Sábado por la mañana.
Chicas a vestirse que nos vamos a la exposición.
Mamá, a mi me gusta más estar en pijama. ¿Cuándo puedo estar un día entero en pijama?
Pues mira, a lo mejor mañana que no tenemos planes.
¡¡Si!!! Pasamos todo el día en casa jugando y así tenemos tiempo. Porque todos los días montamos la ciudad y cuando acabamos de organizarlo se ha acabado el tiempo…..
...pero yo no me visto..todo el día en pijama.
Domingo por la mañana.
Todo es armonía en Molicasa. El ingeniero pulula cocinando, M se ha construido su reino en un dormitorio y C, en pijama, se ha construido su reino en otro. Los dos reinos se pasan la mañana cambiando las decoraciones, luchando, haciendo alianzas y con pequeñas escaramuzas para recurrir a mis (inexistentes) dotes de mediadora. Normalmente es M siempre la que necesita mediación porque C es básicamente una cabrona que se dedica a putearla y M de tan buena que es, es tonta. C hace todo tipo de trampas, chantajes y tretas para conseguir lo que ella quiere y M recurre siempre a la justicia y los buenos propósitos. Exacto, M va a sufrir en su vida infinito y yo soy muy fan de ella. Por el contrario el Ingeniero tiene una querencia digamos completamente desproporcionada por C y sus artimañas a las que nunca ve el lado torticero, siempre sonríe y dice: Ainss…mi princesa..mientras la cabrona de C le pone ojitos por un lado al Ingeniero y por el otro acaricia gatitos mirándonos a M y a mí.
Domingo por la tarde.
Tras nuestra sesión de Cineclub de Princezaz y la discusión posterior sobre por qué no vamos a meter un lobo por muy monísimo que sea en casa y la charla para explicarle a M que ninguno de los perros que aparecen muertos en la peli de verdad han muerto…las princezaz deciden que por la tarde no van a jugar a los reinos sino a construir una ciudad de “personas normales” en el pasillo. Esto juego consiste básicamente en pasarse 3 horas construyendo cafeterías, casas, colegios, naves espaciales, cárceles, aeropuertos y demás en el pasillo y luego colocar en ellos a los clics, los peluches y los barriguitas interaccionando como personas normales.
Leo el periódico.
- Mamá..C no quiere dejarme cerrar la puerta para construir el aeropuerto.
- ¿Por qué?
- Porque no quiere. Y ya le he explicado que era para hacer ahí el aeropuerto pero que si prefiere que hagamos el colegio pues lo que ella quiera..pero dice que no.
- Dile a C que venga.
…….
- Dice que no quiere venir..
- Dile que venga AHORA MISMO.- sé perfectamente lo que se me viene encima. La tarde idílica a tomar por culo. Va a ser la guerra por un aeropuerto.
- C, ya has oído a mamá.- le dice M por el pasillo.
- ¿Qué?- ahí está toda chula con su pijama de Blancanieves.
- ¿Por qué no dejas que M cierre la puerta para construir el aeropuerto?
- Porque no.
- Eso no es una respuesta.- Una vez más, el espíritu de Molimadre me posee.
- Porque no quiero cerrar la puerta.
- Bueno, pues siéntate aquí en el sofá y estás castigada sin jugar hasta que cambies de idea y no seas tan cabezota.
Se que esto va a ser durísimo para mí. C es una luchadora de fondo, juega a la guerra de desgaste y es muy muy cabezota.
Se sienta y empieza a cantar. Hago como que no la oigo por supuesto, indiferencia absoluta. Sube el volumen de la cancioncilla criminal que está cantando. Finjo que no la oigo mientras fantaseo con la idea de llenarle la boca con la hoja del periódico que estoy tratando de leer. Cambia de estrategia, no canta más alto, cambia de canción y empieza con una que sabe que odio:
el pollito Pio..el pollito Pio…
- ¡¡callate!!
- Me aburro.
- Esa es la idea del castigo, porque no cambias de idea y te vas a jugar con M?
- El pollito pioo..el pollito pio…
¿En qué momento mi yo de 31 años decidió que no quería que M fuera hija única?
- Mamá, ¿merendamos la tarta de celiacos que has hecho especial?
- Claro, venga.
- ¡yo también quiero!
- No, tú no. Estás castigada.
- Yo quiero tarta.
- Ya lo sé, y ya sabes que tienes que hacer. ..el pollito pio..el pollito pio...- Ja. Yo también sé jugar a eso.
M y yo nos instalamos en la cocina a tomar la tarta. Aparece C, en pijama.
- ¡Qué haces aquí?
- Quiero tarta.
- Ya sabes qué tienes que hacer. Dejar que tu hermana cierre la puerta para el aeropuerto (reconozco que me costó acordarme del motivo de la bronca) y te doy tarta y luego jugáis.
- No. No quiero.
- Pues no hay tarta.
Tras la merienda y como no quería estar en el sofá, la castigo a estar metida en su cuarto, cierro la maldita puerta y dejé a M construyendo el aeropuerto y la base lunar y me siento a escribir. Oigo cantar a gritos El pollito pio de los cojones. La odio a ella y al Ingeniero que está durmiendo la siesta de los campeones..sordos.
Oigo a M, que es una buenaza, haciendo terapia con su hermana para convencerla de que pida perdón y así poder jugar las dos.
- Mamá, dice C que lo siente.
- Dile que venga a hablar conmigo.
Vuelve M y me da esta nota.
“ Lo siento mami” y un corazón.
Dile a tu hermana que venga a hablar conmigo.
Otra nota.
“Y si voy ¿de qué hablarás? C”
¿Se puede ser más chula?
Dile a tu hermana que venga.
Otra nota.
¿Y por qué tengo que ir?
Dile que tiene que venir porque así no se hacen las cosas y además ella 7 años y yo 40, ella es la hija y yo la madre…y porque lo digo yo.
Otra nota.
“Lo siento mami, No quiero ir. Un veso. “
A estas alturas ya me estoy descojonando, pero sé que ella es astuta y cuenta con eso. Este es el punto justo donde gana siempre al Ingeniero.
Dile a tu hermana que o viene ahora mismo o se va a la cama ya, aprovechando que está en pijama.
- Yo ya no digo nada, que estaba jugando y ahora soy un cartero.
Aparece C en pijama, caminando muy despacio, muy despacio, tan despacio como puede para exasperarme. Me mantengo imperturbable, mientras no cante el pollito pio aguantaré sin estallar.
- ¿C vas a jugar con M?
- Si..
- Pide perdón por ser tan cabezota y dame un beso.
- Perdón…
- Reconoce que has sido muy muy cabezota.
- No.
- ¿Cómo que no?
- No..eso no lo reconozco. .- me mira con los ojos llenos de lágrimas de puro orgullo y pura rabia.
- C, cariño..no seas orgullosa. Te has equivocado por cabezota, llevas toda la tarde castigada y sin jugar y todo por orgullo y eso no puede ser.
- Que no…
- C..venga, si no te oye nadie, no lo va a saber nadie.
- Si..he sido un poco cabezota…
- Hala..vete a jugar.
- ¿Me das tarta?
- No. Ya después de cenar.
- Pero ¡¡yo he hecho mi parte!!!
- No empecemos...
El artista invitado, el Ingeniero aparece después de disfrutar de su siesta de progenitor sordo.
- ¿Cómo están mis chicas?
- Pues bien..después de 4 horas de bronca con C.
- ¿Qué le has hecho a mi princesita?
- ¿A tu princesita? ¿A tu princesita? Es una cabezota y no quiere reconocerlo.
- ¿Cabezota? No..es que tiene las ideas claras.
- ¿ PERDONA??
- Ah si..si..es una cabezota y eso está muy mal.
Madre soltera de hija única…eso es lo que tenía que ser yo.