Tú que lees mucho, podías recomendarme un libro…
Cuanto más lees, cuanto más has leído, más difícil es responder a esta petición.
Recomendar un libro de verdad, recomendarlo bien, no es soltar el título de un libro que te haya gustado y recomendar que se lea. Es muchísimo más complicado.
Recomiéndame uno bueno.
Ja. No es tan fácil. Hay libros buenos, buenísimos, pero pueden no ser adecuados para ese momento, para ese estado de ánimo, para esa persona en particular. Leer un libro bueno sin que sea su momento es como comer jamón serrano ibérico de bellota con pan de molde rancio untado en mantequilla. El jamón te sabrá bueno porque es cojonudo pero se habrá desperdiciado. Lo mismo ocurre con los libros. Un buen libro se puede apreciar siempre, en cualquier momento que lo leas sacarás algo satisfactorio, pero es mejor leerlo en su momento.
Venga...pero recomiéndame uno que me pegue ahora.
A ver… ¿qué te pegue para qué? ¿Qué quieres del libro? ¿Qué vas a hacer con él? ¿Qué esperas de él? Puede ser que quieras aprender algo. Puede que lo necesites para distraerte de una preocupación. O para distraerte de una pena. O puede que lo necesites para no pensar nada. A lo mejor necesitas un libro que se lea solo, de esos en los que los ojos resbalan por los renglones y la historia entra sola sin que tú tengas que hacer ningún esfuerzo. O puede que no. Que necesites un libro que te cambie la vida. Uno que te vuelva del revés. Uno que te enseñe algo que no quieres saber. O uno que te absorba tanto que se te olvide el mono que te ha dado dejar de fumar. O uno que te haga reír a carcajadas.
No es tan fácil. Es como si te doy las mejores botas de agua del mundo mundial y lo que quieres es ir a la playa, pues sí, las botas son cojonudas…pero no tienen sentido en ese momento. O te regalo un vestido de noche espectacular y tú lo vas a usar para plantar zanahorias...pues plantarás las zanahorias pero estarás incómodo. No todos los libros valen para todo o si valen,pero es mejor usarlos con criterio.
Sorpréndeme. No pasa nada...si no me gusta no te voy a echar la culpa.
No me preocupa que me eches la culpa si no te gusta. Es tu problema si no te gusta. Lo que me fastidiará es haber echado a perder la oportunidad adecuada para que leyeras ese libro. Porque ya lo habrás leído, no te habrá gustado y nunca jamás podrá volver a tener esa oportunidad contigo. Sí, podrás releerlo en otra ocasión pero será una segunda lectura, ya no será como la primera. Y hay otra cosa. Yo habré perdido la oportunidad de recomendarte, la próxima vez ya no te fiarás de mi o te fiarás pero menos. Si el libro no te gusta o no responde a tus expectativas o te aburre o abandonas la lectura para siempre por ese libro ¿ De quién será la culpa? Los tres saldremos perdiendo, el libro porque habrá perdido su momento, tú porque nunca más te fiarás de mi y yo porque habrá fracasado como recomendadora.
Pero vamos a ver...recomiéndame algo que a ti te haya gustado.
Eso suena fácil. Recomendar un libro es mostrarte, es decir cómo eres, es una muestra de confianza, es decirte que tal libro me gustó en tal momento por lo que fuera y enseñarte un poco más y puedo no querer explicarte ese momento concreto. O puede que sí y que no lo entiendas.
Y hay otra cosa. Puedo recomendarte un libro que a mí me flipara, uno que me dejara completamente alucinada, y puede ser que tú lo leas y no te guste y me lo destripes. Puedo no querer arriesgarme a eso.
...pero si recomiendas libros en el blog.
Cierto, pero los recomiendo en general. Son libros buenos, a veces son jamón serrano y otras veces cheetos. Recomiendo para todo el mundo, no conozco a los que me leen. No sé si los quieren para llorar, para reírse, para aprender, para enviciarse o si los quieren para simplemente poder decir: “Moli, no me ha gustado”.
Bueno...pero entonces ¿qué leo? Dime uno. Te juro que lo leeré con interés, con cariño y que haré el máximo esfuerzo porque me guste. Y te juro que si me gusta te lo diré.
…vale...lo pensaré.