viernes, 17 de julio de 2009

PERO..¿ Qué llevas en el bolso?

Las tías llevamos bolsos, la mayoría de los tíos no.

Las tías llevamos en los bolsos nuestras cosas, las de ellos y por supuesto las de los churumbeles. Ellos sólo llevan “ sus cosas”.

La mayoría de los tíos sienten por el bolso de sus parejas una curiosa relación de amor/ odio. Por un lado odian “el saco” ( ingeniero dixit) de su pareja , pero por otro lado les encanta porque se creen que si les falta algo seguro que lo encontrarán en ese bolso.

Nosotras salimos de casa pensando en los “ por si”. Ellos salen de casa con la mente en blanco.

Nosotras “por si” llevamos de todo. Ellos “por si” te llevan a ti.

A mi los bolsos no me gustan, jamás voy a comprar bolsos ni digo “ necesito un bolso amarillo limón”, me parecen un trasto, son incómodos de guardar, caros y además si los dejas por el suelo siempre viene algún memo que dice “ se te va a ir el dinero”.

Llevo bolso por obligación. No lo cambio según lo que lleve puesto, puedo llevar el mismo un mes seguido. La vida media de uno de mis bolsos viene determinada por su capacidad para aguantar el peso con el que lo cargo, si se rompen las asas a la basura. No hago reparaciones de bolsos.

Mis bolsos son siempre grandes y resistentes. Los bolsos pequeños son como un mal amante guapo, sirven para acompañarte a una boda pero nada más. En casa un amante grande que solucione aunque sea menos vistoso.

¿ Qué llevo en el bolso hoy?
  • Una cartera roja. Regalo de navidad de alguien del curro. De muucha marca, muyyy cara y una mierda. Las dos cremalleras se rompieron en marzo, por supuesto voy sin cremalleras, soy así de chapuzas. ¿ Dinero en la cartera? 20 céntimos.
  • Una bolsa de plástico transparente de frutería, cómo me ha dado por hacerme la sana me traigo un par de albaricoques al curro y los meto en esa bolsa para que no rueden entre todas las demás mierdas que llevo en el “saco”. Hoy no hay albaricoques, se han terminado.
  • Una pluma. Cartuchos para la pluma rodando por el bolso. Ya sé que cuando se revienten y me manchen todo pensaré ¿ porqué coño no los guarde en uno de esos bolsillitos laterales? Y haré firme propósito de empezar a usar esos bolsillitos. Por supuesto tiraré el bolso.
  • Un dibujo de mi hija C. No puedo quitarlo porque todos los días comprueba si lo llevo.
  • Un libro, siempre. Por si se cae un puente en la autopista y tengo que estar 4 horas parada o por si termino todo el curro que tengo, se cae internet, deja de funcionar la tele de mi despacho y no me dejan irme o por si tengo que bajar a comer sola al comedor. Hoy es “ El lector” de Bernard Schink que por ahora me está dejando tan fría como leer las instrucciones de mi lavadora.
  • Un cuaderno rayado hecho por mi amiga R donde apunto cosas de libros y gilipolleces varias.
  • Medio paquete de chicles de fresa sin gluten. Esto es fascinante, yo no como chicles ¿ cómo ha llegado aquí?
  • Una bolsita monísima que alguien me regaló, con mi kit para parecer femenina y preocupada por los detalles. Es monísima pero no la uso nunca, aún así no me decido a sacarla del bolso por si de repente me pasa algo y me quedo encerrada con desconocidos en un ascensor y necesitamos algo de lo que llevo. O por si quiero hacerme la ultrafemenina alguna vez..jajajaja. En la bolsita hay: un kit de costura, bálsamo para los labios, parches para los herpes, un perfumador y un tampax. Menos el tampax que creo que si lo utilizaré, el resto coge polvo en mi bolso.
  • Una bolsa con mi mp3 y el cable de conectarlo al pc. Antes el mp3 vagaba libre por mi bolso pero el ingeniero me regañó muchísimo y me hizo meterlo en una bolsita. Su amor por los aparatos me enternece.
  • Mis gafas de sol y mis gafas de directora de cine lesbiana catalana.
  • El libro de las marcas de los celiacos. Imprescindible.
  • Una inyección de adrenalina. Esto no debería estar aquí pero en fin, nunca se sabe si alguien a mi alrededor tendrá una sobredosis y tendré oportunidad de clavársela en el corazón. Es una dosis infantil, lo mismo me sirve para asustar a alguien.
  • Llaves, del coche, de mi casa de Madrid, de mi casa de Los Molinos, del despacho, de la cajonera. Parezco el amo del calabozo.

Hay algo que nunca llevo.

Me encanta cuando a las princesas se les caen los mocos, se manchan de barro, chocolate, tomate o lo que sea y el ingeniero se gira y me dice:

- ¿ llevas kleenex?
- Yo no, ¿ y tu?

16 comentarios:

María Galván dijo...

Gracias por llevarme contigo Moli

Elvira dijo...

No te voy a decir que parece el bolso de Mary Poppins porque igual no te gusta, como eres tan remala, jaja!

nanu dijo...

La proxima vez que te vea (en nuestra proxima vida a este paso) te regalo un paquete de kleenex, son pequenyos, blanditos, no pesan y a veces (solo a veces) sirven.

Beso
Nanu

JuanRa Diablo dijo...

Pero el no tener kleenex es una forma de aprendizaje para el ingeniero? O no cae en esas cosas? :D

Ya no me acordaba de lo de las gafas de directora de cine lesbiana catalana y otra vez despachurrao de la risa.
Pagaría porque colgaras una foto con ellas.

Gonzalo Viveiró Ruiz dijo...

¡Que poco pudor, desnudar asi tu bolso!, a mi el bolso de las mujeres siempre me ha parecido muy misterioso...
De todas formas es un post divertido, te plagiare la idea. Como lo de las gafas...

Sílvia dijo...

Mi hijo le llama "el pozo negro" o el "pozo sin fondo", sin comentarios..... pero lo de la dosis de adrenalina es como para espantarse (aunque es comprensible...)

Unknown dijo...

Pues mi contraria casi nunca lleva bolso, para mi desgracia, porque no puedo endiñarle nada ... aunque tampoco es que lleve mucho que endiñar.

Unknown dijo...

los famosos kleenex muy utiles en ciertos casos...aunque el bolso sea peque...jajaja

segui posteando...

ahi te dejo para que lo cheques:

www.tumentepoderosa.blogspot.com

fer

hitlodeo dijo...

El bolso de las mujeres. Su contenido es un secreto más grande que el de la masa de Telepizza.
He estado tentado de mirar varias veces en el de mi mujer. Pero no me he atrevido a profanarlo, es como si fuera algo sagrado. No me atrevo.
Un abrazo

peibol dijo...

Yo soy uno de esos indeseables que hasta hace unos años salían con las cosas en la mano, para encasquetárselas a alguna en el bolso, pero es que llevar los bolsillos embutidos es tan feo...

Cuando salieron las bandoleras masculinas, o mejor dicho, cuando se normalizaron un poco más (la primera vez que me puse una aún no eran comunes, y me gritaron "Maricón" desde un coche :o), ya no concibo salir sin ellas. Y es que al final va a ser verdad que son prácticos los bolsos... Llaves, móvil, cartera, iPod, gafas de sol y una libreta. ¿Cómo podía vivir antes sin cargar con todos mis trastos?

Un saludo

PD. (Yo tampoco llevo clínex cuando más lo necesito :s)

Ion Egúzkiza dijo...

Te citan: josepe2013.wordpress.com/2009/07/16/ensenando-cuerpos/#comment-381

María dijo...

Mi marido le tiene miedo a mi bolso... Cuando pregunta por algo y le digo: "Está ahí, en el bolso, búscalo tú" se echa a temblar... Mira, remira, y nunca es capaz de encontrar nada y siempre termina llevándome el bolso para que saque lo que sea... Yo meto la manita y, sin mirar, al segundo saco lo que me pide... No soy capaz de entender ese miedo que tiene a meter la mano...

littleEmily dijo...

Resulta que las mujeres tenemos un objeto terrorífico de poder ilimitado jajaja me gusta.
Y sí, soy de bolsos grandes y preferentemente con bandolera, cuanto más quepa mejor.

Sílvia dijo...

Me encantan los bolsos, tengo muchos, grandes, pequeños, de ceremonia, de tirado, de invierno, de verano, lisos, estampados, de piel, de paja, de tela....e intento combinarlos segun lo que llevo, aunque no siempre...

Lo llevo lleno de mierdas, pero cuando cambio de bolso y dejo algo fuera, va y lo necesito y entonces no lo tengo...así que voy cual caracol con la casa a cuestas ya que voy poniendo cosas y nunca las quito por si acaso.

No me gusta meter la mano en bolsos ajenos y odio que me revuelvan el mio sin permiso. Tampoco me gusta cargar mierdas ajenas pero bueno, a veces me aguanto y lo hago.

No puedo salir de casa sin bolso...y SIEMPRE llevo kleenex ;-)

Eider dijo...

Jajajaja! Yo tampoco llevo Kleenex y el que me los pide es SIEMPRE mi ingeniero (yo también puse uno en mi vida hace años). "¿Para qué llevas un bolso tan grande si nunca llevas kleenex?" "¿Y por qué si siempre me los acabas pidiendo no los coges tú mismo?" Pues eso... El caso es que siendo madre ya tengo que empezar a llevar kleenex/toallitas a todas partes. Usar mis mangas para limpiar mocos, barro, chocolate u otros restos es una guarrería.

Ppr cierto... despacito despacito he comenzado a leerte desde el principio. Y me mola! Me mola tanto que hasta te recomiendo entre algunos amigos.

soullady.es dijo...

El bolso guarda secretos y necesidades. Llevar lo esencial: llaves, labial, una libreta. Pero también, un mundo personal: recuerdos, sueños y la magia de lo imprevisto.