Apagar el despertador en la mesilla.
Buscar las zapatillas a los pies de la cama.
Distinguir el bote del champú en la ducha.
El acelerador. El freno. El embrague.
Los cubiertos en la neverita del club del tuper.
Las gafas de sol, las llaves, la pluma, el mp3 en el bolso.
La mano del otro
mientras conduces. El cuerpo del otro en
la cama, en el sofá.
Un abrazo.
Todas esas cosas las encuentras
al tacto. Alargas el brazo, mueves los pies, escoges el bote, aprietas,
aflojas, buscas, rebuscas, tocas y aprietas. Sin mirar, sin oír…todas esas
cosas están ahí y las buscas con total confianza.
He estado pensando que el tacto
es el sentido de la confianza y la seguridad. Cuando buscas algo que confías ciegamente en
que está ahí no miras, simplemente alargas el brazo o los pies y lo buscas. Si
no lo encuentras a la primera, sigues confiando y sólo cuando no hay manera de
encontrarlo, optas por utilizar la vista y mirar debajo de la cama a ver dónde
coño están las zapatillas o te dignas a mirar en las profundidades de tu bolso
a ver dónde se han escondido las llaves. En este último caso, incluso optas
primero por el oído y agitas el bolso para que el tintineo te confirme que
están ahí, que siguen ahí como tu sentido del tacto sabe muy bien aunque no
haya sido capaz de dar con ellas.
Cuando al tacto no encuentra algo
que buscas, es que algo va mal. Por el
tacto solo se buscan las cosas seguras, de confianza. Para las chorradas y
cosas sin importancia se utiliza la vista. Abres la despensa y miras para coger
las galletas, miras en el armario para
los zapatos, abres un cajón para
buscar algo. Sabes que esas cosas tendrían que estar ahí pero no estás tan
seguro como para buscarlas por el tacto.
Cuando algo de lo que buscas o
utilizas al tacto no está o falla, pegas un respingo. Algo va mal.
Por supuesto puede ser una
chorrada que solo perturbe tu rutina diaria como no encontrar las zapatillas
debajo de la cama y recordar entonces que te fuiste a la cama dormida y
descalza y que tus zapatillas están debajo del sofá y que tendrás que ir
pisando el suelo frío hasta allí. Además, cuando llegas al salón, ya no las
buscas al tacto, porque no estás seguro de donde están…
Puede ser algo más grave. Vas
conduciendo tranquilamente y al pisar alguno de los pedales lo notas
distinto. Es algo sutil, pero te escama.
Continúas y vuelves a notarlo, miras el panel y no hay nada raro, pero tú sabes
que pasa algo, al tacto hay algo raro. Bajas la vista y miras…o apagas la radio
para ver si eso que notas raro también se escucha.
Puede ser incluso más grave,
mucho más. Estás sentado en el sofá o
vas conduciendo y alargas la mano para tocar la mano del otro, que tiene que
estar ahí y no está, o aún peor, se aparta. Duermes, despiertas y no hay nadie
en tu cama…tocas y no está. No hace falta mirar, no hace falta escuchar, no hay
nada que tocar.
El tacto es el sentido de la
cercanía y la confianza y el amor, claro. Miras, escuchas y hueles a todo el
mundo, incluso sin querer (dejo el gusto aparte aposta...que conste), pero
tocar, en principio, sólo tocas a quien quieres, a alguien con quien tienes
mucha confianza o quieres tenerla. Dar dos besos a alguien o estrecharle la
mano no es “tocar”, es educación y es otra cosa. Cuando hablo de tocar, hablo
de tocar siendo consciente del tacto. Cuando uno está enamorándose, o tonteando
con intención “amorosa” o como queramos llamarlo es perfectamente consciente
del momento en que toca o le toca la otra persona…casi hay electricidad.
También hay electricidad en la primera vez que tocas a tu hijo o que te toca él
y te coge un dedo con su mano. Y la hay la última vez que tocas a alguien…
Cuando algo es de mucho amor,
también puede ser de mucho odio, de rabia, irse al otro extremo. El tacto es
también el sentido de hacer daño. El tacto puede ser hostil. Obviamente alguien puede sentirse dolido por
algo que te ve hacer o que te oye decir o incluso por tu olor…pero eso puede
ser inconsciente. Pueden oírte, verte u olerte sin que tú seas consciente, pero
pegar a alguien es siempre algo consciente.
Tocar.Entrelazar. Apretar. Acariciar. Asir. Rozar. Follar.
Un abrazo. Entrelazar las manos.
21 comentarios:
La piel..totalmente de acuerdo..Que alguien t guste (o no te guste), y no sólo en sentido "amoroso" es cuestión de piel..x algo será el órgano más grande del cuerpo.Bss.
Tocar es la cosa más íntima e infravalorada que existe socialmente.
Odio a la gente que habla contigo y está todo el tiempo llamándote la atención, dándote ligeros toquecitos con el dorso de la mano, como si no le hicieras caso. Siempre acabo pensando en la escena de la coca de "Airbag", del Guardia dándole hostias al volante con la porra.
Me encanta que me refuercen cosas bonitas, o momentos especiales tocándome, una carantoña en la cara, o que te cojan la mano. eso no hay dinero que lo pague.
Un besazo :*
¡Qué gusto leerte!
Un intenso abrazo.
El tacto es el mejor de los sentidos... El más desperdiciado, el más ignorado, el menos usado y el que más transmite...
Me ha encantado (se me ha hecho cortísimo!!!)
Un beso Moli... y gracias!
Un rollo. Porque tienes a tu legión de seguidores que te aplauden cualquier cosa, que si no...
Me gusta esa conexión directa entre el tacto y la mente, sin pasar por el resto de los sentidos.
Es una relación extraña, ciega y sorda, casi kamikaze, pero funciona.
De acuerdo en el tema de fondo: es el sentido de la confianza. Alargas la mano o el pie para tocar lo que confías que está... y si no está, señal de alarma.
Pero voy a añadir algo: es el sentido que más se reprime a los niños (no digo que sin razón) y, por tanto, el más "socializado". Nosotros tenemos (salvo en las aglomeraciones) nuestro perímetro de alejamiento, por lo que nos resulta insufrible que en un metro medio vacío o en una cola, alguien se nos pegue.
Manuel, en lo de la "legión", pregúntate si fue antes el huevo o la gallina: pasarás un día distraído.
Me ha encantado
Se dijo que no tocar a los bebés (institucionalizados) podía causarles la muerte.
Qué importante sentir el contacto del otro aún sin verle...
Joder, qué llorera...!
No sé por qué rehuís del contacto con los bebés/niños. Yo soy de natural poco besucón y no me gusta que me achuchen demasiado. Me agobio. Sin embargo, tocar, abrazar, achuchar a mi pequeña troll me sale natural. Y a ella y eso que es tipo C. que va sobrada por la vida. Ya tendrá tiempo de desnaturalizarse como su madre (mi troll, digo).
Una amiga, bella y sensual, me preguntó una vez que cuál de los cinco sentidos yo preferiría NO perder. Tras pensar un poco acerca de tan poco corriente pregunta le respondí que la vista.
Ella, más sensual que nunca, me afirmó que ella aborrecería, al máximo, perder el sentido del tacto...
¿Sólo 12 comentarios a esta magnífica entrada?
En fin, será que estamos ya (casi) todos de vacaciones.
y tambien te das cuenta que algo se acabo con el otro cuando no soportas que te toque!
Buenos dias!
Me ha parecido buenísimo, y es verdad que no lo valoramos lo suficientr
Me encantan esos momentos, como tú dices, cuando se empieza con el tonteo amoroso y se es totalmente consciente de cuando tocas, los dedos, por ejemplo, al pasarse alguna cosa, de la otra persona. Eso mola mil ♡
Y cuando lo que te queda del otro son esas caricias perdidas, el recuerdo de esa electricidad de la que hablas, de esas chispas, de ese roce... Fascinante.
Hasta ahora te leía de vez en cuando. Desde hoy soy tu fan. Gracias por compartirte con nosotros.
Hola Moli,
No te conozco y ya me estás llevando a la 'perdición' jejeje
Me estoy leyendo tu blog desde el principio y me llego en marzo de 2010. Hasta en el curro, oye!
Hemos tenido vidas paralelas a ratos, aunque yo soy bastante más sosa...
Gracias por escribir.
Increíble!! Me ha encantado, hablas de algo tan cotidiano que apenas reparamos en ello, hasta que llega alguien como tú y nos lo recuerda.
Gracias! y enhorabuena.
Qué maravilla de entrada! Efectivamente, el tacto está muy infravalorado... Y es tan importante!
"El tacto es el sentido de la confianza y la seguridad". Cuánta verdad hay en esas palabras.
Me encanta.
Besos!
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