martes, 9 de julio de 2013

EL TACTO

Apagar el despertador en la mesilla.

Buscar las zapatillas a los pies de la cama.

Distinguir el bote del champú en la ducha.

El acelerador. El freno. El embrague.

Los cubiertos en la neverita del club del tuper.

Las gafas de sol, las llaves, la pluma, el mp3 en el bolso.

La  mano del otro mientras conduces. El cuerpo del otro  en la cama, en el sofá.

Un abrazo.

Todas esas cosas las encuentras al tacto. Alargas el brazo, mueves los pies, escoges el bote, aprietas, aflojas, buscas, rebuscas, tocas y aprietas. Sin mirar, sin oír…todas esas cosas están ahí y las buscas con total confianza.

He estado pensando que el tacto es el sentido de la confianza y la seguridad.  Cuando buscas algo que confías ciegamente en que está ahí no miras, simplemente alargas el brazo o los pies y lo buscas. Si no lo encuentras a la primera, sigues confiando y sólo cuando no hay manera de encontrarlo, optas por utilizar la vista y mirar debajo de la cama a ver dónde coño están las zapatillas o te dignas a mirar en las profundidades de tu bolso a ver dónde se han escondido las llaves. En este último caso, incluso optas primero por el oído y agitas el bolso para que el tintineo te confirme que están ahí, que siguen ahí como tu sentido del tacto sabe muy bien aunque no haya sido capaz de dar con ellas. 

Cuando al tacto no encuentra algo que buscas,  es que algo va mal. Por el tacto solo se buscan las cosas seguras, de confianza. Para las chorradas y cosas sin importancia se utiliza la vista. Abres la despensa y miras para coger las galletas, miras en el armario para  los zapatos,  abres un cajón para buscar algo. Sabes que esas cosas tendrían que estar ahí pero no estás tan seguro como para buscarlas por el tacto.

Cuando algo de lo que buscas o utilizas al tacto no está o falla, pegas un respingo. Algo va mal.

Por supuesto puede ser una chorrada que solo perturbe tu rutina diaria como no encontrar las zapatillas debajo de la cama y recordar entonces que te fuiste a la cama dormida y descalza y que tus zapatillas están debajo del sofá y que tendrás que ir pisando el suelo frío hasta allí. Además, cuando llegas al salón, ya no las buscas al tacto, porque no estás seguro de donde están…

Puede ser algo más grave. Vas conduciendo tranquilamente y al pisar alguno de los pedales lo notas distinto.  Es algo sutil, pero te escama. Continúas y vuelves a notarlo, miras el panel y no hay nada raro, pero tú sabes que pasa algo, al tacto hay algo raro. Bajas la vista y miras…o apagas la radio para ver si eso que notas raro también se escucha. 

Puede ser incluso más grave, mucho más.  Estás sentado en el sofá o vas conduciendo y alargas la mano para tocar la mano del otro, que tiene que estar ahí y no está, o aún peor, se aparta. Duermes, despiertas y no hay nadie en tu cama…tocas y no está. No hace falta mirar, no hace falta escuchar, no hay nada que tocar. 

El tacto es el sentido de la cercanía y la confianza y el amor, claro. Miras, escuchas y hueles a todo el mundo, incluso sin querer (dejo el gusto aparte aposta...que conste), pero tocar, en principio, sólo tocas a quien quieres, a alguien con quien tienes mucha confianza o quieres tenerla. Dar dos besos a alguien o estrecharle la mano no es “tocar”, es educación y es otra cosa. Cuando hablo de tocar, hablo de tocar siendo consciente del tacto. Cuando uno está enamorándose, o tonteando con intención “amorosa” o como queramos llamarlo es perfectamente consciente del momento en que toca o le toca la otra persona…casi hay electricidad. También hay electricidad en la primera vez que tocas a tu hijo o que te toca él y te coge un dedo con su mano. Y la hay la última vez que tocas a alguien…

Cuando algo es de mucho amor, también puede ser de mucho odio, de rabia, irse al otro extremo. El tacto es también el sentido de hacer daño. El tacto puede ser hostil.  Obviamente alguien puede sentirse dolido por algo que te ve hacer o que te oye decir o incluso por tu olor…pero eso puede ser inconsciente. Pueden oírte, verte u olerte sin que tú seas consciente, pero pegar a alguien es siempre algo consciente.

Tocar.Entrelazar. Apretar. Acariciar. Asir. Rozar. Follar. 


Un abrazo. Entrelazar las manos. 


21 comentarios:

Alma dijo...

La piel..totalmente de acuerdo..Que alguien t guste (o no te guste), y no sólo en sentido "amoroso" es cuestión de piel..x algo será el órgano más grande del cuerpo.Bss.

Ana María dijo...

Tocar es la cosa más íntima e infravalorada que existe socialmente.

Odio a la gente que habla contigo y está todo el tiempo llamándote la atención, dándote ligeros toquecitos con el dorso de la mano, como si no le hicieras caso. Siempre acabo pensando en la escena de la coca de "Airbag", del Guardia dándole hostias al volante con la porra.

Me encanta que me refuercen cosas bonitas, o momentos especiales tocándome, una carantoña en la cara, o que te cojan la mano. eso no hay dinero que lo pague.

Un besazo :*

Antónimo dijo...

¡Qué gusto leerte!

Un intenso abrazo.

Mara dijo...

El tacto es el mejor de los sentidos... El más desperdiciado, el más ignorado, el menos usado y el que más transmite...

Me ha encantado (se me ha hecho cortísimo!!!)

Un beso Moli... y gracias!

Manuel dijo...

Un rollo. Porque tienes a tu legión de seguidores que te aplauden cualquier cosa, que si no...

HombreRevenido dijo...

Me gusta esa conexión directa entre el tacto y la mente, sin pasar por el resto de los sentidos.
Es una relación extraña, ciega y sorda, casi kamikaze, pero funciona.

NáN dijo...

De acuerdo en el tema de fondo: es el sentido de la confianza. Alargas la mano o el pie para tocar lo que confías que está... y si no está, señal de alarma.

Pero voy a añadir algo: es el sentido que más se reprime a los niños (no digo que sin razón) y, por tanto, el más "socializado". Nosotros tenemos (salvo en las aglomeraciones) nuestro perímetro de alejamiento, por lo que nos resulta insufrible que en un metro medio vacío o en una cola, alguien se nos pegue.

Manuel, en lo de la "legión", pregúntate si fue antes el huevo o la gallina: pasarás un día distraído.

A filla do mar dijo...

Me ha encantado

Tita dijo...

Se dijo que no tocar a los bebés (institucionalizados) podía causarles la muerte.

Qué importante sentir el contacto del otro aún sin verle...

Marta dijo...

Joder, qué llorera...!

RS dijo...

No sé por qué rehuís del contacto con los bebés/niños. Yo soy de natural poco besucón y no me gusta que me achuchen demasiado. Me agobio. Sin embargo, tocar, abrazar, achuchar a mi pequeña troll me sale natural. Y a ella y eso que es tipo C. que va sobrada por la vida. Ya tendrá tiempo de desnaturalizarse como su madre (mi troll, digo).

Oswaldo dijo...

Una amiga, bella y sensual, me preguntó una vez que cuál de los cinco sentidos yo preferiría NO perder. Tras pensar un poco acerca de tan poco corriente pregunta le respondí que la vista.
Ella, más sensual que nunca, me afirmó que ella aborrecería, al máximo, perder el sentido del tacto...

Hermano E dijo...

¿Sólo 12 comentarios a esta magnífica entrada?

En fin, será que estamos ya (casi) todos de vacaciones.




anonima porteña dijo...

y tambien te das cuenta que algo se acabo con el otro cuando no soportas que te toque!

Buenos dias!

Laila dijo...

Me ha parecido buenísimo, y es verdad que no lo valoramos lo suficientr

Silvia dijo...

Me encantan esos momentos, como tú dices, cuando se empieza con el tonteo amoroso y se es totalmente consciente de cuando tocas, los dedos, por ejemplo, al pasarse alguna cosa, de la otra persona. Eso mola mil ♡

Nisi dijo...

Y cuando lo que te queda del otro son esas caricias perdidas, el recuerdo de esa electricidad de la que hablas, de esas chispas, de ese roce... Fascinante.

JatZ dijo...

Hasta ahora te leía de vez en cuando. Desde hoy soy tu fan. Gracias por compartirte con nosotros.

Paz dijo...

Hola Moli,
No te conozco y ya me estás llevando a la 'perdición' jejeje
Me estoy leyendo tu blog desde el principio y me llego en marzo de 2010. Hasta en el curro, oye!

Hemos tenido vidas paralelas a ratos, aunque yo soy bastante más sosa...

Gracias por escribir.

econicebaby dijo...

Increíble!! Me ha encantado, hablas de algo tan cotidiano que apenas reparamos en ello, hasta que llega alguien como tú y nos lo recuerda.
Gracias! y enhorabuena.

Gata dijo...

Qué maravilla de entrada! Efectivamente, el tacto está muy infravalorado... Y es tan importante!
"El tacto es el sentido de la confianza y la seguridad". Cuánta verdad hay en esas palabras.
Me encanta.
Besos!