jueves, 18 de abril de 2013

COMER GUARRADAS.


Está muy bien la alimentación sana, la dieta mediterránea, no comer hidratos por la noche y dejar los fritos para grandes ocasiones y acompañarlo todo de ensaladita y ¡¡viva el aceite de oliva!

Estupendo.

Pero hay veces que NECESITO comer guarradas. Es un impulso asesino de mi cuerpo que cuando menos me lo espero, cuando más entretenida estoy, cuando estoy más concentrada en algo de repente me dice: ¡Hola!..Soy tu cuerpo y necesito que comamos alguna guarrería.

Por supuesto, como soy una adulta (medianamente) responsable y concienciada con mis arterias, mi salud y mis lorzas, opto por obviar los síntomas.

¡Qué va! Yo no tengo ganas de comer nada, estoy aquí tan feliz y tan entretenida y tan concentrada.

Y sigo a lo mío. Pero ya no hay manera, empiezo un diálogo absurdo con mi yo ansioso de guarradas.

¡Quiero guarradas!! Y o me las das o voy a empezar desconcentrarte, a traerte a la mente imágenes de helados, pinchos de tortilla, palmeras de chocolate o bolsas gigantes de patatas derivadas del petróleo.

Opto entonces por la fuerza de voluntad.

Vale bien. Si me apetece, pero no es sano ni me conviene así que NO. Y además, cabrón…llevo dos días sin hambre y comiendo por obligación y ¿ahora quieres guarradas? Pues no.

E intento seguir a lo mío.

¡Quiero guarradas! ¡Las necesitamos! Además, es por la mañana, has desayunado hace mucho y tienes el estómago vacío…venga...aunque solo sea un poquito.

La siguiente fase es el chantaje.

Vale. Como fruta.
¿Fruta? ¿Fruta? ¿Qué mierda de guarrada es la fruta? La fruta es sana, la fruta tiene buena prensa, la fruta no engorda, la fruta la recomienda el Ministerio…¡¡No vale fruta!!! No, ni aunque te comas una piña entera.
Pues no he traído dinero.
Da igual. Pídeselo a alguien. Son 60 céntimos en la máquina. Mañana lo pagas.

Me rindo. No puedo seguir concentrada, es imposible seguir con lo que estaba haciendo. Así que me levanto y atravesando pasillos dónde no quiero encontrarme con nadie que vea en mi cara que he claudicado a la tentación me dirijo a una sala absurda con máquinas absurdas que recibe el fabuloso nombre de “sala de distensión”.

“Sala de distensión”, a mi no me distiende nada. Es más, me tensa mogollón.

De izquierda a derecha hay:

- Una máquina de café. Jamás tomo café de máquina. Beber en un vaso minúsculo un brebaje ardiente que remuevo con una especie de palillo de plástico no me seduce lo más mínimo. Y más, cuando en la máquina hay tantas opciones y tan complicadas que es posible que en vez de un café con leche con azúcar acabe tomando un poleo menta sin cafeína y con aspartano.

- Una máquina de hielo. Un misterio. Entendería esa máquina en un gimnasio o en mi cocina, pero su utilidad en los libros de colores me intriga. A no ser, que haya gente como yo o más osada y que oculte en los cajones de la pradera botellas de ginebra que vierte en sus tazas de té y necesite hielo para el combinado.

- Una máquina de cambio. Muy chula. Metes un billete de 20 y te suelta 20 monedas con mucha suerte, 40 monedas si tienes aún más o un número infinito de ellas si eres el suertudo del día. Antes de meter el billete hay que coger siempre uno de los vasos de la máquina de hielo para poder echar todas las monedas.

- Una máquina de agua. Proporciona botellas de litro y medio y de medio litro. Bueno, las proporciona una vez cada quince días, el resto del tiempo está vacía con el consiguiente cabreo y desesperación de mis compañeros de los libros de colores. En Mordor se puede beber agua del grifo perfectamente, de hecho yo llevo haciéndolo 13 años y no me ha pasado nada (mamá…no sé si estoy arriesgando mucho con esta declaración) pero el caso es que aquí van todos con la botella de agua mineral como si curráramos en el África subsahariana y cuando no hay agua mineral entran en pánico. Yo llevo rellenando la misma botella desde octubre del 2011.

- Una máquina de bebidas de otro tipo. Esta tiene poco misterio, hay lo de siempre. Refrescos y esas cosas. Por supuesto del refresco que yo quiero no queda nunca…pero puedo soportar ese nivel de frustración excepto cuando vengo sin dormir. En esos casos me he desplomado varias veces a llorar encima de la máquina…como en las pelis, si.

- Un microondas y una nevera para el club de tuper. Yo no uso ninguna de las dos cosas…me da miedo.

He dejado para el final mis dos máquinas favoritas, las que más intriga me provocan.

Una es la de GUARRERIAS propiamente dichas. Es a la que llego con mis 60 céntimos pensando que porquería puedo comer, que asquerosidad me apetece más, que es lo que quiere mi gula.

En la parte de arriba están los aperitivos viejunos: risketos, triskis, ganchitos de esos que son aire pintado. Nunca quedan. ¡Mierda! Los risketos esos rojos que te dejan los dedos pintados dos días son mis favoritos y además ya he perdido la vergüenza a chuparme los dedos al terminar la bolsa mientras reviso libros de colores.

En la balda segunda hay alpiste de adultos: frutos secos clasificados por categorías y luego un max mix. En la balda tercera patatas, derivadas del petróleo convenientemente saborizadas a guarradas: queso, jamón, cebolla…son tentadoras pero son caras. 65 céntimos por esa bolsa en la que solo caben 3 patatas no sacian mi gula y es peor.

Más abajo están los dulces. Ni los miro. Yo no tengo antojo de dulce, y si lo tengo es siempre de chocolate blanco y para eso tengo una tableta muy especial en mi cajón, es mi tesoro. Los dulces además son asquerosos: bollos pringosos con rellenos sospechosos casi todos y escondido entre ellos una cosa muy misteriosa que se llama “tostada integral light sabor canela”. Me encantaría saber quién es el que en los libros de colores come esa guarrada.

Abajo del todo están las bebidas que ni son café, ni agua, ni refrescos. Zumos inclasificables para beber con pajita, (en serio, un consejo…si no es un mojito y tenéis más de 10 años no bebáis nada con pajita, es muy poco sexy), bebidas de soja en tetrabrik panzudos (¿porqué las bebidas de soja de aspecto sospechoso van en tetrabrik hinchados?), sunny delight que no sé muy bien que es pero que creo que es la versión 2.0 del tang y ¡batido de chocolate y fresa! A ver, batido de chocolate vale, supongo que lo beberá el que moja en él la tostada integral light con sabor a canela, pero ¿BATIDO DE FRESA? ¿Quién con más de 3 años bebe batido de fresa? Necesito saber quién es, alguien que con más de 20 años bebe batido de fresa me parece peligroso, el típico que aparece un día con una recortada porque no hay más batido.

Me desespero mirando la máquina.

Elucubro.

Miro mis 65 céntimos. Calculo el gasto y la compensación.

Echo la moneda. Pulso el 27.

Rezo para que la máquina no me la juegue, abrir el enganche, empujar la bolsa y dejarla en un equilibrio inestable pero fuera de mi alcance que me haga intentar mover la máquina con la fuerza de mi cuerpo y me haga frustrarme al comprobar que ni se inmuta.

Bien, ha habido suerte esta vez. La bolsa cae limpiamente. La saco, la abro y siento como mi cuerpo me agradece que haya cedido a la tentación y le esté dando su ración de alpiste Maxmix 5.

Volviendo hacia la pradera, suspiro feliz por no haber tenido que llamar a Justo y Casto…los que llevan las máquinas.

Del olor que me queda en las manos ya me preocuparé luego.

martes, 16 de abril de 2013

UNA MADRE SIN SUPERPODERES: REACCIONES

Mi reacción.

Adelgazo. No duermo. No como. Tengo un nudo en el estómago, un nudo marinero que me crea una tensión absurda.

Pienso “A ver, que ya está, que esto ha sido un superpremio gordo, a disfrutar y listo”.

Compruebo que mi cuerpo y mi cerebro pasan olímpicamente de mi lado objetivo y con criterio y me lanzan a una espiral de vértigo, miedo, alegría sin medida, susto, risas descontroladas, y otra vez vértigo. Lloro, río, me emociono y siento agradecimiento infinito hacia todos. Pienso “soy un crack” y al minuto siguiente “no tengo vergüenza”. Como dice mi amigo Juan, mi umbral emocional es demasiado amplio..como una montaña rusa.

Molimadre.

Haciendo gala una vez más de sus sorprendentes superpoderes, aparece por Molicasa por sorpresa justo el día en que la editorial ha mandado los 25 libros que me corresponden. Yo no sabía que llegaban ese día, yo no se lo había dicho y Molimadre solo pasa por mi casa muy muy de vez en cuando…y cuando digo muy de vez en cuando es una vez al mes como mucho. Pues justo ese día, suena el timbre y cuando creo que va a ser el cartero comercial..

- Soy yo.
- ¿Qué pasa? ¿Qué he hecho?
- No pasa nada ¿Es que no puedo venir a veros?
- Sí, claro que si, pero no vienes nunca. ¿Qué pasa?
- ¡Que no pasa nada! Que estaba por aquí…
- Vale, pues guay porque mira…
- ¡Tú libro! Qué ilusión…lo quiero firmado.

El Ingeniero.

-¡¡Papi!!! Ha llegado el libro!!
- Qué bien, a ver si me lo leo.

-¿Qué te está pareciendo?
-Bien, me he reído pero claro yo es que ya me lo sé todo. Eso sí, es como oírte hablar.

Las princezaz.

¿Podemos llevar el libro al colegio? ¿Podemos llevar el libro al colegio? ¿podemos llevar el libro al colegio?¿Podemos llevar el libro al colegio? ¿Podemos llevar el libro al colegio?
Siiiiiiii

Lo llevaron al colegio.

- Mamá, la profe ha dicho que va a comprarlo.
- Estupendo.
- Se lo he enseñado a toda mi clase…
- Estupendo.
- Mami…
- Aquí pone que somos unas cabronas…
- Completamente cierto…
- Y tú una bruja…y eso también es verdad.

Como consecuencia de la publicidad que las princezaz han dado al libro en el cole, ahora me paran madres por el patio o por la calle.

- Oye,que mi hijo dice una tontería de ti.
- No me digas…
- Dice que has publicado un libro.
- Ah pues eso es verdad. No sé si es una tontería o no, pero es verdad.
- ¿Puedo comprarlo?
- Por supuesto…
- ¿Es para niños?
- No, claro que no.
- Pero es algo de superpoderes, ¿no? ¿de superhéroes?
- No, se llama “Una madre SIN superpoderes” y te aseguro que no es para niños…pero creo que te gustará.
- Pues mañana mismo lo compro y lo traigo al cole a que me lo firmes..¡enhorabuena!
- Mil gracias.
Molifamiliares.

La Molifamilia está feliz. Están como pavos, esponjándose las plumas y muy contentos pero tras las enhorabuenas pertinentes cada uno ha tomado una reacción distinta.

Uno de mis tíos me dijo: Si no te conociera, me habrías parecido una mujer muy interesante ¡¡¡ Cielos !!! A ver si resulta que eres muy interesante y no me había dado cuenta hasta ahora.

Teniendo en cuenta que es el mismo tío que se dio cuenta el año pasado de que tengo un diente roto…y lo tengo roto desde los 11 años, optaré por pensar que soy interesante.

Otras dos de mis tías se han lanzado a la calle como inspectoras de distribución y me mandan wasap y mails con sus pesquisas: "a La Casa del Libro no ha llegado". "En el corte inglés ya está". "He comprado uno en la fnac y otro en la librería del barrio..para crear expetación". "Les he dicho a los dependientes que lo pongan que se vea bien..que es de una bloguera muy famosa y que va a venir muchísima gente a comprarlo."

La chusma de Montes.

- Ya lo tengo. Lo he dejado en la mesa de la sala de profesores para crearte un mercado nuevo entre las profesoras de más de 50.
- Moli..ya lo estoy leyendo. ¿ Al final se casan?
- ¿eres ya bestseller? ¿y ahora? ¿y ahora?¿y ahora?
- Enhorabuena brujísima.

Molihermana.

- Ainsss mola tanto que me dan ganas de leerlo y todo.

Laz princezaz. Segunda parte.

- Mami ¿Qué vamos a hacer hoy por lo de tu libro?
- Nada.
- ¿Cómo que nada? Es un día tan importante como San Huevo Frito. Hay que celebrarlo.
- Y ¿qué quieres hacer?
- Yo quiero cenar raclette en el salón.
- Yo quiero ver el partido del Madrid.
- Vale, pues cenamos raclette en el salón mientras veís el partido.
- Mami..cuando saques el segundo libro, haremos San Libro 2, porque claro no será 9 de abril, así que tendremos en el año muchos cumpleaños, un San Huevo Frito y dos o tres San Libro.
- C cariño, no sé si voy a sacar otro libro.
- Claro que sí. Tienes que esforzarte. Yo sé que es un trabajo aburridizimo porque tienes que estar muchísimo rato en el ordenador…pero esto es así.

Fede

- Joder..pero qué orgulloso estoy de ti.

Descerebrados.

Como auténticos descerebrados se han portado. Todos en masa a comprarlo. Todos a mandarme fotos guays y videos de la compra del libro. Mensajes. Mails.  Comparativas. BusquedasConcursos. Despellejes. Tweets y sé de buena tinta que tres descerebrados de Bilbao han quedado hoy, sin conocerse de nada, para ponerse cara mientras compran el libro.

No se puede tener mejores lectores. Moláis infinito y más. Y jamás en la vida podré agradecéroslo bastante.



Próximos eventos.

El lunes 22 a las 17 horas haré un encuentro digital en El Mundo. Próximamente colgaré el enlace para que me abraséis a preguntas…todas esas que no contesto jamás en los comentarios, tendréis posibilidad de hacerlas a bocajarro. Os veo venir…¿qué prefieres? ¿arriba o abajo? Me arriesgaré.

Martes 23, es el día del libro y firmaré libros en la Librería Gaztambide, en la calle Gaztambide 6 en Madrid, de 18 a 20 horas. Será un gran momento…firmando como Molinos y conociendo descerebrados. ¡Planazo!

En fin, como dice Paul Auster.. Piensas que nunca te va a pasar, imposible que te suceda a ti, que eres la única persona del mundo a quién jamás ocurrirán esas cosas, y entonces, una por una, empiezan a pasarte todas, igual que le suceden a cualquier otro”.

lunes, 15 de abril de 2013

YO SOY MÁS DE XABI ALONSO...

Nunca pensé que escribiría este post pero ha llegado el momento.

Voy a defender a los futboleros de los absurdos seguidores enloquecidos de la fórmula 1.

Asisto con estupefacción a la ascensión social en las redes de la gente seguidora de la F1 mientras los futboleros descienden en la pirámide del aprecio tuitero y social.

Eso no puede ser.

Por alguna extraña razón que no alcanzo a comprender por muchas vueltas que le he dado resulta que si te flipa el futbol y eres un brasas del universo con el tema eres un cateto, pero si te flipa la fórmula uno y eres un brasas del universo con el tema eres casi casi un intelectual.

Partiendo de la base de que a mí me dan exactamente igual las dos cosas, creo que los futboleros merecen un respeto y una admiración que desde luego los seguidores de la F1 no se han ganado todavía. Y tengo razones fundamentadas para esta opinión.

Primera razón.

Los futboleros llevan años y años y años dando el coñazo. Desde su más tierna infancia han sido del Madrid, del Atleti, del Betis, del Barça o del Alcoyano. Se han currado su afición a lo bestia. Han hecho el ridículo con las equipaciones de sus equipos, han tenido los huevos de salir a la calle de canijos ( y no tan canijos) vestidos con el chándal de tactel de su jugador favorito, han hecho colecciones de la liga y han jugado con cartas de jugadores de futbol ( hasta yo he jugado con esas cartas y recuerdo que era muy bueno tener a Maceda que era el más alto).

Los de Formula 1 son unos advenedizos. ¿Cuánto llevan con esa afición? ¿8 años? ¿9 años? Eso no es una afición es un capricho. No me vale con que me salga ahora uno con que él veía a Alain Proust, a Ayton Senna o a Nikki Lauda…por aquel entonces la F1 era otra cosa y la veían exactamente 3 gatos, entre ellos yo con mi padre que le flipaba. Un 90 % de los fanáticos de la F1 llevan como mucho 8 años enganchados a ese absurdo. No se han currado su afición nada de nada, como mucho se han puesto un polo de Renault o de Ferrari. Ahora a algunos les ha dado por ponerse las gorras esas ESPANTIFORMES que sinceramente no sé quién ha inventado. Son tan horribles, sientan tan mal y consiguen que cualquiera que se la ponga parezca un lobotimazo oligolérdico que empiezo a pensar en un complot extraterrestre para identificar como susceptible de ser abducido a todo aquel que tiene los huevos de ponérsela, empezando por Alonso ( se nota que estoy leyendo a Sagan). A lo que iba, nadie va por la calle con un mono de esos de cuero que deben dar un calor de mil pares de cojones y costar un riñón…no se curran su afición como es debido.

Segunda razón.

Un futbolero es toda la vida de un equipo. Si se es del Alcoyano o del Bilbao del Athletic se es para toda la vida, sin criterio, sin pensar, con orejeras y de puro sentimiento. Da igual que el equipo gane, empate o pierda todos los partidos de una temporada, dos o catorce. A muerte con el equipo. Si, le cogen aprecio a sus estrellas pero si la estrella se pira o se retira, no abandonan a su equipo. Siguen ahí para toda la vida, caiga quien caiga. Los futboleros son ñus de pura cepa..corren en manada por su equipo y triunfan o se despeñan sin dudarlo y sin pestañear. Son ñus, son los 300 de Leónidas. A muerte con su equipo.

Los de la F1 son ñus de garrafón. Corren en manada detrás de Renault…pero cuando Alonso se va de ese equipo, se dan la vuelta en redondo y todos en manada con McClaren…y cuando se pira a Ferrari…otro giro en medio de la sabana y todos con los italianos. Me diréis entonces que es que son fans de Fernando Alonso o de Kimi o de quien sea, y eso solo refuerza mi teoría porque cuando esos se jubilen dejaran de seguir la F1 o se harán del ganador. Pensadlo, ¿cuantos fanáticos de la F1 conocéis que vayan con el último clasificado? Y ahora pensad cuantos conocéis seguidores del Atlético de Madrid o del Español? Pues eso.

Tercera razón.

Una gran mayoría, una enorme mayoría de los seguidores del fútbol ha jugado alguna vez al fútbol, le ha dado un par de patadas al balón y algunos incluso han estado en equipos y han jugado liguillas. (Por dios ¡hasta yo he jugado el fútbol!) Con esto quiero decir que saben de qué hablan, no es que sepan mucho y tengan criterio y autoridad, pero saben cómo es el tacto de un balón de futbol exactamente igual que el que se usa en el Bernabeu. Así que si dicen “punterazo”, “penalti” o “fuera de juego” por lo menos conocen de primera mano de lo que están hablando.

¿Cuánta gente que sigue la F1 ha cogido alguna vez un coche de esos? Casi ninguno. Si, si..muchos conducen pero seamos serios, no es lo mismo conducir mi Ibiza que un ferrari. Vamos no es que no sea lo mismo es que se parece como yo a Halle Berry..es decir, en nada. Pues ahí están, gente que no ha cambiado un pinchazo en su vida, que no sabe poner las cadenas y que para mirar el nivel de aceite del coche tiene que estudiarse el manual de instrucciones de su coche…hablando de neumáticos de lluvia, de seco, el grip de los neumáticos,  de “entreno”, hablando de kers, de drs , safety car y de inyectores como si fueran el técnico de Midas.

Cuarta razón.

El fútbol es deporte. Corren, pelean y es su cuerpo esforzándose. Si alguien es bueno jugando al fútbol lo será siempre, puede que no gane el partido pero lo hará bien e incluso puede meter goles.

Conducir un coche no es deporte. Conducir un coche que te han preparado unos supertécnicos no es deporte. ¿Qué hacen mucho esfuerzo físico y blablablabla? Si, los astronautas también y viajar en el transbordador espacial no se considera deporte. El mérito de la F1 no es del piloto. No estoy diciendo que yo conduciendo ese coche ganara, pero vamos que son perfectamente intercambiables unos y otros. El mejor coche gana.

Quinta razón.

La parafernalia del fútbol es garrulística pero tiene su encanto. Todos en manada a ver el fútbol, con sus bufanditas, sus bocadillos de tortilla y sus bebidas. Cada 15 días, al mismo sitio con los mismos colegas. Todos a gritar bobadas que hacen mucha risa porque riman, a exaltarse gritando GOOOOL y a cabrearse con el árbitro por las mil injusticias que cometen con su equipo. Garrulismo de andar por casa, familiar y conocido.

La parafernalia de la F1 es como de revista del corazón. Tías embutidas en monos que sujetan paraguas, aficionados que han empeñado sus casas, sus hígados y sus bazos para poder ir una vez al año a ver una carrera de la que solo ven una curva y además no pueden gritar nada porque no se oye nada. Desconozco si se comen bocadillos de tortilla..aunque las tías embutidas en monos de cuero o desvestidas con atuendos microscópicos seguro que no. Todo es pijismo, dinero, ostentación y lujo absurdo y sinsentido.

Sexta razón.

Los del fúbtol se saben cansinos y muy brasas y lo aceptan. "A mí es que me gusta el fútbol. Ya sé que son tios en pantalón corto corriendo detrás del balón pero me gusta". El encanto de la sencillez.

Los de la Fórmula 1 se creen élite siendo igual de brasas. "Tú es que no lo entiendes"...¿Qué hay que entender? Son tios en coches corriendo por una carretera, paran de vez en cuando a que otros le arreglen el coche y gana el primero que llega. La simpleza más absoluta. 

Séptima razón.

En twitter yo creía que los del fútbol eran pesados, hasta que llegaron los de la F1 que no solo comentan los entrenos y la carrera, además de todo eso, retransmiten la retransmisión en un bucle absurdo de información que me agota.

Que sí, que podría dejar de seguirles a todos…pero sigo a gente que mola mucho pero que no es perfecta: algunos son del Barsa y otros tuitean sandeces sobre Fernando Alonso.

A mí me aguantan con Bruce, anque no vamos a comparar...por supuesto. 

viernes, 12 de abril de 2013

DESILUSIÓN Y DECEPCIÓN

Desilusión: acción y efecto de desilusionar o desilusionarse.

Desilusionar: hacer perder las ilusiones / perder las ilusiones.

Decepción: pesar causado por un desengaño.

Decepcionar: desengañar, desilusionar.

Todo eso dice el DRAE y a mí no me vale, se me queda muy corto todo y muy confuso. No me vale.

Una desilusión y una decepción no son lo mismo, no se parecen en nada. Ni son lo mismo, ni se sienten, ni se construyen igual. En el Moliuniverso y en mi cabeza, decepcionar y desilusionar no son sinónimos.

Una desilusión destruye algo posible pero poco probable. El que tiene una ilusión sabe perfectamente, aunque lo obvie, que es posible que esa ilusión no se concrete, juega con la baza de que no sea real. La desilusión no pilla por sorpresa.

Una decepción es una certeza que se desmonta. Es una verdad que se rompe, que se destroza. No es que fuera algo posible y probable, sencillamente ERA y de repente no es. Tenías una certeza y no cabía ni la más remota posibilidad de que dejara de ser…y de repente no es. La decepción suele pillar tan por sorpresa que hace el vacio y deja sin aire.

La desilusión se sufre sobre algo que no existía, sobre una fantasía. Por eso razón las ilusiones no se agotan nunca, después de una desilusión del tipo que sea y sin que haya que hacer nada crecerán ilusiones nuevas o pueden ser las mismas recuperadas. Incluso cuando crees que ya no tendrás más, las ilusiones crecen solas, y te sorprendes teniendo más. Cuando ya eres perro viejo, intentas frenarlas, ignorarlas, pasar de ellas, arrancarlas como las malas hierbas, pero exactamente igual que con las malas hierbas…las ilusiones pasan de ti y crecen solas hasta que te han conquistado.

La decepción destruye una certeza y las certezas no crecen solas. Las que se rompen además jamás se recuperan y recomponen. Construir una certeza nueva exige trabajo, dedicación, esfuerzo y una confianza acojonante que con la edad se va perdiendo. Exige también capacidad para pasar por alto las consecuencias que las decepciones anteriores causaron en el ánimo, porque recordarlas es tan doloroso que incapacita para reconstruir nuevas certezas. Cuanto mayor eres, menos certezas tienes y más decepciones acumulas.

Las desilusiones son necesarias. Hay veces en la vida en que es necesario desilusionar a alguien. Va a ser doloroso pero es necesario porque ves que esa ilusión que le está creciendo y que está a punto de conquistarle nunca va a ser certeza y aunque le vaya a doler, hay que hacerlo. El que desilusiona no es feliz haciéndolo, pero sabe que es necesario y que el desilusionado podrá tener nuevas e incluso mejores ilusiones.

Las decepciones jamás son necesarias. Siempre son una putada y duelen que te cagas. Cuando se decepciona alguien, ese alguien sufre como un perro, se cabrea, tiene pena infinita, oleadas de tristeza y agoniza un tiempo. Las decepciones además son terribles también para el que las provoca. Cuando decepcionas a alguien lo haces sabiendo que has destrozado algo positivo y cierto que ese alguien pensaba o creía, puede ser un pensamiento, una actitud o un sentimiento. Decepcionas a alguien que creía en ti, que tenía una certeza positiva sobre ti.

Desilusionar a alguien puede ser jodido pero puedes pensar que lo haces por su bien y que es algo que tienes que hacer.

Decepcionar a alguien es doloroso para el decepcionado, pero para el que lo hace, cuando es consciente de ello es el puto infierno.

Las desilusiones pasado el primer momento de quedarse desinflado y como sin ganas de nada dejan un poso dulce. Cuando las recuerdas pasado el tiempo, puedes obviar el momento concreto de la desilusión, el momento en que se te pinchó el globo de esa ilusión concreto, ir más atrás y sonreír al recordar ese momento en que ibas feliz cual perdiz con tu globo de ilusión tan feliz. Puedes recordarlo con humor negro y pensando “que bobo fui al ilusionarme con aquello pero bueno moló”.

Las decepciones no son así. Las decepciones no te pinchan un globo, te quitan el suelo bajo tus pies. Las decepciones siempre dejan un poso amargo y duelen siempre. Permanecen activas eternamente y hay que tener mucho cuidado con su manejo, hay que intentar arrinconarlas y no tocarlas ni con un palo porque el simple roce de su recuerdo puede hacerte caer fulminado. La decepción no permite el recuerdo dulce, no hay lugar para el humor negro, solo permiten algo como “como pude ser tan gilipollas” y duelen en el alma.

Por todo esto, no puedes desilusionarte a ti mismo, pero si decepcionarte, cuando destrozas una certeza que otro tenía sobre ti y que tu habías asumido como propia o cuando descubres que no eres como pensabas, que eres peor de lo que creías,  te decepcionas a ti mismo y jode infinito. 

 Decepcionarte a ti mismo es entrar en el foso de la desesperación., y solo saldrás si alguien que te aprecie mucho, que sobreviva a tus decepciones te ayuda.

Lo que se aprende con la Princesa Prometida.