Hace un año escribí un par de post, uno sobre cómo odio la primavera y otro sobre el confusionismo estilístico. Bien, pues este año tengo una novedad. En Madrid no ha habido primavera, hemos pasado de dormir con edredón y pijama largo a ir en chanclas por la calle, camisetas de tirantes y si me apuras gorro de paja para la solanera que pega.
Esto estaría muy bien si nos hubieran avisado. “ Eh chicos, el 4 de mayo empieza el verano”. Yo me habría alegrado muchísimo, la inexistencia de la primavera es una buena noticia. Una estación absurda y cursi que nos hemos ahorrado.
Pero claro te ha pillado por sorpresa. Tú contabas con unos días del famoso “ entretiempo”, salir de casa por la mañana a 9 grados y llegar a casa con 30, levantarte sudando y volver a casa azul del frío de la tarde. Días entre semana en los que Madrid parece un horno, convertidos en frío polar el finde semana…vamos, el entretiempo de toda la vida. Peor no avisan y claro no habías preparado nada. Estabas en modo “ tiro con lo que tenga hasta que pueda sacar lo de verano verano”, pretendías tirar hasta junio con tu ropa de invierno que menos abriga sabiamente combinada.
Si llegas a saber que este año nos íbamos a saltar una estación te habrías aplicado y habrías cambiado el armario, tus piernas no tendrían esas melenas colgando y te hubieras preocupado por tener un color de piel que no hiciera sospechar a tus vecinos que tienes turberculosis. Por supuesto si lo llegas a saber te hubieras tomado el régimen más en serio y las torrijas de hace 3 semanas no habrían tenido tanto éxito en tu dieta.
Pero no. Ha sido a traición. Un día estás con el forro polar y al día siguiente solo abrir tu armario te da angustia vital. Miras dentro y ahí están tus jerseys de cuello vuelto, tus botas altas, los pantalones de pana, la gabardina…ahí están mirándote y diciendo “ todavía es mayo..danos una oportunidad..no te pongas tirantes todavía…que luego te hartarás”. ( Si eres tío no entiendes este problema porque ni siquiera sabes que existe) , pero yo empiezo a pensar, joder, tengo que sacar la ropa de verano…tengo que sacar la ropa de verano..y no tengo tiempo. Y salgo a la calle y veo a todas esas supermarujas organizadas que no solo han sacado la ropa de verano sino que además les ha dado tiempo a ir y comprarse modelos de la nueva temporada. ¿ Y qué me pasa? Que me hostilizo con las marujas, con mi armario, con el calor y con el que ha decidido que esta temporada todo tiene que ser morado.
¡¡ Este año incluso me he comprado 2 pares de zapatos de entretiempo!!..y ahora resulta que para nada.
Voy a mirar el parte metereológico a ver si alguna ola de frío polar despistada va a caer por aquí próximamente y puedo ver a las marujas en sandalias chapoteando en los charcos mientras la camiseta de tirantes se les agujerea por el granizo y la falda se les levanta por encima de la cabeza por el vendaval y así podría comprobar que solo se han dado autobronceador hasta las rodillas.
¡¡ODIO LA PRIMAVERA!!! Y ¡¡ODIO LA NO PRIMAVERA!!!.
Y encima me ha salido un post estacional…hoy no me soporto.
Esto estaría muy bien si nos hubieran avisado. “ Eh chicos, el 4 de mayo empieza el verano”. Yo me habría alegrado muchísimo, la inexistencia de la primavera es una buena noticia. Una estación absurda y cursi que nos hemos ahorrado.
Pero claro te ha pillado por sorpresa. Tú contabas con unos días del famoso “ entretiempo”, salir de casa por la mañana a 9 grados y llegar a casa con 30, levantarte sudando y volver a casa azul del frío de la tarde. Días entre semana en los que Madrid parece un horno, convertidos en frío polar el finde semana…vamos, el entretiempo de toda la vida. Peor no avisan y claro no habías preparado nada. Estabas en modo “ tiro con lo que tenga hasta que pueda sacar lo de verano verano”, pretendías tirar hasta junio con tu ropa de invierno que menos abriga sabiamente combinada.
Si llegas a saber que este año nos íbamos a saltar una estación te habrías aplicado y habrías cambiado el armario, tus piernas no tendrían esas melenas colgando y te hubieras preocupado por tener un color de piel que no hiciera sospechar a tus vecinos que tienes turberculosis. Por supuesto si lo llegas a saber te hubieras tomado el régimen más en serio y las torrijas de hace 3 semanas no habrían tenido tanto éxito en tu dieta.
Pero no. Ha sido a traición. Un día estás con el forro polar y al día siguiente solo abrir tu armario te da angustia vital. Miras dentro y ahí están tus jerseys de cuello vuelto, tus botas altas, los pantalones de pana, la gabardina…ahí están mirándote y diciendo “ todavía es mayo..danos una oportunidad..no te pongas tirantes todavía…que luego te hartarás”. ( Si eres tío no entiendes este problema porque ni siquiera sabes que existe) , pero yo empiezo a pensar, joder, tengo que sacar la ropa de verano…tengo que sacar la ropa de verano..y no tengo tiempo. Y salgo a la calle y veo a todas esas supermarujas organizadas que no solo han sacado la ropa de verano sino que además les ha dado tiempo a ir y comprarse modelos de la nueva temporada. ¿ Y qué me pasa? Que me hostilizo con las marujas, con mi armario, con el calor y con el que ha decidido que esta temporada todo tiene que ser morado.
¡¡ Este año incluso me he comprado 2 pares de zapatos de entretiempo!!..y ahora resulta que para nada.
Voy a mirar el parte metereológico a ver si alguna ola de frío polar despistada va a caer por aquí próximamente y puedo ver a las marujas en sandalias chapoteando en los charcos mientras la camiseta de tirantes se les agujerea por el granizo y la falda se les levanta por encima de la cabeza por el vendaval y así podría comprobar que solo se han dado autobronceador hasta las rodillas.
¡¡ODIO LA PRIMAVERA!!! Y ¡¡ODIO LA NO PRIMAVERA!!!.
Y encima me ha salido un post estacional…hoy no me soporto.