viernes, 25 de mayo de 2012

COSAS QUE (ME) PASAN


Los que entran según cuelgo el link en twitter. Los que no saben que es twitter pero entran compulsivamente a ver si he actualizado. Los que usan FB y están contentos porque he montado la paginita esa del infierno. Los que leen en el reader y jamás entran al blog.  Los que llegaron al principio sin saber muy bien como, y me vieron aprender a hacer esto. Los que siguieron por aquí desde entoncs. Los que estuvieron un tiempo, se marcharon y al volver un día han pensando: joder, pero si todavía sigue…Los conocidos a los que les dije que tenía un blog y me dijeron: ¿un blog? ¿ que es eso? ¿ y qué cuentas? ¿ y lo lee todo el mundo?  Los conocidos que pasaron de mi y ahora me dicen: he flipado porque en el curro me hablan de ti..y no se creen que te conozco!! Los que llegaron por casualidad, por un enlace en un mail, por un enlace en un post, por un comentario mío en otro blog y se quedaron. Los que llevan 4 años y medio leyendo sin decir nada. Los que quieren comentar pero no lo hacen porque creen que conozco a todos los comentaristas y les da vergüenza. Los que han leído todo, desde el principio y tienen un master en "molinismo"

Los que odian a Bruce y refunfuñan cuando actualizo con una cancioncita de las suyas. Los que a pesar de odiar a Bruce y a regañadientes se están enganchando. Los que escuchan a Bruce y automáticamente piensan en mi. Los que leen algo sobre GT y me mandan el enlace. Los que han descubierto la celiaquía gracias a M. Los que leen las reseñas de libros encadenados y cogen ideas. Los que ven los posts de libros y piensan “ que coñazo de post cultureta gafapasta”. Los que hicieron moliturismo. Los que se llaman a sí mismos “descerebrados”. Los que ven “descerebrados” poco apropiado. Los que creen que un blog debe terminar en algún momento. Los que se exasperan porque no contesto los comentarios. Los que leen los maternity y se sienten identificados. Los que leen los maternitys y van a comprar más condones.

Los que me regalan libros. Los que me mandan mails. Los que se abren un perfil en gmail sólo para dejar un comentario con su nombre. Los que leen el blog durante horas y al final dejan un comentario en un post antiguo como el que manda un mensaje en una botella. Los que creían que tenia un blog “de madres”, me leyeron sin orden ni concierto, decidieron que estaban equivocados y se quedaron. Los que comparten copas conmigo.  Los que me dijeron " miras muy fijamente". Los que vinieron a un Molicumpleaños. Los que me han visto con pinta de correr en el Retiro y me invitaron al aperitivo. Los que me mandan mails todas las semanas en los que el “asunto” ha dejado de tener la más minima relación con el contenido al tercer mail pero aún así seguimos con él durante semanas. Los que se indignaron al descubrir mi nombre.

Los que me leen desde los libros de colores y no me lo dicen. Los que me conocen en persona, fliparon al descubrirme en un blog y me pidieron permiso para leerme. Los que me sirven de inspiración. Los que insisten en que publique los Maternity.

Los que me dejan comentarios en los posts de mi padre o el luto hacia delante y me hacen pensar que esto sirve para algo más que mi diversión personal.

Los que me dejan comentarios amorosos y agradables que hacen que mi ego de bloguera aletee feliz y descontrolado. Los que me odian y dejan comentarios hostiles proporcionándome material para un post o la oportunidad de ejercer mi indiferencia. Los que creen que miento. Los que creen que soy muchísimo mejor de lo que soy. Los que piensan que no puedo ser como parezco. Los que tienen muchísima curiosidad por conocerme y al mismo tiempo les da yuyu porque no será lo mismo. Los que creían que era rubia y con rizos. Los que me escucharon y se llevaron un chasco.

Los que me leen y los que no me leen, todavía.

Todos, sois también Cosas que (me) pasan.

Gracias.

jueves, 24 de mayo de 2012

UNA DOCENA DE CONSEJOS PARA CUANDO TE DEJAN



Lo sé.

Lees esto con casi 40 años y piensas “yo esto lo tengo superado”. Es más, lo tienes superado y con un poco de suerte has conseguido arrinconar esos meses que pasaste chapoteando en la autocompasión en los más profundo de tu mente..

Ahora es el momento de recordarlos y recopilar toda tu patética experiencia y dar una serie de sabios consejos a los incautos que todavía no hayan superado esa etapa.

 

1.Asume desde el minuto 1 que vas a hacer cosas patéticas


Es inevitable, nos pasa a todos. Vas a hacer cosas patéticas y lo que es peor tendrás pensamientos aún más patéticos que solo evitarás llevar a la práctica porque en el último momento pensarás “como alguien se entere de esto..me muero de la vergüenza”. Y no las harás, no porque no quieras, sino por las posibles consecuencias en tu reputación.

 

2. Huye de las canciones románticas


No escuches baladas ni canciones románticas. Casi mejor evita cualquier canción con letra. Es el momento de descubrir la música clásica. Tu alma atormentada que nada en autocompasión, se empeñará en desentrañar cada letra de cada canción buscando un mensaje o bien de autoayuda o bien que refleje exactamente como te sientes. Es mentira. La canción la escribió un tío para hacerse rico: NO es tu canción, NO habla de ti.


3. Pensaras que espiar no es tan malo


Y no es malo si lo que pretendes es robar la fórmula de la Coca Cola o secretos nucleares. Espiar para saber que hace tu ex, es malísima idea. Lo que descubras no te va a molar nada y ni siquiera te hará rico.


4. Tendrás visualizaciones chungas. Evítalas


Visualizarás a tu ex feliz, a tu ex contento, a tu ex por la calle como en un anuncio de colonia. Y al mismo tiempo te visualizarás a ti mismo viejuno, en una butaca, tapado con una manta de cuadros y rodeado de gatos. Tampoco eres original en esto…nos ha pasado a todos. No te recrees en eso.

5. No a la disección


Nada de jugar a los forenses del amor. Nunca, bajo ningún concepto hay que entrar a diseccionar cada palabra, gesto, movimiento, beso o abrazo de tu relación. No sirve para nada y además te llevara a conclusiones erróneas y muy dañinas.

6. No fantasear con el momento arrepentimiento del otro


No va a pasar. Deja de elucubrar que algún día volverá porque se dará cuenta de que eres el amor de su vida. Es un pensamiento reconfortante, pensar que el sufrimiento absurdo al final tendrá recompensa, pero es falso. Eso no pasa nunca o casi nunca…y si te va a pasar, mejor que sea por sorpresa.

7. Ten piedad de tus amigos


Tus amigos te quieren y les jode verte sufrir. Pueden acompañarte en una sesión de terapia, en dos, en tres, pero no puedes abrasarles eternamente con “ ¿ tu crees que cuando me dijo que …? “ ¿ a que tu también crees que volverá conmigo? Eso es cansino y les obligarás a mentirte o a ser cruel contigo.

8. Bórralo de tu existencia


Con las redes sociales y los móviles esto es chungo pero hay que hacerlo. Fuera el FB, fuera el twitter, fuera el mail, el número del móvil, todo. Borra los mails, los archivos, las fotos, entierra los regalos en el fondo de un cajón. En estos casos la amputación siempre es mejor que la lenta putrefacción.

9. Córtate el pelo


Sé que parece una gilipollez..pero funciona….esto..eh..eso me han dicho.


10. No llames jamás. No mandes sms. No mandes mails.


Si el impulso es incontrolable, párate y piensa que pasará si cuando hagas eso no hay respuesta por parte del otro lado. Exacto, te sentirás aún peor..así que abstente. Si esto no es suficiente, medita y piensa “ Si mañana sigo teniendo este impulso lo hago”. Te sorprenderás al comprobar como pasadas 24 horas sabes que aquel mensaje es mala idea.

11. Ni te acerques a la idea “ seamos amigos”


No vais a ser amigos. A lo mejor cuando las ranas críen pelo, esa opción es posible. Hasta entonces ni te lo plantees y menos si tienes la peregrina idea de que manteniendo la amistad, volverá el amor. No va a pasar.

12. Emborráchate y usa el humor negro


No te apetece. No te hace gracia. Lo que quieres es tu manta, tu sofá, tu tarrina de helado y regodearte en autocompasión mientras te reafirmas en la idea de que lo vuestro era especial. No. Nada como unas risas alcohólicas, un festival de humor negro a costa de tu love story y una buena resaca para empezar a superarlo.

Si has llegado hasta aquí leyendo y acaban de dejarte, sé exactamente qué estás pensando: lo mío es distinto, es peor.

Es el momento del alcohol.


Republicado por gentileza de Unadocenade

miércoles, 23 de mayo de 2012

LA CRISIS ES...(III)

La crisis es que hace unos meses la palabra “intervención” te pareciera el horror, el Coco, el Marango, el Sacamantecas y ahora la veas como algo deseable. Estás hasta los huevos de esperar a que pase lo peor, que pase ya y por lo menos te quitas la incertidumbre.

La crisis es que cuando alguien viene y te dice “ya verás cómo nos intervengan” con tono amenazador, tu contestes…” sé que no será una fiesta, sé que nos putearán hasta el infinito, pero el que lo haga no pondrá cara de bueno, ni se hará pasar por el abuelo de los Pitufos”. Será un cabrón con todas las de la ley.

La crisis es pensar en las vacaciones y decidir dejarlo para la semana que viene. Lo mismo no tienes vacaciones porque no tienes curro y si tienes curro te da cargo de conciencia pensar en gastártelo en vacaciones.

La crisis es que te den ganas de matar cuando algún gilipollas te dice que elegiste ser cigarra. ¿Y tú? ¿Has elegido ser imbécil y usar los cuentos sin criterio o te sale solo?

La crisis es encontrarte pensando en cosas por las que actualmente no pagas (es un decir) y ahora son susceptibles de ser sometidas a un impuesto en nombre de la mal entendida austeridad. Son cosas que si hace unos meses te hubieran dicho que ibas a tener que pagar, te hubieras descojonado…lo aterrador es que ahora parece perfectamente factible. Ir al parque, caminar por las aceras, sacar un libro de la biblioteca, sentarte en un banco de la calle…

La crisis es hacer un huerto en Los Molinos. Y en esa misma semana, hablar con tres personas distintas que han montado huertos en sus casas.

La crisis es acordarte de la conversación sobre volver al trueque del año pasado y darte cuenta de que no podrías aportar nada…bueno, ahora, el huerto.

La crisis es que la Alemania de entreguerras aparezca en tus conversaciones.

La crisis es devolver regalos de El Corte Inglés para comprar zapatos para tus hijos.

La crisis es no tener ganas de hacer planes, ni de ver a la gente. Darte cuenta de que mandas la mitad de mails que hace un año. No es que no te apetezca, es que no te sale.

La crisis es sentirte permanentemente como un dibujo animado con un nubarrón gris encima. Da igual donde vayas, da igual lo que corras, da igual lo que hagas...la puta nube está sobre tu cabeza.

La crisis es mirar a tu alrededor y comprobar que todos van corriendo con su nubarrón gris encima.

La crisis es pensar en el futuro y darte cuenta de que ha cambiado. Antes lo veías todo en blanco, nítido, cristalino...con pinta de “futuro” y ahora lo ves como si te hubieras metido en un episodio de Cuéntame.

La crisis es acordarte de tu último viaje a Portugal, cuando comentaste que viajar allí era como ir al pasado de España. Ahora resulta que ese pasado ha llegado aquí, tú te visualizas como Merche y encima no sabes usar una máquina de coser.

La crisis es pensar que somos el hazmerreir de Europa. No nos invitan a una cumbre de crecimiento por cosas obvias como que no vamos a crecer ni aunque nos rieguen…y que Mariano haga el más espantoso de los ridículos diciendo “pues no respiro hasta que me inviten”. Vale, ya vas a ir… ¿y qué? No podemos ser más patéticos…

La crisis es pensar que has escrito “no podemos ser más patéticos” y seguro, seguro, seguro que conseguimos serlo.

La crisis es que tu también quieras semana caribeña…que vaya a juego con el sueldo mozambiqueño que va a quedarte.

La crisis es el retorno del “por si acaso”. No me voy a comprar esa camiseta “por si acaso” me hace falta el dinero para mortadela. NO voy a tirar estas sandalias cochambrosas por si acaso aguantan todo el verano. No voy a tirar estos jerseys de pelotillas por si acaso el otoño que viene estoy en paro. Por si acaso, por si acaso, por si acaso….

La crisis es soñar con ser William Munny y poder ir a una rueda de prensa de la parada de los monstruos, o al congreso y acorralar a todos los políticos. “Vengo a pedir explicaciones. El primero que diga “y el otro más” o “la culpa es del otro” o hable jerga demagógica suponiendo que soy gilipollas…le meto un tiro le tiro al lago con un peso atado a los pies”. Sí es violencia, sí es hostilidad…pero es mi sueño y molaría muchísimo.

La crisis es pensar que lo improbable está increíblemente cerca de ser realidad.

La crisis es levantarte todos los días, esforzarte en pensar que todo saldrá bien a pesar del nubarrón negro que te han puesto encima.
La crisis es...(I)
La crisis es..(II)

martes, 22 de mayo de 2012

1001

Ya estoy aquí.

He llegado. Al final de los 40 km. He cruzado la meta. Me he hecho mayor de edad. Estoy en la cima de la montaña.
Lo he conseguido. Sin proponérmelo, pero no sin esfuerzo. Nunca pensé en llegar tan lejos, ni siquiera sabía que “tan lejos” existía. Empecé poco a poco, porque si. Ya lo he contado muchas veces, un pié detrás de otro, un post detrás de otro. Durante este tiempo, me he girado y he mirado hacia atrás muchas veces. He recorrido lo que había escrito. Lo he releído y me he sorprendido, unas veces por reconocerme muchísimo en esas letras y otras por verlas completamente ajenas, aún sabiendo que eran mías. No puedo creer que yo haya escrito eso.

Jamás miré hacia delante. No se trataba de llegar a ningún sitio, no tenían un plan, ni una meta.
Esto puedo dejarlo cuando quiera”. Un día detrás de otro, sin planes.

Y ya estoy aquí. Llegué ayer. 1000 posts. Con dos cojones. Yo solita.

Me tomo un gin tonic y digo: Soy de puta madre y molo mil.

He escrito 1000 posts. 1000. 1000. No tengo 1000 de nada, pero tengo 1000 posts. Hechos por mí, creados por mí, sacados de mí. 1000. Míos.

Apuro el Gin tonic.

¿ Y ahora qué? ¿Qué hago ahora? ¿Qué viene después de 1000 posts? ¿Qué hago después de escribir 1000 chorradas durante 4 años, 3 meses y 24 días? ¿Sigo subiendo? ¿Sigo avanzando? ¿Hacia dónde? ¿Cómo lo hago? ¿Y si no se me ocurre nada más? ¿Y si me aburro? ¿Y si no me lee nadie?

Entro en pánico.

Me pongo otro Gin tonic.

Sigo.

Un post detrás de otro.

Allá voy post 1002.

lunes, 21 de mayo de 2012

ENSAYO SOBRE EL TANGA

“El tanga es un invento diabólico inventado por un tío y nunca hay que llevarlo” Moli dixit (Julio de 2009)

El tanga, como todos los inventos absurdos, inútiles e incómodos, tiene su público. Hay gente que se compra el alargador de penes, el colchón restform, el whisper Xl, la cartera de titanio y el sujetador brassnosequé.

¿Por qué? Porque viene precedido de una impresionante campaña de marketing y publicidad a la que no somos inmunes aunque creamos que sí.

El tanga es básicamente un hilo metido por el culo. Tal cual. Con unas tiras que se clavan en las caderas y un minúsculo triángulo de tela sin ninguna utilidad más allá de tapar algo cuando lo que realmente se pretende es no tapar nada. El tanga es por tanto algo absurdo, feo e increíblemente incómodo. Eso para empezar.

¿Cómo consiguió abrirse mercado? Con dos recursos de primero de publicidad.

El primero fue crear una necesidad que no existía. “¿Harta de no poder llevar pantalones ajustados? ¿Harta de que se marquen las braguitas con tus pantalones favoritos? Y no, realmente no estabas harta, es más ni siquiera te habías percatado de eso…pero claro ahora que te lo dicen…harta no estás...pero oye...vamos a ver...te pones de espaldas delante del espejo, haces un escorzo, giras la cabeza y sí...oh...parece que si te pones una posición de culo en pompa y te la luz de pleno, se atisba un poco de la costura de tus braguitas favoritas. ¡Y tú sin saberlo!! A saber que habrá pensando la gente…

Una vez creada la necesidad que no existía, el tanga hizo publicidad engañosa. Culos inexistentes, prietos, altivos, inasequibles a la gravedad, morenos y depilados mostrando al aire toda su lozanía por arte y magia de un tanga. Las braguitas eran malas, tapaban esa cumbre de hermosura…¡¡no te avergüences de tu culo...déjalo libre...que respire…usa tanga!!!

¿Cómo resistirse a ese reclamo? Imposible. Todas lo probamos. Y el fiasco fue comparable al alargador de penes, la cartera de titanio, el rodillo que no gotea y los tirantes de silicona.

El tanga es el mal.

Para empezar es una prenda indefinida, se puede decir el tanga o la tanga. ¿Qué se puede esperar de un artículo sin género? Exacto. El tanga no es de fiar. Las braguitas siempre serán las, incluso pueden ser las bragas…y el sujetador igual. Son prendas rotundas, experimentadas y con criterio. La tanga o el tanga...mal...hay que sospechar, sobre todo porque en determinadas cosas y la ropa interior es una de ellas sólo valen las certezas.

“Tanga de hilo dental”. Esta descripción debería hacer salir corriendo a cualquier posible comprador. Tanga de hilo dental… ¿qué es esto? Esto es meterse un hilo por la raja del culo, por la línea interglutear. Y sí, exacto…suena incómodo solo pensarlo...así que imaginad como es experimentarlo.

El tanga ni tapa, ni sujeta, ni cubre. Es una “prenda” sin sentido. Efectivamente no se marca cuando llevas pantalones pero eso es porque no existe. ¿Qué mérito tiene eso?

La ropa interior, las braguitas en sus múltiples formatos, colores y modelos, tienen una función protectora hacia el exterior y hacia el interior. Un tanga no tiene ninguna función.

Las bragas sirven para que si llevas falda en verano y te tienes que sentar en un autobús, en el parque, en el césped, en un poyete...lo que sea...no apoyes tus lindos glúteos en una superficie donde dios sabe que ha podido estar apoyado antes que tú. El tanga sin embargo elimina esa barrera y vas pegando tu piel a todo tipo de mierdas, secreciones, guarradas y demás que hayan dejado caer por allí.

Pero como decía antes las bragas también protegen el exterior del interior. A lo mejor no queréis saberlo, pero las tías se tiran pedos…todas las tías...incluso las que dicen que no. Las bragas mantienen esos gases mínimamente en un entorno controlado…ahora pensad en un pedo con hilo dental. Exacto...una orgia de aire expelido sin barreras.

El tanga no cumple otro de los principios básicos para la ropa interior y si me apuras para toda la ropa. El tanga te hace ser consciente permanentemente de su presencia. Tiene un afán de protagonismo increíble, quiere ser el centro de atención, el foco de todas las miradas y conciencias. Yo, me pongo unas braguitas por la mañana y no soy consciente de ellas en todo el día (obviando cuando tengo que quitármelas…)…no recuerdo ni de qué color son, ni que forman tienen ni nada. Las braguitas no luchan por salir por encima de la cintura de tu pantalón, ni aprovechan cualquier movimiento extraño para saltar y decirle al mundo ¡¡¡ehhhh…que está tía lleva braguitas...que somos nosotras!!! Es una prenda modesta…y con clase. Solo se muestra en su esplendor cuando tú quieres, en la situación y la compañía adecuadas.

El tanga no. El tanga está todo el puto día haciéndose notar…te sientas y se te queda el culo frio...y dices...mierda llevo tanga. Cruzas las piernas y notas el puto hilo dental en la línea interglutear…te pones zen y dices...esto no molesta, esto no molesta, es supercómodo y superpráctico…y te agarras a la silla, al ordenador, al volante para vencer la tentación irresistible de mover el brazo y con un gesto muy poco elegante...¡¡sacarte eso que tienes en el culo!! El tanga asoma por la cintura del pantalón, te agachas y dice,….¡¡¡ehhhh...soy un tangaaaa…y estoy aquí……!! Como el tanga es imbécil, cree que eso es sexy…Y no lo es para nada.

Porque esa es otra. Además de su función práctica que ya he explicado arriba, la ropa interior también puede tener otra función...digamos más lúdico, erótica festiva. Se trata de insinuar, de mostrar, de crear expectación… ¿Qué insinúa un tanga? ¿Picor de culo? La ropa interior tiene que dar ganas de quitarla, de arrancarla… ¿de qué da ganas un tanga? ¿De cortarlo con unas tijeras? Ni siquiera hace falta quitarlo para culminar la fiesta…El tanga como prenda de seducción es un fiasco total.

Sé que saldrán grandes defensoras del tanga. Que si es comodísimo, que si te acostumbras, que si es supersexy. Sólo una cosa os digo: el alargador de penes, también tiene su público…y apuesto a que le gustan los tangas.

jueves, 17 de mayo de 2012

QUERIDO,



Ya no puedo más. He intentando controlarme y no decir nada porque luego todo es un follón, se me llena el blog de gente, todo el mundo comenta y mi rinconcito de paz se convierte en un corral de verduleras…pero ya me conoces, no tengo fuerza de voluntad...así que te voy a decir unas cuantas cositas.

Empezaré diciendo que no me caes mal, no te tengo especial manía y si me obligaran a escoger un amigo entre todos los que formáis el gobierno, serías el elegido sin duda alguna. Tienes cara de bonachón y no vas mal peinado, dos virtudes que no abundan entre tus ministros que tienden a tener cara de malvados de comic o a llevar unos peinados altamente perturbadores. No descarto que todo sea una maniobra por tu parte para parecer más bonachón…pero eso sería astuto…y pinta de astuto no tienes...y no es insulto...la vida es así.

Al grano. Voy a explicarte qué es ser presidente de gobierno. Ser presidente de gobierno, es como ser jefe supremo, como ser madre dando verduras, como ser padre prohibiendo salir un viernes, la gente te odia. Ser presidente del gobierno implica que le caigas mal a mucha, muchísima gente. Efectivamente, te votaron 11 millones de personas que son muchas...pero hubo muchos más millones que no te votaron y que por tanto no te quieren. Eh, eh, eh...no me vengas con que la legitimidad y blablablá. Que sí, que eres presidente legítimamente pero asume que hay cantidad de gente que no te quiere. Ser presidente implica ser impopular, ser criticado, vituperado, ser objeto de bromas y que te juzguen por todo continuamente.

¿Cómo que no es justo? ¿Cuántos años tienes? Haber elegido muerte y haberte quedado de registrador de la propiedad, vivirías tranquilo y nadie haría chistes a tu costa.

Quiero ser presidente, quiero ser presidente, quiero ser presidente” Años y años de dar la murga hasta el infinito, la brasa hasta el más allá. Años de “Yo sé lo que hay que hacer...yo se lo que hay que hacer…y no te lo voy a decir”…años de “yo lo haría mejor, yo lo haría mejor”. Pues hala…ahí lo tienes...eres califa en lugar del califa…, y la gente no te quiere. Llora y apechuga o vete y hazte cheerleader.

No vuelvas a decir “Estoy haciendo lo que tengo que hacer”. Tú sabrás lo que estás haciendo, por mi bien espero que algo de todo esto funcione, aunque te confesaré que tengo mis dudas. Yo no soy presidente, ni ministro pero me parece que si tu plan astuto pasa por reactivar la economía y a la vez le quitas a la gente la pasta y el trabajo...reactivar, lo que se dice reactivar no va a estar fácil...pero oye, que tu eres presidente y yo reviso libros de colores. A lo que iba, estarás haciendo lo que tienes que hacer pero eso no significa que tengamos que hacerte la ola. Tampoco significa que no podamos tener opinión y que nos parezca que tu reforma laboral, por ejemplo, sólo va a servir para que haya más paro…pero bueno...esperaremos a ver qué pasa...

Más cosas. Alguien tiene que decírtelo. Está muy feo, feísimo, que estés haciendo todo lo que dijiste que no ibas a hacer. Entiéndeme, nadie espera que un político diga la verdad. Nadie esperaba que hubieras dicho algo totalmente sincero y honrado al electorado...algo del tipo “Todo está peor de lo que nos creemos asi que sintiéndolo mucho, si llego a ser califa subiré los impuestos, bajaré las pensiones, recortaré la sanidad y la enseñanza pública, os subiré la gasolina, os privatizaré las carreteras…y veremos que más se me ocurre”. No, nadie espera eso. Para ganar unas elecciones lo suyo es mentir, prometer la luna y si hace falta vender una o dos madres o las que hagan falta.

Pero alma de cántaro, ¿Cómo no se te ocurrió usar las frases comodín? Mariano... ¿subirás los impuestos?Ya veremos”…Mariano... ¿ privatizarás la sanidad”…” No creo”. Ya sabes, esas frases que son un sí, pero no...Puede que a lo mejor.

De todos modos lo peor no es mentir a los que no te han votado, a esos les da igual...es más, hay algunas tan listos, tan listos y tan desconfiados que sabían que estabas mintiendo desde el minuto 1. Lo peor, como iba diciendo, es que mientas a los que te han votado... ¿sabes la carita que se les está quedando? Además, les estás mintiendo tanto y en tan poco tiempo que se les están acabando las excusas…y el dinero y el trabajo, que eso también hace mucho claro para la carita que se les está quedando. Mide tus mentiras...porque a este ritmo...dentro de 4 años o prometes un coche, una casa, un puesto de senador vitalicio para todos o lo vas a tener chungo.

Sé por dónde me vas a salir ahora “es que estaba todo mucho peor de lo que yo creía”. Venga ya, coño. Eso no se lo cree nadie. Todos sabíamos que todo estaba muchísimo peor de lo que nos decían. Todos mentís como bellacos (qué bonita palabra) o ¿es que creías que habías inventando la pólvora? “Se me ha ocurrido algo para ganar votos, voy a mentir muchísimo y así seguro que gano, Bwha, bwha, bwha”...pensaste mientras te mesabas las barbas. No eres tan tonto, te lo estás haciendo.  Y lo sabemos.
De todos modos, como hoy estoy comprensiva mientras calculo la indemnización que me corresponde cuando me echen, voy a decirte lo que hubiera sido mucho mejor. No es que te hubiéramos querido más, ni hubieras sido mejor persona, pero por lo menos te tendríamos algo de respeto por tener el valor de decirlo.

A ver, he ganado las elecciones y esto está hecho un desastre absoluto como sabíamos todos pero no decíamos. Os dije que no iba a bajar las pensiones, ni subir los impuesto, ni tocar la enseñanza, ni abaratar el despido, ni hundir la ciencia, ni privatizar la sanidad…pero os mentí. Era la única manera de que me dejarais ser califa en lugar del califa...asi que andaros listos y a ver si dentro de cuatro años os acordáis de esto y no picáis como bobos”.

No pongas esa cara de susto. No me digas que eso no se puede decir. ¿No se puede decir pero se puede hacer? ¿Se puede hacer con total  desfachatez y arrogancia y te da vergüenza decirlo? ¿Crees que porque no lo digas no nos damos cuenta?

Dos cosas más para terminar. No me salgas con el recurso ese de niño pequeño que usáis todos los políticos “José Luis era peor”. Jose Luis era un inútil integral, un memo y un absurdo pero es historia...el que está ahora ahí, eres tú...y el marrón es tuyo y tú lo querías.

Y por último, por mi bien (porque el tuyo me es completamente indiferente) espero que todo esto que estás haciendo...funcione...porque si no...En vez de califa en lugar de califa dentro de 4 años solo podrás ser hechicero de la tribu porque estaremos viviendo en las cavernas.

miércoles, 16 de mayo de 2012

UNA DOCENA DE COSAS QUE NO MOLAN DE TU SMARTPHONE



Todos tenemos un Smartphone o teléfono inteligente. Un nombre ridículo, cursi y completamente idiota y que además no se corresponde con lo que nuestro teléfono es para nosotros.


Seamos sinceros, amamos nuestros móviles. No seríamos nadie sin ellos ahora mismo. Sales de casa y te palpas los bolsillos, o rebuscas en el bolso compulsivamente pensando..¡¡el móvil!!..¿ Me he dejado el móvil? Es prácticamente imposible, pero aún así hiperventilas hasta que lo notas en el bolsillo o en el fondo del bolso. A estas alturas del 2012 hay más posibilidades de que salgas de casa sin ropa interior que sin tu móvil.

Nuestros móviles son estupendos, fabulosos, hacen cosas que jamás pensamos que podría hacer un teléfono y otras muchas cosas que ni siquiera sabemos que pueden hacer. Somos la generación de la cabina y del teléfono de rosca. Recordemos que el teléfono de góndola en casa de nuestro amigo Pérez nos parecía sofisticado…y míranos ahora..tenemos un iphone, un Samsung o un megateléfono chupi. Somos los más.

Molan mucho y permiten por ejemplo leer este post absurdo en cualquier sitio, así que solo por eso merecerían la pena, pero también tienen un montón de cosas que no molan nada y además nos complican la vida.


1.La batería “coitus interruptus”


Tu antiguo microteléfono Nokia, que no olvidemos, hace 5 años te parecía guay porque no ocupaba nada en el bolsillo, tenía una batería que duraba tanto como la del gato que mueve el brazo en el chino de tu barrio. Tenía tanta batería que hasta te olvidabas de dónde habías guardado el cargador. Tu supersmartphone lamentablemente no te sigue el ritmo como tu viejo Nokia, se agota enseguida, casi siempre en el momento más inoportuno..”un poco más..un poco más….ohhhh”. Te deja a medias.


2. El “frustrante” teclado táctil


El teclado táctil es posiblemente el peor invento que ha habido nunca. Teníamos teclados pequeños y molones y nos los han quitado por unos bonitos, molones, chulos pero que no sirven para lo que se supone que tienen que servir: Escribir. No solo es que no sirvan, es que es una tortura atroz el mero hecho de intentarlo. Son un coñazo y además te obligan a ir releyendo lo que escribes porque ponen lo que le sale de los huevos. Al final optas por no escribir o por encomendarte a que la capacidad interpretativa del “tactilismo” de tu interlocutor sea comparable a la tuya.


3. La pérdida de conexión


Esto es tan espantoso como cuando vas al baño con un apretón espectacular, te sientas, triunfas y después descubres que no hay papel higiénico. ¿Qué te queda? Hacer algo ridículo, cómo salir con los pantalones sin subir, gritar para que alguien te lo tire por encima de la puerta o mirar alrededor buscando un sustituto. Con la conexión es igual..escribes algo..le das a enviar y no hay conexión 3G..empiezas a hacer un baile de chamán agitando el móvil, apagas enciendes, sacas la batería, la tarjeta…y te desesperas.


4. La capacidad para conectarse cuando no quieres


Estas de excursión por Pirineos, bonito paisaje, bonitas montañas. Tu móvil en el bolsillo. Al mes siguiente descubres que lo que creías que había sido un día de campo, natural y barato te ha salido por un pico porque casualmente cruzaste la frontera y tu móvil inteligente entró en conexión 3G en Francia.


5. Las 1001 aplicaciones.


Por fin tienes un Smartphone. Lo quieres todo, el Instagram, el Evernote, el dropbox, las catorce aplicaciones para ir a correr, la de las recetas, el apalabrados, facebook, twitter, la que te controla la regla, todas. Acumulas en pleno ataque de Diogenismo, para descubrir que organizar las aplicaciones da la misma pereza o más que colocar fotos en un álbum. De vez en cuando te da un ataque y optas por borrar sin criterio, para al cabo de unos días decir: me voy a instalar algunas, pero controlando. Ja. Es la espiral del Diogenismo aplicativo.


6. Inseguridad en la elección.


Elegir el modelo de móvil es más complicado que elegir casa. No se trata de me gusta o no me gusta. Es más allá ¿Cual es el mejor? Hordas de adictos al iphone braman sobre ti…¡¡¡ si te vas a comprar un móvil nuevo..cómprate un iphoneeee!!!...hordas de enemigos de Apple gritan..¡¡mucho mejor un Samsung!! O un Htc!!!.. No sabes que hacer..todos parecen iguales..todos los que los tienen dicen que los suyos son mejores. Al final, te tapas la nariz, saltas y esperas acertar.


7. Crean frustración


Oh que bien..estoy en la sala de espera de algún sitio absurdo y puedo leer mi blog favorito. Como mola mi teléfono, voy a comentar algo en esta entrada tan chula. Escribes con el puto teclado táctil, le das a enviar….y sale algo como “ la aplicación ha causado error”. Ahora estás aburrido y frustrado porque sin duda ese comentario era el mejor que habías escrito nunca. Lo mismo si quieres usar google maps porque estás perdido en medio de un polígono. Metes la dirección y te quedas mirando la barra de navegación, hasta que te das cuenta de que se te ha hecho de noche y hubiera encontrado más rápido el camino echando miguitas.


8. Los nombres


¿ Por qué no le ponen nombres chulos a los teléfonos? Iphone, Galaxy, HTC…son feos..y además suelen llevar una ristra de números que perturban muchísimo. ¿ tienes un iphone? ¡ Cual? ¿ El 3 o el 4 con G? ¿ EL galaxy 3000 o el I1204? No lo seeeeeee…es mi teléfono y lo quiero igual.


9. Hay que aprender jerga.


Tu viejo nokia tenia números y letritas y un botón de llamar y otro de colgar. Te costó tela saber que para que saliera la c, había que darle 3 veces al botón, pero al final tenías una velocidad de tecleo de mecanógrafa de Mad Men. Eso, con tu nuevo teléfono no sirve de nada..ahora tienes que aprender cosas como “Modo de red” “3G”, “Modo vuelo” “ Itinerancia de datos” “ Almacenamiento masivo” “ Samsug Kies”….todo muy del espacio y todo muy de “mírame y no me toques que me jodo”.

10. El ridículo gesto de acariciar la pantalla.


Nos hemos acostumbrado, pero pensado fríamente parecemos monos amaestrados cuando miramos una pantalla y la acariciamos con dulzura o cuando hacemos una grácil pinza con el índice y el pulgar para ampliar algo. ¿Dónde ha quedado el atractivo del vigoroso tecleo? Hombres del mundo..acariciar vuestros smartphones..no es sexy..

11. Son adictivos.


Para superar un problema, lo primero es verbalizarlo. “ Me llamo Molinos y soy adicta a mi móvil”. Lo siguiente es pensar en cómo solucionarlo….pero eso ya para otro día. Vayamos poco a poco.

12. ¿He comentado lo de la batería?


Tienes un Smartphone última generación. Miras tu bolso y ves el cargador de corriente, el cargador de coche y el cable para cargarlo conectado al pcny piensas “ Creo que si llevara el teléfono fijo de casa, llevaría menos cable”.

Todas estas cosas hacen que nuestros móviles no sean perfectos…pero seamos sinceros, ¿ A quién le importa? Los queremos así.


Publicado originalmente en Unadocenade