
Guada es hermana de Neter, del rubio y de las gemelas. Fue la novia de un amigo mío de la infancia y por eso la conocí. Me parecía muy rubia y muy inaccesible, por aquel entonces yo me sentía como el patito feo. Pensaba que seguro que no se emborrachaba como yo, no decía tacos como yo y que seguro que llevaba la ropa interior conjuntada. Luego nos hicimos amigas y me dí cuenta de que en lo único que había acertado era en lo de la ropa interior.
Guada me enseño las fases para superar una crisis sentimental.
Primero juntarte con una amiga en un sofá y regodearte en autocompasión mientras te pones hasta las patillas de guarrerías diversas en este orden: patatas derivadas del petróleo debidamente saborizadas, ensalada de manzana, nueces y mucha mayonesa y luego gran ración de helado de strawabeery cheese cake. Todo esto hay que ingerirlo mientras te tragas películas de amores felices pero qué hagan llorar del estilo: Tu y yo, Doctor Zhivago, Tienes un email, etc. En esta fase tu amiga te consuela porque efectivamente erais la pareja ideal, él era guapísimo, supermajete, simpático y tenía muchos detalles y ha sido terrible que se rompiera esa relación pero ya se dará cuenta de su error.
Cuando has superado esta fase viene la etapa de salir a emborracharse “ porque yo lo valgo”, vale cualquier bebida, cuanto más exótica mejor: daiquiri, mojito, margarita y lo que sea. En esta fase se permite acabar bailando encima de mostradores de bares, aceras y cualquier otro sitio. Guada me enseñó lo importante de una buena alimentación antes de acostarte completamente borracha. En esta fase como ya estás más animada y te tomas tu relación fracasada con la perspectiva que te da el alcohol se puede usar el humor para despellejar al ex, la cabrona con la que te ha puesto los cuernos o cualquier otra circunstancia de la relación. En esta fase tu amiga te abre los ojos sobre lo gilipollas que era tu ex, lo mal vestido que iba y sobre cómo estabas perdiendo tu tiempo con una piltrafa humana como él.
Por último viene la tercera etapa que es la que más le gusta a Guada y que yo jamás he puesto en práctica porque es demasiado teatral para mi: quemar las cartas, recuerdos, ropa que se dejó en casa y demás pertenencias del ex en una pira del jardín de Los Molinos mientras te bebes una copita.
Guada nunca me llama por mi nombre, siempre por mi apellido.
Guada me ha enseñado que “ moli, para estár bella hay que sufrir”. Yo por supuesto no he seguido su consejo, pero admiro que sea capaz de decir que no tiene frío a 2 grados centígrados para no ponerse el jersey que no le pega con los zapatos. Es una heroína de la moda y por supuesto siempre lleva los complementos conjuntados.
Guada es la amiga ideal, es empática total. Hay amigas que son muy majas pero cuando les cuentas un problema te dicen: bueno, no pasa nada. Mal. Guada lo hace genial, si le cuentas un problema detecta en las vibraciones de tu tono si necesitas apoyo para minimizar el problema: “moli, no es nada, seguro que se soluciona” o necesitas una sesión de regodeo en la autocompasión “ tía que putada, vamos a por chuches y me lo cuentas”. Porque esa es otra, le encanta como cuento las cosas: “moli, cuéntamelo cómo a mi me gusta, con detalles” y eso si, siempre dice “ ¿ cómo surgió el tema?”. Si digo tacos o cuento algo muy bruto siempre dice “ hija moli, como eres”, pero sé que es por hacerse la digna que en el fondo le gusta.
Guada atiende a cada detalle, es consciente de cada mínimo hecho que has hecho o pensamiento o palabra que le dedicas y lo agradece como si hubieras ido a la luna a buscarlo y eso se agradece.
Guada siempre me pide consejo, me escucha y lo valora. Luego no suele hacerme caso porque soy demasiado radical, pero por lo menos se lo piensa.
Guada ha tenido relaciones misteriosas, con tíos que no he conocido en persona pero podría reconocer en una rueda policial. Primero estuvo Lucas, guapo a morir pero muy cabrón, siempre hemos tenido al recurrente L, muy pesado para mi gusto, y luego el que más me gusta: “ cara secreta”, un affair surgido en una cita a ciegas que nos dio muchísimo juego.
Guada está loquísima. No come nada que vaya bajo el agua, nada que vuele ni nada que tenga pelo rizado. Cuando es tu cumpleaños te llama y te canta el cumpleaños feliz mientras toca el piano. Opina que yo soy “muy natural”, que dicho por ella suena a insulto. Odia a Bruce “ ese camionero superordinario” y es una fanática de Disney, ella es la autora de una de las más grandes verdades sobre princesas Disney que se han dicho nunca:
- Moli, ¿ qué te parece cursi La Bella?
- Si, es supercursi.
- ¿ Supercursi?. Mira moli, una cosa te digo, tienes que volver a ver Blancanieves. La Bella al lado de Blancanieves es un marimacho.
Y es cierto.
Guada, aquí tienes tu post, que lo disfrutes.