martes, 2 de diciembre de 2008

MATERNITY (VI): FUNCIONES ESCOLARES.

Mis hijas van a un colegio “buenísimo”, básicamente porque está a 50 pasos exactos de la puerta de mi casa. Se me caen las lágrimas cuando salgo por la mañana y veo que vivimos al lado. Lástima que casi siempre lleguemos tarde, ¿he comentado que soy muy impuntual?.

Bueno, a lo que iba. Es un colegio “buenísimo” pero tiene sus cositas. Primeramente las monjas están claramente en contra mía y han ideado un sistema para localizar a los niños pequeños que consiste en coserles el nombre en una cinta de distinto color dependiendo de la edad que tengan. Así, los de 3 años son “ cinta roja”, los de 4 “ cinta azul” y los de 5 “cinta amarilla”. De primeras parece un buen sistema sin más complicaciones, pero claro…alguien tiene que coser la cinta de colores en las mil y una prendas que componen el uniforme. Yo suelo comenzar la tarea con ahínco y buenas intenciones en los primeros días de septiembre, para pasar después por la frustración, el cabreo, la desesperación y finalmente la resignación…mis hijas son las únicas que llevan el nombre torcido..pero qué más da..son tan monas.

Las monjas, no contentas con este desafío anual, tienen otro preparado: la función de navidad. Yo empiezo a tener escalofríos el 2 de noviembre, cuando mis dos princesas se pasan horas cantando villancicos en inglés y en español, recitando poesías y bailando por toda la casa. El momento disfraz se acerca.

Los niños de 1º C tienen que venir de ángeles. Sed creativos.”

“Los niños de 3ºB tienen que venir de posaderos. Sed creativos



¡MIERDA!...ángeles vale..pero ¿posaderos??. Sudores fríos me recorren. Llamo a mi suegra que es mi salvadora en estos casos y le cuento de que tienen que ir disfrazadas. “No te preocupes, yo me encargo”.

Al día siguiente, dos notitas del colegio me esperan.

Los ángeles no deberán traer alas”. Joder, pues vaya gracia con 3 años lo divertido son las alas.

Las posaderas son judias”. ¿Ein?.

Llamo a mi suegra y le cuento las novedades. “ NO te preocupes”.

Unos días después cuando ya me he relajado, nuevas circulares.

Los ángeles deberán llevar adornos en el pelo dorado, la túnica tiene que llegarle a los pies y los zapatos deben ser blancos”. Vaya por Dios. Menos mal que no me tome al pié de la letra lo de ser creativa y seguro que mi suegra no ha ideado un disfraz de ángel minifaldero, rojo puticlub y con cuernos de diablo.

Las posaderas son de la zona de Galilea”. Me entra la risa floja. Mi suegra me dice…claroooo..y yo pienso..mira pues voy a aprender como iban las posaderas hebreas.

Llega el día de la función que siempre es entresemana y a una hora en que nadie trabaja como las 4 de la tarde. Hordas de padres estresados esperan emocionados a que sus retoños canten los villancicos que llevan oyendo dos meses en casa. Los disfraces son graciosos porque me doy cuenta de que no todo el mundo tiene una suegra costurera con mucho mundo….jijij..creo que veo un ángel morado y todo.

La función en total dura unos 20 minutos. Flashes, cámaras, madres llorando y todos para casa a ver los vídeos. Lo malo de que todos vayan disfrazados iguales es que te puede pasar como a mi amigo D. que cuando llegó a casa y puso la cinta se dio cuenta de que había grabado a otro ángel……


....yo no digo nada...pero eso a una madre no le pasa.

domingo, 30 de noviembre de 2008

EN EL TREN

Hoy he ido a echar gasoil al coche. Mientras esperaba a que el amable gasolinero me cobrara, pensando en lo alucinante que es que ahora mismo solo me cueste 40 € llenar el depósito, mi vista se ha paseado por el mostrador de comida prefabricada de la gasolinera y de repente me he quedado petrificada leyendo LORD SANDWICH.

No, no me he vuelto loca. Y no, tampoco como sandwiches con aspecto de ser de plastilina. Es que he recordado que yo tuve el inmenso ¿honor? de conocer al dueño de esa importante empresa de alimentación. ¿No es increible la gente tan peculiar que conozco?.

Debo decir que el recuerdo de este señor? me traé más bien escalofríos porque pasé hasta miedo. Corría el año 2003 y G y yo nos disponíamos a realizar nuestro viaje anual. El destino era Paris. Quedaba un mes para que naciera M. así que no podíamos volar, y además el tren nos encanta y es muy romántico. Como no estábamos hipotecados hasta la coronilla, tiramos la casa por la ventana y nos fuimos en Gran Clase en el tren " Ciudad de la Luz".

Éramos jóvenes, pipiolos, despreocupados y sobre todo desconocíamos la existencia de Lord Sandwich. Nos acomodamos en nuestro compartimento, leímos, tomamos una copa y a las 10 de la noche nos encaminamos al vagón restaurante a disfrutar de lo que pensábamos sería una romántica cena atravesando la Meseta. ¡Qué equivocados estábamos!

En el vagón restaurante no había ni una mesa libre, asi que tuvimos que sentarnos en una mesa ocupada por un hombre de aspecto un poco macarra..pero nada hacía preveer la noche de pánico que íbamos a pasar. Era Lord Sandwich.

Para empezar nos trató como si tuvíeramos 16 años. En segundo lugar enseguida dedujimos que era un poquito machista porque a mi ni me miraba, todo lo hablaba con G. incluso cuando yo comentaba algo miraba a través de mi. A lo largo de toda la cena nos instruyó sobre los beneficios de tomar 16 cafés de máquina al día, los 25 millones de personas que vivían en Nueva York y como nos estábamos equivocando por vivir en el centro de Madrid y no a 60 km en dirección norte. Todo en un tono amenazador que incluso me hizo morderme la lengua a mi. Barajé la posibilidad de descojonarme en su cara con lo de los 25 milones de habitantes de Nueva York...pero G. me arreó un rodillazo temiendo probablemente que nos pegara.

Creo que nunca hemos engullido la cena tan deprisa pero aún así a mi se me hizo eterno. No contento con esa charla, al percatarse de que estaba embarazada soltó dos perlas que literalmente me hicieron desear tirarme en marcha del tren.

-A las mujeres cuando están embarazadas se les pone carita de muñecas...pero claro cuerpo de elefantas......Lo mejor es mirarlas solo de cuello para arriba.

- Cuando mi mujer se puso de parto, no se quejó ni nada. Me despertó cuando ya estaba toda la cama llena de sangre..

Aparte de compadecerme por su pobre mujer...decidí que era la hora de irme a dormir...pero no iba a ser tan fácil. Estaba empeñado en tomar una copa con nosotros. Yo me negué aduciendo que no podía beber pero G. se vió obligado a ir con él. Debo decir que nunca se tomó una copa más rápido. Cuando llegó a nuestro compartimento me dijo: Ana coge el mismo tren que nosotros a la vuelta.
Teníais que habernos visto 4 días más tarde, como en las pelis de espías, escondidos detrás del periódico en la estación de Austerlitz.

De esta bonita anécdota se deducen varías cosas:
- no hay que hacer pandilla en los trenes
- cenar a las 8 puede ser de guiris, pero no es tan mala idea.
- sobornar al jefe del tren para que te reserven una mesa para 2 no está mal visto y además funciona
-los asesinatos en los trenes tienen su explicación.

viernes, 28 de noviembre de 2008

VIERNES

Tras una semana infernal por fin es viernes.

En el curro estoy haciendo amigos.

El de mantenimiento ha cambiado de estrategia, como me ha visto llegar con pantalones de pana, jersey de cuello vuelto y camiseta interior ha decidido asarme. Estoy a punto de pasar calor, pero sé cual es su estrategia…está esperando que le llame para decirle que hace mucho calor y volver a congelarme. Ni de coña. Antes vengo en tirantes y sandalias.

La “asistencia informática” de mi empresa empiezo a sospechar que también es de atrezzo. No me funciona el correo. Llamo al teléfono y te lo coge un tío que parece que te está haciendo un favor:

- Si, ¿Quién eres?.
- Soy tu pesadilla. NO funciona el correo. No me entran mensajes de fuera de la casa.
- Ah…
- Ah qué?. ¿Qué ya lo sabías? ¿Qué te toca un pié? ¿Qué lo vas a solucionar?.
- ¿Quién me has dicho que eras?.
- Mira tío, entiendo que quieras ser Bill Gates, pero has tenido mala suerte y eres el de asistencia técnica..y estás para solucionar marrones…así que si no te gusta haber elegido muerte..pero SOLUCIONALO YA.

No me ha hecho ni caso. Pero ahora le mando un mail desde la dirección de mi jefe y apuesto lo que sea a que en 10 minutos está solucionado.

Además de todo mi jefe se ha pirado y me ha dejado un encargo de alto nivel intelectual y que por supuesto me va a realizar laboralmente, nada más y nada menos que ENVOLVER 30 CAJAS DE MÚSICA…ya me están sudando las manos.

Menos mal que me conformo con poca cosa para alegrarme el día:

Acabo de hacer el pedido a la librería de todos los libros que voy a regalar en Reyes y eso me gusta.

Esta noche salgo con unos amigos que dan glamour a mi vida y me tratan como a una reina. Eso sí, primero vamos a cenar a un restaurante extremeño porque contra lo que se pueda llegar a creer ser glamouroso no está reñido con ponerse hasta las patillas de comer. Lo malo del plan es que mis buenos propósitos de hace 15 días de no volver a beber me temo que van a terminar hoy.

jueves, 27 de noviembre de 2008

ESA VISIBLE OSCURIDAD




Otro libro triste y van no sé cuantos este año. En breve haré recuento de mis lecturas anuales pero así por encima he leído un montón de libros tristes, nostálgicos y melancólicos.

El que acabo de terminar se llama “Esa visible oscuridad” de William Styron. Es una obra muy breve donde el autor narrra el proceso depresivo que sufrió al cumplir los 60 y dejar la bebida, no quiero decir que la depresión le viniera provocada por esos dos factores, sino que fue en ese momento de su vida. Tocó fondo, pensó en suicidarse y acabó hospitalizado. Lo interesante del libro no es ni porqué le dio depresión, ni como salió de ella si no como cuenta las sensaciones tanto físicas como mentales que se sienten al estar deprimido.

Yo estuve deprimida cuando nació mi hija M. Fue espantoso. Todo el mundo viene a decirte lo estupendo que es todo y tú solo quieres meterte en la cama y que te dejen en paz, no quieres a la niña ni a nadie. Quieres morirte. Tal y como explica Styron tienes mejores y peores momentos a lo largo del día, pero básicamente te dedicas a sobrevivir y arrastrarte. Para mi el peor momento era por la mañana..al despertarme, tenía ansiedad, angustia y una tristeza infinita. Luego sobrevivía todo el día..hasta que por fin conseguía acostarme. Por lo menos dormía aunque solo lo que un bebé te deja.

Al final consigues salir, pero se pasa muy mal y no se olvida.

En la depresión, esta fe en el rescate, en el final restablecimiento , falta por completo. El sufrimiento es inconmovible, y lo que hace intolerable la situación es saber de antemano que no llegará ningún remedio: ni en un día, una hora, un mes o un minuto. Si se da una ligera mitigación, sabe uno que es solo temporal; le seguirá más tormento. Aún más que dolor, es desesperación lo que apabulla el alma.”