lunes, 31 de agosto de 2009

DE RANCHO

Se puede clasificar a la gente por sus hábitos a la hora de comer los días laborables.

En primer lugar tenemos al grupo menos numeroso: los suertudos: los que van a comer a casa. Los tenemos de dos tipos, los suertudos simples que llegan a casa y se tienen que preparar la comida y los megasuertudos que son los que llegan a comer a mesa puesta. ( El ingeniero es de estos). Hace un millón de años yo fui una megasuertuda, qué tiempos aquellos, llegaba a casa y mi madre me tenía el plato caliente y me miraba extasiada mientras comía con cara de: pobrecita que hambre da el trabajar. El megasuertudo cum laude es el que llega a mesa puesta, come y se levanta sin recoger ni un vaso ( y no miro a nadie).

En segundo lugar tenemos los de “menú del día”: los que salen en manada del curro para ir corriendo al que según ellos es el mejor restaurante de menú del día de su zona. Son gente que conoce al camarero, al cocinero y a los comensales de las otras mesas. Si les preguntas te dicen que ellos de menú siempre piden la verdura y el pescado, pero si te molestas en mirar los platos de las mesas en un restaurante de esos, predominan los macarrones y el entrecot. La gente que come de menú sufre un proceso muy curioso en el que durante meses come en “Casa Paco” y proclama que dan el mejor menú del día, el más barato y asegura que sabe de buena tinta que es comida casera. Al cabo de los meses sin embargo Paco se transforma en un “cabrón que se ha aprovechado de que nosotros le hemos llevado la clientela y no nos invita ni a un café” y le abandonan para irse con “Casa Pepe”, donde sufrirán el mismo proceso. Sobre comer en restaurantes de carreteras os recomiendo este post de Gonzalo que sabe mucho del tema.

Después tenemos a los “yomeloguisoyomelocomo”, la tribu del Tupper. Son los que comen en menos de 40 minutos en una microsala que la empresa ha habilitado para que coma esa gente. La tribu Tupper suele comer así porque están a régimen pero ponen cara de que lo que comen es delicioso: pollo hervido con brotes de soja de bote…mmmmm. Son claramente unos perdedores, se han tenido que molestar en hervir el pollo la noche antes y por la mañana se han tenido que montar el kit: el tuper con el pollo, la frutita para el postre, los cubiertos y todo a la neverita para llevarlo al curro. Claramente es una opción fatal y está comprobado científicamente: la gente con peor humor de los libros de colores son los del Tupper. Entre la tribu Tupper hay unos cuantos, muy pocos, que tienen a alguien que les prepara la tarterita. Se les reconoce porque cuando los demás sacan el pollo hervido..ellos dicen: a ver, a ver..qué me han preparado hoy…alaaaa…canelones y arroz con leche. Son muy odiados por los del pollo hervido pero a ellos les da igual..tienen canelones.

Y luego estamos los que comemos de rancho. Es cómo el cole pero con la diferencia de que en el cole te parecía espantoso y ahora le ves muchísimas ventajas. La primera y fundamental es que vas a tiro hecho y no tienes que pensar, bajas del despacho y allí está la comida, hay para elegir y no te cuesta. Que quieres comer poco, comes poco, no hay un vigilante de comedor que venga a decirte que no dejes nada en el plato y que te registre los bolsillos a ver si has escondido las albóndigas. Que quieres repetir, repites. Que solo quieres primero, sólo acelgas, que sólo quieres segundo, venga dos hamburguesas…es estupendo. Cuando terminas, te levantes y recoge otro. Una maravilla.

Vale que la calidad no es cómo si comieras en tu casa pero tampoco es tan horrible y para mi tiene la gran ventaja de que al cocinero le da exactamente igual lo que opines de sus dotes culinarias. El de mi comedor por ejemplo es inmune a mis repetidas quejas porque cada dos días hay bacalao, pescado que odio. Él me mira, sonríe y directamente programa para pasado mañana bacalao otra vez. La parte buena es que cuando yo grito: puag que asco…él no puede hacer como haría mi madre o mi pareja o quien me lo haya cocinado y decirme: ¿asco? Toda la mañana cocinando para qué la señorita diga que es un asco!!!. El melodrama te lo ahorras en el comedor de la empresa.

Si estás a dieta, el comedor de rancho es maravilloso también. Nunca hay nada que realmente te apetezca comer, se elige más bien por descarte: esa crema de color indefinido no, esos rollitos de verdura que tienen pinta de fritanga no…esa carne que flota en salsa tampoco, eso indefinible que hay ahí ni de coña, mejor ensalada y pollo a la plancha. Lo maravilloso es que como lo has elegido tú te parece una comida deliciosa y que no es de régimen. Si te lo ponen en tu casa te indignarías: ¿ pero qué es esto, comida de hospital? . Además, al cocinero le jode mogollón que pases de sus delicias culinarias y pidas algo a la plancha..y para mi eso añade encanto al pollo a la plancha.

A lo mejor parece que reivindico mi opción alimentaria como la mejor pero para nada, preferiría mil veces comer en mi casa comida preparada por otro, que siempre me gustara, y que por supuesto no engordara.

10 comentarios:

María dijo...

Yo soy afortunada en este tema: he comido de rancho en todos mis anteriores curros, hasta ahora: que soy megasuertuda cum laude. Como en casa de mamá, comida rica, rica... y como mucho, mucho, me deja quitar la mesa. !Qué felicidad!

Gonzalo Viveiró Ruiz dijo...

Vale que mi empresa es imbécil, mis hijos no me entienden, mi mujer no me valora, mi jefe no cree en mi pero...MOLINOS ME HA CITADO EN UN POST.
Ya soy alguien

Sílvia dijo...

Pues en mi empresa no hay rancho, o eres del Tupper, que con la crisis comienza a ser mayoritario, o eres de menú.....

Megasuertudos no conozco ninguno, snif....

hitlodeo dijo...

Hola Moli:
como tú soy de los que come de rancho, pero este año me estoy planteando la opción de, todas las tardes que pueda, irme a comer a casa (tipo suertudo simple, y quizás algún día de megasuertudo.
Si lo consigo alcanzaré el culmen de la felicidad, y creo que sacaré tiempo para mi, y rebajaré el estrés, que no sé lo que es, pero que creo que el nivel máximo que soy capaz de soportar es 0,00000001.
Un abrazo

Hilario dijo...

Yo alterno ser suertudo simple y menú del día, y eso que soy ingeniero.

Anónimo dijo...

Yo odio comer en casa y tener que preparar la comida. Termino adicto a Litoral.
Antes era supermegasuertudo; es decir, Megasuertudo con veinte minutitos para siesta post comida.

JuanRa Diablo dijo...

Seamos francos: Ingeniero 1 Molinos 0.
Otra cosa es la actitud ante los hechos, que pienso que tú lo llevas muy bien y él igual no lo valora.

María Galván dijo...

Yo he pasado por todas las fases:
Megasuertuda con siesta, suertuda a secas, menusera casapaco y casapepe ,tupper werera y hasta la triste que se come una barrita dietética dando un paseito por los alrededores.
Doy fe que el rancho de Moli no está nada mal...a mí me ha invitado algunas veces y ha sido hasta romantico.
Besos y buen finde

Mad Hatter dijo...

Los que comemos en casa pero solos no somos tan suertudos ¿O quizás sí?

Sílvia dijo...

Jajajaja me encanta cuando te pones a clasificar...

Yo soy de la tribu del Tupper, alternando con menú (pero variado...nunca voy al mismo sitio).

Odio comer de restaurante cada dia, así que me encantan mis tuppers porque me hago cosas buenas y sanas jajaja y me hago lo que a mi me apetece y como a mi me gusta (no lo que le apetece al chef).

Sin embargo, la opción rancho mola mogollón...en eso estamos de acuerdo; pero no se contempla en mi empresa...así que o cambio de curro o sigo con mi tupper...

Besos!