lunes, 9 de diciembre de 2013

El CANDADO Y MIS ZAPATOS FAVORITOS.

Pereza natatoria. No voy.
Voluntad natatoria. Voy.

- ¿Esto es un candado?
- A ver hija...¿ a ti que te parece qué es?
-Muy graciosa.   ¿Lo puedo coger?
- ¿Para qué?
- A ver mamá, ¿a ti  para qué te parece que voy a querer un candado si llevo la bolsa de la piscina en la mano y el bañador puesto?
- Pero ¿vas a ir nadar con el dolor que tienes?
- Sí. Si va a más me ingresáis y ya está.
- No te pongas melodramática. Y ¡no pierdas el candado!
- ¿De dónde es?
- No me acuerdo pero seguro que es importante. No lo pierdas, que te conozco.
- Yonuncapierdonada....Me voy a nadar.


En el coche con Juan.

- Hoy llevo candado.
- Seguro que no es tan chulo como el mío.
- ¿Perdona?
- El mío es laminado y lo compré en San Francisco.
- Vale..no sé que es un candado laminado pero seguro que no está comprado en San Francisco. Tú ganas. ¡Mierda! ¿Dónde lo he metido? ¡Para!
- Joder Moli...
- Vale, vale..lo tengo en el bolsillo del abrigo. Sigue.
- ¿Qué has hecho esta mañana?
- Escribir y el ridículo.
- Paso de lo de escribir. Cuéntame lo otro.
- Me he levantado con un pijama impresentable, me he puesto un jersey impresentable y he bajado a desayunar temprano a la cocina.
- ¿Y qué has hecho? ¿caerte por las escaleras?
- No. A unas horas indecentes han empezado a aparecer amigos de Pobrehermano Mayor por casa.
- ¿Para qué?
- Habían quedado para correr...
- Chusma corredora.
- Exacto. Todos estupendos y yo con mi pelo de gremlin y mi pijama impresentable y mi jersey mugriento. Al principio me he asomado por la ventana pero claro, al final he tenido que abrir y en fin...
- Deberías hacer caso a mi teoría...
- ¿Cuál?
- Siempre hay que estar presentable...nunca se sabe.
- Llevaba la ropa interior conjuntada. De hecho, la llevo siempre.
- Esa es mi chica.
- ¡ el candado!! ¿Dónde lo he puesto?
- Lo tenias en el bolsillo del abrigo.
- ¡No está!
- Lo habrás metido en los vaqueros.
- Ah si..aqui esta.
- ¿Por qué llevas candado hoy?
- Porque llevo mis zapatos favoritos de la suerte.
- Son chulos, son muy tú. 
- Lo sé. Y el otro día contaron una historia en el vestuario de una que le habían robado las botas.
- Tus zapatos no le valen a nadie.
- Me da igual...no me arriesgo. Son mis zapatos favoritos. Ni siquiera los llevo a Mordor para que no se gafen.

En el vestuario.

¿El candado? ¿Dónde lo he puesto? Mierda. No lo encuentro otra vez. Joder...¿en el abrigo? ¿en los vaqueros? ¿en el bolsillo de la bolsa? Aqui está. Lo dejo aqui, con la toalla mientras saco todo lo demás y meto los zapatos de la suerte y la ropa en la taquilla. Ya está. Listo. ¿El candado? Pero si lo había dejado aquí. Joder...el próximo día vengo en chanclas...este nivel de stress por el candado. Vale. Cierro la taquilla. ¡Mierda! El candado es demasiado pequeño...no llega para esta taquilla. Vale, para la de al lado sí. Venga, saca todo y mételo en la de al lado. Bien. Ahora. ¡Mierda! Tampoco llega. Yo soy gilipollas, tenía que haberlo probado antes de cambiarlo todo de sitio. Voy a hacerlo bien esta vez. Voy a probar primero. Bien. Ahora sí. Cambio todo, cierro, cojo las cosas y a la piscina. Estoy agotada y no he empezado a nadar. 

- Has tardado mil años y eso que llevabas el bañador puesto.
- Ha sido por el candado.
- Joder que brasa con el candado. El próximo día te guardo las cosas yo, incluidos los zapatos favoritos.

2 km natatorios después.

- No encuentro las llaves.
- No me jodas. Tienen que estar ahí....no han podido salir corriendo.
- No las veo.
- No te pongas histérica. Están ahí.
- Menos mal...

Entro el vestuario. Las llaves en la mano. Abro la taquilla, todo está allí. Cojo el gel. Mientras me estoy duchando, escucho una historia truculenta que están contando, alguien se está quejando de que se ha despistado un momento y le acaban de robar las botas. Sonrío. Qué lista he sido que he traído candado....Salgo corriendo de la ducha...¡no he cerrado la taquilla! ¡Mis zapatos favoritos! Siguen ahí...respiro.

Vuelvo a casa.

- Moli...¿el candado?
-......
- ¿A qué lo has perdido? Lo sabía. Y mira que te lo había dicho...
- Lo tendrá Juan...


Tendré que ir pensando en robarle el candado laminado de San Francisco.


16 comentarios:

Anónimo dijo...

No le veo la gracia por ningún lado.

Marta

Anónimo dijo...

Pero no decías que no ibas a la piscina?

Anónimo dijo...

A mí me ha gustado. Vuelta la mula al trigo con el candado.

anonima porteña dijo...

jajaja! en mi viaje a madrid, hace como 15 años no encontraba mi mochila en el locker del hostel, buscar, ponerme histerica, llorar, salir a revisar basueros, al final me habia equivocado de locker..........
me hiciste reir en un dia muy pesado, gracias!

ELISA dijo...

Me gustan estas narraciones de cosas sencillas y normales y las explicas con mucha gracia :-D

Nisi dijo...

He tenido que buscar candado laminado en google...

Anónimo dijo...

"Niña, tu la cabeza pa'peinarte, porque pa'otra cosa..."
Desgastada tiene la frase mi madre conmigo, jiji

NáN dijo...

Me parto con estas historias. Molimadre es muuuuu grande y te conoce como si te hubiera parido.

Claro que hubiera sido peor que hubieras guardado las llaves dentro de la mochila antes de cerrar el candado. Date por contenta de no haber llegado a ese extremo.

RS dijo...

Joder, qué nivel de estrés. He acabado el post agotada. Por cierto ¿a qué piscina vas que no tienen candado en la puerta de las taquillas?

XEIA2410 dijo...

Peeeeeroooo cóooomooooo!!! Una piscinera como tú no tiene candado propio ;)??? No me lo puedo creer.....En mi pisci es básico...y, encima, las taquillas están en el pasillo, fuera del vestuario, con lo cual no puedes encerrar la ropa cuando estás en la ducha!!!

Anónimo dijo...

Cuántas cosas nos cuentas sin contarlas.
Este post es buenísimo, parece que estoy oyendo a mi madre.

Mary dijo...

Me ha encantado.... Era como si estuviese allí.

HombreRevenido dijo...

Mejor que un candado un cepo de cazar osos.
Para pillar a la ladrona entre grandes dolores.

Anónimo dijo...

Pero vamos a ver, a tí tu madre te tiene acongojada nena ... te dice q lo vas a perder y vas tú y lo pierdes!!!

Así no...

Anónimo dijo...

Los zapatos, lo siento, son tuyos y te gustan... pero son horribles. De esos que aunque te los pongas cambiados no se nota! aaaaaaaarrrrrrrrggg

Lola Birlanga Urbán dijo...

Definitivamente, cambia de piscina.


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