenciosamente que me llevo un susto al verlo. 

Carcassone. Exin Castillos. Un chal blanco y verde. Un comic para M. A las princesas les hubiera flipado el castillo. Una boda, él de uniforme, es guapo y parece tan joven. Me recuerda a alguien. 

Carreteras comarcales, oscuras y llenas de bosques. Equilibrios sobre el verde. Albi. Una wifi desesperante. Crumble con frutos rojos. No me gusta la creme brulé aunque venga el chef que se parece a Popeye y con tatuajes en los brazos a darnos la receta. Albi de noche. Pasos que resuenan. El puente viejo, pierdo la cuenta de todas las veces que vamos a cruzarlo. Un desayuno con vistas. Me cuelgan los pies del vater del hotel ¿Estas cosas no son estandar? 

Santa Cecilia. Bóvedas azules. El infierno con todos los pecados; creo que los tengo todos. Aprendo lo que es un jubee, mejor dicho, un vago recuerdo almacenado en una lejana neurona de mi cerebro recuerda mis apuntes de Gótico de la carrera. Una contractura en el cuello, un concierto de órgano. Tagliattele a la trufa. Tatin de manzana que hace que casi caiga de rodillas y pida matrimonio al cocinero. Decido hacer una cata de tatin de manzana en este viaje (No volveré a encontrar un restaurante con tatin de manzana en su menú) 

Toulouse Lautrec. Ambialet. Caloreta y sudor de canalillo. 

Monestries. Cordes sur Ciel. Una pulsera de piedras azules que ya no me he quitado. Curvas, cuestas y flores. En mi próxima casa pondré contraventanas de colores. Spider Juan. Lluvia, lluvia y lluvia. Niebla. Por la carretera suenan los Everly Brothers, Ray Charles y los Jackson Five, jugamos a adivinar el cantante. 

Sarlat. Noche oscura, niebla y luz dorada. Omelette con patatas típicas. Juan pide islas flotantes y por supuesto yo conecto las islas flotantes, con Diane Keaton en Misterioso Asesinato en Manhattan y hablamos de Woody Allen. Siempre es buen momento para hablar de Woody Allen. 

Apartamento Cabaret. Cama con dosel y unos sillones morados tan enormes que me atrapan y en los que parezco de Lilliput. Por supuesto me cuelgan los pies. Por fin un wifi decente. 

Mercado de Sarlat. Ni la Gran Vía en Navidad está así de abarrotada. Callejeamos sorteando a la multitud. Leo en francés y a la vez traduzco. He descubierto que se muchísimo más francés del que pensaba pero cuando intento hablar me sale todo en inglés. 

Dome. Mi pueblo favorito del mundo mundial. Aquí quiero retirarme a escribir y leer. Incluso podría cultivar hortensias. Una puesta de sol en el mejor mirador en el que he estado jamás. Descubrimos la función "sonrisa" de la cámara de mi teléfono y que tengo una mueca que no es sonrisa pero que la cámara detecta como si lo fuera y me retrata. Es una mueca en la que levanto mucho las cejas. 
Foie con mermelada de higos. Los americanos. 

Descubrimos un sitio con "Formule Petit Dejeneur":cafe, zumo, queso blanco y dos bollos. Lo llevan tres mujeres con gafas imposibles y tan francesas que parecen una caricatura.

Estreno el vestido blanco. Comprobado, las cosas con vuelo me hacen sentir como una princesa...o una cursi, según se mire. Cuevas y abrigos prehistóricos. Lascaux impresionante. El castillo de Losse, el primero de muchos. Parmentier de oca en La Rapiere. Yo no como confit porque parece pájaro pero si la oca está desmigada me la como tan ricamente y se me caen las lágrimas de gusto. La camarera nos recuerda de hace un par de noches; Juan es inconfundible. Todo el mundo es encantador.

Me despierto por la noche del susto. Un ruido ensordecedor me ha hecho sentarme en la cama, resulta ser un trueno. ¡Bien! Me levanto y contemplo la tormenta con rayos y truenos desde la ventana. Me pregunto que tipo de sueño narcótico tiene Juan que ni se ha inmutado. 

Mañana gris. Manga larga y paseo en gabarra por el Dordoña. La voz en castellano de la audioguía es la misma que en la catedral de Albi y nunca ganará un Oscar por su interpretación de un gabarrero del siglo XVIII que cuenta la historia de la zona. Museo de la guerra en el castillo de Castenauld. Compro un tirachinas de madera para M. Descubro que mi visión de la Edad Media está muy contaminada por los caballeros de la mesa cuadrada de los MOnty Phyton, "Tenemos un grial" grito desde cada muralla. Aprendo de ballestas, mosquetes y catapultas. Paseo por los jardines del Marqueyssac; un mirador volado a 192 metros altura, no apto para gente con vértigo. Un delantal recursi para C y un libro de jardines para el Ingeniero. Lápices. Raviolis de setas. 

Compras de último día. Salchichones y foie. Un juego de la oca para las princesas. 2 sombreros de paja y protector solar. 

9 km remando al compás (¡Mary Poppins al compás!) Dordoña abajo casi sin hablar. Amistad en estado puro. Bocadillos de salchichón en la orilla y siesta al sol. Por la tarde descubro mi dulce de manzana más favorito del mundo mundial. 

Última puesta de sol en Dome. Volvemos a ver a los americanos. 

El coche huele a trufa. Escribo este post mientras volvemos. Música y paisaje y la cabeza funcionando sin parar. 

¿Qué pinta Wilco en una lista de música para madres? 

Te hubiera encantado este viaje. Fin.



Gracias a Elena Rius por todas sus recomendaciones para el viaje y a P por aguantarnos tantísimo.