Hace 15 años nadie o casi nadie tenía móvil y el que lo tenía lo usaba para hablar por teléfono desde cualquier sitio.
Ahora todo el mundo tiene móvil y para lo que menos se usa es para hablar.
Hace 15 años tenías móvil como algo útil y más que nada asociado al curro o a una situación de emergencia. Ahora el móvil es imprescindible y además de estar asociado al curro o a una emergencia, es vital para el ocio y el entretenimiento. Es una maravilla de aparato para perder el tiempo o no. Depende.
Hubo un tiempo en que lo mejor de un móvil era que fuera pequeño. Ahora lo mejor es que tenga todo lo que se te pueda ocurrir, todo lo que puedas necesitar y algunas cosas más que ni se te ocurran, ni vas a necesitar, ni vas a saber manejar y ni siquiera sabes que tiene.
Hay mucha fauna por ahí con el móvil.
En lo más alto de la pirámide tenemos al Experto Cum Laude que se caracteriza no sólo por tener el móvil último modelo y saber manejarlo. El experto Cum Laude conoce su móvil, el tuyo, el de tu abuela y además sabe manejar todas las apps que tiene instaladas él y sabe las que necesitas tú. Un buen experto cum laude además tiene un registro histórico de todos los móviles que ha tenido en su vida, los recuerda y puede que los tenga guardados. Un experto cum laude te ayuda y te aconseja si tienes dudas sobre tu móvil, o sobre cual comprarte. Es gente que te dice “no te gastes esa pasta en ese móvil” o “tu no necesitas eso”. Por supuesto, de estos hay poquísimos...
El Experto técnico. Sabe un huevo pero pasa de contártelo. Normalmente suele ser tu amigo el informático y le da mucho por culo que alguien le pregunte. Si cometes el error de preguntarle te responderá con algo como “puffff...ya te lo miro un día de estos”. Siendo “un día de estos” el día en el que tú te conviertas en Halle Berry. Él tiene su móvil que es justo el que necesita y lo usa para lo que lo necesita. Lo demás le da igual y no alardea.
Un poco más abajo está el experto de moda. De estos hay millones. Tiene el móvil último modelo precisamente porque es último modelo y normalmente lo utiliza al 20 %. Controla un poco, lo justo,pero habla que parece que es ingeniero de telecomunicaciones experto en móviles, redes, tecnología y grafeno. Son unos brasas de mil pares de narices y cuando les pides consejo, normalmente el problema es siempre que no tienes el móvil que deberías tener.
Después de los supuestos expertos estamos la gran mayoría de los usuarios. Tenemos nuestro móvil que manejamos más o menos. Todos cogimos el manual de instrucciones y lo dejamos en una estantería pensando “en cuanto tenga tiempo me lo empollo, porque siempre me pasa lo mismo que no le saco todo el provecho”, siendo“En cuanto tenga tiempo” el mismo día del fin del mundo según el Apocalipsis maya, es decir nunca. (Si un día te despiertas y te lees el manual, automáticamente pasas a Experto Cum Laude). Todos tenemos unas aplicaciones que sabemos utilizar, otras que nos instalamos porque alguien nos lo dijo y no utilizamos y otras que venían en el teléfono, que no sabemos para qué sirven pero que no nos atrevemos a borrar no sea que se joda lo que sí funciona.
Los de este grupo usamos el móvil para navegar por internet. Leemos blogs mientras esperamos y se nos ha olvidado el libro ( para comentar no se usa porque es infernal comentar desde el móvil). Lo usamos para mirar twitter. Lo usamos también para el wasap y para leer correos y pensar “cuando tenga un teclado tengo que contestar a este mail”. Solemos estar atentos al móvil y casi el 100 % de las veces que decimos “vi tu llamada perdida pero es que estaba ocupado”...la realidad es que vimos tu llamada y no nos apeteció cogerla. En este grupo también es un clásico ir con el cargador encima...la batería vuela.
Por debajo de este grupo mayoritario están los usuarios a los que golpearías con sus móviles en la cabeza por distintos motivos.
Tu madre. Las madres y los móviles son sin duda uno de los círculos que habría que añadir al infierno de Dante. Nunca le dan el uso correcto. O se pasan por exceso y entonces te llaman a cualquier hora, en cualquier momento, si les cuelgas porque no puedes hablar con ellas son inasequibles y no lo captan. Llaman y llaman y llaman hasta que se lo coges gritando “Mamá, ¿qué pasa? No puedo hablar ahora” y entonces contestan “Ni ahora ni nunca que llevo media hora llamándote” o se pasan por defecto y entonces usan el móvil como si fuera un fijo: salen de casa y se lo dejan allí.
Las llamas y jamás lo cogen. Las madres y los wasap son un tema aparte. Se hacen las mártires porque no las has metido en el grupo “hermanos” explicándole que ella no es “hermana”...se hacen tanto las mártires que al final cuando mandas algo al grupo de hermanos, se lo mandas a ella también, para descubrir días después que “eso del wasap no se muy bien como va, prefiero un sms”.
Los apocalípticos. No quieren un smartphone porque o están convencidos de que dan cáncer y son responsables del calentamiento global. O creen que su uso atrofia las neuronas y cualquier atisbo de criterio que hayas tenido en tu vida y usar un smartphone te convertirá en una ameba social, incapaz de relacionarte con nadie, incapaz de seguir apreciando la lectura o un paseo por el bosque y lo que es aún peor...hará que las agencias de inteligencia de todo el planeta sepan lo que haces y cómo lo haces.
“Si quieres algo me llamas”. Es ese alguien que por sistema no contesta ni los mails, ni los wasap, ni los dms. ¿Para qué cojones tienes un smartphone si lo que quieres es que te llame? Por supuesto, cuando les llamas siempre es mal momento, no pueden atenderte o sencillamente lo tienen apagado.
“Yo no tengo wasap no quiero estar en grupos de esos”. Primero, no tienes tantos amigos como para que te metan en un grupo. Segundo, esto es como un bar...si no te gusta el grupo vete.
“El del plástico”.
- ¿Móvil nuevo?
- No, lo tengo desde hace 6 meses.
- ¿Y el plástico? ¿por qué no lo quitas?
- ¿por qué? sirve para protegerlo. No quiero que se me estropee.
Es la típica gente que tiene los sofás tapados con sábanas y te hace quitarte los zapatos antes de entrar en su casa. No son de fiar, siempre pienso si llevaran la ropa interior con el plástico higiénico..."para que no se estropee".
Confesémoslo. Somos un poquito adictos al móvil. En realidad lo somos menos de lo que creemos. Por una vez en la vida quiero pensar bien y creer que la mayoría de los descerebrados usan su móvil mucho, muchísimo, lo miran compulsivamente miles de veces al día pero si algún día decidieran dejarlo de lado para dedicarse a pasear, leer, bañarse y dormir...no sufrirían sudores fríos, convulsiones, y posteriormente la muerte.
Lo tenemos controlado.