sábado, 31 de mayo de 2014

Una velada con Neil Gaiman escrita para ti.




"Escribí "El Océano al final del camino" porque echaba de menos a mi mujer que estaba grabando un disco en Melbourne. La echaba mucho de menos. Pensé en enviarle un regalo que durara más que las flores. Pensé que a mi mujer le gustaba yo, le gustaban las emociones y la honestidad y que con eso yo podía hacer una historia. Y pensé "en una semana lo termino". Me puse a escribir contándole como era yo cuando ella no me conocía, cuando era niño. Los sitios en los que yo había crecido ya no existían y no podía enseñárselos, pero podía contarle una historia. La historia se alargó y alargó y acabó siendo una novela. Cuando terminé, se la lei cada noche según la iba pasando a máquina y le gustó. Luego también le gustó a los editores y al público, pero yo no la escribí pensando en que le gustara a más gente...era una historia que quería que le gustara a ella y así la escribí, pensando en ella porque la echaba de menos. Luego desbanqué a Dan Brown en la lista de ventas del New York Times y eso me gustó, me gustó mucho."

Gaiman dice estas palabras cuando ya lleva unos 20 minutos hablando en su velada. "Velada" es una palabra extraña, la usamos poco, suena a película, suena a nuestros abuelos, suena a terciopelo y poca luz, a música clásica o al menos eso me sugiere a mi.¿Cuántas "veladas" he tenido con un hombre? Creo que ninguna que yo sepa o nunca las he llamado así. Pero "velada" le pega a alguien como Gaiman, alguien inglés, amante de lo victoriano y completamente vestido de negro. 

El negro es el color de la velada, de eso me he dado cuenta cuando nada más llegar a la cola una hora antes de que empiece el evento.Las 50 personas que estaban delante de mi (obviamente más frikis que yo) iban  todas de negro riguroso con alguna concesión al rojo. Yo voy de blanco de pies a cabeza, aunque realmente los pantalones son beige sucio. Me flipan estos pantalones aunque C me haya dicho que son de "tolón, tolón", a mi me recuerdan a Diane Keaton y su look en Annie Hall. Me disperso. El atuendo del público es negro, el evento se celebra en la "sala negra", el fondo sobre el que se sienta Gaiman es negro y ya he dicho que él va completamente de negro: pantalones, camiseta, chaqueta, calcetines y botines. Pienso que debe estar pasando calor pero como buen inglés ni se inmuta. 

Estoy nerviosa.  Nerviosa nivel imaginar Madrid colapsada por algún terrible suceso que me impidiera llegar a tiempo. Nerviosa nivel comprobar 7 veces que llevaba las entradas. Nerviosa nivel comprobar 3 veces que llevo los libros que quiero que me firme: Coraline y Misterios de un asesinato. No me atrevo a enseñarlos mucho cuando llego a la cola, todos parecen llevar comics de Sandman que yo lamentablemente no he leído todavía. Me he puesto nerviosa  al ver que mi fabulosa acompañante desconocida no aparecía y nerviosa al entrar en la sala y buscar un buen sitio. 

Me siento. Conozco estos nervios, son los nervios que siento siempre cuando algo me hace mucha ilusión y lo estoy esperando con intranquilidad. Me pasa con Bruce. Es mi trance particular, entro en una especie de dimensión en la que sólo estoy para lo que estoy esperando. Podría pasar una vaca amarilla volando y no la vería. Ahora sólo espero a Gaiman. 

Cuando llega y le veo de cerca siento que tiene "eso" que sólo algunos hombres tienen para mí. Es un "algo" que me conecta con ellos y me hipnotiza. Gaiman tiene carisma, muchísimo y tiene el mismo don que Bruce. Está allí sentado, respondiendo preguntas que probablemente ha respondido mil veces, ante un público que se parece al que tuvo ayer o hace una semana y al que tendrá mañana o dentro de un mes y sin embargo da la sensación de no querer estar en ningún otro sitio, da la sensación de que si pudiera elegir, elegiría estar justo aquí, sentado en esa absurda butaca roja hablando para mi (las otras 79 personas no existen ahora mismo...están con la vaca amarilla volando) . 

Gaiman habla un inglés británico maravilloso, tiene un tono de voz pausado  y te engancha en lo que cuenta. Me siento colgada de cada una de las palabras que dice, de cada una de las frases. Atrapada en su hilo. Contesta cada pregunta con calma, dejándose arrastrar por donde le llevan sus palabras en respuestas que pueden durar 10 minutos y que sin embargo todas las veces me dejan con ganas de "sigue hablando", "cuéntame más", "no te calles".  

Es divertido. "Decidí dejar twitter durante 6 meses porque necesitaba aburrirme más. Si vas en un taxi y no tienes nada que leer y te pones a mirar por la ventana y ves una estatua con palomas puedes empezar a pensar ¿cómo sería si la estatua fuera de una paloma y nosotros fuéramos del tamaño de las palomas y nos posáramos ahí? ¿nos pelearíamos por los mejores sitios? ¿y si la paloma gigante cobrara vida y nos persiguiera? Si vas en taxi mirando twitter y el mail y facebook... no te aburres y no se te ocurren esas ideas"

Pienso que yo no me aburro pero se me ocurren muchas ideas mientras conduzco, y pienso en Steinbeck y en si Gaiman habrá leído a Steinbeck y pienso incluso en cuando llegue el turno de preguntas, levantar la mano y decirle "Neil, ¿tu conduces?" 

Habla sobre Siria. Ha estado en Jordania en los campos de refugiados sirio y cuenta su experiencia allí. Cuenta como pensó que vería cosas horribles pero no tan horribles. "Hablamos de 600.000 refugiados y eso es solo un número, hablamos de un país de 6 millones de habitantes al que han llegado 600 mil, un 10 %... pero eso es solo un número. Allí ves a cada una de esas personas, refugiadas en un campo pensado para 1000 personas y que acoge a 100 mil. Un campo de refugiados es un sitio dónde nadie querría estar pero al que todos quieren llegar. Vives en una caja, en una tienda. Y esas 100 mil personas somos nosotros. Esas personas eran profesores, o médicos o carpinteros o tenían una tienda o vendían seguros...son nosotros pero sin nada. Allí te das cuenta de lo fácil que es que desaparezca todo: se corta el agua, la electricidad, alguien bombardea tu casa, te dispara....y toda la seguridad y la civilización desaparece. Pero al mismo tiempo el hombre es increíblemente resistente y en aquel campo a dónde han llegado 100 mil personas sin nada, se las apañan para seguir viviendo y te ofrecen te y comida cuando no tienen nada." 

Le escucho, pienso que tengo que leer su crónica en The Guardian  y que de esas cosas, de como la civilización y todo lo que somos puede desaparecer en nada, he hablado en el blog muchas veces a propósito de la II GM. 

Habla sobre el libro infantil que ha escrito y que por supuesto en castellano no se ha podido titular como en inglés "Fortunately, the milk" hubiera quedado raro. Cuenta que lo escribió porque pensó que hay poca literatura infantil en el que el padre sirva de algo. Según él, en los cuentos infantiles o el padre muere al principio o no sirve para nada. Pienso en levantar la mano y decir que hay una tercera opción: el padre enviuda (en pocos géneros hay más viudos que en el infantil...mmmm...curioso dato) para casarse con una madrastra. Fantaseo con levantar la mano en el turno de preguntas y darle este interesante dato a Neil. Lo desecho rápidamente...en inglés no manejo la ironía con igual destreza.  

Habla sobre componer música, sobre las adaptaciones de sus libros y cuenta una anécdota genial. No le gustó el musical de Coraline principalmente ( y lo cuenta muy bien y con mucha gracia) por una mala decisión, muy mala decisión, la peor decisión de casting que se ha hecho nunca. Elegir para el papel de Coraline a una actriz de más de 50 años con una poderosa presencia física. "Era difícil meterte en la trama de la obra cuando el personaje que más miedo daba del escenario era Coraline"

Llega una pregunta de twitter sobre su conocimiento de los mitos, otra del público preguntado por el código ético de sus personajes y la última sobre videojuegos. No son preguntas que yo hubiera hecho y al escucharlas pienso que serán una pérdida de tiempo pero una vez más Neil despliega su magia y explica porqué le interesan los mitos "no son historias para adultos ni para niños, simplemente son", cuenta que el código moral que aplica a los personajes con los que empatiza es muy sencillo "no hacer a otro lo que no quieres que te hagan a ti y no ser un gilipollas" y consigue que sienta curiosidad por el videojuego en el que ha colaborado: "durante años me pidieron que trabajara para sacar un videojuego basado en Sandman, trabajaba y luego no me pagaban y las compañías quebraban. Pensé que era gafe. Ahora he colaborado en un videojuego muy tonto y muy adictivo que no tiene nada que ver con Sandman pero que ha sido muy divertido."

Acaba la charla. Aplausos y  ando lo bastante espabilada como para conseguir un buen sitio en la cola para la firma de libros. Compro un ejemplar de "El océano al final del camino" porque la historia de por qué y como lo escribió me ha dado ganas de leerlo. Hacemos cola ordenadamente. Un desconocido se acerca con un taco de post it y pregunta a qué nombre queremos la firma de los libros. Los nuestros, obviamente.  La cola avanza y llegamos a Neil. Tiemblo, un tic nervioso muy desagradable y traicionero empieza en mi mejilla izquierda. 

Mi turno. Le saludo "Hi, Neil...nice to meet you". Firma los dos libros de manera distinta con pluma y tinta burdeos. Me derrito de emoción e intento sonreír para salir decente  la foto. Lo consigo a duras penas. 

Salgo en éxtasis. Acelerada, entusiasmada, exhausta, incrédula y feliz. 

Pienso en como contar toda mi velada con Gaiman en un post y oigo a Gaiman diciendo "escribí esta historia porque echaba de menos a mi mujer y quería hacerle un regalo. Escribí este libro pensando en que le gustara a ella"....y  pienso que justo así voy a escribir yo mi crónica. 

Escribo pensando en ti,  porque te gusto yo, te gusta como escribo, las cosas que cuento y te has perdido la velada con Neil Gaiman.  


*Mi acompañante desconocida fue un gran descubrimiento, una fabuloso compañía, muchas risas y un "esto tenemos que repetirlo". Mil gracias.

miércoles, 28 de mayo de 2014

10 consejos para aguantar el tirón.


La autoayuda y el pensamiento positivo son el Ratón Pérez de los adultos, el Disney World de los mayores de 30 y el "te llamaré" de los mayores de 40. Una mierda de ilusión. 

Las listas de "10 consejos para ser una persona feliz", "Lo que debes hacer si quieres disfrutar de la vida" y "Cómo vivir tu día pleno y ser feliz" son mentira, son una patraña o en el mejor de los casos son obviedades de garrafón que merecerían ser engullidas por sus autores esculpidas en piedra. 

Igual que hemos caído en una estúpida sobreprotección a los niños tratando de evitarles cualquier frustración, vamos de cabeza a creer que la vida es un sitio de luz y color dónde si sonríes y te levantas por la mañana pensando que puedes con todo, todo irá bien y vivirás en un salón de Ikea con todo ordenado. 

Pues no. Es una putada pero no es así. En la vida hay épocas chungas, muy chungas por los motivos que sea y no hay más cojones que pasarlas. No es divertido, no se pasa bien, no es bonito y no hay ninguna lista en internet ni ningún libro que vaya a darte unas palabras mágicas como un conjuro para dejar de sufrir. El Ratón Pérez no te va a traer un nuevo día sin sufrimiento... lo siento, pero en el lote de la vida venía una ración de pasarlo mal. 

Yo tengo 9 consejos de autoayuda de verdad, de la que duele pero que no hará que te conviertas en una ameba sonriente. 

Estás jodido. 
Asúmelo. Nada de pensar majaderías como que es una situación pasajera, nada de mira las cosas con perspectiva. Eso ya lo sabes, eres adulto y tienes memoria, sabes que no siempre estuviste así, sabes de sobra que no siempre será así pero ahora mismo da igual. La perspectiva eres tú y lo que te pasa es que estás jodido. Ahora. Ya. Hoy. En este minuto. 

Dedicarte a perder tiempo pensando "a lo mejor esto que me duele como si me despellejaran vivo no es tanto" es tiempo que pierdes de asumir lo que te pasa. Espabila. 

El tiempo no pasa deprisa. 
Y si alguien te intenta hacer creer que "el tiempo pasa deprisa, ya lo verás" pregúntale si a él se le pasan las horas en el curro más deprisa que los días de vacaciones. 

El tiempo no pasa deprisa cuando estás jodido, es exactamente al contrario, pasa increíblemente despacio. Cada día será una tortura, te levantarás pensando que no puedes más pero sí que podrás porque no te queda más remedio y por la noche pensarás "no ha sido tan malo, estoy mejor", pero es mentira. Al día siguiente seguirás igual. Pasará tiempo antes de que empieces a estar bien, hazte a la idea. El que te diga lo contrario, te miente. 

El tiempo sólo pasa deprisa cuando estás feliz y contento... la vida es así de cabrona. 

Vas a sufrir como un perro pero no vas a ser el que más sufra del mundo. 
No eres especial, ni tus circunstancias son peores que las de otros. Son las tuyas y te duelen como creíste que nunca nada te dolería pero las circunstancias de los demás también son jodidas. Que ellos parezcan estar mejor que tú no quiere decir nada. Piénsalo ¿cuánta gente sabe realmente lo jodido que estás tú? 

Nadie te va dar un conjuro mágico para salir de esto. 
Tienes amigos, pareja, familia, hijos, compañeros de farra, de curro o de deporte con los que hablar lo que te pasa y contar lo jodido que estás. O no, pero da igual. En esto estás solo, sufres tú y no hay más. Pueden acompañarte, animarte, distraerte, consolarte y darte dos leches para que espabiles y eso es muchísimo pero tu sufrimiento es tuyo y nadie va a salvarte. Sólo tú mismo sufriendo como un perro. 

Sabes lo que tienes o no tienes que hacer perfectamente. 
Deja de hacer el gilipollas y mirar consejos en internet esperando al hada madrina que te eche unos polvos mágicos que te saquen del marrón. Tú eres el hada madrina, el ogro, la bruja, la varita y los polvos. Hazlo o no lo hagas pero no mariposees. 

Y sí, lo sabes. Pero estás acojonado. Asúmelo. 

Vas a tener miedo.
Nada de pensar que no. Vas a tener más miedo que en toda tu vida y no sirve de nada pensar que no lo tienes. Lo tienes. Y ¿sabes por qué acojona mucho? Porque nos han hecho creer que cuando eres adulto no se tiene miedo, que tener miedo es una cosa que solo pasa en los cuentos y las pelis. Una mierda. Vas a pasar miedo. Asúmelo. 

Asume que en algún momento de tu vida vas a ser el malo. 
Vas a ser el malo o vas a hacer algo malo. Por simple probabilidad estadística y con la cantidad de cosas malas que hay en el mundo alguna te va a tocar hacerla / pensarla a ti. Basta ya de creer que eres el bueno. No. A veces harás cosas o tendrás que hacer cosas que van a doler a otros... o a lo mejor no, pero es un riesgo que tendrás que asumir. No eres el bueno absoluto, eso no existe. 

No juegues a "Adivina tu propio futuro"
Aunque creas que sí, aunque estés convencido de que sabes a dónde te van a llevar tus decisiones NO tienes ni la más remota idea. Piénsalo ¿hace 20, 10, 5 ó 2 años sabías que tus decisiones o la vida te iba a llevar a dónde estás ahora? No. Pues ahora tampoco. 

No tienes toda la vida por delante y un millón de oportunidades. 
Despierta. Puedes morir mañana, esta tarde o mientras lees esto. Espabila. 

Puedes equivocarte. 
De hecho vas a equivocarte y te va a joder infinito.  No vas a aprender nada por equivocarte, tienes que equivocarte  porque no lo sabes todo y porque no queda otra. A lo mejor aprendes algo pero a lo mejor sólo te llevas una leche de mil pares de narices. Por supuesto, no hacer nada también es equivocarse. 

Las malas rachas se terminan en algún momento, igual que se termina todo...pero no sabes cuándo será. Probablemente el día que menos te lo esperes, pero mientras llega esto es lo que hay. 

El mundo mola mucho, hay miles de cosas estupendas y vas a tener muchísimos motivos a lo largo de tu vida para estar feliz y contento y sonreír pero mala suerte, has llegado a una etapa de pasarlas putas y eso no se arregla con autoayuda y listas de consejos que empiezan por "sonríe" y "piensa positivo". 

Igual que no necesitas ayuda para disfrutar de lo bueno tampoco la necesitas para lo malo (no hablo de problemas médicos...) . No hay una receta mágica para dejar de pasarlas putas y si la hay no pasa por ser una ameba sonriente y flipada. 

Bueno, si la hay:  aprieta los dientes, aguanta, sufre como un cabrón y tira. No hay más. Si quieres sonreír, yo no tengo problema... pero es energía desperdiciada en hacer algo que no te apetece y créeme la vas a necesitar toda para llegar al final del día. 



lunes, 26 de mayo de 2014

Mis amigos.


Las siete de la tarde, el típico día de primavera en Los Molinos. Hace sol y hay nubes. Me quito los zapatos y los calcetines. Me pongo el jersey y le doy un trago al gintonic. 

- ¿Quién tiene el cubo de chuches? 
- Moli joder, con todo el chocolate que te has zampado...¿cómo es posible que estés así de escurrida?
- No tanto, tiene tetas. 
- ¿Dónde están las chuches? Paso de vosotros. 

Es uno de esos días en los que nos hemos juntado a ver pasar las horas, sin más. Sin plan, sin intención. Nos miro allí tirados en el jardín. Unos en el suelo en mantas, otros en las tumbonas, otros  en el suelo. Nuestros hijos andan corriendo por ahí sin que nos preocupe mucho dónde es "ahí" y  nosotros mantenemos conversaciones cruzadas, dormitamos y nos reímos. 

Somos ahora más amigos que cuando teníamos 10 años y jugábamos partidos de fútbol en los que nunca me elegíais porque era un paquete. Somos  más amigos que cuando nuestras hormonas bailaban la lambada  y empezamos a vernos con otros ojos y a buscar nuevos horizontes. Somos más amigos que cuando con 15 nos escapábamos de casa por la noche para ir a emborracharnos. Somos más amigos que cuando teníamos 20 y empezamos a hacer nuestros primeros viajes, más que cuando con 25 salíamos los jueves en Madrid y nos íbamos directamente a trabajar,   más amigos que cuando teníamos 30 y nos casamos o nos emparejamos y más que cuando (casi) todos tuvimos hijos. 

Nunca en todos esos años pensé en nosotros, estabais allí, conmigo y yo con vosotros. Unas veces más cerca, otras más lejos. Días de hablar mucho y meses de no saber nada los unos de los otros. Épocas de alejamiento y de cabrearnos. Renegar de unos, renegar de otros. Fechas fijas en las que sabíamos que nos veríamos, en las que no vernos sería casi casi una traición: mi cumpleaños, las fiestas de LM, la cabalgata de Reyes.  Días en los que las malas noticias nos ponían a todos en contacto enseguida y temporadas de apatía y desconexión.

Hoy nos miro y se me saltan las lágrimas, pero no os lo digo porque sois unos cabrones y si lloro os descojonareis de mi. Nos miro y alucino con lo que tengo. Os miro, os escucho hablando de gilipolleces, discutiendo sobre si la cecina de buey deshidratada que han traído de Boston está buena o asquerosa, sobre si el pulparindo es una chuche buena o mala y sobre fútbol y me doy cuenta de que cuando estoy con vosotros, cuando estamos juntos no soy Moli, ni la madre de las princesas, ni la hermana mayor, ni la pareja de nadie... soy solo yo. 

Puedo estar callada o hablar hasta quedarme afónica o me hagáis callar. Puedo reírme hasta llorar o llorar hasta dormirme. Puedo exponer la opinión más idiota ("Eso sácalo en un post") o disertar sobre algo que controlo mientras esperáis la ocasión de discutírmelo. Puedo expresar rabia y rencor y ser injusta y cruel. Puedo entusiasmarme y cantar o enfurruñarme y decir "pues no respiro si ponéis más flamenco guarrero de ese". Puedo quedarme hasta que me echéis o pirarme sin decir nada.

Sois mi lugar seguro, el lugar donde me puedo descalzar, desabrocharme el sujetador y decir lo primero que se me pase por la cabeza. Sois Rivendel, el sitio dónde nunca tengo miedo, dónde estoy a salvo. 

Nunca pensé que llegaríamos a ser así. Sencillamente no pensé en cómo seríamos con 40 años, ni siquiera me plantee si seguiríamos siendo amigos igual que no me planteé si seguiría teniendo dos riñones, dos orejas o diez dedos... lo di por hecho. 

Y no debí hacerlo. 

No debí darlo por hecho porque ahora sé con certeza absoluta, con esa certidumbre que sólo se tiene para un par de cosas en la vida, que tengo muchísima suerte. 

Pero no me pienso dejar el pelo largo... por  mucho que os empeñéis. 


jueves, 22 de mayo de 2014

¿En qué estado estás?


El Whatsapp es una herramienta poderosa y peligrosa a partes iguales como casi todo. Dependiendo del nivel de infantilismo, aburrimiento y dotes tecnológicas de tus contactos, puedes tener un Whatsapp que idolatres o soñar con volver a los tiempos en que la comunicación se hacía con tablillas y pergaminos. Si la cosa es muy grave muy grave (y conozco casos) es el momento de replantearte todas tus relaciones de amistad y lo mismo empezar de cero, en otro país.

Por suerte,  y digo por suerte porque criterio tengo poco, mi Whatsapp es un lago de calma y tranquilidad, con algunas ondas concéntricas de vez en cuando pero nada perturbador. A lo mejor por esa calma que reina en mi móvil y porque he tenido algún rato de aburrimiento últimamente es por lo que he llegado a pensar mucho en algo  que me perturba.

El estado en Whatsapp.

Primero, ¿qué quiere decir Whatsapp con "Estado"?

Si revisamos las opciones por defecto que aparecen en Whatsapp, tenemos:  "ocupado, en la escuela, en el cine, en el trabajo, batería baja,  no puedo hablar, en el gimnasio, estoy durmiendo, solo llamadas de urgencia".

De lo que se deduce que  Estado quiere decir = Excusa para no cogerte el teléfono / no contestarte el mail / ni atender tus mensajes. Para que todo el mundo lo entienda: paso de ti. 

Después me puse a  revisar mis contactos (ya digo que tenía una rara acumulación de aburrimiento) para ver si mis conocidos usaban el estado de Whatsapp de excusa o se habían lanzado por el camino de la originalidad y tengo de todo. 

Tengo el grupo de "No sé lo que estado. Ni lo sé, ni me importa", fácilmente reconocibles porque en su estado pone "Hey there! I am using WhatsApp". Curiosamente este grupo presenta otras dos características: 

- son mis contactos que no saben inglés o sólo lo chapurrean.
- son los contactos en los que el concepto "mensajería instantánea" no parece activar neurona alguna, así que cuando les mando un wasap... lo hago sabiendo a ciencia cierta que una paloma mensajera, Miguel Strogoff o El cartero de Neruda me traerían la respuesta antes. 

El siguiente grupo lo forman los que el día que se instalaron Whatsapp dijeron "Esta vez sí, esto voy a aprender a usarlo" y le dedicaron al menos 3 minutos". Llegaron justo a saber que había algo llamado "estado" y eligieron la primera opción de la lista que es justo la que no es una excusa. "Disponible" luce brillante junto a su nombre. Este grupo se caracteriza por no estar tan disponible como podría parecer a simple vista y porque cuando les dices "Joder, pone disponible y jamás contestas a los wasap" te suele contestar con ¿Qué pone qué dónde?

Por supuesto hay gente entre mis contactos que ha elevado el disponible a nueva categoría: "Disponible en varios aspectos". 

Después tengo el grupo "he descubierto las caritas e iconitos y se me ha ido de las manos completamente", fácilmente reconocibles porque en su estado presentan una sucesión más o menos largas de emoticonos. Dependiendo de la longitud de la ristra se puede saber cómo de enfermo está el contacto.  Este grupo presenta otra característica común, suele haberse reproducido y sospecho que la querencia por los iconitos es algún tipo de enfermedad infantil que les han contagiado sus churumbeles porque obviamente los mayores de 20 no estamos vacunados contra ese "sarampión". 

Sospecho que algunas de las cadenas de caritas y símbolos forman un mensaje pero, sinceramente, nunca he estado tan aburrida como para intentar adivinarlo. Y además, no sé si quiero saber qué quiere decirme alguno de mis contactos con 23 berenjenas, 2 flamencas, 3 diablos, una brocheta de frutas y un rascacielos... Si lo se, no quiero saberlo, por ahora quiero seguir teniéndoles un mínimo de respeto. 

¡Ah si! Casi lo olvido, es muy característico de este grupo que cuando les escribes, te contesten con media pantalla de caritas y cuando estás pensando seriamente en borrarlo te aparezca una línea que diga "Perdona, es mi hijo que me coge el móvil" o "Soy Mario, mi padre está haciendo caca". 

Luego está el grupo "voy a usar wasap como si sólo lo viera una persona" y entonces se ponen un estado de mucha vergüenza ajena porque ¡oh sorpresa! lo ve todo el mundo. La vergüenza es ajena porque el poseedor del estado tipo "tu y yo sobre la arena desnudos rodando" o "mami querida desde el cielo me ves y te aseguro que nunca más me comeré los mocos" no parece tener ningún tipo de vergüenza. 

Estos contactos están a un momento de aburrimiento un poco largo de ser bloqueados en el Whatsapp porque en cualquier momento pueden empezar a mandarte frasecitas sobre fotos de cascadas, gatetes, flores o puestas de sol. Es la única manera de poder seguir hablándoles en la vida 1.0. Y sí, lo sé, tengo que replantearme si los quiero en mi vida 1.0. 

Luego tenemos el grupo "Soy forofo y el mundo me ha hecho así". Estos son los de "aupa Atleti", "Vamos Rafa", "Lisboa nos espera", "Todos con la roja", "el basket es mi vida".  Yo no tengo contactos aficionados a la petanca ni a otros deportes pero supongo que los habrá y sus "estados" serán por el estilo. 

Tengo también el grupo "A las trincheras, ar",  el grupo reivindicativo. Pueden ser reivindicaciones importantes y generales "Sanidad pública, hombre ya" o personales "No me envíes cadenas" . Pueden ser  exhortativos "Escríbeme ya", "¡Qué miras!" o llamadas a las armas "¡únete a mi y juntos dominaremos La Galaxia!" o incluso chulerías "Ya tengo wasap y ahora qué?" o "Puta vida de mierda". Este grupo controla Whatsapp y sabe que todo el mundo puede ver el estado y conoce el poder de las redes... y contesta los mensajes a toda leche. 

Y ahora que lo pienso, ¿Cómo es que nadie en mi Whatsapp tiene como Estado "Líquido, sólido o gaseoso"? A lo mejor me faltan científicos... o gente que aprobara física de BUP. 

Se lo que estáis pensando. ¿Y tu Moli? ¿De qué grupo eres tú? Pues yo estoy entre el grupo que se pone frases en inglés con mensaje "Ny is a state of mind" o "Or so"  y los que eligen canciones, "Ay quien maneja mi barca". 

Estoy "Dancing in the dark". Me pega todo. 


lunes, 19 de mayo de 2014

¿Scarlett o Charlize?

Me rindo, no os entiendo. 

Me reúno con dos cuarentones para cenar comida china hasta estallar y ver una película en una televisión de 60 pulgadas. Un plan muy de tíos. Mientras esperamos que el chino feliz nos traiga lo que hemos encargado ponemos la televisión y aparece Scarlett. 

Scarlett en una pantalla de 60 pulgadas es mucha Scarlett, con todo lo que eso conlleva desde mi punto de vista. Demasiada Scarlett. Sin saber muy bien cómo y saliéndome de mi plan de ser muy tío, hago un comentario muy de tía: 

- La verdad es que no sé qué le veis a Scarlett, a mi no me gusta nada. 

Los dos cuarentones pasan de mi. 

- A ver, ¿os gusta Scarlett? 
- ¿En qué sentido?
- ¿Cómo que en qué sentido? En el bíblico, claro.  
- La mancillaría por todos lados. 
- Vale, eso es un SI, pues no lo entiendo. 
- ¿Qué no entiendes? Está tremenda. 
- Yo la veo con pinta de guarra, con pinta demasiado obvia. 
- ¿Cuándo la obviedad ha sido mala? Así no hay dudas. 
- Ya, pero la veo con cara de máncillame y luego tu amigo y ayer me chusqué a tu otro amigo y realmente me da igual uno que otro. No sé... no entiendo que os guste. 

Scarlett sigue en pantalla con pinta de muy muy mancillable (yo diría guarra) y Bradley sufre. Lo intento de nuevo. 

- Pero a ver, si os dieran a elegir, ¿elegiríais a Scarlett?
- Moli, así no se juega a esto. Pon las condiciones. 
- Vale. Veamos. Entre Scarlett y Charlize, ¿con quién os quedaríais?
- ¿Para qué?
- Para jugar al scrabble, no te jode. Para pongamos un fin de semana de 3 días en un sitio chulo. 
- A Scarlett.- gritan los dos al unísono. 
- ¿ A SCARLETT? ¿EN SERIO? ¿Pudiendo chuscar salvajemente con Charlie 3 días elegiríais a Scarlett? 
- A ver Moli, nosotros ya salvajemente nada. Con tener una actuación digna nos conformamos. 
- ¿Pero Scarlett en serio?
- En serio. 
- Pero pero pero...Charlize es una diosa, es guapísima, estilosa, parece simpática y divertida. 
- Ya, pero Charlize es para otra cosa. 

Decido atacar otra vez mientras zampamos los rollitos de primavera. 

- Pues yo si pudiera elegir ser una actriz, tengo que claro que elegiría ser Robin Wright. 
- Buena elección, una tía con mucha clase, pero está viejuna. 
- ¿Viejuna? Tiene 48 años y está estupenda. 
- Un poco mayor, ¿no prefieres ser Blake Lively? A mi me pone muy bruto. - dice Juan.
- ¿En serio? Pero si no tiene nada, es una  rubia lamida como hay mil millones....y no tiene tetas. 
- ¿Cómo que no? Mira esta foto.
- Eso es un push up y el escote, que os lo creéis todo. 
- Estás haciendo fatal de tío. 
- Vale, pero entre ¿Blake y Scarlett?
- ¡ SCARLETT! 
- Y ¿entre Robin y Scarlett?
- ¡Scarlett!
- Y ¿entre Jennifer Connely y Scarlett?
- ¡Scarlett!

- Pero ¿por qué? ¿Qué tiene Scarlett? No lo entiendo, no lo entiendo. ¿Si las otras son más guapas, con más clase y más estilo, por qué no las elegís?
- Porque son para otra cosa. ¿Si tu pudieras elegir para un fin de semana de 3 días de no salir de la cama a quién elegirías?
- Pues al que más me gustara, no al que tuviera más pinta de guarro. 
- Así no vas a conseguir ser un tío nunca. 
- Es que no lo entiendo, si  no elegís a  Charlize que es una diosa ¿Qué nos queda a las que no somos nada?
- ¿Ser Scarlett?
- Iros a la mierda. Paso de vosotros. 

No lo entiendo, no lo entiendo, no lo entiendo. 

¿Charlize o Scarlett? ¿Qué tiene Scarlett? 

jueves, 15 de mayo de 2014

Madrid me sienta mal.

No me gusta Madrid por lo mismo que no me gusta el calor, la primavera y los pimientos rojos. Son cosas que me sientan mal, fatal y me hacen peor persona. Hacen que sea la peor versión de mí misma. 

Me parece fabuloso que haya gente que suspire por sol los 365 días del año, que crea que mayo es un mes precioso, que idolatre los pimientos rojos y crea que como Madrid ningún sitio, pero yo no. 

No soy idiota (o no del todo) y por supuesto se que Madrid tiene muchas cosas buenas y que hay miles de sitios peores para vivir, por ejemplo la ciudad imperial donde llevo 14 años trabajando; pero saber que hay sitios peores para vivir no hace que me guste.  También se que ver llover 300 días al año puede ser agotador, que las flores son preciosas y que los pimientos rojos están deliciosos pero saber esas cosas no hace que me guste el calor, la primavera ni los pimientos rojos (bueno, estos me gustan , pero literalmente me convierten en un gremlin). 

Madrid es una gran ciudad con todo lo bueno que eso tiene, es bastante amigable, tiene el Retiro, la Gran Vía, muchos museos, unos bonitos cielos y hay unos cuantos garitos dónde comer y beber bien y pasar una noche divertida. 

Nací en Madrid de padres madrileños y abuelos de sitios tan dispares como Cuba, Canarias o Toledo. Sólo mi abuelo favorito era de Madrid. Mi familia y la mayoría de mis amigos viven en ella y llevo 41 años viviendo aquí y debería estar acostumbrada o haberle encontrado el gusto, pero no. 

No me gusta Madrid. De hecho, odio Madrid. 

No me gusta Madrid porque cuando estoy en ella siempre tengo un poso de tristeza. Siempre. me ha pasado desde que era canija y ésta es una las pocas afirmaciones vitales en las que coincido con Molimadre “Hija, a ti Madrid te  pone triste”. No puedo concretar por qué pero es una sensación que está ahí. Lo he pasado muy bien en Madrid. Me he reído, he hecho grandes planes y algunas de mis mejores noches han sido en sus calles...pero muy pocas de mis mejores mañanas han sido en ella. 

No me gusta Madrid porque me apaga. Hacer cualquier cosa en Madrid me cuesta un mundo, todo me da una pereza brutal, aunque sea algo que esté deseando hacer.  Madrid quema mis baterías de energía física y mental. Conseguir hacer cualquier cosa me exige un esfuerzo mental titánico. En Madrid, miro por la ventana de mi casa y me imagino en cualquier otro sitio. En otros lugares, miro por la ventana y fantaseo con no volver nunca a Madrid. 

No me gusta Madrid porque cuando estoy en ella siempre me percibo a medio gas. Me doy cuenta de que vivo pensando en cumplir el mínimo para llegar al día en el que me pueda escapar unos días, pensando en cuándo llegará el fin de semana, la navidad o mi adorado veraneo franquista. 

No me gusta Madrid porque me agobia que sea tan grande, me agobia el tráfico, no me gusta coger el metro y me da una pereza mortal salir. Odio el calor pegajoso que se instala de repente y que cae sin dejarme escapar. Odio el sol que pega en sus calles desde mayo hasta septiembre y que hace que salir a la calle sea una pesadilla. Odio que no llueva más. Odio sus días interminables sin una nube en el horizonte.  Odio la marabunta de gente y no me hace ninguna ilusión que pueda comprar en ella casi cualquier cosa que se me ocurra. 

No me gusta Madrid porque después de 41 años en ella no he conseguido establecer ningún vínculo afectivo con esta ciudad. Madrid me hace llorar. Si estoy mal, siempre estoy peor en ella y si estoy bien, siento que estaría aún mejor en otro sitio. (otro sitio que no fuera más al sur, por supuesto)

No me gusta Madrid porque cuando pienso en mi futuro nunca me imagino viviendo en ella.  Sé que no la echaré de menos y ella a mí tampoco. 

No me gusta Madrid y creo que yo a ella tampoco, tan sólo nos aguantamos.


miércoles, 14 de mayo de 2014

Nueve comienzos

1.- ¿Cómo se escribe un post?

No soy un gurú, ni bloguera de referencia, ni copy writer ni escritora profesional. Tengo un blog y escribo lo que me apetece. A veces no me apetece pero siento que tengo que escribirlo. Nunca es una obligación es simplemente una necesidad que tengo que satisfacer o no estaré tranquila. Me pasa lo mismo cuando tengo las uñas muy largas, no me apetece cortármelas ¿a quién le apetece cortarse las uñas? pero tengo que hacerlo o no estaré tranquila. La parte buena es que la satisfacción que me da el blog va mucho más allá de una buena manicura. Creo. 


2.- ¿Cómo se escribe un post?

A tontas y a locas. Los despellejes y la crítica destructiva es un género muy agradecido y que no necesita de mucho criterio, es más, puede hacerse sin ninguno. No tengo absolutamente ningún criterio estilístico para la moda (Moli, ¿desde cuando tienes esa camiseta?,  Moli, esos pantalones serán cómodos pero pareces Cantinflas, Moli...¿qué llevas puesto?) y sin embargo la crítica de modelitos es un género bloguero que me sale bastante bien y con el que me divierto muchísimo. No tengo más que escribir lo que se me pasa por mi cabeza malvada y está hecho. A veces siento un poco de síndrome de Stendhal pero al revés, son tantos los despropósitos estéticos que veo que me quedo sin palabras para describirlos.  

Para los despellejes de películas y libros tengo más criterio, muchísimo más, pero el de libros es un género que está decayendo, creo que porque antes era menos selectiva con mis lecturas y caían en mis manos auténticos horrores. Confieso que a veces tengo ganas de leer algo espantoso sólo por el placer de poder sentarme a escribir echando espumarajos por la boca. 


3.- ¿Cómo se escribe un post?

Con mucha hostilización. Hay cosas que me hacen hervir la sangre, que me ponen de tan mala leche que tengo que escribirlas. A veces no son políticamente correctas, a veces molestan a algunos, a veces me arrepiento de haberlas escrito al cabo del tiempo (pero nunca las borro), a veces me releo y creo que me he quedado corta. Siempre me sirven para desahogarme, para quedarme mejor. Muchas veces me pregunto qué hacía con toda esa hostilización que me noto correr por el cuerpo antes de escribir. ¿Pasaba de ella? ¿Obviaba los síntomas? o es que la hostilización es como las canas ¿cuanto mayor soy más tengo? 


4.- ¿Cómo se escribe un post?

Dejándome llevar. La idea más peregrina y más idiota aparece por mi cabeza como un rótulo luminoso. Brillantes luces de colores pasan por delante de mis ojos diciendo “escribe sobre el tanga” o ¿que tal algo sobre los calcetines? o “explica por qué la tortilla francesa es una comida de tristes. Ahora que lo pienso, la aparición de estas ideas completamente idiotas está a medio camino entre la alucinación provocada por las drogas (sospecho... yo nunca me he drogado) y la posesión diabólica tipo Poltergeist, me veo a mí misma poseída por un espíritu que me dice “Moliiiii... sigue la luz de la inspiración y escribe una memez sobre la pelicula 300”. 

Lo bueno de la posesión diabólica o escribir drogada es que puedo decir las chorradas más grandes del mundo. No tienen que tener sentido para nadie más que para mí en el momento justo en que las escribo. Dejo que mi absurdo cerebro desbarre, haga saltos mortales, se juegue la vida y pruebe todo tipo de setas alucinógenas y escribo. Lo más alucinante de estos posts es que mis delirios de drogadicta o de poseída suelen tener mucho eco entre los descerebrados, hecho este que puede significar dos cosas: lo que digo tiene mucho sentido o los descerebrados se drogan y/o están poseídos. 

Para este tipo de posts me funciona muy bien la regla del absurdo combinada con la regla de “no hay huevos”. Me reto a mí misma a ser capaz de escribir sobre la chorrada más grande que se me ocurra y como mi cerebro es muy cabrón y yo muy cabezona acabo  hablando de las majaderías más increíbles. Debo decir que por ahora siempre he ganado yo y he sido capaz de cumplir todos los retos, el próximo es un “ensayo sobre el cinturón”. 


5.- ¿Cómo se escribe un post?

Copiando de la realidad, con cosas que (me) pasan. Puro corta y pega. Una conversación con las princezaz, con mis hermanos, con mis amigos, en una cena de amigas,  cosas del Ingeniero, movidas de los libros de colores, en la piscina, en una reunión de mi absurda familia materna. Una discusión con Molimadre o una conversación de teléfono en la que casi cortocircuito. Algo (me)  ocurre en la vida real y digo “para un post”. Con mi superpoder de memoria prodigiosa lo registro en mi cerebro y luego solo queda transcribirlo.  

Sacados de la realidad son también aquellos posts en los que describo alguna bobada: el gacelismo, la tensión sexual no resuelta o el planeta del amor. Todo está ahí delante de mis narices o en un pasado turbio que no me mola recordar más que para hacer arqueología que me permita escribir algo. 

Lo mejor de estos posts es que son tan reales que parecen mentira, pero si algo no tengo es imaginación (y un metro ochenta de altura) así que aunque me sentara media vida frente a la pantalla no sería capaz de inventarme esas conversaciones ni esas experiencias. 


6.- ¿Cómo se escribe un post?

Con libros, con lo que siento leyéndolos, lo que copio en mis cuadernos y el entusiasmo que quiero transmitir para que otros los disfruten. 


7.- ¿Cómo se escribe un post?

Por sorpresa. La idea genial, el momento “aha”(este se me ocurrió en una sala de espera del hospital Niño Jesús), el flash que se me ocurre en la ducha o conduciendo (mis mejores momentos de inspiración son ahí). La idea, el concepto o el hilo que necesitaba lo encuentro de repente cuando menos me lo espero, lo pienso, lo anoto, lo memorizo y me siento a escribirlo.


8.- ¿Como se escribe un post?

Con muchísimo amor. Con muchísimo más amor del que soy capaz de demostrar en persona y en la distancia corta. Hay cosas que no se pueden decir en persona porque no se prestan a decirlas en alto. No le puedes decir al amor de tu vida, a tu madre, a tu pobrehermano, a tus hijas,  a tu amigo del alma, a un lugar concreto, a los libros o a Bruce que desbordas amor.  

Porque hay cosas que no se dicen, se escriben. O por lo menos yo no las digo, las siento y mientras las pienso sintiéndolas las escribo. Puedo decirle al amor de mi vida “Te quiero hasta el infinito” pero ¿en qué momento puedo decirle “cuando no me seco al salir de la ducha siempre me acuerdo de ti y de lo meticuloso que eres secándote”? o  ¿cuándo es buen momento para decirle a mi amigo del alma “eres aceitunas, Jimmy Hendrix y un abrazo”? “ o  cuándo le digo a Pobrehermano Mayor “tú no recuerdas el día en que me senté en un bordillo, me apoyé en tu hombro y lloré absurdamente poseída por las hormonas del postparto pero yo lo recordaré siempre”. Ningún momento es bueno para decir eso... a no ser que quiera que el otro se sienta incómodo, que piense que estoy loca de atar o mucho peor, que yo empiece a desbarrar y hacer el imbécil. Escribo posts borboteando de amor y cariño en los que digo cosas que jamás diría en persona.... y en persona digo cosas que jamás escribiría en un post. 


9.- ¿Cómo se escribe un post?

Explicando cómo se escribe un post. 


viernes, 9 de mayo de 2014

En la cantina


Los Molinos se divide en dos partes: la estación y las eras. En medio está el pueblo, pero para identificarte cuando alguien no sabe a qué familia perteneces o cual es tu casa hay que decir "Soy de las eras" o "Soy de la Estación". 

En un alarde de originalidad totalmente imprevisto, los de la Estación somos los que vivimos cerca de... ¡tachán! la estación de tren. Molamos más que los de las Eras que vivían cerca de Las Eras dónde se cosechaba el trigo...pero que por supuesto ya no existen. Es más, a duras penas encontraras a alguien que sepa lo que es una era...una estación es otra cosa.  

Nosotros seguimos teniendo la estación y la cantina. 

La estación de Los Molinos es pequeñita y marca el punto más alto de todo el término municipal. Hubo un tiempo en que había una sala de espera practicable, con una ventanilla en la que el jefe estación vendía los billetes. Llevaba hasta uniforme y gorra y salía cada vez que llegaba un tren a vigilar a los viajeros y a veces a nosotros que nos habíamos dedicado a dejar monedas en las vías. Después desapareció el jefe de estación y se cerró la ventanilla. Al subir al tren había que buscar al revisor para poder comprar el billete. Ahora creo que han puesto una máquina en la sala de espera, pero no lo sé...hace años que no cojo el tren en Los Molinos.  

A la estación se llega desde una pequeña rotonda con un árbol en medio. Subes un pequeño repecho y llegas a las vías, cruzándolas (ahora no se puede legalmente pero hasta hace poco había un paso) se llega al Chaparral, una zona de Los Molinos, remota y casi desconocida con algunas casas enormes que de pequeños nos daban mucho miedo. Está muy lejos del pueblo y poco habitada y siempre me la imagino como el escenario de algún suceso tremendo "Aparece un cadáver en El Chaparral", hasta el nombre le pega. 

A la izquierda, las vias llevan a Cercedilla y al fondo se ven los Siete Picos y el Puerto de Navacerrada. Siete Picos es "casa", es la montaña que te acoge cuando llegas a Los Molinos por la carretera, la que se levanta abrazando todo lo que ves cuando paseas. Unos días se ve más cerca y más imponente y otros días parece haberse alejado y casi se desdibuja. Alguien me explicó una vez con mucha paciencia, los principios físicos de este fenómeno que depende del viento y la temperatura, pero yo prefiero pensar que es una cuestión del humor de la montaña: si ve que estoy de bajón se acerca y si estoy a mi bola se aleja. Una bobada como otra cualquiera. 

A la derecha las vías llevan a Madrid, no se ve nada. Hay una curva cerrada al salir de la estación de Los Molinos y así es mejor...Odio Madrid y si estoy en Los Molinos prefiero ni verlo ni imaginarlo ni pensar en ella. 

En la estación hay una cantina. Tengo recuerdos difusos, muy difusos de mi infancia yendo allí a comprar chupachups Kojacs o a por tabaco para mi padre. Era un bar pequeño oscuro y con dueños que daban miedo. Siempre había viejos (lo mismo tenían 40 años) tomando bebidas muy oscuras en copas balón de las pequeñas. Sentados en la barra se gruñían unos a otros y se giraban a mirarnos cuando entrábamos. Recuerdo vagamente una ligera sensación de miedo. 

Ahora no me da miedo y soy yo la que tengo 40 años. 

La cantina es ahora el sitio dónde vamos a tomar el aperitivo. Es, de hecho, mi sitio favorito para sentarme y charlar. En invierno, cuando  hace frío, cuando está todo nevado, dejamos las huellas en el andén y después entramos y nos acomodamos como podemos en la barra.  Detrás está Susana: alta, rubia, delgada, con el pelo corto y el delantal atado a la cintura. Tiene pinta de ser de un país del Este, pero mis fuentes (poco fiables) dicen que no, que es española. En cualquier caso, habla con un acento raro. 

Susana nos coloca unas copas de vino en invierno o nos prepara un tinto de verano cuando, en vez de acomodarnos en la barra, salimos fuera a sentarnos al sol y literalmente ponernos a ver los trenes. 2 trenes por hora. A cada hora y veinte pasa uno hacia Madrid y a menos veinte llega uno de Madrid. 

Me gusta sentarme en una silla  de plástico de Mahou, roja o negra,  apoyar los pies en el banco de piedra, beber mi tinto de verano y contemplar las montañas y la vegetación que crece al otro lado de las vías en El Chaparral. Vigilamos cada tren que pasa mientras hablamos de cualquier bobada o de cualquier tema importante, el último tema en el que gastamos un par de  horas fue la diferencia entre leer en papel y en pantalla, y no tengo claro si fue una bobada o algo digno de una tesis doctoral. 

Me encanta que Susana salga y nos ponga unas tapas cojonudas, especialmente si es tortilla de patata. Susana hace la mejor tortilla de patata que se ha hecho nunca en Los Molinos desde los tiempos de Carmen "Perla", le sale espectacular hasta sin cebolla.  Me encanta saber que nos pegaremos por el último trozo, nos miramos con desconfianza y alguien dirá:

-  Me toca a mí, tú te  has comido cuatro. 
- Te jodes, haber estado atento y no haber rajado tanto.
- ¿Otro tinto?
- Venga, total a casa ya no vamos a ir comer. 

En la cantina...




miércoles, 7 de mayo de 2014

Molidocumentales: la exnovia parásita

"El amigo soltero parece estar bien, sano, fuerte y alegre. De repente una especie de calambre, de invisible fuerza lo paraliza: la mirada se le enturbia, las extremidades pierden fuerza, pierde la alegría y con la mirada vacía cambia sus pasos y se dirige a algún sitio desconocido atrapado por una fuerza que sólo él escucha. El resto de los amigos le mira con incredulidad. 

Es el ataque de la exnovia parásita". 


Descripción del espécimen.

Sujeto femenino (no se han observado ejemplares masculinos de esta especie, si bien hay una bastante parecida con características similares pero no idéntica descrita como el Exnovio pesado) de edad entre 20 y 35 años. Casi todos los ejemplares observados en libertad respondían a las mismas características: periodos de languidismo agudos mezclados con otros de entusiasmo absurdo rozando el intensismo. No suelen tener oficio ni beneficio y de tenerlo suele ser de poco beneficio. Gozan de lo que ellas suponen una gran vida interior. Ni que decir tiene que para un observador no embrujado por sus encantos, en su vida interior hay eco.

Descripción de la víctima.

Hombre con mucha querencia al solterismo. Una exnovia parásita jamás caza a un hombre que haya tenido muchas novias, muchas relaciones o sea un picaflor. Suelen salir de caza en una etapa de intensismo interior en el que el lema que llevan grabado a fuego en su camiseta por las que les asoma el hombro es "voy a encontrar un diamante en bruto...y le cambiaré porque yo soy especial". 


La víctima por tanto suele ser un ser solitario, siempre mayor que la depredadora y que por lo tanto parece curtido en mil batallas. Es discreto, poco dado a la charla y muy cariñoso... en la intimidad.


Lamentablemente es también muy muy vulnerable a los encantos de su depredadora que cual camaleón se disfraza de "Mosquita muerta adorable con tendencia a parecer una pantera en la cama". Contribuye mucho a esta imagen el hecho de que la víctima, como ya se ha señalado, suele llevar una vida bastante austera sexualmente hablando. No es que no tenga sexo pero siempre es menos del que le gustaría (ejem...en esto se parece a todos).

Descripción de la relación.

La depredadora atisba a la víctima. La elige. Los amigos del macho víctima le dejan a su aire, al fin y al cabo tiene una edad y ellos están a sus cosas y a sus propias relaciones absurdas. Además, minusvaloran a la depredadora y confían en la querencia de su amigo por el sexo y las relaciones esporádicas y sin compromiso.

Pronto los amigos descubren su error. El amigo ha desaparecido del mapa, no coge el teléfono, no abre la puerta de casa, no quiere hacer planes conjuntos. Algo raro pasa, no necesariamente tiene que ser malo. Entre los amigos es ampliamente conocido y está debidamente documentado el fenómeno "abducción por planeta del amor" y se tolera porque les ha pasado a todos. Esperan en silencio a que se pase un poco el furor de la abducción, el amigo y su "pareja" salgan de su guarida y haya que integrarla en el grupo de amigos. Se especula con cómo será ella: "muy joven", "todavía estudia", "parece maja" y hay breves destellos de alegría porque el amigo soltero vaya a tener novia.

El amigo no aparece. Permanece missing. Brevemente se le intuye en algún evento y bar. Con timidez se le pregunta.¿Y fulanita? ¿Estáis juntos?

- Sois unos cotillas, no pienso deciros nada.- contesta ofendido mientras se escabulle del plan y los amigos le ven subirse a su coche.

Descripción de los primeros síntomas de haber sido atacado por una  por exnovia parásita.

Tras dos o tres meses a lo sumo de relación confusa (una ex novia parásita nunca es una ex relación seria, eso es otra cosa) y bastante secreta aunque notoria, el amigo soltero reaparece. Parece el mismo y los amigos hacen lo que se hacen con todo aquel que aparece después de estar en el planeta del amor.

- ¡Qué? ¡Qué tal? ¿Ya se te ha pasado? ¿Dónde te has dejado a tu amorcito?

Algo va mal. El amigo contesta con un bufido y ojos vidriosos. Hay que cambiar de táctica.

- Joder, vaya... lo sentimos. ¿Estás bien? ¿necesitas algo?
- Dejadme en paz.
- Pero y ¿fulana?
- Estoy bien. No pasa nada. No salíamos, somos amigos.

En el momento que dice "no salíamos, somos amigos" el amigo debería caer fulminado por un rayo o de algún sitio debería aparecer un cirujano que lo lobotomizara, porque esa es la frase que conduce directo a vivir con una ex novia parásita a la chepa.

Descripción de la vida de un amigo con exnovia parásita.

A pesar de que la relación fue corta en el tiempo, muy corta (un par de meses o tres) y de que la imbricación de la ex novia en la vida del amigo fue mínima...una vez se produce la ruptura, la ex novia parásita se queda a vivir en la chepa del amigo. No lo usa de egomaker, no...directamente lo parasita, le chupa la sangre, la alegría de vivir, el tiempo, las ganas y todo. Sin darle nada a cambio....ni siquiera un revolcón. 

Una exnovia parásita se caracteriza por:

- tener sucesivos novios después de tu amigo a los que tiene el mal gusto de presentar a tu amigo con la frase "es muy majo, seguro que os hacéis amigos", saltando alegremente por encima del hecho de que Él ya tiene amigos.

- Ignorar alegremente que los amigos de su víctima la odian. Con rabia y saña y toda su mala leche.

- Aprovecharse de la víctima absolutamente para todo: llamadas a horas intempestivas con llantinas absurdas "sólo tu puedes consolarme" (pero no chuschando, claro). Peticiones de colaboración en actos benéficos, en mudanzas, en comuniones... Marrones absurdos del tipo "son las 2 de la mañana y necesito este trabajo para mañana y necesito dormir...¿te quedas mirando la impresora mientras salen las 120 páginas, lo encuadernas y le pones mi nombre?, ¿me acompañas a ver a mi amiga a 800 km en tu coche? y así hasta el infinito. 

- tener un radar extremadamente fino que le alerta de cuando la víctima está a punto de ser rescatada de su red por sus amigos y aparecer tipo "hago chas y aparezco a tu lado", obnubilando a la víctima, que como un zombie se queda pegado en los filamentos de "fuimos brevemente novios y ahora no somos amigos pero creo absurdamente que no me estás parasitando la vida".

Una ex novia parásita es lo peor que le puede pasar a tu amigo. Es una araña con mil patas que teje a su alrededor una red lo suficientemente fina para que él crea que puede escapar, para que sus amigos puedan tocarle y verle pero la  realidad es que no tiene escapatoria hasta que los amigos se harten de verle con la mirada vacía cada vez que ella pega un tirón y decidan entrar con una motosierra a cortar los hilos, darle dos leches e inocularle un antídoto en forma de tía que merezca la pena.

Muerte a las ex novias parásitas, esa lacra. De un zapatillazo hay que acabar con ellas, como con las arañas. 







lunes, 5 de mayo de 2014

¿Cuándo muere un post?

El informativo de hoy es el zapping de mañana. 
El periódico de hoy es el papel para guardar las mondas de la verdura mañana. 

Pero, ¿Qué pasa con los posts? 

¿Cuánto dura un post? ¿Qué le pasa a un post cuando sale de la página principal de un blog? ¿Se olvida? ¿Se recuerda? ¿Muere? ¿Desaparece?

Si eres un  bloguero que escribe un post, ¿Cuánto tiempo lo recuerdas? Dependerá de cuántos posts hayas escrito a lo largo de tu carrera de bloguero. No es lo mismo haber escrito 10 que 100 o que 1000. ¿Cuántos eres capaz de recordar como escritor?  Yo recuerdo todos los posts que he escrito o creo que los recuerdo todos, los casi 1400 pero ¿Con qué nivel de detalle los recuerdo? Quiero decir que soy capaz de saber que he escrito sobre un tema determinado, una persona, una película, un libro o cualquier chorrada de las que se me ocurren pero ¿Cuánto recuerdo? y ¿Cuánto de lo que recuerdo haber escrito es verdad que lo recuerdo y cuanto es solo sensación? Muchas veces, por alguna razón, busco un post antiguo que sé que he escrito y creo recordar lo que conté en él y sin embargo cuando lo encuentro, me sorprendo. Se me ocurre una idea de la que tengo la certeza de haber hablado ya, pero creo recordar que lo hice de una manera superficial y cuando encuentro el post me doy cuenta de que lo conté todo y además mucho mejor de lo que podría hacerlo ahora. Otras veces es al revés, releo y pienso que ahora podría escribirlo mejor. ¿Hasta cuando seré capaz de recordar todo lo que he escrito? ¿Me pasará como con los libros que se si un libro lo he leído o no aunque no recuerde la historia? o ¿Los iré olvidando y algún día leeré mis escritos como si fueran nuevos, como si ni siquiera fueran míos? ¿Los recuerdo todos igual o algunos más que otros? ¿Y por qué? ¿Por cariño? ¿Por odio? ¿Por vergüenza?

Si eres un post. ¿Qué te pasa  cuando dejas de ser el primero de la página, cuando no eres lo primero que se encuentran los visitantes al llegar? ¿Y cuando dejas de ser el segundo? Y ¿Cuando sales de la página principal? ¿Dejas de existir? No, claro que no...pero eres otra cosa. ¿Quién se acuerda de ti? No eres como un libro con su lomo, su portada, su dibujo y sus grandes letras que te diferencian de todos los demás. No pesas, no hueles, no ocupas espacio. ¿Cómo te van a recordar? Eres igual que otros millones de posts que hay por ahí, sólo el que te haya leído podrá recordarte...y no siempre. De hecho, casi nunca. Y el que te recuerde, ¿Volverá a buscarte? ¿Cómo lo hará? ¿Por el título? ¿Recordará tu nombre? A lo mejor no, es muy posible que no. A lo mejor te asocia con algo que le ocurrió en su vida el día que te leyó y puede buscarte por fecha. Unos pocos, muy pocos, puede que te guardaran porque les causaste una honda impresión y decidieron no correr el riesgo de no volver a encontrarte. 

También puede ocurrir que cuando ya no eres el primero, ni el segundo, ni el tercero, cuando hace años que te escribieron y vives una solitaria existencia alguien te encuentre. ¿Cómo? ¿Por casualidad? ¿Pinchando al azar? O ¿Habrá sido el misterioso algoritmo de Google que ha decidido colocarte en la primera página de resultados? Pero eso puede no pasar nunca...y ¿Qué eres cuando ya nadie te lee? ¿Y si el autor también te olvida completamente y te reescribe de nuevo sin saber que ya te tiene? Es un pensamiento terrible, es como estar en un quirófano y escuchar al médico decir que estas muerto y no poder gritar "estoy aquí" o como llegar a casa y que haya alguien ocupando tu lugar, haciéndose pasar por ti. Existes pero nadie se acuerda. ¿Entonces ya no existes? 

Si eres un lector. ¿Qué pasa con los posts que has leído? ¿Los recuerdas? ¿Los olvidas? En tu cabeza ¿ Tienen el mismo tratamiento que una noticia en un periódico, que un tuit o que un libro? ¿Un post que has leído te deja poso o te resbala? A lo mejor, unos hacen una cosa y otros otra....Muchos ni se leen pero de esos no hablamos. Y puede ser que lo hayas olvidado, que no recuerdes ni que lo leíste y que de repente algo, una palabra, una imagen, un libro, un encuentro te lo recuerden de golpe y pienses "yo leí un post sobre eso". ¿Sabrás encontrarlo? ¿Qué son para un lector los posts que están fuera de la página principal? ¿Se leen igual los posts de la página principal que los que salen con los cartelistos de "si has leído esto a lo mejor te interesa ésto"? Yo creo que no. ¿Se lee igual un post que nada más abrir la página se despliega en todo su esplendor que aquellos que muestran solo un poquito, que se insinúan, que enseñan la ropa interior y luego dicen..."leer más"? Yo creo que no. 

Y cuando un blog se acaba, se para, se abandona....¿En qué se convierte el post que queda dando la bienvenida? ¿En un epitafio? 

¿Cuánto tiempo recordáis un post? Los leídos y los escritos. ¿De qué depende? ¿De cuánto te hayan emocionado? ¿De haber aprendido algo? ¿Los recuerdas más si te reíste o si lloraste? ¿Lo recordarás eternamente si te ha cabreado muchísimo? 

Larga vida a mis posts...yo creo recordarlos todos...creo. 

viernes, 2 de mayo de 2014

Lecturas encadenadas. Abril.




En abril sólo he leído dos libros (tres en realidad, pero lo explico luego) y no muy gordos. No sé que ha pasado. He tenido vacaciones, he tenido tiempo y me recuerdo a mí misma leyendo en la cama, en el jardín, en el sofá...pero no me ha cundido mucho en cantidad, aunque sí en calidad.

"Extinción" de David Foster Wallace. Primer libro de ficción de DFW que cae en mis manos por gentileza de los Reyes Magos. 

Lo primero que tengo que decir es que DFW no se parece a nadie ni en lo que cuenta ni en como lo cuenta. 

DFW es un genio. Te coge de la mano y te hace traspasar confiadamente la puerta, el espejo que lleva a su mundo. Leyendo a DFW me siento como Alicia en el País de las Maravillas. En su mundo hay cosas conocidas, elementos que tienen sentido para mí, cosas cotidianas que reconozco...y por eso entro confiada y tranquila a leerle. Y de repente, sin saber muy bien cómo, estoy cabeza abajo, nada es lo que parece.  Soy demasiado pequeña o demasiado grande. DFW lo ha vuelto todo del revés, todo gira a mi alrededor sin que sea capaz de atraparlo...es cómo si estuviera en una habitación conocida y de repente las paredes hubieran desaparecido y yo estuviera en medio del desierto o en una carretera desierta. DFW usa todo mi universo conocido, todas mis referencias cotidianas y las descoloca. 

DFW "es" intensamente. No es un intenso, no tiene nada que ver con eso, pero todo lo que cuenta es intensamente preciso y muy profundamente moderno y contemporáneo. Lo es tanto que muchas de las cosas sobre las que escribe con mucha precisión y a las que él da una trascendencia vital, quince años después ya están pasadas o incluso han dejado de existir. Esto no tendría porqué ser un problema en sí mismo, al fin y al cabo todo o casi todo lo que cuentan los novelistas de principios o mediados del siglo XX (y todos los anteriores, claro) nos son completamente ajenas, pero el "problema" de DFW es que hay superficialidades sobre las que construye su ficción a las que da un gran protagonismo y que al leerlas 15 años después provocan la misma sensación, entre la ternura y la vergüenza ajena, que me provocan las películas de los años 80 que han envejecido mal. Esto no resta valor a su escritura, pero es una sensación rara...aunque puede que me pase sólo a mi. 

DFW es surrealismo cotidiano y psicodelia personal. Es  una apisonadora que te apabulla con su dominio del lenguaje y su precisión. Con su escritura, con su genio te pasa por encima y tienes que correr muy deprisa para conseguir que por un lado no te aplaste y por otro poder seguir su ritmo. 

En Extinción  se recogen 8 cuentos. Confieso que uno fue demasiado para mí y no lo terminé. De los demás, el primero sobre las pruebas de marketing a un bollito y el último sobre un hombre que caga esculturas, son los que se ajustan mejor a lo que contaba antes de mi sensación de estar viendo una peli de los años 80. Son intensamente superficiales en lo que cuentan pero son también intensamente profundos en la sensación que provocan más allá del momento "marketing absurdo" o "arte contemporáneo ridículo". 

El cuento más breve y más terrorífico es del bebé y sus padres. Me dejó literalmente temblando. Ahora que lo pienso, en ninguno de los cuentos hay un sentimiento positivo real. Hay mucha desesperación, mucho cinismo, mucho "fraude". 

"Si nunca han llorado ustedes y quieren llorar, tengan un hijo"

"La paradoja de la fraudulencia consistía en que cuánto más tiempo y esfuerzo invertías en resultar impresionante o atractivo a los demás, menos impresionante te sentías por dentro: eras un fraude. Y cuanto más fraude te sentías, más te esforzabas en transmitir una imagen impresionante o agradable de ti mismo para que los demás no descubrieran a la persona vacía y fraudulenta que realmente eras". 

"Es más bien como el repentino destello interior cuando uno ve algo o se da cuenta de algo: un destello repentino o lo que sea que marque una epifanía o un descubrimiento. No es simplemente que suceda demasiado deprisa como para que uno pueda descomponer el proceso y ordenarlo en forma de idioma inglés, sino que sucede a una escala en la que ni siquiera hay tiempo para ser consciente de ninguna clase de tiempo en absoluto en el que esté teniendo lugar el destello: lo único que uno sabe es que hay un antes y un después, y que después uno es diferente."

¿Lo recomiendo? Si, pero sólo para valientes y aguerridos lectores. 

Travels with Charley de John Steinbeck. Hace meses encontré este libro en internet y como si fuera un náufrago, mandé un tweet diciendo "que alguien me regale este libro". Tuve mucha más suerte de la que suelen tener los náufragos y por mi cumpleaños, alguien que me conoce mucho y me quiere más, me dio la gran sorpresa y me regaló ese libro dos veces. ¿Dos veces? Si. Me regaló la versión en inglés y a pesar de que está descatalogado consiguió un ejemplar en castellano para que fuera comparando ambas versiones, no se fiaba de que la traducción fuera lo suficientemente buena. 

El libro en castellano es de una biblioteca de Estados Unidos que supongo decidió deshacerse de parte de sus fondos y no se como llego a Amazon. No me importa. El libro lleva un sello de la "Pend Oreille County Library"  y ¿dónde está esto? Pues nada más y nada menos que en el condado de Pend Oreille, en el estado de Washington al oeste de Estados Unidos. La biblioteca está en un micropueblo a orillas de un río y cerca de una reserva nacional. 

Me alucina pensar en la cadena de acontecimientos que han hecho que este ejemplar, que este libro, haya llegado de una minúscula biblioteca en un pueblo rural del oeste de Estados Unidos a mis manos. Vi la reseña del libro, lo tuitee, alguien se fijo, alguien se preocupo, alguien decidió que ese libro en castellano no tenía sentido en esa biblioteca o alguien lo robó y llegó a Amazón. El alguien que me quiere mucho lo encontró y aquí está. Es una de esas cosas que crees que nunca te van a pasar...y pasan. 

He ido leyendo las dos versiones alternándolas. Un capítulo en inglés y luego una lectura rápida en castellano por si me había perdido algo. La mayoría de las veces sólo me había faltado entender alguna palabra y he descubierto que la versión en castellano es bastante pobre y regulera. Otras traducciones de Steinbeck que he leído eran muchísimo mejores. 

¿De qué va el libro? Con 58 Steinbeck decide hacer un viaje alrededor de Estados Unidos con el propósito de conocer su país porque siente que después de 25 años viviendo en Nueva York, París y Londres se ha desconectado de la realidad de los americanos de a pie. Organiza el viaje, se compra una especie de autocaravana a la que llama "Rocinante" y se lleva a su perro, Charley, para que le haga compañía. 

Steinbeck empieza su viaje con muchas ganas y mucho empuje. Con decisión quiere verlo todo, conocer a la gente, quedarse con los paisajes, con las imágenes, con las opiniones. Se siente curioso e inquieto. Interesado. Y consigue mantener ese empuje hasta que alcanza la costa oeste de Estados Unidos. Allí el lector percibe como al llegar a su territorio natal se va poco a poco desinflando física y anímicamente. Ese decaimiento llega bien porque es una empresa demasiado ambiciosa o por lo que el mismo Steinbeck explica "me siento igual que cuando estuve en el Prado, no puedo asimilar más, mi cuerpo dice no y mi cerebro está de acuerdo". El lector, yo en este caso, llega al final deseando que Steinbeck vuelva a casa, a su cama, a su rincón y descanse. 

El libro es un diario de viaje en el que Steinbeck cuenta lo que ve, describe los paisajes, sus encuentros con distintas personas. Expone sus sensaciones viajando por su país, reflexiones sobre política, sobre medioambiente, sobre la pérdida de los localismos por culpa de la televisión y la radio y todo lo va mezclando con recuerdos de su infancia, de su vida, de su manera de escribir...Es un diario de viaje que se parece mucho a lo que podría escribir yo (por supuesto en mi estilo cutre a años luz de Steinbeck) si pusiera por escrito todas las cosas que se me ocurren cuando voy conduciendo. 

Steinbeck lo explica muy bien, conducir solo es una manera maravillosa de pensar. 

"If one has driven a car over many yearse, as I have, nearly all reactions have become automatic. One does not think about what to do. Nearly all the driving technique is deeply buried in a machine-lie unconscious. This being so, a large area of the concious mind is left free for thinking."

Steinbeck admira el otoño y comparte mi odio hacia el "buen tiempo" permanente. 

"I´ve lived in good climate, and it bores the hell out of me. I like weather rather tan climate". 

Y al final, cuando su viaje se está acabando...dice algo muy cierto. 

" Who has not know a journey to be over and dead before the traveler returns? The reverse is also true: many a trip continues long after movement in time and space have ceased"

Es Steinbeck, es un viaje en coche y un diario. Lo recomiendo muchísimo. Y creo que hace buena pareja con otro libro de viajes por carretera por Estados Unidos, "Menuda América" de Bill Bryson.  

Y con esto y un bizcocho...hasta los encadenados de mayo.