
En mis 38 años de vida no he montado en parapente, no he hecho puenting, no he tomado drogas de diseño, no he esnifado cocaína, no he nadado entre tiburones, no he esquiado a tumba abierta como si fuera lo último que quiero hacer en la vida, no he conducido un ferrari, no he conocido a nadie famoso, no he tomado setas alucinógenas, no he corrido los San Fermines, no he viajado a lugares peligrosos y además, no tengo ganas de hacer ninguna de esas cosas.
¿Quiere esto decir que no me ha pasado nada especialmente emocionante en la vida? No. Bueno, si me comparas con Calleja o con Angelina..pues lo mismo si, pero no me cambiaría por ninguno de esos dos absurdos.
Me han pasado muchas cosas emocionantes. Muchas son chorradas, pero las recuerdo porque soy capaz de revivir exactamente como me sentí y cómo muchas de ellas marcaron un antes y un después en esta vida que tengo. Algunas son alegres, otras son tristes, otras fueron por sorpresa, otras me hicieron pensar...
Aquí va una selección de esas cosas que recuerdo hoy. Sin orden ni concierto, ni siquiera están por orden cronológico.
Septiembre del 91. Fui a matricularme a la Universidad en una carrera que mis padres no querían que hiciera. Era la primera vez que ponía un pie en Ciudad Universitaria. Me bajé del metro y empecé a caminar por la Avenida del Paraninfo sin saber muy bien dónde estaba la Facultad. Mis padres estaban de viaje por Europa. Estaba de hermana mayor en casa y me sentí extrañamente adulta en aquel paseo. Llevaba unos vaqueros claritos, una camisa de rayas azules y un jersey amarillo. Pensé…vaya...asi que ser universitario es esto.
El día que murió mi abuelo. Me dejaron sola en su casa para que contestara las llamadas. No llamó nadie.
Julio del 85. Iba en una ambulancia con pobrehermano pequeño inconsciente pensando que estaba muerto. Me veía desde fuera. Tenía 12 años...y él 2.
Marzo del 98. Casi vomito subiendo La Pirámide del Sol en Chichen Itza. Al llegar arriba cayó la tormenta del siglo. (Esto fue un poco peligrosa la verdad…ahora que lo pienso). En ese mismo viaje una noche en Guanajuato con mis hermanos y molimadre. Cómo nos reímos.
¿Quiere esto decir que no me ha pasado nada especialmente emocionante en la vida? No. Bueno, si me comparas con Calleja o con Angelina..pues lo mismo si, pero no me cambiaría por ninguno de esos dos absurdos.
Me han pasado muchas cosas emocionantes. Muchas son chorradas, pero las recuerdo porque soy capaz de revivir exactamente como me sentí y cómo muchas de ellas marcaron un antes y un después en esta vida que tengo. Algunas son alegres, otras son tristes, otras fueron por sorpresa, otras me hicieron pensar...
Aquí va una selección de esas cosas que recuerdo hoy. Sin orden ni concierto, ni siquiera están por orden cronológico.
Septiembre del 91. Fui a matricularme a la Universidad en una carrera que mis padres no querían que hiciera. Era la primera vez que ponía un pie en Ciudad Universitaria. Me bajé del metro y empecé a caminar por la Avenida del Paraninfo sin saber muy bien dónde estaba la Facultad. Mis padres estaban de viaje por Europa. Estaba de hermana mayor en casa y me sentí extrañamente adulta en aquel paseo. Llevaba unos vaqueros claritos, una camisa de rayas azules y un jersey amarillo. Pensé…vaya...asi que ser universitario es esto.
El día que murió mi abuelo. Me dejaron sola en su casa para que contestara las llamadas. No llamó nadie.
Julio del 85. Iba en una ambulancia con pobrehermano pequeño inconsciente pensando que estaba muerto. Me veía desde fuera. Tenía 12 años...y él 2.
Marzo del 98. Casi vomito subiendo La Pirámide del Sol en Chichen Itza. Al llegar arriba cayó la tormenta del siglo. (Esto fue un poco peligrosa la verdad…ahora que lo pienso). En ese mismo viaje una noche en Guanajuato con mis hermanos y molimadre. Cómo nos reímos.
Un abrazo a mi primo J. el día del entierro de mi padre. Llegué a la puerta de la iglesia en Los Molinos, le ví, me abrazó y fue cómo si me hubieran dado permiso, lloré todo lo que no había llorado en las 24 horas anteriores. Pobre, se quedó sin habla.
Marzo del 99. Conducía por La Castellana. Escuché que había un concierto de Bruce en junio. Aparqué y me compré una entrada para ir yo sola al concierto. Pensé que si era capaz de ir sola a un concierto, sin importarme tener o no compañía, podría con todo en la vida.
Ver anochecer desde el Empire State. Quedarme sin habla porque no me creía que de verdad estuviera allí.
Un día, en la plaza de Colón, delante del cine Carlos III que ya no existe, hablando por teléfono y sabiendo que en ese momento justo era imposible ser más feliz. Llevaba un vestido de verano beige y unas sandalias azules.
La primera noche en casa con M. cuando comprendí dos cosas...que iba a ser una madre muy deficiente y que desde luego, M iba a ser hija única. Acerté el 50 %.
Volar en helicóptero entre las Torres Gemelas. Años después, visitar la zona cero.
El día que un amigo de la familia fue a enseñarme la casa que tenía para alquilarme y era exactamente la casa con la que yo había soñado vivir durante 4 años de pasar por delante. Cada uno de los días que me desperté en esa casa.
Un mail inesperado y muy chulo.
Pasar corriendo por debajo de la Puerta de Brandemburgo sintiéndome idiotamente especial.
Meter la mano en el Mar del Norte.
El día que me incorporé a trabajar después de la baja de maternidad de M. Estaba feliz y sin ningún tipo de remordimiento de conciencia. Recuerdo conducir, escuchar música y sonreír.
Un día de noviembre en el que me cabreé tanto que decidí que mi familia paterna pasaba a ser mi exfamilia. Si lo pienso me noto hervir la sangre de indignación y rabia y además no quiero que se me pase.
Entrar en el Panteón de Roma con molihermana.
Un paseo por El Retiro un jueves del año pasado.
Un plan muy emocionante..que no salió pero solo planearlo mereció la pena. Y además nunca se sabe..
El blog.
Me ha quedado muy de misteriosa….
Marzo del 99. Conducía por La Castellana. Escuché que había un concierto de Bruce en junio. Aparqué y me compré una entrada para ir yo sola al concierto. Pensé que si era capaz de ir sola a un concierto, sin importarme tener o no compañía, podría con todo en la vida.
Ver anochecer desde el Empire State. Quedarme sin habla porque no me creía que de verdad estuviera allí.
Un día, en la plaza de Colón, delante del cine Carlos III que ya no existe, hablando por teléfono y sabiendo que en ese momento justo era imposible ser más feliz. Llevaba un vestido de verano beige y unas sandalias azules.
La primera noche en casa con M. cuando comprendí dos cosas...que iba a ser una madre muy deficiente y que desde luego, M iba a ser hija única. Acerté el 50 %.
Volar en helicóptero entre las Torres Gemelas. Años después, visitar la zona cero.
El día que un amigo de la familia fue a enseñarme la casa que tenía para alquilarme y era exactamente la casa con la que yo había soñado vivir durante 4 años de pasar por delante. Cada uno de los días que me desperté en esa casa.
Un mail inesperado y muy chulo.
Pasar corriendo por debajo de la Puerta de Brandemburgo sintiéndome idiotamente especial.
Meter la mano en el Mar del Norte.
El día que me incorporé a trabajar después de la baja de maternidad de M. Estaba feliz y sin ningún tipo de remordimiento de conciencia. Recuerdo conducir, escuchar música y sonreír.
Un día de noviembre en el que me cabreé tanto que decidí que mi familia paterna pasaba a ser mi exfamilia. Si lo pienso me noto hervir la sangre de indignación y rabia y además no quiero que se me pase.
Entrar en el Panteón de Roma con molihermana.
Un paseo por El Retiro un jueves del año pasado.
Un plan muy emocionante..que no salió pero solo planearlo mereció la pena. Y además nunca se sabe..
El blog.
Me ha quedado muy de misteriosa….