Aquellos en los que quieres que se duerman y aquellos en los que no quieres que cierren los ojitos.
Los de dormir.
Son aquellos en los que las horas a pasar con ellos en un habitáculo cerrado van a ser excesivas, esto es, más de dos. Te metes en el coche como si te fueras a quedar a vivir 15 días: comida, bebida, juegos, el Dvd portátil, los cds de música infantil, jerséis para que usen de almohada porque tú que habías llorado por quitar las putas sillas infantiles no sabías lo que ibas a llorar cuando tus churumbeles quisieran dormirse en los alzadores y se les quedara la cabeza colgando. Eso sí, el primer viaje te lo pasas sufriendo y dándote la vuelta para colocarles la cabeza, al segundo ya pasas y hasta te ríes cuando compruebas lo flexibles que son, que dan con la cabeza en las rodillas.
Estos viajes, básicamente, consisten en entretenerles hasta que se soban. No es fácil, hay que entretenerles lo bastante como para que no den la brasa antes de quedarse sobados, pero no lo suficiente como para que se pasen de vueltas de animación, se sobreexciten y no haya ni un momento de descanso: ¡¡¡¡máz, máz, máz!!! ¡¡qué divertido!! Si dicen eso, es que te has pasado. El punto medio no es fácil de conseguir…aviso.
Todas las necesidades han de ser cubiertas antes de que se desnuquen: comida, bebida y pis. Las de los padres y las de los hijos. El deposito siempre lleno, si por casualidad hay que parar a rellenar durante el descanso de las fieras..puede ser motivo de divorcio. Si se duermen…NUNCA hay que parar, en el momento que paras se despiertan y ya no hay nada que hacer, no volverán a dormirse. Así que una vez que han cerrado los ojos, la paz se instala en el coche, suena música sin rima, dejas de discutir con tu pareja, es más...dejas de hablar...solo quieres disfrutar del viaje….NUNCA hay que parar…el momento será cuando se despierten y entonces si...hay que parar rápido, lo más rápido que puedas porque querrán ir al baño, estarán sudorosos, les dolerá algo o cualquier cosa que haga que empiecen a hacer ruido y el habitáculo de tu monovolumen se convierta en un sitio demasiado pequeño para contener tanta armonía familiar.
Los de no dormir.
Son aquellos que suponen poca distancia pero que se realizan en las llamadas “horas fatales” por los padres. Los que no tenéis churumbeles no sabéis que eso, los que inconscientemente dijisteis “y ¿si no me pongo el condón, hoy?” sabéis de que hablo. Si. Esas horas que van de las 7 a las 9 y media de la noche: las horas del horror.
Estos viajes suelen ser en domingo, se vuelve de pasar el día o el fin de semana pero hay que acostarse pronto que al día siguiente hay cole. Ha sido un plan chulo con amigos, barbacoa, piscina o lo que sea susceptible de que los churumbeles no hayan parado y los padres tampoco. Todos lo han pasado en grande y disfrutado del día. Llega la hora de volver a casa, unos 50 km, un viaje corto...pero lo suficientemente largo como para que se soben y no queremos que se duerman. Eso sería el horror.
No quieres que se duerman porque eso supondrá graves problemas logísticos a la hora de llegar a casa.
En primer lugar, el desembarco, hay que cargarlos en brazos porque literalmente están derrengados. Además hay que llevar los abrigos o echárselos por encima si es invierno, las bolsas, los patinetes, si has llevado comida, etc. Sacar las llaves y conseguir subir a casa.
Al principio y como eres inocente, te crees que esto es bueno. Crees que podrás obviar las etapas más duras del día: baños y cenas y encamarlos directamente hasta el día siguiente. Por un momento imaginas la libertad al alcance de tu mano...a las 8 y media...los niños sobados y tú y tu pareja con tiempo para lo que sea…amarse locamente o ignorarse locamente.
Luego te desengañas. Eso no pasa nunca.
En el momento que entras por la puerta completamente derrengado por cargar con tu churumbel desde el coche, el niño cual gremlin amaestrado abre los ojos, se espabila completamente y sabes que lo peor está por llegar. Baño, cena y además no tendrá sueño…ves como tu hora feliz..se aleja en el horizonte hasta las 10 ó las 10 y media…y como a la opción amarse/ignorarse con la pareja…se añade la de odiarse.
Cuando sabes todo esto, haces todo lo posible para que no se duerman en ese tipo de viajes: pones carrusel deportivo a un volumen que parece que tienes a Pepe Domingo Castaño sentado en tus rodillas, cantas canciones infantiles como si te fuera la vida en ello, juegas al veo veo aunque sea de noche y solo se vean las luces del de delante, les preguntas el nombre de todos sus compañeros de clase, juegas a “ ¿quien os gusta más Bob Esponja o los gormitis? A pesar de que sabes que vas a terminar en una conversación trampa del tipo “pero ¿gormiti de bosque o de fuego?, les pides por favor que no se duerman…lo haces todo y más….aún sabiendo que no hay nada que hacer, en cuanto te gires para intentar no vomitar del mareo que llevas, se desnucarán y no habrá nada que hacer.
Luego está la opción mi ingeniero.
Se gira y dice: “está prohibido dormirse”. La primera vez que lo dijo casi me da algo del ataque de risa, pero el caso es que a fuerza de repetirlo algo funciona, porque las princezaz siempre preguntan: ¿Noz podemoz dormir? La respuesta es no, y se soban igual, pero ahora lo hacen en la M30 a 400 metros de llegar a casa. Esto supone que al llegar a casa están profundamente dormidas y hay que llevarlas en brazos pero el ingeniero JAMÁS las carga para subirlas. Las saca del coche y las deja de pié: antes de caerse se despiertan….tu cuerpo te avisa. ( obvia decir que debe ser algo que se pierde con la edad..con todo el pedo y 35 años te caes seguro)
Y es verdad, es sádico...pero funciona.
Ayer llegué yo sola, mil bolsas y las dos sobadas. Mi nivel de sadismo fue menor que el de amor maternal y las cargue a las dos, las bolsas y todo hasta arriba mientras me sonaba el móvil sin parar. Llamo al timbre, y sale el hombre de mi vida a la puerta y me dice: ¿SE PUEDE SABER PORQUÉ NO ME COGES EL MOVIL?
Eso sí...las horas del horror se las zampó solito.