jueves, 17 de noviembre de 2011

¿PARA QUE SIRVE TWITTER?


Para nada.
Esto es obvio. Twitter no sirve para nada. Es de hecho su uso más extendido. No es una herramienta vital para la humanidad. De hecho la mayor parte de la población no sabe que existe, otra parte de la población que tiene acceso a internet ni se plantea utilizarlo y otra gran cantidad de gente se abre una cuenta y jamás lo utiliza. Es su uso más común y extendido: twitter no sirve para nada.

Para informarse.
Cierto. Puedes suscribirte a periódicos (si es que esto es información), a revistas, a páginas web, a editoriales, librerías, restaurantes, asociaciones...etc, etc y que te lleguen los avisos de cada novedad, cada titular, cada artículo...etc. Está bien, es un uso útil. Lo malo es si combinas la tentación de sentirte guay en plan “hala...que cantidad de cosas que me interesan”…con el botón de “seguir” de twitter y de repente estas siguiendo tal cantidad de cosas que te bombardean con miles de tuits...que es inevitable que acabes por pasar de todo o por perderte lo más importante y lo que de verdad te interesa.

Para decir gilipolleces y encontrar audiencia.
Este es un uso muy común y viene a dar cobertura tecnológica una costumbre muy española: decir gilipolleces. Twitter va a terminar con “tengo un amigo que dice”…ahora retwiteas su estupidez y desgraciadamente esa gracieta se perpetuara por la red hasta el infinito.

Por supuesto hay gilipolleces que merece perpetuarse y otras con las que dan ganas de ir en persona (eso tan retro hoy en día) y esculpírsela con un escoplo al interfecto.

Para darte cuenta de que no tienes el don de la síntesis.
Quieres contar algo, incluso algo importante y vital o sumamente gracioso y te das cuenta de que eres incapaz de sintetizarlo en 140 caracteres.

Para compensar esa falta, te das cuenta de que contar si sabes y dejas una ristra de mensajes numerados (1/3, 2/3, 3/3)

Para intentar ligar.
Esto es obvio. La gente intenta ligar en el curro, en el hospital, en el metro, en el bus, en la playa, en el parque, a la salida del colegio, en una fiesta, en un bar, en un bingo...pues en twitter igual.

Como “Mi querido diario”.
Este uso es acojonante. Gente a la que seguro que si le preguntas: ¿escribirías un diario? Te contestaría: NI de coña, utiliza twitter como diario:

Buenos días. Me levanto. Tengo sueño”.
“Mi café de desayuno me da la vida”.
“Hace calor. Que me pongo”
“He quedado con unas amigas”.
“Sofá y mantita”.
Copas y siesta”…

Comprendo que la vida de uno mismo es increíblemente llena y emocionante, pero hay que pensar que si te sentaras a escribir en un cuaderno sobre tu día... ¿de verdad escribirías eso aunque solo lo fueras a leer tu? Y si para ti eso sería un coñazo, no te interesaría y te haría pensar que eres gilipollas ¿Qué te hace pensar que para todos los demás tiene el más mínimo interés?

Cómo púlpito.
En el mundo en 2D, si te crees en posesión de la verdad absoluta y crees que sabes mogollón de algo y que los demás merecen saber tu opinión porque vale trillones...tu radio de influencia es limitado: tus colegas, tu familia, tus compañeros de curro…y como mucho los demás mataos que van al mismo bar que tu.

Twitter es un púlpito en el que todos los gurús pueden subirse y esparcir su semillita por el mundo. Para cualquier idea, ya sea genial o una completa soplapollez, encontrarán audiencia. Audiencia que comulgue o que no comulgue con sus ideas…pero audiencia dispuesta a escucharles y con la opción de propagar esas ideas hasta el infinito gracias al botón de retuit.

En el mundo 2.0 una idea genial contada en una comida de familia tiene una vida muy corta, como mucho se comentará dos o tres días después: “mi cuñado el otro día dijo que……”, “mi colega fulano comentó el otro día….”. En twitter tiene vida infinita…desde el púlpito cae y se propaga como miles de hormiguitas (pajaritos azules que sería lo suyo no me molan en esta imagen) fueran a colonizar el planeta.

Para discutir.
Es el sitio ideal: no escuchas al otro, no oyes el tono, puedes malinterpretarle, los insultos “se valen”, puedes tener a tus fans insultando al oponente, puedes hacerte el digno y decir “pues ya no te ajunto” y encima tienes público. Todo son ventajas.

Solo un ring con barro y tías en bikini se me ocurre como sitio mejor para discutir.

Para ser revolucionario de garrafón.
Sin salir de tu casa, de tu sofá, con tu coca cola en la mano, la nevera llena y un ipad, un portátil o un smart phone con conexión a internet mostrarte indignado con las injusticias del mundo.

Obviamente encuentras a mil comodones como tú que encuentran tu actitud digna de ejemplo y retuitean todos tus pensamientos revolucionarios.

Para darte cuenta de que no tienes tiempo para seguir todo lo que te gusta porque tienes que seguir cosas que no te interesan.
Uso de twitter por el curro.

High School Twitter
Es una herramienta que hace que gente de 40 palos se comporte como si estuviera en un instituto americano, como Grease para que os hagáis una idea.

Tenemos a la tía popular. La rubia de bote con curvas por la que todos los tíos babean. Se dedica a petar twitter con sus ocurrencias que normalmente son bobadas pero como encuentra público que le aplaude con sus orejas se va creciendo y cada vez dice más chorradas. Llega a tener el ego tan crecido que se cree que su opinión sobre cualquier tema es dogma de fe. Acaba siendo graciosa porque lo mismo opina de política, que de ciencia, que de religión. Aunque llegue a tener 2000 seguidores…se cabreará si pierde uno, pondrá morritos y dirá: eres tonto. Es la simpleza elevada al cubo.

Tenemos al empollón. Tuits sesudos a diestro y siniestro que no encuentran público pero no por eso desiste de seguir breando a la humanidad con sus conocimientos. De vez en cuando se agrupan en pandillas, son como un grupo de matones pero con gafas. Se intercambian tuits de listos y cuando cogen confianza se ríen de los que no saben como ellos. En la vida real probablemente no tienen amigos.

Tenemos al tío popular. En el instituto y con 16 años el tío popular es guapo y cachas. En twitter como todos tenemos 40, el tío popular es el “interesante”. Suele ser interesante de inicio, pero el problema es que se lo acaba creyendo. Se retroalimenta y acaba encontrándose tan interesante a si mismo que no para de mirarse el ombligo.

El baboso. Retuitea todo lo que la tía popular dice con la esperanza de acabar consiguiendo algo con ella que todo el resto de twitter sabe que jamás conseguirá. Al final un reply le parece el colmo de la felicidad y lo guarda en favoritos para contemplarlo de vez en cuando mientras juega a las manualidades.

El cabreado. Jamás dice nada asertivo. Solo se dedica a contestar a todo a la contra. Es agotador, muy cansino y debe dar úlcera. Suele ser una persona con una piel muy muy fina capaz de encontrar ofensa en cualquier cosa. Y por supuesto todo es personal.

La tímida. Lo miro todo, lo lee todo. Nunca dice nada.

Para escribir esta gilipollez de post.

martes, 15 de noviembre de 2011

ENSAYO SOBRE LA TORTILLA

Tortilla francesa.

Pena infinita. Un plato de loza blanca o de duralex transparente con una tortilla de un color amarillo desvaído. Tristeza absoluta. Ganas de llorar. Comida de hospital, comida de estar solo en una habitación con una camita de 80 con barrotes blancos y una ventana pequeña que de a un patio donde estén las máquinas del aire acondicionado. Una tortilla francesa es comida de supervivencia. Es una madre que está hasta los cojones de los niños y de pensar en qué darles de comer y recurre a lo más socorrido: de cenar tortilla francesa. Es un plato de segunda categoría, nadie piensa en tomar tortilla francesa a la hora de comer, ¿por qué? Porque es triste. Solo comes tortilla francesa si estas malo de la tripa, para probar si tu estómago tolera algo. Es una buena táctica, si tu estómago tolera esa cosa tan triste y tan insípida entonces es que te estás curando. Si comes tortilla te espera una tarde de soledad de la mala y de pena, de darle al mando de la tele y no encontrar nada, de leer un libro que no te gusta, de estudiar una asignatura que te hace bostezar y a la que te has presentado 4 veces, de una visita de compromiso. Una tarde deprimente que no arreglaras hasta que tomes un alimento alegre, el que sea: nocilla, chorizo, bizcocho, tostada, chocolate…cosas que hacen sonreír.

Una tortilla francesa jamás hace sonreír. Nadie hace una cena o un evento gastronómico en torno a la tortilla francesa, "vente a cenar a casa que tengo tortilla francesa”. Eso no es una invitación, es darle a alguien una excusa para salir corriendo. No se puede hacer una excursión gastronómica a probar tortilla francesa, nadie hace comilonas en torno a ella. Comes tortilla francesa y nunca dices “Estoy llenísimo", es tan triste que ni siquiera alimenta.

Una tortilla francesa es un plato de batalla, de triste. Visualizas una tortilla francesa y el que se la está comiendo es un triste. No provoca una sonrisa, no hace reír, ni siquiera estimula a tus jugos gástricos. Es comida de solterón con esquijama beige. Es comida de señora mayor con gatos. Si eres un soltero divertido y molón y tienes huevos en casa, te haces un huevo frito pero jamás una tortilla. El huevo frito mueve a la risa, al gamberreo, a mojar pan, por Dios, una tortilla francesa desaprovecha lo mejor del huevo: la yema. Hace que el bonito amarillo anaranjado de la yema se convierta en un amarillo desvaído, muy poco atractivo, que no pega con nada. La tortilla francesa es un plato de ruptura, de autocompasión, nadie organiza una cena de amor en torno a una tortilla francesa. Es mucho más romántico sentarse  en pareja a hartarse de comer queso. La tortilla francesa es para cuando estas sintiéndote tan piltrafilla humana que hasta le estás cogiendo el gusto y dices, "y encima ceno tortilla", te parece que si te haces un huevo frito serás menos desgraciado, soltarás alguna sonrisa y traicionarás la autocompasión tan molona en la que estás nadando.

La tortilla francesa sabe que es triste. Mi teoría es que en un principio se llamaba solo tortilla, pero vio que así pasaba desapercibida y como es una snob dijo “me voy a poner algo molón, algo chic, ya lo tengo: tortilla francesa”. Mal. Lo francés suele caer mal.  Si no eres un queso o un champagne el adjetivo francés no mueve a la simpatía o el interés, asi que asociarlo a tortilla casi empeoró la sensación.

La tortilla francesa sabe de su carencia de atractivo. Bueno, más que pensar que es poco atractiva que sería un pensamiento humilde y ella no tiene de eso, piensa que es el público el que no sabe apreciarla. Tiene envidia de la tortilla de patata que es popular, dicharachera, molona y que hace feliz, pero es demasiado perezosa para convertirse en una de esas…así que se disfraza, se camufla. “No soy una tortilla francesa...tengo atún, tengo queso…tengo jamón”. Ja. Sigues siendo un fraude y tampoco apeteces,  aunque es verdad que acompañada de algo ya no mueves tanto a la pena absoluta.

Una tortilla francesa da frió. Sugiere una cocina blanca, pequeña, con poco espacio y desangelada. La tortilla francesa pega con el medio limón, el yogur caducado y la tónica a medias de una nevera vacía. La tortilla de patata sin embargo da calor, sugiere espacio para cocinar, tiempo en la cocina, calorcito. Es acogedora, sabes que después de comerla te sentirás mejor, serás mejor persona. La tortilla francesa sin embargo es distante y nada reconfortante, sabes que después de comerla seguirás teniendo hambre y lo que es peor habrás desaprovechado un huevo.

A veces como tortilla francesa. Siempre en domingo. Sólo si he comprado un buen pan, con el pan tostado, empapado de tomate y con jamón del bueno. Sólo entonces y después de haber tenido el bocadillo envuelto en papel de aluminio un ratito, tolero la tortilla francesa. Con este método, la tortilla ha sudado, se le han bajado los humos, se ha vuelto comida de batalla, no la veo mientras me la como y  por lo menos provoca una sonrisa y llena. " ¡Qué buen bocata me he comido! "

Proximamente:  ensayo sobre la manzana. 

viernes, 11 de noviembre de 2011

LOS LIBROS DE COLORES

Mi entretenida, fabulosa y casi siempre surrealista vida laboral transcurre en una empresa que compra, hace y coloca en el mercado libros de colores. Por aquí hay mogollón de curris que hacen sus cositas, todas ellas vitales para la humanidad. Hay gente que compra libros verdes, otros rojos, otros los colocan, otros ven si la colocación ha sido chula, otros los iluminan para que queden bonitos, otros encargan libros amarillos a medida, otros por supuesto arreglan ordenadores para que los otros curris puedan hacer su trabajo o brujulear buscando porno y casas rurales…

Tras una doble pirueta con mortal atrás y un complejo arabesco lateral, actualmente me dedico ahora mismo a los libros verdes y los rojos. ¿Qué hago con ellos? Pues recibo toneladas de ellos que tengo que valorar. Algunos ya están hechos del todo, con sus tapas verdes brillantes, o verdes oscuras y todo su contenido listo para valorar. Otros son solo proyectos con espiral y tapas transparentes, sacados en powerpoint y con un plan para terminar siendo un fabuloso libro rojo brillante, rojo pasión.

A diario me siento, leo y valoro.

¿Cómo se valora si un libro o un proyecto de libro de colores conviene?

Primero hay que ver si lo que te cuentan interesa a alguien, más allá del autor y su madre. Esto puede parecer una obviedad pero hay gente con un ego tan increíblemente crecido que cree que una historia autobiográfica sobre sí mismo con un tema tan interesante como verse crecer las uñas mientras mira al horizonte y toca una guitarrita o escribe en un cuaderno pequeño (las guitarras y los cuadernos son de intensos) puede interesarle a alguien. Desde aquí os digo, o tocas la guitarra y escribes en bolas y estás increíblemente bueno…o no le interesa a nadie.

Si el tema es susceptible de interesar a alguien, pasamos a cómo está contado. Y aquí se abre un abanico infinito de posibilidades desde el horror más absoluto que hace que me pegue cabezazos contra la pantalla del ordenador hasta el éxtasis más fabuloso que me hace sonreír como una imbécil durante horas. Ni que decir tiene que los cabezazos están a la orden del día y las sonrisas son un bien muy escaso, escasísimo…casi inexistente.

La mayoría de las veces, tras la lectura fluctúo entre el atractivo del suicidio o las ganas de dar con el autor, perpetrador de ese horror en el que he malgastado mis últimas horas y asesinarle mediante la ingesta de las páginas de su obra. ¿Por qué me mandáis proyectos mal escritos, con faltas de ortografía o con errores de trama tan clamorosos que a veces hasta pienso que son trampa? ¿Por qué creéis que los personajes que hablan como si hubieran tenido un ictus son creíbles? ¿Por qué me engañáis diciendo que es un libro verde de ficción histórica y luego me encuentro con adolescentes depilados que hacen calvos? ¿Por qué me aburrís hasta el infinito?

La única parte buena de los horrores que sufro cada día es que me permiten utilizar mi hostilidad para cosas creativas y molonas como mis notas:

Auténtica bazofia sentimentaloide que solo provoca vergüenza ajena y la inquietud sobre cuanto habrá tardado la familia del autor en renegar de él y cambiarse el apellido”

O

Me provoca asombro que la Señorita Puri haya conseguido financiación para realizar este proyecto y solo puedo pensar en que la señorita puri tiene algún tipo de encanto oculto que por supuesto no se manifiesta por escrito ni está relacionado con el cerebro para sus oscuros propósitos

O

Sin duda lo peor que he leído en mi vida. Esta cumbre de horror que he escalado hoy difícilmente será igualada en próximas fechas. El record del mundo de intensismo horripilante ha sido alcanzado con esta primera obra
A veces, sin embargo y normalmente cuando estoy a punto de ponerme a llorar de impotencia...aparece un libro molón. Uno que me interesa, y que está maravillosamente hecho…y se me caen las lágrimas de la emoción primero y de la pena después.

Algunos de esos libros maravillosos, con sus tapas verdes oscuras, preciosos y llenos de un contenido increíble, interesante, ameno, currado, bien contado y que haría un bien a la humanidad…no me valen. A mi me fascinan, quiero comprarlos, quiero llevármelos a mi casa, ponérselos a las princezaz, adoptarlos, ponerlos en el blog...casi quiero hacerme de fb solo por poder comentarlos….pero tengo que decir que no, y rechazarlos.

Son maravillosos pero no sirven para los clientes de mi empresa de libros de colores. A ellos no les gustan.

Si, ya sé lo que estáis pensando. ¡¡ Cómpralos y así aprenden a valorar algo bueno!!

Ya. Seguro.

Esto es como cuando vas a comprar juguetes para tus niños y ves uno que a ti te fascina, es precioso, educativo, molón y barato ( los juguetes de madera son un clásico de esta categoria). Quieres comprárselo a tus hijos, quieres que les guste tanto como a ti, quieres que aprendan, que les mole…que jueguen con él, que sea su juguete favorito. Quieres que sea un éxito.

Y se lo compras. Lo abren…y les hace más gracia la caja. Y lo dejas en una estantería y de vez en cuando lo sacas a pasear por si les mola y con tu mejor cara de entusiasmo dices: Mirad, mirad… ¿a que es chulo??? Y lo miran de reojo y siguen con lo suyo.

Al final el juguete se hace viejo...pasa de moda…y lo tiras.

Puedes hacer eso con un juguete...pero no dedicarte a comprar juguetes que no les molan por si suena la flauta. Con gran dolor de tu corazón, a veces, tienes que comprar juguetes que te horrorizan...pero a ellos les molan y son felices con ellos.

Pues lo mismo con mis libros de colores verdes. De vez en cuando consigo colar uno que me mola a mí, pero la mayor parte del tiempo tengo que desechar los que a mí me encantan porque no me encajan y lanzarme a comprar libros verdes loro que me espantan pero que a mis clientes les molan.

A esto me dedico. Ha quedado clarísimo, ¿no? 

jueves, 10 de noviembre de 2011

MATERNITY( LXXXVII): RATÓN PÉREZ RETURNS


¿Qué hicieron ayer laz princezaz mientras su madre colocaba libros de colores verdes al lado de azules y rojos para ver si pegaban?
Las muy cabronas escribieron dos cartas para el Ratón Pérez, dos cartas con acuse de recibo y esperando una respuesta pormenorizada.

¿Qué tiene que hacer su madre?
Contestar en nombre del Ratón Pérez. Soy una madre desnaturalizada pero tengo sentimientos y encontrarme ayer dos sobres debajo de sus almohadas con las cartitas al roedor, removió mis escasos sentimientos maternales y no puedo desilusionarlas.

Abrí los sobres dispuesta a sentarme a escribir con letra de cuadernillo Rubio…y ¡¡la madre que las parió!!!...M tiene 14 preguntas para el Ratón Pérez…y C tiene 3 y un dibujo. No puedo contestar a esto a las 12 de la noche en estado catatónico… ¿qué hago? Les dejaré un acuse de recibo prometiendo pronta respuesta:

M muchas gracias por tu carta...me la llevo a casa y te contestaré mañana. Pórtate bien.”

C muchas gracias por el dibujo, me has sacado muy guapo. Se buena”.

Si, reconozco que recurrir a que se porten bien es ruin pero no podía dejar de aprovechar la ocasión de que el Ratón Pérez les recordara lo importante de ser buenas para que su madre no se vuelva loca. Los que no tenéis niños...ya lo entenderéis.

Ahora mismo tengo que enfrentarme a la ardua tarea de ponerme en la piel de un roedor, contestar cosas chulas, no contradecirme con lo que ya dije hace meses y hacerlo de tal manera que cortemos esta moda de cartearse con seres imaginarios.

Empecemos por M.

Querido ratoncito Perez te quiero hacer unas preguntas:

¿Tienes novia?

Ja. Esta pregunta ya se la hizo al ratón y él contestó que tenía una novia muy guapa que se llamaba Lola. ¿Qué hago? Le digo que han roto no vaya a ser que entre en un bucle de razonamientos del tipo... ¿os vais a casar? ¿Tendréis hijos? ¿Cómo se hacen los ratoncitos?...puf, puf, puf…Si, va a ser buena idea. Pero claro, es M, si el ratón le dice que se ha quedado sin novia lo mismo con la empatía que le caracteriza se hunde en un pozo de pena suprema. Optemos por algo más neutro…

Si, ya te conté que tengo una novia muy guapa que se llama Lola...pero ahora se ha ido de viaje a dar la vuelta al mundo”

Perfecto.

¿Tienes hijos?

Con la novia dando la vuelta al mundo no se pueden tener hijos.

No, no tengo hijos y ya te lo dije

¿Tienes mis dientes?

Esta es fácil también. SI le digo que no le provocaré una crisis existencial brutal…y no queremos eso de ninguna de las maneras.

Por supuesto que tengo todos tus dientes…son unos dientes preciosos.

Lo sé, el piropo sobra...pero es mi princeza…

¿Cuántos se me han caído?

¿QUÉEEEE? Que cabrona...esta es una pregunta trampa claramente…mierda, mierda, mierda…no tengo ni idea... ¿5? ¿7? ¿8?...joder, joder, joder.

M ¿no te acuerdas de cuantos dientes se te han caído?

Ohh...qué golpe maestro...devolviendo la pelota.

¿Tienes mascota? ¿Cómo se llama?

Otra pregunta trampa, ésta ya me la hizo...que astuta...está a ver si me pilla. Ja, no sabe que tengo un blog donde lo tengo todo apuntado.

Ya te dije que tengo una lagartija que se llama Mariví…es muy buena y come de todo. Ya me he enterado que tú tienes un pez.

Esto la va a dejar muerta de la emoción. Soy un as.

¿Tienes miedo a los gatos?

Ay…M es tan mona, preocupada por los temores de un ratón. ¿Qué hago? ¿Hago del Ratón Perez una especie de superratón sin miedo a los mininos, un Tom que siempre da para el pelo a Jerry, un Pixie, un Dixie….o lo hago real y le digo que si tiene miedo a los gatos? A M le van los superhéroes…

NO, no me dan miedo los gatos. A los gatos les doy miedo yo. Y como dice tu madre los gatos son asquerosos y recuerda que te dan alergia.

Me hago la ola a mi misma con esta respuesta....

¿Tienes los dientes de mis amigos?

A ver, esta es chunga. Porque claro aquí entra el factor “ Soy especial o soy como todos”…mmm...vale, está claro...M es especial y más para su madre haciéndose pasar de ratón Pérez...a sus amigos que les den o que sus madres se curren cartitas.

tengo los dientes de todos tus amigos, pero te diré un secreto...los tuyos están en un sitio especial”.

Soy un crack.

¿Existes?

¿PERDÓN????? ¿Dudas existenciales?? ¿Ahora? Joder, joder, joder. Esto requiere medidas drásticas. Como caiga en la tentación de contestar algo como ¿tú qué crees?..No quiero ni pensar en la espiral de cartas que puedo sumirme.

Por supuesto que existo.

¿Cuales son tus apellidos?

Jajajajajajaja…me parto con la lógica de M. Si existes es que tienes apellidos como todos. Me mola esta pregunta…me permite ser imaginativa…” Ratón Pérez…. ¿Pérez?”…” Ratón Pérez ¿López?”…o algo más exótico... ¿Ratón Perez…¿ Von Batton? O...hago un homenaje al cine... ¿Ratón Pérez Keyser Soze? O algo más obvio... ¿Ratón Pérez Springsteen? Mierda...tengo posibilidades ilimitadas…Lo tengo…
Me llamo Ratón Pérez Martín…

Debajo un botón…del Sr. Martín tin tin….Esto le va a encantar.

¿Dónde vives?

…mmm…esta es complicada. Voy a optar por la huida hacia delante.

Vivo en un agujerito en la pared que hay en casa del Sr. Martín (soy un crack) que comunica con una cueva muy grande donde guardo todos los dientes”.

¿Te gusta la música?

M está descubriendo la música y anda entre decantarse por la música de mi mp3, la que suena en el mp3 del ingeniero y la radio fórmula que escucha en la radio. Ja...voy a optar por el juego sucio.

Me encanta la música…y ¿sabes qué? Me gusta mucho la que escucha tu mamá.

Soy tan ruin que me parto.

¿A ti te traen regalos los reyes magos?

Esta es facilísima.

Los reyes magos me traen regalos pero solo si me he portado bien.

“te voy a hacer un dibujo”

Que mona.

“Contesta detrás



A ver…joder…lo ha firmado y ha dejado un hueco para que firme el Ratón Pérez…jajajajajaja. Me descojono.

Ahora vamos con C. Estupendo...C para empezar ha dejad una indicación en el sobre, “Abre”...veo que no se fia de la capacidad del Ratón Perez para entender el complejo mecanismo de un sobre. Gracias a Dios las carta solo trae 3 preguntas y ya se las he contestado a M, solo hay que copiar y pegar. Ohhhh...el dibujo me flipa….


Algún día leerán esto y me odiarán y se descojonarán a partes iguales.