miércoles, 13 de mayo de 2009

UNA DÉCIMA DE SEGUNDO. Nacha Pop.

Cuando tenía 12 años era una amiga muy coñazo. Por aquellos tiempos además, no apreciaba en su debido valor el dormir a pierna suelta,así que dormía poco y me levantaba temprano. Mi amiga S. era un ceporro total ( creo que ahora ya con sus dos churumbeles ha tenido que pasarse al lado oscuro de los que no duermen) y sufría mis tempranos amaneceres. Yo me levantaba pronto, pululaba por mi casa y cuando mi madre se había aburrido de verme y me decía “ haz el favor de irte de aquí”, encaminaba mis pasos a casa de mi amiga S.

Cuando llegaba allí ella siempre estaba durmiendo, yo había leído en algún sitio que si te quedas mirando fijamente a alguien que duerme se despierta. Os confirmo que es mentira, horas de contemplarla sin pestañear no servían ni para hacerla cambiar de postura. Al final la zarandeaba porque veía que llegaba la hora de bañarse en la piscina y no había manera de que despertara.

Un día sin embargo llegué y estaba levantada, por supuesto no porque quisiera sino porque su hermana C. tenía la música puesta a un volumen estruendoso. Una canción sonaba una y otra vez, una y otra vez. C. estaba parada en medio del pasillo en una especie de trance músico/espiritual, se giró y me dijo:

- ¿ no te parece una canción increíble? Es la mejor canción del mundo.

Una vez superado el susto de que una chica de 15 ó 16 años se dignará a dirigirse a mi, un mico de 10 años, valoré las respuesta y dije:

- me parece muy sosa.

Ni que decir tiene que la hermana de S. tras esa respuesta claramente inadecuada me ignoró hasta que tuve 20, pero no le tengo rencor, me proporcionó mi primer contacto con Antonio Vega.

Ahora sigo teniendo el mismo sentido musical que una cacerola pero esta canción me pone los pelos de punta.

martes, 12 de mayo de 2009

MATERNITY (XXVI): De 100 a 0.


De 100 a 0 en amor maternal:
  1. Llegas a casa después de una dura jornada laboral, colmada de amor maternal y según abres la puerta empiezan “mamiiiiii..me han pegado” “ mamiiiiii me ha pegado ella”, . Piensas con añoranza en el silencio de tu despacho y valoras la posibilidad de meterte en el coche y volver a hacerte los 80 km.
  2. Preparas la comida con amor y dedicación, lo pones en la mesa y dicen “ lentejazz que azcoo”¿pure? Yo no quiero¿pollo??..no quiero pollitooooooo”En un momento has pasado de sentirte la matriarca de la humanidad alimentando a los polluelos a valorar muy favorablemente obligarlas a la huelga de hambre. Además, sabes que si en vez de lentejas les hubieras dado macarrones el resultado hubiera sido el mismo. Frustrante.

  3. Sábado por la mañana, abres el armario y les sacas la ropa. A las dos lo mismo ( si, ya sé que hay gente a la que no le gusta, pero me da igual, son mis hijas, son pequeñas y puedo obligarlas). Da igual lo que saque si es vestido M. no querrá y si es pantalón C. no querrá. El simple hecho de vestirlas se convertirá en una ginkana de la que saldrás agotada, sudorosa y de una mala leche del 15 que probablemente te dure hasta la noche. Tomas nota mental de no ducharte nunca antes de haberlas vestido, es trabajo perdido.
  4. ¡A peinar!!!...tan monas, con su pelo estupendo, limpio, brillante…¡nooo..con eze cepillo noooooo! ¡coletas no! ¡ quiero el lazo verde! ¡quiero diadema! ¡no quiero diadema! Oigo al ingeniero con su corta patillas en el otro baño y pienso en qué diría mi madre si viera aparecer a sus nietas rapadas.

  5. Día de sol radiante, valoras muchísimo lo cerca que vives del Retiro, paseo familiar en armonía. ¡ ezta lejísimozzz! ¡yo quiero ir en patinete! ¡yo también quiero ir! A casa todos a ver la tele.
  6. Llegas al parque, un banco para ti sola, no hay madres al acecho. Sueltas los bártulos, has sido lista, traes merienda, agua, juguetes, pañuelos, todo. Abres tu libro, te relajas y ¡mamaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa…me hago cacaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!. Coges los bártulos y vuelves a casa cagándote en todo. Por supuesto cuando llegas a casa, se sienta y dice: no zale.

  7. Microherida en cualquier lugar del cuerpo. ¿ me pones una tirita? ¿ me pones una tirita? ¿ me pones una tirita? ¿ me pones una tirita? ¿ me pones una tirita? ¿ me pones una tirita? ¿ me pones una tirita? ¿ me pones una tirita? ¿ me pones una tirita? ¿ me pones una tirita? NOOOO. A pesar de que lo llevéis impreso en el código genético las tiritas no curan y son caras y no se pueden poner en la pestaña.

  8. Mami, mira qué dibujo te he hecho. Precioso cariño. Muchas gracias. Mami, mira te he hecho otro dibujo. Fenomenal. Mami, mira que dibujo te he hecho en la pared del pasillo…¿QUEEEEEE?.

  9. Por fin acostadas. Otro día más lo has conseguido. Te sientas y ¡mamiiiiiiiii, quiero agua! ¡mami me hago piz! ¡ mamiiiii no me puedo dormir! ¡ me pica el culo!


El ingeniero viéndote llorar desconsolada en el sofá, se levanta, se asoma y dice: a dormir que vuestra madre está perdiendo la paciencia. De 0 a 100 en rencor hacia tu pareja.

lunes, 11 de mayo de 2009

RECUERDOS

El sábado hice un cursillo acelerado e intensivo de jardinería. Un millón de flores de temporada para plantar y un ingeniero profesional al mando: limpia las malas hierbas, rastrilla la pinocha, recoge el borde, coloca las piñas, ordena las macetas, ¡haz el favor de plantar en recto!, repite esa plantación…ha sido duro pero ha quedado precioso.

Mientras sufría en silencio la humillación de no saber plantar unas flores con un nombre tan cursi como petunia, mi mente se dedicó a reflexionar sobre los recuerdos.

Es genial tener un sitio donde vas desde que naciste y que puedes asociar a miles de recuerdos. Paseas por una calle y sabes que llevas paseando por ahí desde que naciste: en carrito, andando, en bici, en coche, sola, acompañada, con amigos, con tu madre, con tus hijos..toda tu vida ha pasado exactamente por ese punto.

Lo curioso de los buenos recuerdos es que nunca sabes qué va a ser en un futuro un buen recuerdo. Crees que el día que acabaste el cole, o te compraron una bici o el que conociste a tu pareja o el día que te casaste, o nacieron tus hijas van a ser días que nunca olvidarás y que serán para siempre recuerdos imborrables y todas esas cursilerias. Y no es así. Los días que crees que serán más importantes son en tu memoria una nebulosa en la que ciertos flashes aparecen y desaparecen pero nada más.
Sin embargo los hechos más triviales de tu existencia pueden aparecer en cualquier momento como recuerdos tan vívidos que incluso te provoquen una sensación física. Además cuando vivías esa experiencia no eras consciente de lo feliz que eras en ese momento y de que esa vivencia te acompañaría toda tu vida: montar en bici dando vueltas alrededor de la pérgola, ir a recoger moras, sentarte en una tapia a hablar con tus amigos, conducir solo en silencio, ir con tu padre a comer arroz abanda un día cualquier, un determinado libro, una determinada película, una noche cualquiera ….miles de cosas. Eran cosas que hacías por inercia y que sin embargo cuando vienen a tu mente ahora te provocan una sensación maravillosa. No lo sabías al vivirlas pero estaban dejando una marca en tu vida.

Otra cosa curiosa de los buenos recuerdos es que no se pueden compartir, se puede intentar explicar el momento, la sensación, el sentimiento que te provocan. Se puede incluso haber compartido esa experiencia primera con otra persona, pero lo que para unos constituye un recuerdo muy especial para otros puede haber caído en el olvido más absoluto.

Los malos recuerdos tampoco se pueden compartir, pero eso es una cuestión de supervivencia, igual que no puedes sufrir las desgracias de los demás tampoco puedes compartir la experiencia de un mal recuerdo, si se pudiera la vida sería un dolor continuo.

Los malos y los buenos recuerdos no provocan lo mismo.

Los malos momentos se pueden invocar casi sin ningún estímulo exterior. Puedo pensar en el día que murió mi padre o en el día que hice el ridículo en la función del colegio o el día que alguien se rió de mi o la vez que me dejó un novio en una cafetería. Pienso en esos momentos horribles de mi vida y experimento las mismas sensaciones que tuve en el momento mismo que sucedieron: pena, humillación, vergüenza, ridículo, tristeza absoluta…solo pensar en las situaciones que lo provocaron, y todo está ahí de nuevo, por supuesto que no con la misma intensidad pero sí con bastante crudeza, es entonces cuando dices “ mejor no lo pienso”.

Los buenos recuerdos sin embargo no se pueden invocar así como así. Para que de verdad te reconforten tienen que ser invocados inconscientemente, vas por la calle y el olor a tierra mojada te trae a la memoria el día que ibas paseando por Pontevedra completamente empapada y al ingeniero se le rompió el móvil porque se le llenó el bolsillo de agua, os reistéis tanto en mitad de la calle completamente empapados que la gente os miraba pensando que estabais locos. En el momento que tienes ese recuerdo experimentas una sensación agradable pero no la misma que tuviste en su momento..es como si te vieras a ti mismo en una película pasada a doble velocidad. Te entreves rápidamente en un momento dichoso pero pasa tan deprisa que no te da tiempo a asirlo, a revivirlo. Intentas volver a pensar en ello pero el recuerdo se ha esfumado, la sensación que te ha provocado también y sólo queda esperar a que vuelva.

Los buenos recuerdos te hacen revivir lo feliz, lo libre o lo reconfortada que te sentiste en un determinado momento sin saber que ese determinado momento perduraría en tu memoria.

Quizá dentro de un tiempo la visión de infinitas bandejas de petunias me traiga a la memoria este fin de semana como un buen recuerdo pero por ahora solo tengo agujetas.

viernes, 8 de mayo de 2009

NO PRIMAVERA

Hace un año escribí un par de post, uno sobre cómo odio la primavera y otro sobre el confusionismo estilístico. Bien, pues este año tengo una novedad. En Madrid no ha habido primavera, hemos pasado de dormir con edredón y pijama largo a ir en chanclas por la calle, camisetas de tirantes y si me apuras gorro de paja para la solanera que pega.

Esto estaría muy bien si nos hubieran avisado. “ Eh chicos, el 4 de mayo empieza el verano”. Yo me habría alegrado muchísimo, la inexistencia de la primavera es una buena noticia. Una estación absurda y cursi que nos hemos ahorrado.

Pero claro te ha pillado por sorpresa. Tú contabas con unos días del famoso “ entretiempo”, salir de casa por la mañana a 9 grados y llegar a casa con 30, levantarte sudando y volver a casa azul del frío de la tarde. Días entre semana en los que Madrid parece un horno, convertidos en frío polar el finde semana…vamos, el entretiempo de toda la vida. Peor no avisan y claro no habías preparado nada. Estabas en modo “ tiro con lo que tenga hasta que pueda sacar lo de verano verano”, pretendías tirar hasta junio con tu ropa de invierno que menos abriga sabiamente combinada.

Si llegas a saber que este año nos íbamos a saltar una estación te habrías aplicado y habrías cambiado el armario, tus piernas no tendrían esas melenas colgando y te hubieras preocupado por tener un color de piel que no hiciera sospechar a tus vecinos que tienes turberculosis. Por supuesto si lo llegas a saber te hubieras tomado el régimen más en serio y las torrijas de hace 3 semanas no habrían tenido tanto éxito en tu dieta.

Pero no. Ha sido a traición. Un día estás con el forro polar y al día siguiente solo abrir tu armario te da angustia vital. Miras dentro y ahí están tus jerseys de cuello vuelto, tus botas altas, los pantalones de pana, la gabardina…ahí están mirándote y diciendo “ todavía es mayo..danos una oportunidad..no te pongas tirantes todavía…que luego te hartarás”. ( Si eres tío no entiendes este problema porque ni siquiera sabes que existe) , pero yo empiezo a pensar, joder, tengo que sacar la ropa de verano…tengo que sacar la ropa de verano..y no tengo tiempo. Y salgo a la calle y veo a todas esas supermarujas organizadas que no solo han sacado la ropa de verano sino que además les ha dado tiempo a ir y comprarse modelos de la nueva temporada. ¿ Y qué me pasa? Que me hostilizo con las marujas, con mi armario, con el calor y con el que ha decidido que esta temporada todo tiene que ser morado.

¡¡ Este año incluso me he comprado 2 pares de zapatos de entretiempo!!..y ahora resulta que para nada.

Voy a mirar el parte metereológico a ver si alguna ola de frío polar despistada va a caer por aquí próximamente y puedo ver a las marujas en sandalias chapoteando en los charcos mientras la camiseta de tirantes se les agujerea por el granizo y la falda se les levanta por encima de la cabeza por el vendaval y así podría comprobar que solo se han dado autobronceador hasta las rodillas.

¡¡ODIO LA PRIMAVERA!!! Y ¡¡ODIO LA NO PRIMAVERA!!!.

Y encima me ha salido un post estacional…hoy no me soporto.