miércoles, 11 de enero de 2017

Breve y desesperado manual de adolescencia

Llega un momento en el que dudas si todo lo que has  tratado de enseñar a tus hijos durante un montón de años se ha esfumado por completo. De repente, te das cuenta de que en tu comunicación con tus hijos, te pasas la mayor parte del tiempo teniendo problemas de cobertura, hay interferencias en la línea y ruidos extraños que parecen impedir cualquier tipo de comunicación fluida. 

A fuerza de escuchar, observar, interpretar y anotar he conseguido una, por ahora, una breve guía de interpretación de frases, actitudes y miradas. 

Ya voy, ya voy. 

Con toda probabilidad bolas del desierto y el séptimo de caballería aparecerán por tu pasillo, antes de que tus hijos adolescentes encaminen sus pasos a tu encuentro. 

Si, en un ejercicio de paciencia suprema, decides quedarte quieto esperando a que vengan porque quieres creer que en algún momento se darán cuenta de que les estás esperando, buena suerte. La parte buena es que serás consciente de cómo te crece el pelo y las uñas.  

Un momento

Significa no pienso prestar atención a lo que me has pedido hasta que no hagas una imitación perfecta de la niña del exorcista y parezcas poseída. Es entonces y ni un segundo antes cuando te prestaré atención y te miraré en plan: pero ¿estás loca? 

A veces va seguido de un "tranquilízate" o un "cómo te pones". Descubres que estas dos expresiones en boca de tus hijos consiguen que entres en combustión.   

-¿Qué?

Este interrogante suele venir acompañado de un leve giro de cabeza con o sin subida de cejas y con o sin aleteo de pestañas que te deja vislumbrar esos ojos que conoces tan bien, los ojos de tu hija. Esa mirada puede distraerte del verdadero significado de esa palabra y qué es "Sé que has estado contándome algo y crees que te he escuchado pero no es así, no tengo ni idea de qué estabas diciendo". 

Solo me lo has dicho una vez.

Esta frase se activa cuando has pedido/preguntado algo una media de seis veces pero solo la última de ellas ha conseguido alcanzar su tímpano, activar el nervio auditivo y conseguir que su cerebro responda por que ha encontrado una ventana de disponibilidad para atender gracias a un leve despiste de sus hormonas. Por supuesto, les parece que escuchar una sola vez cualquier cosa no significa para nada que haya que reaccionar, para eso necesitas encontrar otra ventana de disponibilidad cerebral. 

Ya. Sí, claro.

Estás tres palabras las pronuncia la sabiduría suprema que tu hijo adolescente cree haber alcanzado por arte de magia y son la expresión de su opinión sobre lo que tú sabes. Resumiendo, "Ya, sí, claro" significa: "No tienes ni idea de lo que estás hablando".  

No.

Respuesta refleja a cualquier pregunta, sugerencia o petición. 

Es injusto.

Respuesta refleja a cualquier negativa adulta a toda pregunta, sugerencia o petición por su parte.  

Se han documentado casos de adolescentes que han sido capaces de sobrevivir a meses de conversación utilizando sólo "No" y "Es injusto". Algunos han batido incluso records de legendarios espías. 


Consejos:

Recuerda cómo eras con esa edad. Tu hijo es tan  irritante como lo eras  tú con esa edad. 

El No es poderoso. Es agotador y generador de tensiones en un primer momento pero hay que mantenerlo. No te rindas.

Busca paciencia en cualquier cajón, armario o bolsillo de unos pantalones que no te pones desde hace años. Compra paciencia en Amazon, en las rebajas y cuando se te agote recurre a la de tu pareja y tómate un descanso. 

Habla, habla y habla con ellos... aunque creas que no te escuchan, que no sirve. 

Mira fijamente fotos de cuando tenían 7 años. Desde ahí te miran sin dientes, despeinados y sonriendo sin perdonarte la vida y recuerda que ese niño sigue viviendo contigo pero está entregado a surfear su tobogán de hormonas y quiere hacerlo solo. Debes quedarte al lado, como cuando se tiraba en el tobogán, dejar que se lance y tener la mano al lado para cuando se caiga de bruces, porque se empeñará en tirarse de cabeza. 

Procura no decir: te lo dije.  

Grita mientras conduces para liberar tensión. 

Y en los buenos momentos, que los hay, disfruta todo lo que puedas, hazlos durar como sea. Con un poco de suerte y paciencia cada vez serán más numerosos... pero tomatelo con calma.

Ya, sí, claro.   


27 comentarios:

Pilar dijo...

Querida..... paciencia.

Tita dijo...

Ya.
Sí.
Claro.

Albert dijo...

Muy identificado con absolutamente todo. Ah, la paciencia... Podrías saquear todas las reservas y seguirías necesitando. Añado el pavor a la adolescente que vendrá a continuación y que ya va enseñando la patita. No sé si a ti también te pasa o prefieres no adelantar sufrimiento innecesariamente.

Ánimo, la fuerza es poderosa en ti.

Anónimo dijo...

Tengo una sola hija ya terminando su adolescencia, y no sé si será porque ha sido tan laaarga (o porque me creí lo que un amigo cabroncete me dijo un día "la adolescencia pasa, los efectos quedan") que alucino cada día con el pedazo de mujer que está terminando de salir de esa tormenta perfecta. Tan segura de sí misma, disfrutando tanto de lo que la rodea, tan ecuánime que a veces me dan ganas de pellizcarme.
Por el camino un día un minuto perdí la paciencia. No estoy orgullosa de eso pero ahora creo que también fue positivo para las dos.
Un abrazo desde el final del túnel :)

Conxita C. dijo...

Es bueno ese mirar una fotografía de cuando eran peques y ver que es el mismo niña o niño de los 7 años.
Todos hemos sido adolescentes e insoportables, pero eso pasa.
Saludos

Anónimo dijo...

Otra frase ..."¿Quién, yo?"

arati dijo...

Teniendo en cuenta la adolescente que fui... merecía cualquier cosa. Lo sé.
Las dos adolescencias de mis hijos son llevaderas, pero...¡pero es agotador!.
Gracias, como siempre, por contarlo con tanto salero.

arati dijo...

Y otra frase: "síii, ya va, ahora lo hago..."

Elvis dijo...

El maravilloso mundo de la adolescencia sólo es tan desesperante como el maravilloso mundo de la pre-adolescencia...
A mí aún me queda paciencia, pero no sé si seré capaz de resistir por muchos gritos que de al volante del coche...
Saludos.

Sara M. dijo...

GENIAL.
Añade esta para cuando llegue la peque: "que si, que M. tiene 2/3/x años más que yo, pero...".
Y sigue comprando paciencia.

Anónimo dijo...

Te falta...que pesada!
En el caso de mi hijo estoy por grabarle y ponerlo de melodía para cuando el llame.
Pilar

Anónimo dijo...

Me he emocionado porque no me había dado cuenta, él ya ha llegado a la adolescencia.
Jopeeee.

sonia dijo...

¡Leeeeecheeeeee!
Esta es la que más se oye en casa.Significa quiero que me hagas el favor de calentarme una taza de leche en el microondas con mucho colacao,por favor.
Y así todo,pufffffffff.

NáN dijo...

Claváo. Pero pasa, aunque parezca increíble.

Unknown dijo...

El final apoteósico (de clarividente!)...

Anónimo dijo...

A mi me dice mi hija cositas como... AYYY chica como te pones... o Estás histerica! Buenos si eso es lo que quieres pues.. vale...

ME sube la tension de tal manera que soy una mezcla de el exorcista y el increible Hulk juntas.

Nuria dijo...

Los adolescentes tienen un pacto con el diablo: cuantas más veces te hagan perder los nervios, más puntos ganan.

Sin embargo, cada una de esas veces te vendrá en el futuro en forma de recuerdo desagradable, así que, como madre de dos mujeres que abandonaron esa etapa hace años, te aconsejo que respires jondo (como "hondo", pero más profundamente) y cuentes hasta ochentamil antes de perder los estribos.

Es un consejo patrocinado por Valerianas La Trankila.


Besotes.

Anónimo dijo...

Lo has clavado compañera de la madera!
No se puede decir mejor ni más claro ni más fidedigno.
No olvidarse de esos destellos fugaces en los que crees que quizás, si no mueres en el intento,podría ser que todo fuera bien finalmente....

Oswaldo dijo...

No sé si será por un exceso de juicio o su importante defecto, o si será a causa de una específica combinación de la influencia del zodíaco chino junto al occidental sobre mi persona y mi personalidad, pero yo puedo comportarme tanto con intensidad excesiva y a veces obsesiva para algunas cosas (Y/o personas) como con despectivo desapego para otras, característicos ambos de la adolescencia.
También tengo, a mis sesenta y pico, mis problemitas con quien se me antoje que ejerce un exceso de autoridad.
Así que no me resulta difícil empatizar con los adolescentes. Tanto en el camino de ida como en el de vuelta.

Además, como padre, he tenido la oportunidad de escoger un momento de baja relevancia pero de alguna importancia para el sujeto (No demasiada, digo, porque si no, la culpa nos destrozaría y por tanto nos perjudicaría) y ofrecerle a un hijo dejarlo en casa si no está junto a la puerta en, digamos, quince minutos y sencillamente, cumplir lo dicho y dejarlo allí cuando no aparezca por todo eso.

Ante el reclamo argumentoso de que el asunto es "injusto" solo hay que alegar con tranquilidad, pero con firme claridad, que tú lo habías dicho y que sería que él o ella no estaban interesados.

Debo aclarar que hay que asegurarse que el adolescente en cuestión haya OIDO el asunto de los quince minutos, aunque no podamos saber si lo REGISTRÓ en su agenda de eventos mental. La razón para esto es que no pueda argumentar que tú hablas muy suave, que se lo dijiste fue a su hermano, que se estaba bañando cuando lo dijiste, o whatever.
El resultado es que la próxima vez no va a dejar de registrar con perfecta claridad lo de los X minutos y parecerá magia la mejoría en su sistema auditivo.
En algunos casos notables hay que repetir la dosis o, al menos, reforzarla en baja escala.

Quiero dejar constancia que la motivación para esto NO ES "manipulación" sino el establecimiento de reglas claras que (como siempre que existen) generen ventajas BILATERALES para la relación.

Profe Melenudo dijo...

Tengo la suerte de dar clase en un instituto público. Voy con ellos de viajes de fines de curso, y os aseguro, padres y madres de adolescentes, que al tercer día os echan de menos a borbotones. Ellas hablan muy bien de ellas (de las madres) y les gustaría que sus padres fueran más cariñosos, de ese cariño empalagoso de beso y abrazo. Ellos son los amos del monosílabo y solo reaccionan a la frase "no hay huevos", no quieren saber nada ni de besos ni de abrazos... y son esencialmente divertidos. Os compadezco y envidio a partes iguales.

Tita dijo...

Gracias al profesor melenudo por su visión. Me ha encantado lo de echar de meneos a borbotones y que son esencialmente divertidos. Es cierto que cuando no estamos discutiendo por los calcetines sucios, el pelo o la sordera me hace reír...me doy cuenta que a veces esas cosas nos pueden llegar a enfadar tanto que se corre el riesgo de no disfrutar de esa esencia. Todas las etapas anteriores fueron bonitas, tendré que esforzarme por apartar el humo de esta para seguir viendo lo bueno.

Muchas gracias!!!!

José A. García dijo...

Este tipo de problemas se evitan, también, no teniendo hijos...

Saludos,

J.

Maribel dijo...

Hola! Me ha gustado mucho el articulo, y me ha hecho reir por verme reflejada en alguno de los ejemplos!
Muchas gracias Nùria por tus consejos, es verdad q si alguna vez pierdes los nervios, despues, lo recuerdas con pesambre.. y más cuando ella te dice: "ahora te sientes mejor?" En fin, es verdad que hay muchos momentos tensos, pero tambien hay momentos en los que "vuelve" la persona q tu conoces y que te explica como le va, y que se rie contigo recordando algo, o hasta que te pide un consejo!!
Entonces es cuando piensas: Todo lo otro es temporal, ya pasará, y te grabas a fuego en el cerebro esos momentos para recordarlos de inmediato, cuando vuelva a surgir el alud hormonal en forma de improperio!

eviam dijo...

En efecto, a su lado y no enfrente. Has dado otra vez en el blanco, como siempre... ¡Enhorabuena!

admini dijo...

"Ya séeeee..." para cualquier cosa, en cualquier momento, y tú sabes que no, y ella, que sí, y luego es que no.
Aunque cada vez es más que sí, si se tiene paciencia, y se le deja hacer... ¡Y hace una ilusión! Y lo que ayuda!

Saludos!

jaio dijo...

Imagino que conoceis este video, pero por si acaso aún no, os lo recomiendo fervientemente. Es una ponencia de Carles Capdevila en Gestionando Hijos Barcelona: https://youtu.be/dd_z-pnGKaU

eviam dijo...

¡Me encantó!
Mi caso: 17 años y sigue aún siendo adolescente. Lo último... en lugar de ponerme enfrente de ella, sencillamente estoy a su lado... Se acabaron las broncas. La cuido y la modelo desde su lado, se deja llevar. ¡¡Funciona!! ¡¡Probadlo!! :)
Besis, enhorabuena por tu trabajo.