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lunes, 7 de octubre de 2013

MI EXPERIENCIA CON GRAVITY

El sábado fui al cine.
Vi Gravity.
 
 
Voy escalando etapas en la relación con el espacio.
 
Primero está la indiferencia cósmica, no sabes ni que el universo existe ni nada, solo hay cielo. Nada de inquietud. Es cielo. Es azul de día y negro de noche. No hay más.
 
Después está la curiosidad cósmica. Pasas a preguntarte que habrá allá arriba, ¿por qué lucen las estrellas? ¿por qué el sol calienta tanto? Aquí es cuando te aprendes los nombres de los planetas.
 
Tras la curiosidad hay una bifurcación. Los hay que pasan a la admiración y el interés supremo por el espacio, el universo, las estrellas, las galaxias, los satélites, los agujeros negros...Estos después sueñan con ir al espacio y les fliparía un viaje en transbordador y todo lo que eso conlleva.
 
Por supuesto yo estoy en el otro grupo, tras la curiosidad cósmica me encaminé por la senda del vértigo cósmico que consiste básicamente en no pensar mucho en la inmensidad del universo, la pequeñez de nuestro planeta y la mía propia porque sólo acercarme a ese pensamiento me provoca ansiedad, me corta la respiración, el apetito, las ganas de vivir y me da ganas de llorar.
 
Fui a ver Gravity con el propósito de superar esa etapa. Pero como lo que no te mata te hace más fuerte, y tras casi morir  de vértigo cósmico en el cine me he hecho más fuerte en mi pensamiento. Estoy en una nueva etapa: el pánico cósmico.
 
Yo jamás iría al espacio. Jamás. Si me drogaran y me metieran en un transbordador espacial y de repente me despertara en una nave, jamás conseguirían obligarme a dar un "paseo espacial". Si a pesar de mi negativa consiguieran sacarme de la nave con alguna amenaza brutal (sólo se me ocurre alguna amenaza contra la integridad de las princezaz para conseguir que saliera...todo lo demás me daría igual) me aferraría a la nave como una lapa. Incluso pensaría en la manera de ponerme imanes (¿los imanes funcionan en el espacio?) para que no pudieran despegarme. Me niego a atarme a la nave con una cuerdecita y ni por asomo me pondría una mochilita de esas de propulsión que los astronautas encuentran extrañamente divertidas.
 
Flotar NO mola. No es divertido. No tienes ningún control ni ningún apoyo ni nada.
 
Flotar dentro de la nave NO mola nada. Tú no eres lo único que flota, todo flota y tienes que ir apartando cosas o agarrándolas para que no se escapen. Todo se convierte en algo peligroso con lo que puedes herirte y además como no tienes control tienes que ir con las manos por delante para no darte con las paredes, el techo...
 
Pero si flotar dentro de la nave es horroroso...flotar en el espacio es lo peor de lo peor. ¿Dónde vas? ¿Paras alguna vez? ¿Chocas contra algo? ¿Hasta donde llegas? ¿Cuándo se te acaba el oxigeno te duermes y no te das cuenta de que te mueres? ¿Te descompones? ¿Entras en órbita?  ¿Oyes algo?Necesito una bolsa para respirar ahora mismo.
 
La ropa de astronauta. Gran tema. Sales al espacio a darte un rulo embutido en un traje dónde cabes tú y toda tu familia y con el que casi no puedes moverte pero sin embargo los guantes son extrañamente prácticos. ¿Por qué yo no puedo darle al  botón del ascensor con mis guantes y ellos pueden manejar todo tipo de cosas con esos guantes enormes? Algo de su tecnología no nos está llegando.
 
Y ¿debajo del traje? Sé que los de la peli se han documentado y que el motivo de que debajo del traje espacial de Michelin la Bullock solo lleve una camisetilla y un minicoulotte es por dar realismo a la película y no para que enseñe cacha pero ¿de verdad llevan solo eso debajo del traje? ¿No hace frio ahí fuera? ¿Qué llevan ellos? ¿la misma camiseta y un marcapaquete? No sé, me perturba. De hecho fue unas de las cosas que me sacó de la peli y de mi pánico cósmico. ¡Ni siquiera llevan calcetines!
 
Más.
 
La gravedad mola. Para lo único que me parece chula la ausencia de la gravedad es para llorar, ver tus lágrimas flotando a tu alrededor le da una nueva dimensión al llanto. Además de notar tus lágrimas, las ves...ves tu tristeza o tu alegría flotar. Y puedes literalmente tragarte tus lágrimas y saborearlas.
 
Al salir de ver Gravity o bien quieres besar el suelo o enrolarte en la Nasa. Ni que decir tiene que yo fui de los de la corriente papal.



Ahora, mirad la agenda y pensad que día vais a verla. Es una película maravillosa aunque me hiciera temblar de miedo y me  haya hecho plantearme llevar zapatos con suelas imantadas.

miércoles, 2 de octubre de 2013

¿QUÉ HACES CON TU DÍA?


Coaching emocionales, claves para mejorar tu vida, claves para aprovechar tu tiempo, como conseguir éxito en lo que te propones, los diez pasos para empezar a cambiar tu vida. Las revistas, los periódicos, los medios, las redes están llenos de artículos, posts y referencias de este tipo.

¿Una fiebre nueva provocada por la crisis? ¿Una ola de buen rollo bienintencionado aunque un poco inocente para intentar mejorar el ánimo de la sociedad? ¿Una manera de dar esperanza haciéndonos creer que podemos cambiar algo?

Este fin de semana he descubierto que no.

En 1910, ¡¡1910!!  Arnold Bennett publicó "Cómo vivir con 24 horas al día" un libro de escasas 100 páginas que se lee en un rato. Comienza con un breve ensayo que se titula "Apuntes sobre el éxito".

Lo primero que hace Bennett es explicar como hay una oleada de artículos en la prensa de Reino Unido, (en 1910 repito) sobre el tema del éxito y que prácticamente cualquier periodista ha escrito sobre ello. Advierte también que él no está muy de acuerdo con esa idea y que sabe que sus opiniones contrarias a esta corriente de propagación del éxito no van a ser bien recibidas. (Exactamente igual que ahora)

«La mayoría de quienes opinan sobre el éxito tienen un corazón tan inequívocamente bueno que terminan escribiendo cosas perversamente falsas. La base de su argumentación es que prácticamente cualquiera que se lo proponga pueda tener éxito. Esto es, en una palabra, mentira. Precisamente el meollo de la noción de éxito consiste en un alejamiento de la masa de las personas corrientes, acaso la única característica común a los distintos tipos de éxito. Dirigirse a toda la población, como hacen estos escritores y decirle a la masa cómo alejarse de sí misma es una soberana estupidez».

Estoy en parte  de acuerdo con Bennett y en parte no. Creo que mucho de lo que se escribe ahora sobre éxito y emprendimiento no va asociado a gente de buen corazón, sino directamente a la oportunidad de negocio. En una época de crisis, desesperanza y desánimo...cuando hay poco margen de maniobra, uno se agarra a lo que puede y por eso todos esos consejos, listas, artículos y posts florecen. La gente, el público, la sociedad desesperada demanda alguna solución y si se la dan mascada mejor. Muchos de esos escritos y autores lo hacen por que han visto la oportunidad de negocio...y no me parece mal, cada uno se intenta solucionar la vida como puede, pero no creo  en el buenismo como espíritu motivador de ese tipo de artículos.

«No hay peor consejero en materia de cómo tener éxito que el típico triunfador. Raramente entiende las razones de su propio éxito. Cuando una revista generalista le pide que cuente sus experiencias para que sirvan como guía a la juventud de todo el país, le resulta imposible ser natural y sincero. Sabe el tipo de respuesta que se espera de él y cuenta que llego a Londres sin un céntimo en el bolsillo o alguna heroicidad de esta índole. El periodista lo publica y queda contento con el tono edificante de la entrevista, pero la verdad está en otra parte».

¿Quién no ha leído un millón de artículos que empiezan "desde su humilde origen en....?

Bennett se está refiriendo al éxito de "triunfador" por llamarlo de alguna manera que es básicamente el mismo concepto que tiene la mayoría de la gente actualmente. Bennett distingue entre el éxito en las ciencias, el éxito artístico, el poder político y "amasar un dineral".

Con respecto a esto,  creo que estamos peor que hace un siglo. La mayor parte de la población asocia éxito a tener una pasta gansa que le permita una vida de lujo y cero preocupaciones. Además, se aspira a conseguir ese dineral de la manera más superficial posible: jugando al fútbol, saliendo en la tele y cosas por el estilo. No estoy diciendo que todo el mundo opine eso, pero lamentablemente si salimos a la calle y preguntamos qué es éxito muchas respuestas irán asociadas a "tener mucho dinero" o "ser famoso". Poca gente considera una vida exitosa ser un gran científico o el hecho de que tu trabajo te encante y te de para vivir.

Hay sin embargo otro tipo de éxito que Bennett si considera al alcance de todo el mundo pero que sin embargo poca gente quiere o si quiera considera.

«Si la naturaleza humana fuera más perfecta de lo que es, el éxito significaría lograr un profundo conocimiento de uno mismo y una filosófica paz interior, objetivo que quizá estaría al alcance de la mayoría de los mortales».

En el resto del libro Bennett explica como conseguir ese conocimiento de uno mismo o esa filosófica paz interior intentando aprovechar nuestro tiempo. Lo primero que explica es una obviedad, algo tan obvio que se nos olvida todos los días.

«Los filósofos han explicado el espacio. No han explicado el tiempo. Es la materia inexplicable que da forma a todo. Con él, todo es posible. Sin él, nada. El suministro de tiempo que recibimos cada día es realmente un milagro, un asunto asombroso si se examina con detenimiento. Resulta que te levantas por la mañana y ¡tachán!...como por arte de magia te embolsas veinticuatro horas más del tejido puro del universo de tu vida. Es tuyo. Es la más preciada de las posesiones. Una materia prima única en su especie, que te llueve encima de un modo también único. Fíjate. Nadie puede quitártela. Es a prueba de ladrones. Y nadie recibe ni más ni menos que tú».

Con un tono irónico y mucho humor inglés, Bennett va desmontándonos (un siglo antes) todas las excusas que nos damos diariamente para no enfrentarnos al hecho de que no estamos "viviendo" y "aprovechando el tiempo", sino sencillamente pasando por la vida con la excusa de que tenemos mucho trabajo, muchas cosas que hacer y que cuando terminamos con todo, estamos demasiado cansados.

«¿Quién de nosotros no se dice a sí mismo, se pasa la vida diciéndose "Cuando tenga tiempo cambiaré esto y lo otro"? Nunca tendremos más tiempo. Tenemos todo el tiempo que hay».

¿Qué propone Bennett para no "pasar por la vida"? Pues dedicar un poco de tu tiempo a pensar, a ejercitar la mente. A leer, a ir a conciertos (es 1910...el mundo del ocio no era un parque temático como ahora,  había menos opciones) Dedicar tiempo a lo que sea que te sirva a ti mismo para no estar trabajando ni pasando las horas.  Encontrar algo que te guste y te apetezca hacer o a lo mejor no te apetezca de primeras porque te da pereza, porque no tienes tiempo, porque el sofá mola más o porque perder el tiempo en twitter es más descansado...pero dedicar parte de tu tiempo a algo que te llene y te haga "vivir". 

«Ahora bien, en el cultivo de la mente, uno de los principales factores es precisamente experimentar ese esfuerzo o resistencia, ocuparse de una tarea ante la cual parte de nosotros nos urge a realizarla y parte de nosotros nos urge a escaquearnos». 

Bennett lo explica muy bien pero yo añadiría que la balanza entre querer hacer algo que sabes que te va a molar y sentar bien y escaquearte en el sofá...no ocurre solo con el cultivo de la mente. Ocurre lo mismo si te aficionas a correr, nadar, el scrabble o el submarinismo. Y también ocurre si tienes que planchar...

Y por último Bennett nos advierte contra el fracaso si decidimos intentar tener un poco más de "vida" y menos de "pasar por aquí". Es bastante sabio y sabe que la fuerza del sofá, la tele y el Candy Crush es poderosa...así que nos dice que nos tomemos con calma el intento de aprovechar mejor nuestro tiempo y estemos preparados para fracasar al principio y empezar poco a poco...sin muchas ambiciones.

«No estoy de acuerdo con aquello de que en todo caso es mejor fracasar a lo grande que obtener una victoria pírrica. Soy fan de las victorias pírricas. Un fracaso glorioso no conduce a nada. Una victoria pírrica puede conducir a una victoria no tan pírrica.

Me encanta la frase "soy fan de las victorias pírricas". Lancémonos hacia objetivos pequeños que nos den pequeñas satisfacciones, puede que al acumular muchas de éstas consigamos algo más grande...mucho más grande.

«Existe toda una industria del éxito que se nutre de engañar a la mayoría con la complicidad tácita de la minoría»

Hay que leer a Bennett para darnos cuenta de que todo lo que nos pasa ya ha pasado antes y disfrutar de una buena lectura que nos enseñe algo sin sentir que nos están timando.

viernes, 13 de septiembre de 2013

LAS VOYAGER, MI VÉRTIGO CÓSMICO Y ENAMORARSE


Esta mañana, como cada mañana cuando trabajo he entrado en la cocina como una autómata, llorando de sueño y de autocompasión. He abierto la nevera, cogido la leche, el zumo y la mantequilla y de camino a la mesa he encendido la radio para escuchar cosas que no quiero oír pero que consiguen que no me duerma mientras me estoy untando la tostada.
Entre las lágrimas, el café, el zumo, la tostada y noticias de política y deportes que no me interesan nada escucho algo que me activa.
Automáticamente pienso en un artículo sobre el tema queleí el año pasado y que me gustó porque aprendí mucho. Recuerdo la película de “El abismo negro” y mi ya famoso vértigo cósmico y recuerdo este maravilloso corto que vi hace unas semanas y que me encantó. Después, en la ducha, decido que ya tengo post.

Encontré este corto en un este post. En él, la directora, Penny Lane cuenta la historia de las sondas Voyager, habla de enamorarse, de correr riesgos al hacerlo, de la historia de amor de Carl Sagan,  de su pareja y de lo inmenso y desconocido que es el Universo.


Está en inglés y no  he encontrado traducción ni subtítulos…asi que me he currado una traducción de andar por casa para los que no controláis inglés y en especial para Biónica. (Puristas de la traducción, perdón si he metido la gamba en algo)

De verdad, dedicad 14 minutos del fin de semana a verlo.
 


 El documental está narrado con una voz en off que es la de propia directora, Penny Lane.
“El año antes de que yo naciera, la Nasa lanzó dos sondas especiales idénticas en una misión que se suponía duraría dos años. Nadie sabía que 30 años después (36 años ahora mismo)  seguirían viajando, con una velocidad de un millón de millas al día (Ni idea de cuánto es eso pero suena a muchísimo), más allá del Sol, más allá de todo lo conocido.

Las Voyager son ahora mismo, los objetos hechos por el hombre más lejanos en el espacio y su viaje continuará literalmente para siempre.  Probablemente sean las únicas evidencias de que alguna vez nosotros existimos.
Cada una de las sondas lleva en su interior un disco de oro grabado  (Golden Record se llamó el proyecto). Es una compilación de fotos, sonidos e imágenes codificadas en un código binario: una madre amamantando, un águila extendiendo sus alas, saludos en 50 idiomas y un mensaje del Presidente Carter (era el Presidente de EEUU en 1977). Momentos y momentos del hombre en la Tierra.  (Aquí suena ópera por si alguno se ha perdido o quiere saber por dónde va el texto). Estos discos son una especie de tarjetas de San Valentín (son americanos y es tradición) dedicada a la ínfima posibilidad de que en algún lugar muy lejano en el tiempo y en el espacio las sondas contacten con alguien.

Los ingenieros aseguran que la grabación durará un millón de años.
No me sorprendió conocer que el proyecto Golden Record fue una idea de Carl Sagan. Su historia es bien conocida (confieso que yo no tenía ni la más remota idea…pero a lo mejor soy la excepción que confirma la regla) pero lo que la mayoría de la gente no conoce es su historia de amor.

El 1 de junio de 1977 Annie Druyan, la directora creativa del proyecto Golden record, estaba hablando por teléfono con su colaborador  Carl Sagan cuando su corazón se paró. Fue un momento, como una llamada de  ninguna parte ( interpretación libre por mi parte de la expresión que ella utiliza). Nunca se habían besado, él estaba casado, pero a pesar de las circunstancias, estaban enamorados y mientras hablaban por teléfono a miles de kilómetros de distancia decidieron pasar el resto de su vida juntos.
Annie colgó el teléfono y gritó “Fue un momento único” dijo. “Por fin entendí como debe ser hacer un descubrimiento científico.”

Dos días después del lanzamiento de las sondas Voyager, Carl y Annie anunciaron su compromiso y permanecieron juntos hasta la muerte de él en 1996.
Recuerdo cuando Carl Sagan murió. Yo estaba en el instituto y tú (se refiere a su marido al que dedica el corto)  debías estar en la Universidad. Es un juego al que me gusta jugar de vez en cuando. Imaginarte por ahí, en algún lugar antes de conocernos, preguntarme dónde estabas todos esos años, como por ejemplo…¿Dónde estabas tú en 1986? (Imágenes de la explosión del Challenger. Yo me acuerdo perfectamente dónde estaba y cómo me sentí)

No pasé mi infancia fantaseando sobre cómo sería mi matrimonio. Todo el mundo conoce las estadísticas, parece ridículo esperar que funcione pero al final lo que hay que pensar es ¿Cuánto esperas de ello? Y ¿Cuánto riesgo estás dispuesto a correr?
-Aquí se corta la voz y se escucha el mensaje de Carter grabado en el disco saludando a quien sea que pudieran encontrar las sondas. –

El Golden Record es una visión esperanzadora de la humanidad: sin guerra, sin hambre, sin juicios por divorcios. Mucha gente lo ha criticado pero yo me alegro de que lo hicieran así, es como la visión buena que das de lo que más te gusta.
Las sondas Voyager han encontrado muchísimas cosas maravillosas ahí fuera: volcanes, geiseres, océanos de hielo, tormentas eléctricas que duran siglos y lunas con forma de patata.  Ellas no han enseñado que el universo es más vasto de lo que jamás hubiéramos podido imaginar.  No han encontrado vida, ninguna evidencia de vida. ¿Qué pasa si esto es todo? ¿Qué pasa si no hay nada más?

Carl y Annie emplaron su vida en la ciencia. Estaban bastante convencidos de que no existe Dios, ni un destino.

En una entrevista, Annie dijo “ Carl y yo sabíamos que habíamos tenido una oportunidad, que una pura coincidencia había sido lo que había hecho que nos encontráramos en la vastedad del espacio y la inmensidad del tiempo. Sabíamos que debíamos mimar cada momento como  la increíble y preciosa coincidencia que era”
¿Te acuerdas de Conney Island? Paseamos por el muelle y hablamos de casarnos de una manera totalmente hipotética. Tu dijiste que el matrimonio era una transacción irracional, un contrato poco efectivo que la mayoría de la gente firma ciegamente sin saber bien los términos, las responsabilidades y los riesgos que se corren. Dijiste también la dificultad para disolver un matrimonio viola el principio de eficiencia legal (algo más de jerga legal que lo siento pero no controlo). No fue para nada una conversación romántica. 

Cuando te declaraste, recordé aquella conversación y sonreí. Eres tan abogado, insistes en esas anticuadas ideas de hechos, evidencias y a la vez tienes tanta esperanza, tanto amor.  En este punto estarás pensando qué es exactamente qué es lo que estoy intentando decir.
Bien. Dentro de miles de años, cuando el Sol haya hecho que la Tierra arda hasta ser solo cenizas y se haya convertido en nada, las Voyager seguirán viajando a una velocidad increíble hacia lo desconocido. Buscando.

Las Voyager se construyeron para durar sólo dos años pero sorprendieron a todos.
Desearía haber vivido en esa época. Es difícil imaginar un proyecto como el Golden Record ahora mismo. Desearía que Carl Sagan estuviera aquí para decir: ¿Sabes qué? Miles de millones de años es muchísimo tiempo. Nadie puede decir que pasará. ¿Por qué no intentarlo? ¿Por qué no intentar alcanzar lo increíble? No hay manera de evitar lo desconocido, no hay manera de adivinar qué nos dolerá de lo que estamos tratando de protegernos. Necesitamos conocer para poder amar, tenemos que arriesgar todo, tenemos que abrirnos para poder contactar incluso con la posibilidad del desastre” .

Mi vértigo cósmico ha adquirido un bonito tono romántico pero sigue aterrándome.

 

lunes, 27 de mayo de 2013

KARMACRACY ¿KARMA QUÉ?

Después de 1206 posts me voy a calzar mi primer post tecnológico, con un par y sin tener ni idea, pero me apetecía.

Para tener un blog no hay que ser un hacha de las nuevas tecnologías, de hecho no hay que ser ni siquiera un usuario avanzado, ni un usuario medio. cualquiera con un ordenador y conexión a internet puede tener un blog. Iba a añadir que conviene saber hilar una frase de tres palabras, pero realmente tampoco hace falta.

Tener un blog es fácil, actualizarlo, mantenerlo e irle añadiendo cositas lleva un poco más de complicación y alguien como yo, que no es ni mucho menos un experto, cuando tiene un problema hace lo que se debe hacer siempre, pide un favor, “Por favor, ¿podrías ayudarme a instalar?…..Te pagará con un buen GT”.

Y así vas tirando.

Tienes un blog, conoces gente y muchos de ellos son usuarios superexpertos que te cagas en las nuevas tecnologías. Además de ser unos cracks, son muy buena gente y deciden que no te pueden dejar haciendo el ridículo con tu uso cutre de la red y te ayudan a conocer cosas nuevas. Por supuesto no lo hacen en plan buen samaritano, sino más como me merezco yo: “Moli, no seas pazguata…haz el puto favor de instalarte el chrome, twittear sin los puntos entre las palabras y por favor ¡acorta los enlaces!!”

Instalé el chrome, me apliqué en twittear sin puntos y cortocircuité con lo de acortar enlaces.

Y no sé cómo llegué a Karmacracy. Le he dado mil vueltas, pero no sé como llegué allí...no sé si leí en twitter o si Oscar Ray dijo algo de que molaban mil y fui a cotillear, no me acuerdo pero eso no tiene importancia.

Lo primero que te encuentras al llegar a su página es un muñeco.

Un muñeco/mascota/avatar o como quieras llamarlo horrible. Es una especie de mezcla entre el robot de Cortocircuito, ET, el robot de Futuruma y C3-PO. Es tan horrible que me moló mucho y además con el avatar que tengo yo, tampoco me puedo poner exquisita con el de los demás.

¿Para qué sirve Karmacracy?

Lo voy a explicar para pazguatos como yo. Pongamos que vas por la red brujuleando con tu cestita rollo Caperucita, vas pinchando aquí, pinchando allí, y de vez en cuando encuentras cosas que molan. Te molaría ser Caperucita y coger esos enlaces y esas páginas y meterlas en la cestita para enseñárselas a tus colegas. A todos nos pasa lo mismo:

1.- Como mola esto.
2.- Le fliparía a mengano o zutano o a todos mis seguidores.
3.- Luego se lo mando.
4.- Olvido absoluto.

En el hipotético caso de que del paso 2 pases a un 3 alternativo.

3.- Se lo mando a zutano, mengano o fulano. Lo cuelgo en fb o lo tuiteo.
4.- ¿Lo habrán visto? ¿Les habrá molado?

Karmacracy sirve para quitarte la pereza de compartir, para hacerlo fácil y encima para saber (como buenos cotillas que somos todos) si el contenido que has compartido, si esa página tan chula que has encontrado brujuleando ha tenido éxito, si la ha mirado alguien o han pasado de ti.

¿Cómo se hace? Lo voy a explicar como Supercoco.

Opción 1.

Estás en tu ordenador en casa brujuleando por la red y encuentras algo molón para compartir. Como es tu ordenador y puedes hacer lo que quieras con él, vas a la página de Karmacracy y le das a “instalar extensión para” el navegador que tengas. ¡Hay que tener Chrome!...Click y listo. Fácil para todos, incluso los zopencos. La carita del robot te aparecerá en la barra de tu navegador y cuando llegas a esa página superchula, sólo tienes que darle al robot que te abre una pantallita donde aparece el link acortado y tu puedes poner un mensaje “Eh…atentos descerebrados mirad como mola esto”, otro click y lo puedes compartir en todas las redes sociales a la vez.

Opción 2.

Si estás en el curro brujuleando…eso no se hace niños, en el curro hay que trabajar, pero pongamos que has terminado tu tarea y te pones a mirar qué hay de nuevo en la red. Encuentras algo molón y quieres compartirlo en twitter. En tu curro no puedes instalarte cositas en el por (por el espionaje industrial y esas cosas)…pero puedes usar Karmacracy desde la versión web. Copiando y pegando el enlace y dándole a compartir.

Opción 3.

Si navegas desde el móvil cuando estás esperando, en la calle o disimulando para no tener que hablar con alguien en el patio del colegio…los chicos de Karmacracy también tienen app para el móvil.

Sé lo que estáis pensando. ¿Y qué gracia tiene esto? Pues la tiene.

Una vez que has compartido el contenido, tu perfil de Karmacracy (al que puedes acceder con tu usuario de linkedin, twitter o fb) guarda los enlaces que has compartido y puedes ver el número de clics que han hecho en él. Vamos que puedes ver si tus colegas te hacen caso o pasan de ti millas. Por supuesto puedes ser más profesional y ver así qué contenido del que compartes tiene más éxito y cual menos.

¿Todavía no os he convencido?

Vale. Los de Karmacracy son muy frikis…pero frikis que molan y entonces han pensado otra cosa molona. Según vas compartiendo enlaces y contenido te dan “premios”, ellos los llaman “logros”.Parecen una gilipollez y puede que lo sean, pero como tantas otras tonterías en la vida (ganar al apalabrados, el partido de solteros contra casados,encontrar parking cerca de la puerta,) hacen ilusión.

Yo tengo varios logros pero el último que he conseguido es el “Ezequiel 25:17”…y dice así:


"Joder tío. Has desbloqueado la puta Nut Ezequiel 25:17 porque has compartido contenido con la jodida palabra Joder en el título. ¿En qué cojones estabas pensando? ¿Lees la Biblia? Pues te recordaré un pasaje que he memorizado para ti: "¡os aseguro que vendré a castigar con gran venganza y furiosa cólera a aquellos que pretendan envenenar y destruir a mis hermanos! ¡Y tú sabrás que mi nombre es Yahvé, cuando caiga mi venganza sobre ti!" Que tengas un buen día, cabronazo”

Me encanta.

Les he propuesto que hagan una nut de Harry el Sucio "Enhorabuena, has conseguido alegrarle el día a alguien"  y otra de Iñigo Montoya muy de venganza " Me llamo Iñigo Montoya, tu mataste a mi padre, prepárate a morir". A ver si me hacen caso. Creo que podría currar inventándome textos para los"logros", sería un trabajo supermolón.

¿Qué más?

Hay muchísimo más en Karmacracy pero no quiero descubriros todos, lo que tenéis que hacer es probarlo y podéis empezar ya. Justo debajo de este post os encontraréis el robot, podéis pincharlo, entrar con vuestro usuario y compartir este post o cualquier otro del blog con quien queráis.

Karmacracy es una idea y un proyecto de estos chalados, que son de Bilbao y que son majérrimos. Se les ocurrió una idea, la han puesto en marcha y mola infinito…lo único que puede hacer yo para ayudarles es deciros que lo probéis malditos, os va a gustar.

Si os he convencido y queréis probarlo, pinchad aquí.

Si no os he convencido pero estáis deseando poder decir “Molinos explica mierdas”, pinchad aquí también.

Y si queréis saber más de Karmacracy explicado por un experto…entonces aquí.

miércoles, 22 de mayo de 2013

WEIMAR Y NOSOTROS.


1919. Alemania pierde la I Guerra Mundial. A finales de diciembre de 1918, el ejército alemán vuelve a casa derrotado, herido y andrajoso. 2 millones de muertos y 4.200.000 heridos. Los alemanes no saben cómo recibirlos. Cuatro años antes los habían despedido enforvorecidos de entusiasmo patriótico y convencidos del éxito de su país en aquella guerra de la que nadie comprendía muy bien el motivo.

Ahora han perdido la guerra, están derrotados. Las potencias europeas: Inglaterra, Francia y Estados Unidos quieren cobrarse las compensaciones de guerra, todos los desastres provocados por Alemania durante estos 4 años.

Alemania es un país humillado, derrotado y en crisis económica. Por una serie de carambolas políticas, revueltas de los trabajadores, y rebeliones de los soldados y marineros desmovilizados repentinamente y que se encuentran sin trabajo ni futuro, el Káiser es derrocado, se reúne una Asamblea Constituyente, se elabora una Constitución y se declara la República de Weimar en el verano de 1919.

Apenas 9 meses después de terminada la guerra Alemania ha dejado atrás su pasado imperial y monárquico y se ha convertido en una República con una Constitución. Ha dejado de ser una sociedad del antiguo régimen para convertirse en una sociedad moderna.

Berlín. 1920. Una ciudad de cuatro millones de habitantes. Enorme, con una red de transporte espectacular, construcciones nuevas que dejan al visitante boquiabierto, miles de personas yendo y viniendo a trabajar cada día en transporte público y muchos de ellos llegando a sus viviendas, modernas, confortables y llenas de luz construidas por el Estado para hacer la ciudad más habitable. Los fines de semana todos esos trabajadores salen de la ciudad para disfrutar de los bosques que rodean la ciudad, los lagos, los paseos. Otros aprovechan para ir al cine, al teatro, a los espectáculos de variedades, a la Ópera, a los miles de cafés con espectáculo que había por toda la ciudad. Las mujeres, que se habían incorporado al mundo del trabajo masivamente durante la guerra por la falta de mano de obra masculina, ven como la vuelta de los soldados las expulsa del mundo laboral. Es la mano de obra femenina en fábricas y factorías la primera que notará la crisis que se avecina.

Berlín en 1920 era muchísimo más moderno de lo que somos capaces de imaginar en 2012. El estilo de vida que llevaban era muy parecido al nuestro: trabajo entre semana, con jornadas de 8 horas conseguidas por las reivindicaciones sindicales a comienzos de la República, fines de semana de diversión con escapadas y paseos, mujeres trabajadoras que pueden ser independientes económicamente y que no están abocadas a casarse como única finalidad vital, libertad sexual, auge del cine, la radio y nuevas formas de arte.

El Berlín moderno era un caleidoscopio de cosas muy dispersas, a cual más entretenida. En la década de 1920, había otras ciudades, como Nueva York o Londres, tan ajetreadas y agobiantes como Berlín. Otras, como París, también lo eran, pero mucho más hermosas, con más encanto. El Berlín de la época de Weimar era una ciudad especialmente palpitante: capital de un país derrotado en una guerra, y centro de un peligroso conflicto político no resuelto. Al mismo tiempo, una ciudad nueva se alzaba sobre lo que había sido la capital durante el último cuarto del siglo XIX, es decir la abrumadora y tranquila residencia regia y sede del Gobierno prusiano. Tras la unificación de Alemania, en 1871, experimento un rápido desarrollo. Se multiplicaron las fábricas y el nivel de vida de sus habitantes creció como la espuma, hasta convertirse no sólo en la capital del estado de Prusia, sino en uno de los principales centros de poder en Europa, tanto para lo bueno como para lo malo”.

Ahora mismo nos sentimos conectados con el mundo entero gracias a Internet, pero en los años 20, los alemanes, gracias al auge del cine y de la radio sobre todo, podían enterarse de todo lo que ocurría, incluso de lo que ocurría a miles de kilómetros de su ciudad: las noticias, un concierto, un combate de boxeo, una conferencia. Repentinamente las distancias mundiales se habían reducido. Fue una auténtica revolución que ahora mismo somos incapaces de comprender. Nos parece que internet nos conecta con todo el mundo…pero realmente no ha sido una revolución, no nos ha acercado a nada que no conociéramos. Antes de internet, teníamos los aviones, los trenes de alta velocidad, los coches a disposición de todo el mundo, la radio en su máximo desarrollo y la televisión…por no hablar del teléfono al alcance de cualquiera. Internet ha hecho más accesible la información, pero ya sabíamos que esa información estaba ahí. Somos incapaces de comprender lo que significaba para un alemán de 1929 escuchar en la radio las noticias sobre el crack de la bolsa en 1929...escucharlas y saber que de alguna manera eso le afectaría.

A pesar de la guerra y sus desastres, a comienzos de la década de 1920, Alemania podía empezar a mirar con cierto optimismo y alegría de vivir el futuro, los “felices años 20”. Sin embargo todo fue un desastre, un desastre que acabó en la IIGM y en la destrucción de la vida de millones de personas, de varios países e incluso de la propia ciudad de Berlín.

Leyendo “La república de Weinar. Presagio y tragedia” uno va sintiendo como los alemanes caminan sin creérselo hacia un abismo. Creían que lo peor que les podía haber pasado era la IGM, daban por supuesto su situación, su trabajo, sus ciudades, sus posibilidades, sus esperanzas…Todo era un avanzar hacia delante, el progreso estaba en sus derechos laborales adquiridos, en la libertad sexual, en su fabulosa red de transporte, en la diversión, en el cine, en el jazz que llegaba de América, en las nuevas viviendas construidas en Berlín pensadas para ser modernas, cómodas y en equilibrio con la naturaleza. Todo era progresar.

Este cierto optimismo vital que intentaba hacerse un hueco en la sociedad alemana se enfrentaba a una situación política y económica desastrosa.

Políticamente la República de Weimar fue un caos. Los partidos conservadores nunca fueron partidarios de la República y se dedicaron a tolerarla intentando boicotearla desde dentro, los comunistas tenían que luchar contra la imagen que el comunismo soviético estaba proyectando y se enfrentaban a una sociedad que añoraba el pasado monárquico y al Kaiser y los partidos que llamaríamos de centro iban y venían según les convenía.

Como en toda economía de mercado, los ricos accedían al Gobierno con más facilidad que las clases medias o las más desfavorecidas. Desde su posición de privilegio, recortaban los programas de bienestar social de la República, al tiempo que se lamentaban con amargura de un sistema que, en su opinión, daba más alas a vagos e indigentes que a la gente trabajadora de verdad. En la extrema derecha se gestó una política que idealizaba la violencia y el antisemitismo por motivos raciales. A la sombra de la revolución bolchevique, la izquierda optó por métodos militaristas”

Pero la verdadera amenaza para la Coalición de Weimar y para la próxima existencia de la República siempre vino por parte de la derecha, no de la izquierda. Quizá haya que buscar la explicación en las cifras: es probable que fueran muchos más los alemanes de derechas que los de izquierdas. Y, lo que es más importante, la derecha tenía el poder, estaba bien relacionada y contaba con representantes en las principales instituciones del Estado y de la sociedad, en el mundo de los negocios, la burocracia, el Ejército , las universidades y las confesiones religiosas. Disponía de agitadores callejeros y pendencieros tabernarios, pero en sus filas también había banqueros, hombres de negocios, coroneles, profesores y clérigos: era una derecha heterogénea y muy dividida, que no se uniría como fuerza política cohesionada hasta el final de la República, cuando no tuvo remilgos en apoyar a Hitler y a los nazis”

Era un equilibrio inestable de fuerzas políticas protagonizada por políticos de poca categoría, cegados por el interés partidista y con nulo sentido de estado. Los mejores políticos de la época, aquellos que hubieran podido llevar a Alemania hacia un equilibrio político interior y una posición de fuerza internacionalmente fueron asesinados, como por ejemplo Walter Rathenau.

La incapacidad política podía haber pasado sin pena ni gloria si la situación económica hubiera sido de bonanza. Pero la grave crisis económica demostró aún más esa lucha partidista y esa carencia de sentido de estado.

La República de Weimar tuvo primero que solventar una grave crisis económica provocada por la I Guerra Mundial. Cuando las fábricas volvieron a un nivel aceptable de producción y la economía empezó a fluir, Bélgica y Francia ocuparon la zona del Rhur y los políticos alemanes optaron por hacerse los dignos y ordenar que se parara la producción de todas las fábricas de esa zona mientras la ocupación se mantuviera. El resultado de esa absurda política fue una hiperinflación como nunca antes se había conocido que favoreció a los que estaban endeudados y provocó situaciones tan absurdas como que los salarios se pagaran dos veces al día o la emisión de un billete con un valor de 500 millones de marcos. Superada la hiperinflación , llegó el crack de 1929 que provocó una crisis económica mundial que se cebó principalmente en Alemania que había conseguido salir de la hiperinflación gracias a la inyección de dinero de los bancos americanos. Cuando éstos cayeron con el crack del 29...Alemania entró en una crisis que barrió toda esa seguridad vital y esa creencia en el progreso tanto económico, como social o cultural.

Entonces se produjo la crisis económica mundial, que comenzó, como es de sobra sabido, con el hundimiento de la Bolsa en Estados Unidos en octubre de 1929, y que desembocó en una crisis del sistema financiero y productivo. Sus efectos no tardaron en notarse en Alemania: no en vano gran parte del resurgimiento económico de los años anteriores se había producido gracias a las inyecciones de capital norteamericano. En cuanto los bancos estadounidenses retiraron los fondos, la banca alemana sufrió una crisis de liquidez, con consecuencias muy negativas para la economía de la nación. Probablemente ningún otro país se vió tan afectado por la crisis como Alemania. A mediados de 1932, en lo peor de la Depresión, un tercio de la mano de obra del país, se había quedado sin trabajo. “

A pesar de este desastre político y económico, Weimar fue una época de esplendor cultural, artístico y de pensamiento.

Arquitectónicamente, en Berlín se construyeron viviendas que aún se mantienen en pie y que me han alucinado por su modernidad. Se pensaron para familias con dos hijos, por primera vez se separaba la cocina del salón para preservar la zona de estar de los humos y olores y además había ventanas al exterior. También se cuidaban las zonas ajardinadas. Por supuesto, no todo era idílico, muchísima gente seguía viviendo en casas insalubres, en habitaciones enanas, apiñados pasando frio en invierno y calor en verano, pero lo que me ha llamado la atención es que esas viviendas parecen, son “modernas”…parecen de “ahora”, no son tan distintas de las que se construyen ahora.

Por supuesto y también igual que ahora, se construyeron edificios curiosos y que resultaron un poco chocantes en su momento y ahora se han convertido en atracciones turísticas, como la Torre Einstein, construida por Eric Mendelshon. A mí, la verdad es que me gusta…en mi próxima visita a Berlín pienso ir a conocerla.

La década de 1920, fue la época de apogeo de la fotografía que empezó a popularizarse. La fotografía era un instrumento para conocer al nuevo gobierno, a los comunistas, los adelantos científicos, a las estrellas de cine, otros paisajes,. “ Fueron los fotógrafos de la época de Weimar quienes se encargaron de establecer los nuevos fundamentos teóricos de la estética”. Era además una profesión “ que abría la senda para los nuevos talentos, entre los que se contaban las clases inferiores y los desplazados por razones étnicas, como los judíos”.

Me han encantado las fotos de Moholy -Nagy, un fotógrafo húngaro que llegó a Berlín tras la guerra en 1920. Trabajó con Gropius en la Bauhaus. Tiende a la abstracción, líneas y elementos conocidos despojados de su significado. Fotografía sin título desde la torre de la radio de Berlín, Barcos en el puerto viejo de Marsella”…y una superchula de la que no he encontrado reproducción “ Mañana de año nuevo”…

Fue así mismo una etapa de libertad sexual y es curioso el capítulo de Weisz dedica a explicar la preocupación de los alemanes por mejorar su vida sexual en todos los aspectos y como acudían en masa a comprar libros sobre el tema o a sesudas conferencias en donde se explicaba como mejorar la vida sexual. Había, además, un culto al cuerpo, a la salud, la desnudez se veía entre la derecha como una reencarnación del antiguo espíritu alemán…parte de esto fue asumido por los nazis y sus ideas sobre la superioridad de la raza aria…pero en su momento Hans Suren ( gurú de estas ideas) estaba creo yo, pensando en otra cosa.
Democracia, república, explosión de las comunicaciones y nuevas expresiones culturales y artísticas. Progreso y optimismo por un lado y por otro una crisis brutal que golpea a la población.

Revolución, Versalles, intentonas golpistas, hiperinflación y por si fuera poco, la crisis mundial. ¿Cómo iba a ganarse la república la confianza de los ciudadanos alemanes? Así, la crisis económica pronto dejó pasó a una crisis de legitimidad del sistema político.”

Frente a una situación así, los ciudadanos alemanes y especialmente los de Berlín, se volvieron hacia sus dirigentes para encontrarse con que aquellos no tenían la más remota idea de cómo solucionar los problemas.

En 1932, en lo peor de la depresión, Alemania vivió dos elecciones legislativas, dos presidenciales y numerosas locales y regionales. Hindeburrg dejó manos libres a Bruning para intentar solventar la crisis y adoptar medidas antiinflaccionistas que, según él, sacarían a Alemania de la depresión. Procedió a recortes sustanciales del gasto público, especialmente en materia de derechos sociales y a despedir a funcionarios civiles o recortarles el salario, medidas que sólo sirvieron para que el malestar fuera a más entre la población, y en nada revitalizaron la economía, que, a decir verdad, fue a peor. “

Esto suena tan increíblemente actual que dan ganas de decir esa frase tan manida de “La historia se repite”.

Todos los indicadores económicos positivos del segundo periodo de la R. de Weimar - alta productividad, consumo en alza e innovaciones tecnológicas- sufrieron un grave descalabro durante el invierno de 1929-1930. El hundimiento del mercado de valores en Estados Unidos, en octubre de 1929, provocó una crisis en el sistema bancario que no tardó en dejarse sentir en Alemania, desde el momento en que los bancos estadounidenses reclamaron el pago de los créditos que vencían a corto plazo. La crisis, que comenzó siendo sólo financiera, no tardó en afectar a la producción, y se agravó en cuanto las empresas empezaron a despedir personal, los ingresos estatales disminuyeron y la demanda se vino abajo. A principios de 1932, en Alemania había oficialmente seis millones de parados, aproximadamente un tercio de mano de obra disponible”

¿Qué ocurrió entonces?

“Una vez más las condiciones de vida empeoraron, los planes de futuro saltaron por los aires y las esperanzas se volatilizaron”

Lo peor de todo esto es lo de que las esperanzas se volatilizaron, se volatilicen. Frente a la creencia en que el progreso es imparable, y las condiciones laborales, jurídicas, económicas o sociales siempre “avanzan” y una vez conseguidas no hay vuelta atrás…Weimar es la demostración de que se puede ir “hacia atrás”, sin necesidad de que haya una guerra, ni un dictador. En unas condiciones democráticas más o menos ideales, con una sociedad moderna, culta, trabajadora e informada…todo puede venirse abajo, sin más.

La historia de Weimar es un claro ejemplo de que una sociedad en la que no existe el consenso, que carece de una ideología o de un grupo político hegemónico, es un reducto lleno de peligros. No hay ningún sistema democrático capaz de soportar una situación en la que se magnifiquen todos los conflictos hasta el punto de que todo se ponga en entredicho. Mucho menos si sus dirigentes tratan de minar la democracia desde dentro, quejándose sin cesar de un sistema en el que mantienen sus privilegios, mientras disponen de inmensos recursos a sus disposición

"La Alemania de Weimar significa todavía algo para nosotros. Su increíble creatividad y sus experimentos liberadores, tanto en el terreno de la política como en el de la cultura, nos llevan a pensar que es posible alcanzar unas condiciones de vida mejores, más humanas y más prometedoras. Nos recuerda que la democracia, que es un objeto delicado, y la sociedad, fruto de un equilibrio inestable, siempre se ven amenazadas y pueden saltar por los aires. Weimar es una muestra de los peligros que pueden aparecer cuando no hay consenso social en ninguna de las cuestiones fundamentales, ya sean políticas, sociales o culturales. La democracia es un terreno abonado para mantener toda clase de debates que merezcan la pena, para que germine el espíritu de la cultura. Pero cuando cada desencuentro, desde la intimidad del dormitorio conyugal a la estructura de los negocios, se convierte en una cuestión de vida o muerte sobre los rasgos distintivos esenciales de la vida humana, cuando cada controversia es capaz de provocar una hecatombe, cuando no hay un sistema de valores imperante que suscite la adhesión de los ciudadanos, la democracia no tiene un futuro. Menos aun cuando hay grupos fuertes de esa misma sociedad democrática tratando de socavar y destruir su razón de ser a cada paso. Las amenazas contra la democracia no solo provienen de sus enemigos externos: también pueden partir de aquellos que emplean el lenguaje de la democracia y utilizan las libertades que les otorgan las instituciones democráticas para minar su propia esencia. Weimar representa un aldabonazo para que nos mantengamos vigilantes ante tales individuos, porque lo que suceda a continuación puede ser algo malo, incluso peor de los nos imaginamos”

Hable sobre La Alemania de Weimar. Presagio y tragedia de Eric. D. Weitz en un post en el mes de julio. Tenía este post más o menos escrito desde agosto y hoy y tras terminar hace poco “Berlín (II) Ciudad de Humo” de Jason Lutes…le ha llegado el turno.

Es, con mucho, el post más largo que he escrito. Y me gusta.

viernes, 17 de mayo de 2013

HOMELAND: drogas y pegas.

Hace unos años, cuando ya tenía el blog, me enganché a varias series. Y cuando digo “enganchar” quiero decir eso, en plan adicta, en plan yonki, en plan “dame mi dosis o te pego”. Me pasó con Rome, me paso con The Sopranos, con Band of brothers, con The Wire, con In treatment y ya con menos fuerza con Mad Men. No podía esperar a que llegara el momento de sentarme en el sofá y meterme mi dosis…y al terminar cada serie me sentía huérfana. Buscaba información en internet, veía videos en you tube…lo que fuera con tal de pasar el síndrome de abstinencia hasta la siguiente droga (serie) a la que me enganchara.

Luego se me pasó esa etapa, empezaba a ver series y no me enganchaban, me dormía en mitad de un episodio y la mayor parte de las veces me apetecía más sentarme a leer que ver algo en la tele.

Tienes que ver Homeland.

Pues ya la he visto, ayer terminé la primera temporada. Me ha durado un par de semanas lo que podría llevar a pensar que me he enganchado y que he recuperado algo de mi pasado de adicta a las series.

Pero no. No está mal, está entretenida y no agrede pero no he conseguido meterme en la historia tanto como para no verle “pegas”. Cuando le veo “pegas” a algo es que no me ha enamorado. A ver, no es que sea cretina (si, si,  anónimos sé lo que vais a decir:  “claro que eres una cretina…una de primera categoría") y no vea más que bondades en las cosas que me molan, pero normalmente las cosas malas que veo no me “distraen”. En Homeland me he encontrado un montón de veces distraída por esas “pegas”, pensando en que había un giro de guión que se había quedado colgando y que no tenía sentido o pensando auténticas bobadas pero que obviamente han hecho que no me haya enganchando a lo bestia.

¿Qué pegas le veo? ¿Qué pegas me han distraído?

La historia. No he visto todavía la segunda temporada, pero obviamente él tenía que ser malo, que pareciera bueno, que pareciera malo, que pareciera un poco bueno, un poco malo y así en un ir y venir que se supone que entretiene pero que a mí me distrae y al final me dispersa. Me da igual que sea un esforzado marine que un terrorista islámico…me interesan otras cosas del personaje, pero eso es otro tema..que irá a otro post o no.

Ella. Nada más salir la protagonista ya sabes que está loca y que por tanto a los tíos les va a molar. Es rubia, es inteligente, está como las maracas de machín, no come, no duerme, bebe, folla en coches y lleva un gorro de lana de estibador de puerto calado hasta las cejas. Es una loca lista,  un “misterio con patas”, un auténtico imán para los tíos. Hay que reconocer que Claire Danes hace un papelón y está estupenda, a ratos pelín exagerada pero le va al papel. A mí sin embargo me distraen varias cosas. Si es una superprofesional del espionaje, una tía que solo piensa en coger a los malos, ¿por qué la caga y se lía con el protagonista? No estoy en contra de que se lie con él, pero hombre¿no ha visto a James Bond? Nunca hay que enamorarse. Y peor, esa tía es espía de la CIA, todo supersecreto ¿qué sentido tiene que su salón desde el que monta la operación de escucha ilegal  y donde tiene una pared de corcho donde cuelga toda la información secreta NO TENGA CORTINAS NI PERSIANAS NI NADA?? ¿Cómo se come lo de “información clasificada” y “top secret” con lo pongo todo aquí  para que lo vea el vecino, el jardinero y cualquiera que pase?

El. Me perturban varias cosas, tras engancharme al Capitán Winters en Band of brothers,  ahora de sargento Brody me lo creo regular. Me lo creo de bueno, pero de malo es que no, lo máximo que hace es apretar las mandíbulas y mirar muy fijamente con cara de “soy malísimo” y no me lo creo. Que probablemente de eso se trate, no digo que no, pero que me distraigo pensando que no me lo creo de malo y así no hay quien se enganche a la trama. Además, a mí los pelirrojos no me gustan, (quitando a mi sobrino Littlered), bueno no es que no me gusten pero me resultan cero sexys…asi que tampoco me creo que ella caiga rendida a sus pies, aunque bueno como está loca y se atufa pastillas a porrillo que combina con alcohol en elevadas dosis puedo entender que se le nuble el criterio (nos ha pasado a todos, bueno… a mi no, porque no tomo pastillas de litio…esto…bueno da igual).

La mujer de él. Otra elegida para molar a los tíos y ser el contrapunto a la chalada de la protagonista. Palabra que la define: aburrida. Lo más chulo que hace en 12 episodios es cortarse el pelo ¡ah! y echar un polvo bastante bueno en el primer episodio con el amigo de su marido. El resto del tiempo ¿qué hace? Les pasa la mano por la cabeza a sus hijos, saca cosas del horno y acarrea bolsas de la compra, nada más. Es guapa, mona y los de estilismo saben el tipo de escote que le favorece. Ah sí, y tiene otra cosa fascinante. Duerme con su marido y él se levanta todas las noches para hacer algo “misterioso” y ella ni una sola de las noches se despierta y dice ¿dónde estará este tío? O duerme como un ceporro o sinceramente se la pela lo que esté haciendo el panocho. Cualquiera de las dos cosas es de ser aburrida.

El amigo que se lía con la mujer. ¿Quién ha hecho ese casting? Por favor, ese tío está sacado de una tv movie cutre. Cero atractivo, cero sexy y otro que aprieta mandíbulas en el colmo de la expresividad actoral. Eso sí, tiene una bonita voz.

Estilismos. Lo sé, parece superficial, pero cuando me distraigo fijándome en esas cosas es que la trama me está enganchando poco. Primero ella, vamos a ver es espía, agente secreto o como quieras llamarlo, entiendo que a Langley donde todos van de traje y corbata (otra cosa que no entiendo) se calce el traje de chaqueta (solo tiene uno o varios iguales) y los taconazos, pero ¿para ir en el coche, para ir a la compra, para ir a ver a la hermana? Y luego en el colmo de la frivolidad y la dispersión: esa chica tiene un vestidor de los de caminar dentro ¿por qué solo tiene un bolso en toda la serie?

Con los estilismos además tengo otro problema grave y es que me perturba no saber en qué estación del año se supone que transcurre la acción. En esta y en muchas otras series el confusionismo estilístico campa a sus anchas. En un mismo capítulo la loca sale con gorro de lana, la mujer del protagonista va en vestido de tirantes, el protagonista sale a correr como si estuviera en Stalingrado, por la noche toman te en un porche como si fuera agosto, luego están los dos en una cabaña en manga corta y en la escena siguiente llevan abrigo. No entiendo nada.

Me han molado los secundarios. Iñigo Montoya haciendo de su padre está genial y Sal el acompañante de la loca es un personaje muy conseguido. Al jefe negro me lo creo menos, básicamente porque lo único que hace es tocarse los botones de la chaqueta y poner cara de circunstancias.

Trama. He llegado al final de la primera temporada y me quedan un montón de cosas pendientes, ¿qué ha pasado con la preocupación por el traidor que hay en el lado de los buenos? ¿Qué ha pasado con la historieta del collar y el malo que se carga a la del harén? ¿Dónde está el chaleco explosivo que no ha funcionado? ¿El amigo por qué ha desaparecido de la faz de la tierra? ¿Cómo encaja la casa del aeropuerto con lo que luego hacia Tom Walker? ¿Dónde está la rubia que había contado lo de Tom Walker?

Vaya, ha sido terminar de escribir esto y tener unas ganas tremendas de seguir con la segunda temporada. A ver si es que Homeland es una droga de efectos retardados.



Hay gente que hace críticas serias. Os recomiendo esta de Alberto Nahum.

jueves, 31 de enero de 2013

NOCHES AZULES DE JOAN DIDION


En la prehistoria de este blog, en noviembre de su primer año, escribí una entrada sobre un libro que me encantó a pesar de lo durísimo que era, “El año del pensamiento mágico” de Joan Didion.

Recuerdo perfectamente que lo vi reseñado en un periódico y podías descargarte el primer capítulo. Lo leí en el ordenador de los libros de colores y supe que tenía que leerlo. Lo saqué de la biblioteca y ahora me arrepiento porque a pesar de que copie muchos párrafos en mi cuaderno de lecturas, es un libro que desde entonces ha estado en mi cabeza y en el que pienso muchísimo y me gustaría releerlo. Es un libro además, que regalé a Molimadre, surgió luego en una conversación e inspiró el post de "El luto hacia delante" (uno de los que más me gustan de todos los que hay por aquí).

Estas navidades leí varias reseñas sobre Noches azules de Joan Didion y lo pedí a los Reyes que no me lo trajeron, pero si me trajeron uno que yo no quería leer y fui y lo cambié.

Noches azules es el libro que Joan Didion escribe a partir de la muerte de su hija Quintana. Espeluznante, ya es tener mala suerte en la vida. Su hija sufre una hemorragia cerebral y al volver con su marido cuando de visitarla en la UCI del hospital, se sientan a cenar y él muere de un infarto. Mientras trata de lidiar con su muerte, su luto y todo el barullo emocional y físico que eso supone tiene que seguir cuidando a su hija, visitando, esperando que mejore...para asistir dos años después a su muerte.

Didion decide entonces luchar contra la pena atroz, la impotencia y la paralización emocional, mental e incluso física haciendo lo mismo que hizo cuando murió su marido, escribe un libro. Un libro que ha tenido que dolerle de una manera atroz. Se sienta y con una increíble frialdad que te estremece hasta los huesos disecciona su propia maternidad y su relación con su hija.

Cuando Didion reflexionaba sobre la muerte de su marido lo hacía sobre sus sentimientos por la ausencia, observaba su pena, su luto, la tristeza, la sorpresa ante el hecho de encontrarse mirando fijamente sus zapatos y pensando que tenía que volver a casa porque sus zapatos estaban allí, la incredulidad, la sensación de vértigo del “nunca más”.

En Noches azules Didion recuerda la infancia de su hija escudriñando cada detalle, cada frase, cada foto, cada pequeño resquicio de recuerdo intentando encontrar una explicación a su muerte y a su vida en cierta manera atormentada. En este repaso vital espeluznante por supuesto se culpabiliza, se acusa de no haber estado pendiente de determinados detalles, de no haber visto las “señales”, de no haber sabido prevenir la situación. Es atroz, y terrible leerla, porque sabes que no va a llegar a ningún sitio más que a causarse un dolor aún mayor pero por otro lado sabes que es su manera de enfrentarse a esa situación.

Repasar tu propia maternidad es encontrarte de golpe con todos tus fallos ahí expuestos, es enfrentarte al hecho de que no estabas preparado aunque creyeras que lo estabas y de que nunca lo estuviste realmente y de que no lo estás haciendo bien. La muerte de un hijo además te lleva directamente a la fase del luto hacia delante. Tú te haces mayor, envejeces y tu hijo se queda anclado en la edad que tenía al morir y no hay manera de que sepas cómo sería al envejecer. Seguir envejeciendo y viviendo mientras tu hijo ha muerto es tan antinatural que pierdes cualquier anclaje, cualquier referente vital.

La segunda parte del libro es justamente eso, el desmoronamiento físico, mental y emocional de Didion que se observa a sí misma encontrándose débil, asustada, desorientada, enferma y sin un punto al que agarrarse para seguir adelante aunque realmente no sabe ni siquiera qué es adelante.
Joan Didion y su marido, adoptan una niña. Reciben una llamada y van al hospital a por ella. Didion repasa sus sentimientos y sensaciones.

 
“ En otras palabras, soñando que yo había fracasado.
Que me habían dado una criatura y yo no la había cuidado.
Cuando pensamos en adoptar un bebé, o ya puestos, en tener hijos, ponemos énfasis en el aspecto de la “bendición”.
Omitimos el instante del escalofrío repentino, del “que pasaría sí”, de la caída libre en el fracaso seguro.
¿Y si no conseguimos cuidar a este bebé?
¿Y si este bebé no se desarrolla bien, y si no me quiere nunca?
Y lo que es peor todavía, mucho peor, tan peor que resulta impensable, aunque yo sí lo pensé, lo piensa todo el mundo que ha estado esperando para llevarse a un bebé a casa: ¿y si yo nunca consigo querer a este bebé?”


Yo tuve exactamente esa sensación y ese pensamiento. Sé perfectamente donde estaba, la hora y el día en que tuve ese pensamiento.

Reflexiona también sobre la relación con los hijos.

Cuando comencé a escribir estas páginas, yo creía que iban a tratar de los hijos, de los que tenemos y de los que desearíamos tener, de las formas en que dependemos del hecho de que nuestros hijos dependan de nosotros, de las formas en que los animamos a que sigan siendo niños, de las formas en que ellos siempre nos resultan más desconocidos para nosotros que para sus conocidos más casuales; de las formas en que nosotros somos igualmente opacos para ellos. ( ) De las formas en que ni nosotros ni ellos podemos soportar contemplar la muerte ni la enfermedad, ni siquiera el envejecimiento del otro”

Hace un fabuloso análisis de la paternidad y cómo ha evolucionado. Didion tiene 75 años pero cuando habla de su infancia se parece mucho a la mía, a la de alguien de 40..el cambio ha sido posterior.

No conozco a muchas personas que crean haber sido buenos padres. Los que si lo creen suelen citar toda una serie de criterios que implican status (el de ellos) en el mundo: la licenciatura en Standford, el master en Harvad, el verano tranbajando para el bufete de abogados blanco y conservador. Aquellos que tenemos menos tendencia a elogiar nuestro talento como padres, que somos la mayoría, nos dedicamos a recitar el rosario de nuestros fracasos, nuestras negligencias, nuestras morosidades y desidias. La definición misma de lo que es ser buen padre ha experimentado una transformación elocuente: antes lo definiamos como la capacidad de estimular al hijo para que creciera hasta alcanzar la vida independiente, es decir “levantar” al hijo, dejarlo ir”


Cuenta su infancia donde no habia esa sobreprotección que impera ahora. “ Si te tiras por ahí, te caerás y te harás daño” era la máxima advertencia que recibía...se tiraba y se hacía daño. Y así se iba a aprendiendo.

De todo aquello no queda nada. Hoy resulta practicamente inimaginable. En el programa de “crianza” actual no hay lugar para tolerar unos pasamientos tan inseguros. En cambio, los mismos que nos beneficiamos de aquella clase de abandono benigno, ahora medimos el ser buen padre como el grado en que conseguimos mantener a nuestros hijos vigilados, atados, encadenados a nosotros”

Todos estamos preparados para la muerte de nuestros padres aunque creamos que no, no lo pensamos, no reflexionamos sobre ello pero vivimos con esa realidad, con esa posibilidad. de vez en cuando y cuanto mayores nos hacemos te asomas un poquito y sientes vértigo y dejas pensarlo. La idea de que tus hijos mueran antes que tú es sin embargo inconcebible, no puedes ni siquiera formularla en tu cabeza porque sientes como si te quitaran el aire y te fueras a ahogar...nadie está nunca preparado para eso.

 
Uno de sus miedos más pertinaces, me enteré mucho más tarde, era que se muriera John y no quedara nadie más que ella para cuidar de mi.
¿Cómo se podría haber imaginado que yo no iba a cuidar de ella?
Eso me preguntaba yo antes.
En cambio, ahora me pregunto lo contrario:
¿Cómo se imaginaba que yo iba a poder cuidar de ella?
Ella me veía como alguien que necesitaba de ser cuidada.
Ella me veía como alguien fragil.
¿Se debía la ansiedad de Quintana o a la mía?
Yo me enteré de aquel miedo cuando a ella le quitaron temporalmente el respirador artificial en una de las UCI, no me acuerdo de cual”

Me ha gustado muchísimo. Me gusta como escribe Didion, con una increible frialdad, como si se viera desde fuera, pero por otro lado esa es la única manera de poder tocar esos sentimientos sin destrozarse.


“Sé que ya no puedo llegar a ella.
Sé que si intento llegar a ella - si intento cogerle la mano como si ella volviera a estar sentada a mi lado en la cabina a oscuras del piso de arriba del vuelo vespertino de la Pan Am de Honolulú a Los Ángeles, si intento cantarle la canción del papá que se ha ido a buscar el pellejo de conejo para envolver a su conejita- ella se me deshará en las manos.
Se esfumará.
Se adentrará en la nada: el verso de Keats que la aterraba.
Se apagará como se apagan las noches azules, se irá igual que se va la claridad.
Se volverá al azul.
Yo misma coloqué sus cenizas en el muro.
Yo misma vi cerrarse a las seis las puertas de la catedral.
Sé qué es lo que estoy experimentando ahora.
Conozco la fragilidad y conozco el miedo.
Uno no teme por lo que ha perdido.
Lo que ha perdido ya está en el muro.
Lo que ha perdido ya está al otro lado de las puertas cerradas.
Uno teme por lo que todavía no ha perdido.
Puede que ustedes todavía no vean nada por perder.
Y, sin embargo, no hay nada en su vida en que yo no lo vea”.

Es un libro estremecedor y trágico. Hay que leer a Didion aunque se pase miedo. 

sábado, 20 de octubre de 2012

viernes, 27 de julio de 2012

135 TOMAS


Elegid 7 minutos y medio de vuestro tiempo y disfrutad de este video.

135 tomas para recuperar la fe en el cine.

Es increible la cantidad de cosas chulas que hay en la red...



La lista de pelis que aparecen aqui.

viernes, 15 de junio de 2012

miércoles, 7 de marzo de 2012

KEEP CALM AND CARRY ON

Un video chulo de 3 minutos donde aparece una curiosa historia sobre la IIGM  y una preciosa libreria.

Justo lo que necesito hoy. 



Me he currado una traducción y transcripción libre dedicada especialmente a Biónica...y que aprovecharéis los que no sabéis inglés..pero vamos, ya va siendo hora de aprender.

Los descerebrados traductores, bilingues y con más conocimientos de inglés que yo...les ruego no me lapiden.

En la primavera de 1939 al comienzo de la guerra con Alemania, el gobierno británico montó una comisión para la elaboración de posters de propaganda.

La idea era que esos posters sirvieran de apoyo moral a la población en los días oscuros que se avecinaban. Se requería que fueran estilísticamente uniformes, con una tipografía molona y clara, llevarían como único logo la corona de Jorge VI y serían en dos colores.

De los 3 diseños finales que fueron producidos, el primero decía: “Vuestro valor, vuestra alegría, vuestra resolución, nos traerá la victoria”

El segundo decía, “La libertad está en peligro, defiéndela con todo tu fuerza”

El tercer diseño, del que se imprimieron dos millones y medio de ejemplares solo decía “Mantén la calma y sigue adelante”

Los dos primeros diseños se distribuyeron en septiembre de 1939 por todo el país, en escaparates y andenes de tren, pero el diseño “Mantén la calma y sigue adelante” se guardo para ser usado en caso de bombardeo o invasión. Al final, el poster nunca fue oficialmente utilizado y permaneció desconocido para el gran público hasta que una copia apareció más de 50 años después en una librería de segunda mano llamada Barter Books en la esquina noreste de Inglaterra.

Barter Books comenzó a funcionar en 1991 con Stuart and Mary Manley. El edificio fue una antigua estación de tren victoriana. Colocaron estanterías en el lugar donde estaban los andenes y las vías, pero el salón de té y las salas de espera de la antigua estación permanecen.

En el año 2000, Stuart encontró el poster en una caja de polvorientos libros que habían sido conseguidos en una subasta. A Mary le gustó tanto que lo enmarcó y lo colgó en la librería y se volvió tan popular entre los clientes que un año después empezaron a vender copias. Desde ese momento, el poster ha sido reproducido, parodiado y trivializado y se ha convertido en una imagen icónica del siglo XX.

Es difícil decir porque esa frase tiene tanto atractivo y repercusión ahora. Su diseño se considera sencillo e intemporal y fácilmente reconocible. Aún así, son las palabras y el mensaje lo que la gente encuentra más atractivo (encantador).

Como la voz (o el mensaje) de la historia, ofrece un mensaje sencillo y cálido para inspirar confianza en otros durante los momentos difíciles y que no debe ser olvidado: Mantener la calma y seguir adelante.