Y te vas a casa y vas pensando que tienes una tarde chula, chula. Es como si alguien hubiera dicho vamos a darle a Moli n elementos entrecruzados para que los coloque en el orden correcto en 3 horas. Y vas pensando que tienes que llegar a tiempo a recoger a las fieras en la biblioteca, y devolver un libro y coger la novela que te ha recomendando NáN y cuando llegues a casa, sentar a M. para que haga los deberes, mientras controlas a C. y atender a la tasadora que viene a ver el piso y esperar a que llegue el ingeniero y pirarte a tiempo al concierto.
Cuando arrastraba a las dos energúmenas por la calle en una charla absurda hasta el infinito…
- Buahhhhhhhhhhhhh buahhhhhhhhhhhhhhhhhhh yo quería zacar 3 librozzzzz.
- C. se te ha olvidado devolver “El retorno de Jafar” y por eso no podías sacar uno más.
- Pero yo queríaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa y tu erez malízima.
- Buahhhhhhhhhhhhhh Buahhhhhhhhhhhhhhhhhh…toda mi clase tiene la peonza de Código Lioko y yo no…..
- Bueno, M. mañana compramos la peonza pero antes tienes que hacer los deberes.
- Pero es que tienen la peonza y yo no…..
- Eso da igual para los deberes..ahora te sientas en casa, haces las tareas tranquilita y mañana compramos laputapeonzadelasnarices.
Llego a casa y al abrir la puerta me sorprendo del despliegue lumínico. ¿Qué ha pasado aquí? Y ¿Quién es la tipa que hay en mi salón? Y ¿El ingeniero ya está en casa? ¿Es esta mi casa?
- Moli, es la tasadora que está viendo la casa.
- Pues estupendo.
Al final conseguí alinear todos los elementos de la tarde. El ingeniero y laz princezaz partieron a una visita familiar de la que había sido gentilmente informada pero había olvidado y yo me metí en el metro para llegar a tiempo al concierto. Antes me aticé un ibuprofeno porque tenía un clavo taladrándome la cabeza…
Llegué demasiado a tiempo, contra lo que es habitual en mí, que siempre llego tarde. Recogí las entradas y me pasee por la puerta del teatro sorteando a la gente que me preguntaba si me sobraba alguna. Había cantidad de perroflaúticos gafapasteros, muchas hippypijas y una pareja de vejetes que creo que sospecharon que yo era una “mujer de la calle”. Entre toda esta fauna vislumbré una cara conocida y antes pensarlo me encontré diciendo:
- ¡Fulanita de tal!!!
- Moli!!!! ¿Qué haces aquí?
Cosas raras de este momento: Fulanita es una compañera de colegio a la que hacía unos 12 años que no veía. Normalmente yo soy muy asocial, incluso he llegado a bajarme del autobús antes de tiempo ante la perspectiva de tener que saludar a algún conocido, ¿Porqué no me giré y me hice la loca? Segundo, ¿Por qué la gente hace preguntas obvias? ¿Qué hago en Madrid, la ciudad donde vivo, en la puerta de un teatro dónde dan un concierto? Pues o voy al concierto o vendo castañas.
- ¿Qué tal?
- Muy bien, Moli..esperando a un amigo..¿qué tal tú? ¿Cuántos hijos tienes?
- Err…2.
- Tía, estas igual…
- Tú también.
- Nos conservamos en formol…
- No me jodas Zutanita..yo, si acaso, en ginebra..
¿Por qué la gente te pregunta cuántos hijos tienes? ¿Qué importancia tiene eso? ¿Después de 10 años eso es lo que te preocupa?
A pesar de lo que pueda parecer, me alegré de verla.
Por fin llegaron mis amigos y entramos en el teatro. (Ya vamos a lo interesante del post) El concierto era en el Häagen- Dazs Calderón de Madrid. Es un teatro de 1917, de esos con estucos dorados, palcos con sillas de terciopelo rojo y cortinas que dan a un “aparte” como decía mi abuela y está todo enmoquetado. Muy decadente, pero con mucho encanto.
Me senté, empezó el concierto y ya no hice otra cosa que disfrutar como una enana. Ni abrí la botella de agua que me había comprado, ni giré la cabeza, ni comenté nada con mis amigos, ni miré el reloj.
Fue un concierto espectacular. Podría contar que Marketa a pesar de que parece salida del hospicio con su falda tableada, su jersey sacado del ropero de la parroquia y sus zapatos canta de lujo, tiene una voz limpia y clara que te llega al alma. Podría contar que Glenn es panocho y con una pinta de gañán irlandés increíble, pero es animal de escenario, un cantante sentido y que llena la escena. Podría contar que los músicos que llevan son buenísimos y que el batería era igual que el capitán Haddock. Podría contar que salió una fan del público a tocar las castañuelas con ellos en "If you want me" y resultó una versión espectacular. Podría contar que el teatro se venía abajo, y que ellos estaban encantados con el público.
Pero no. Lo importante es que a mí me flipó. No pasa siempre, no pasa en todos los conciertos. Y si pasa, es desde el principio. Empieza y se me pone la piel de gallina, los pelos como escarpias y tengo todo mi cuerpo escuchando la música y sintiéndola. No tengo oído musical, canto de angustia y mi relación con los instrumentos se limita a la flauta dulce de la EGB, pero sé cuando un concierto me está gustando tanto que me cambia la vida.
Mi día de mierda se desvaneció.
Llegué a casa en éxtasis total, abrí la puerta y el ingeniero me dijo:
- No hace falta que me digas nada…Te ha encantado... ¿a que sí?
Fui completamente feliz durante la hora y media que duró el concierto.
Y lo que es mejor todavía me dura y se me nota. Hoy soy una sonrisa feliz.
Estoy entusiasmada y me mola estar así. Lo que me jode es no poder transmitirlo mejor..pero lo he intentado.
Fue acojonante.