Por afinidad.
Llegas a un blog, el que sea. Y te encuentras con un post con una reflexión, una idea, una experiencia o cualquier chorrada y te sientes identificado. Te sientes tan reflejado o tan “tocado” por ese texto que quieres decir: Sí, sí, sí y quieres escribir para contar cómo coincides o como te ha reconfortado “encontrarte” en el texto de un extraño...
Escribes con miedo…con emoción…
Para completar o aportar algo.
Llegas a un blog y oh...sorpresa hay un post de un tema que controlas, el que sea…los libros de colores, la cria de armadillos en jaulas de metacritalito, los neutrinos, la II Guerra Mundial o recetas de cocina con una patata y mermelada. Empiezas a leer con interés y curiosidad. Te enganchas, te interesa...y te das cuenta de que en ese post falta algo. Sigues avanzando pensando que en algún momento el autor habrá dicho lo que obviamente falta…y llegas al final y resulta que esa idea no está. Piensas...” ey…yo puedo aportar algo, puedo decir algo interesante, puedo lucirme”. Todavía no te crees que vayas a poder decir algo con criterio y te lees los comentarios pensando que seguro que alguien se te ha adelantado…y no está. Entonces, muy concentrado, pensando muy bien lo que escribes…dejas tu comment y le das al “enviar comentario” con toda la satisfacción del mundo mundial.
Una vez publicado el comentario, lo lees y relees rezando para no haberla cagado.
Porque te has descojonado.
Empiezas a leer un post y te encuentras riendo a carcajadas, llorando de la risa y tapándote la boca para que en el curro no se den cuenta de las risas que te estás echando. Te lo has pasado tan bien, has pasado tan buen rato que te estás feliz y quieres felicitar al causante de esas risas.
Comentas con una sonrisa en la cara... suspirando y diciendo...” ay que descojone”.
Para contestar a otro comentarista.
Aquí puede ser que contestes a otro comentarista habitual porque disientes de algo que ha dicho o porque quieres aplaudir el ingenio de su comentario. Normalmente en estos casos...el tema del post ha pasado a un décimo plano y los comentaristas se lo pasan pipa entre ellos. Son como las viejas que se sientan en un portal…ven el accidente y de ahí son capaces de llevar la conversación a cualquier tema, incluida la expansión del universo.
También se puede comentar para contestar a un comentarista ofensivo. Cómo lector habitual de un blog, te sientes molesto por un comentario (normalmente anónimo y hecho con total desconocimiento de causa y muy mala leche) y quieres defender tu lectura o dejar claras un par de cositas.
Porque no puedes más.
Lees un blog un día y otro día y otro día y te gustaría decir algo pero no sabes qué, te da vergüenza o lo vas dejando para otro momento hasta que llega un día que no puedes más y tienes que decir algo. Lo que sea.
Comentas con mucho cuidado y al darle a publicar piensas: no tendría que haber dicho nada.
Para saber más.
Detrás de esos posts que lees tiene que haber alguien que por lo que sea te provoca curiosidad o interés. Comentas para conseguir una respuesta de algún tipo que complete la información que tienes y la imagen que te has montado en la cabeza. Puede que quieras que te confirme esa idea preconcebida o que te la desmonte. Eso depende de cada uno.
Para hacerte ver.
Un blog es alguien que escribe y alguien que lee. Quieres que el que escribe sepa que has estado allí y que lo has leído. Comentas para dejar de ser un visitante, de ser pasivo y pasar a ser alguien que forma parte del blog.
Para disentir.
Aquí hay todo un espectro de posibilidades. Puedes entrar en un blog, leer algo con lo que no estás de acuerdo y comentar mostrando educadamente tu desacuerdo, pero también puedes leer algo que te ofusque y dejar un comentario maleducado y completamente desafortunado que haga que tu diferencia de opinión parezca una pataleta de niño pequeño. Cuando se recurre al insulto personal lo que suele buscarse más la confrontación que un intercambio de ideas.
Para provocar con ingenio.
Se puede provocar con ingenio. Lees un post y durante la lectura se te ocurre la réplica perfecta, el comentario ingenioso ideal…no vas a dejar que se pierda en el universo. El ingenioero es un bien escaso y muy valioso, así que lo escribes con satisfacción y esperando reacción por parte del bloguero o de otros comentaristas.
Para dar el coñazo.
Comentar para insultar, para tocarle los cojones al que escribe o a los demás comentaristas.
Porque eres como un niño pequeño y quieres que te hagan caso. Porque eres un saco de inseguridades y no tienes nada inteligente que decir pero sabes que si le metes el dedo en el ojo a alguien es posible que ese alguien reaccione. Porque el anonimato te protege y puedes decir la gilipollez más grande que se te ocurra y nadie sabrá que eres tú. Por afán de protagonismo. Porque no estás seguro de que se te vea entre los demás, pero si dices “caca, culo, pedo, pis”...seguro que alguien te ve. Porque eres malo. Por rencor. Por venganza.
Uy…casi olvido un motivo…para sugerir cosas sospechosas del bloguero de turno…y no miro a nadie.