viernes, 13 de abril de 2012

SENCILLO

Vowels from Studiocanoe on Vimeo.



Esta semana he visto varios videos. Tres de ellos me han gustado mucho. Mucho. En teoría no tienen nada en común (exceptuando que son en inglés) y puede que en la práctica tampoco lo tengan, pero la cuestión es que a mí me han servido para hilar unas cuantas ideas y escribir un post o por lo menos intentarlo.

El primero de ellos es Vowels. El que ilustra el post.  Una preciosidad. Una voz en off haciendo un ejercicio de pronunciación, una música de piano e imágenes que dan forma a los sonidos que se escuchan. Sencillo y efectivo.

El segundo de ellos es un video ensayo sobre la serie “ The wire”. Este es muy largo y un poco más para expertos. Lo importante para lo que yo quiero hilar es la idea que cuenta. Se trata de explicar como The wire, una serie considerada como una obra maestra es un ejemplo de sencillez cinematográfica. Está rodada dejando a un lado casi todas las complejidades formales de las que hacen uso hoy en día casi todas las producciones televisivas y cinematográficas. Se trata de recurrir a la esencia del rodaje…la cámara y los personajes...aún más, se trata de grabar una ficción como si fuera real, con técnica de documental. El video ensayo explica como de complejo es conseguir esa sencillez formal, como en esta época en que lo habitual es recurrir a complejas técnicas...los productores se pararon y dijeron: despojemoslo de todo. Sencillez.

El tercero de los videos es una charla de John Cleese (descerebrados despistados, uno de los Monty Phyton) charlando sobre la creatividad. Cleese no habla de la sencillez, pero eso lo cuento yo, o lo añado a su historia. Para Cleese la creatividad no es un talento, es una manera de actuar, de hacer las cosas. Cleese explica sus claves para hacer que la creatividad surja, para tener una idea, para resolver un problema, para llegar a alguna conclusión. Es extremadamente sencillo: construir un oasis espacial y temporal para que la mente tenga su espacio para pensar sin distracciones. Un espacio para no distraerse entretenido con “tendría que llamar a fulano y se me ha olvidado mirar lo que tengo mañana y como no me de prisa no llego a la comida y a la vuelta que no se me olvide comprar jabón de lavadora o bombillas”. Todo eso distrae y lo que es peor impide que oigamos a nuestra cabeza pensar. Un espacio físico y temporal dedicado únicamente a dejar que la cabeza divague, hace que las ideas que están ahí, porque realmente están, puedan salir de sus escondrijos, revolotear por tu cabeza y que tú puedas cazarlas y seguir el hilo. Por eso las mejores ideas ocurren por la noche…cuando estás a punto de dormirte, cuando te despiertas en medio de la noche…tu mente está libre de mierdas del día a día y puedes enganchar esa inspiración.

¿A dónde voy con todo esto?

Lo sencillo suele ser lo más satisfactorio. Lo sencillo te hace feliz.  Está ahí al alcance de tu mano, pero no es fácil. Sencillez no es sinónimo de facilidad. Hacer que una historia te enganche porque te parezca sencilla, que un libro te atrape casi sin esfuerzo o que una película te parezca tan real como la vida misma puede parecer sencillo pero requiere mucho trabajo. Hacer algo sencillamente suele resultar complicado.

La sencillez no es facilidad. La sencillez exige sentarse a pensar, dejar que la mente de vueltas y quitar del medio todo lo que estorba. Y no me refiero solo a los impedimentos a los que se refiere Cleese si no que voy más allá. Exige enfrentarse a los datos, o los hechos, sin más. Despojándolos de todos los añadidos, de todas las cosas y complicaciones que nos empeñamos en sumarles para intentar “tener una visión completa”. No hay que tener una visión completa…y además es imposible.

Cuando sencillamente piensas en lo que sea o no piensas en nada durante un tiempo...la solución o la conclusión llega. Y llega de una forma tan cristalina que no puedes creer que hayas estado dándole vueltas sin fin. De repente está delante de ti, un pensamiento completo, una idea genial o una certeza absoluta. Es “esto”.

Por supuesto, como somos unos completos idiotas, en vez de sentarnos a disfrutar de ese momento y de ese bonito logro, estamos programados para enturbiarlo enseguida yendo más allá. “ah vale, lo tengo claro…esa idea es genial...pero... ¿qué pasa si la llevo a cabo?” o peor…dudamos de que esa solución a la que hemos llegado sea buena. Nos parece tan sumamente sencilla que nos parece falsa. Somos así de imbéciles, tras ese momento de iluminación...hemos olvidado el trabajo y lo que nos ha costado llegar a siquiera rozar esa idea, esa conclusión, ese pensamiento y su “aparente” facilidad nos parece que le resta consistencia y que conformarnos con ella es “poco”. ¿Y qué hacemos? Nos dedicamos a complicarlo todo…empezamos a pensar en las consecuencias (por supuesto siempre negativas y catastróficas de ese pensamiento sencillo), o nos dedicamos a ridiculizarnos en nuestro logro “esto que se me ha ocurrido es una gilipollez...no tiene ningún sentido”. Nos parece que estar satisfechos de nuestro pensamiento o conclusión está “mal”. La duda parece que mola y dudar de uno mismo parece que es lo que hay que hacer.

Lo sencillo funciona. Lo sencillo es. Lo sencillo conmueve.
Unos videos. Una idea. Un post.  Ver a tus hijos dormir. Pasear. Escribir. Un cuento. Un libro. Fresas. Tu y yo.

*Recomiendo mucho los tres videos. El de Vowels es corto y una preciosidad. El de The wire lleva su ratito y es para fans de la serie y del "cine por dentro" y el de Cleese no tiene desperdicio...la parte final sobre seriedad, humor y solemnidad es también genial.

miércoles, 11 de abril de 2012

MOLIDOCUMENTALES: EL AMIGO SOLTERO

En los Molidocumentales de hoy traemos a examen un espécimen único: el amigo soltero. Él. Hombre.

Sí, también hay amigas solteras, pero ellas presentan una tipología muy diversa y difícil de encuadrar en un molidocumental. Ellos sin embargo forman un grupo claro y cristalino. Todos conocemos a alguno.

Para llegar a ser el amigo soltero hay que estar rondando los 35 o superarlos claramente. Antes de eso eres un joven alocado, con novias o sin novias, con ligues o sin ligues, un viva la virgen o un ermitaño, pero nadie te considera el amigo soltero. Nadie se para y dice: eh...fulanito está soltero ¿Cómo es posible?

¿Cómo es posible? Esa es la pregunta que te convierte en el amigo soltero. Cuando alguien se para y piensa eso sobre ti…amigo, ya estás en el saco y no hay escapatoria.

Después viene la respuesta a esa pregunta. Tus amigos solteros no son Gollum, ni oligolérdicos, ni completos merluzos…porque entonces obviamente no serían amigos tuyos y menos con 35. Los miras y dices: son más o menos guapetones, todos tienen su atractivo, son interesantes, bastante inteligentes, con conversación, sentido del humor y la mayoría de las veces tienen un curro que les da unas perrillas.

Tras la primera valoración, los miras y piensas… ¿Y si no les gustan las tías? Pero no, los repasas a todos y ves que unos han tenido novias más o menos de larga duración, otros han tenido sus ligues y otros han sido unos picaflor. Realmente el macho picaflor suele aparecer poco como tipología previa de amigo soltero. Los amigos solteros suelen ser serios y aunque les gusten las tías, no son mucho de ir fanfarroneando y en el fondo los que les pasa es que aunque no quieran se enamoran. Suelen ser discretos, casi todos.

Cuando ha tenido novia, el amigo soltero suele mantener con ella o ellas una relación de amistad dependencia que por momentos para el espectador ajeno puede resultar confusa. “Tú dime lo que quieras pero sigues colgado de Fulanita” ó “La verdad es que os pasáis el día juntos no sé porque no volvéis y ya está”.

Lo voy a explicar. Cuando has estado con un futuro amigo soltero, no quieres volver con él. Le tienes cariño, es un tío majo, le ves sus cualidades y le aprecias mucho...como amigo. No quieres volver con él, porque sabes lo que hay…y sabes lo que te va a dar. No hay nada más allá…y no es que eso sea malo, pero no es suficiente. Un amigo soltero de ex novio es una extraña mezcla de más mejor amigo y egomaker. Y no, no todo el mundo puede tener uno.

Los amigos solteros son maniáticos. Todos somos maniáticos, (menos yo), pero el problema es que los amigos solteros ya les han cogido mucho cariño a sus “costumbres” y no piensan soltarlas. Les parece que si renuncian a ellas se estarán vendiendo, y les ha costado mucho llegar a dónde están y ser quien son para renunciar por ejemplo a lavarse los dientes en albornoz mientras ven un cuarto de un partido de baloncesto. Esta “costumbre”, tú como amiga la toleras e incluso te hace gracia...como novia es insoportable.

Con todo esto se podría suponer que el amigo soltero es un hombre solitario, desterrado al territorio amigo…y sin vida sexual. Muy incorrecto. No es para nada así. El amigo soltero no es gilipollas…y además tiene ya una edad para saber cuáles son sus armas de seducción y lo que es más importante…dónde está su territorio natural de caza: las nuevas hornadas de gacelas.

El amigo soltero es prácticamente invisible para las leonas. Le toleran como uno más del grupo, es mono y encantador pero saben lo que hay, no se dejan engañar. Básicamente, las leonas se sientan a disfrutar del espectáculo de caza entre las gacelas y el amigo soltero.

¿Cómo es esa caza?

El amigo soltero, como ya he dicho, es astuto. Así que tras años de corretear por la pradera buscando presa, ha aprendido que es mucho más efectivo sentarse bajo el baobab y hacerse el interesante. Fingirse despreocupado y desinteresarse de las gacelas que pasan a su alrededor.

No falla. Siempre hay alguna gacela, joven, mona y normalmente pelín perrofláutica que lo ve ahí sentado solitario y piensa la siguiente: “Oh...un león solitario...pobre, allí tan solo. Seguro que es un león maravilloso, tímido y profundo y resulta que nadie lo ha visto hasta ahora. Sólo yo que soy una gacela sensible me he dado cuenta de su potencial. Seguro que no es como todos, es especial y querrá ir conmigo a cuidar tortugas o ver ballet bielorruso y seguro que está a favor de la cocina tradicional” Y allí que va…directa a las garras del amigo soltero.

El amigo soltero por supuesto se deja querer. Cuando era un joven león, mentía y prometía a las gacelas todo tipo de parabienes futuros. Ahora ya no miente, confiesa a la joven gacela que él es así, que se lava los dientes viendo el baloncesto, que adora su albornoz de bolas, que nunca jamás va a hacer nada romántico por ella y que por supuesto le flipa la comida basura. La gacela imbuida de amor descubridor del diamante en bruto piensa una absurdez como “ a mí me da igual...lo que tú quieras, eres tan especial”….y ahí se queda, a la sombra del baobab hasta que crece y se da cuenta de que allí no hay nada más que rascar y entonces se irá y formará parte de la cohorte de leonas que miran desde la lontananza.

El amigo soltero…se quedará tan feliz...esperando una nueva hornada. Lo que viene siendo, el ciclo de la vida.

Sólo hay una cosa que puede hacer peligrar la raza de los amigos solteros…las lagartas…Mantened a vuestros amigos solteros a salvo de ellas.

martes, 10 de abril de 2012

EL SOBRINISMO.

Ser padre mola, tiene sus momentos mejores y peores, pero digamos que en general mola, aunque nunca puedes relajarte. Es un trabajo full time y agotador.

Ser tío mola muchísimo, todo el tiempo. Antes de nada, vamos a dejar claro, que ser tío de sobrinos carnales no es lo mismo que ser tío de sobrinos políticos. Sí, sí...todos son muy monos y todo eso…pero NO es lo mismo. Cuando los niños son de tus hermanos, no das crédito a que esas cositas tan monas con las que babeas y te llaman tío sean obra de los energúmenos de tus hermanos o de la bruja de tu hermana. Al fin y al cabo tus sigues viendo a tus hermanos como los cabrones con los que te pegabas, jugabas y los cabrones que se descojonan de ti…y de repente tienen niños adorables que te llaman tío. Y se te cae la baba, claro. Sobre todo porque puedes disfrutarlos un ratito y luego pasar de ellos. Por eso mola ser tío, porque no es un curro full time…es más de media jornada. Puedes estar agotado...pero sabes que habrá un fin.

Cuando no tienes hijos y tienes sobrinos, los sobrinos molan pero dan bastante el coñazo. Te joden la siesta, quieren ver dibujos cuando tú quieres ver una peli, te persiguen para jugar al futbol, te persiguen para bañarse contigo en la piscina. Tú eres el tío molón y quieren estar contigo. A ti, según te dé el aire puedes dedicarles atención o pasar olímpicamente y por supuesto no tienes problemas morales sobre si deberías educarles o no...Ni te lo planteas. Tu quieres a tus sobrinos para disfrutarlos y punto y cuando te cansas…dices: eh...que yo me voy a echar la siesta...ahí os los dejo.

Lo mejor es ser padre y a la vez ser tío. Eso es el premio gordo...

A los sobrinos se les quiere mucho, muchísimo. Es una sensación muy rara y que no te crees que te vaya a pasar. Tú ya tienes hijos así que seguro que controlas esos afectos hacia el mundo infantil. Pero luego llega el momento y ves a tus sobrinos y a tus hermanos/as ejerciendo de padres o madres y flipas. Flipas con tus hermanos y flipas con tus sobrinos.

Con tus niños no te puedes permitir aspirar al premio popularidad del año. Eres el padre y tienes que ser firme, eres el que pone las normas, el que organiza, en una palabra el que dice que NO. Pero eso solo con tus niños…a tus sobrinos les puedes decir que SI a todo…ya tienen padres que les digan que NO.

Tienes la sabiduría suprema paternal y puedes pasártela por el arco del triunfo con tus sobrinos. Sabes lo que deberías hacer…y pasas…es un saltarse las normas tan a la torera que te sientes liberado. Un gustazo. Se parece mucho al solterismo.

Y te lo pasas en grande.

Tus sobrinos sirven para hacer todo lo que no puedes hacer con tus hijos. A tus sobrinos no les pareces aburrido, ni el mismo de siempre que les va a decir que no. Tú molas…y molar tanto de tío compensa mucho de los sinsabores de la paternidad propia.

Como padre y tío a la vez, tampoco tienes problemas morales sobre si deberías educar a tus sobrinos o no. Conoces el dilema y optas por la opción fácil…no vas a educarles, vas a mimarles, vas a decirles que si….

Cuidar sobrinos puede ser agotador, pero tiene muchas ventajas:

- Para empezar compensa tus bajos niveles de popularidad maternal. Cierto es que a esto contribuye mucho la novedad. Tus sobrinos no te tienen tan visto como tus hijos y por eso les molas. Por eso y porque no saben muy bien por donde entrarte…así que suelen portarse bastante bien y eso te hace pensar...” eh...esto no se me da tan mal”.

- Aumenta mucho tus niveles de popularidad entre la población infantil (exceptuando tus hijos). Tus sobrinos consideran que eres guay, que molas mucho y te dicen cosas adorables como que te quieren mucho.

- Ser tío te permite ser irresponsable. Disfrutar de cuidar niños pero sin que sean exclusivamente tu responsabilidad. Mejor dicho…es una responsabilidad con fecha de caducidad y si algo no funciona o algo va mal…tú no eres el único responsable..tendrás a quién recurrir. Con tus propios hijos no pasa eso…eres el responsable único y absoluto y eso pesa mucho. Ser tio es más ligero.

- Te relajas. Poder decir que si a todo sin pensar en que es una batalla que pierdes en la guerra por la educación...porque sencillamente no es tu guerra…relaja mucho.

- Tus hijos te ven desde una nueva perspectiva…puede que moles mucho si sus primos están tan contentos contigo.

A lo mejor creéis que cuidar sobrinos es un trabajo egoísta. Para nada. Se hace también por los propios hijos. Tus sobrinos son adorables e ideales…pero tus hijos siempre lo serán más...asi que cuando por fin dejas de cuidar a tus sobrinos...tus hijos te parecen más mejores y te enfrentas otra vez a tu curro de padre full time con nuevas energías.

Por supuesto dedico este post a mis dos sobrinos, los niños más guapos y más adorables del universo: Minicuñado y LittleRed.

domingo, 8 de abril de 2012

UNA DOCENA DE LIBROS PARA VIAJAR APRENDIENDO SIN MOVERTE DEL SOFÁ




Las guías de viaje son útiles cuando vas a visitar algún sitio. Tienen su razón de ser, decirte hoteles que no podrás pagar, hoteles que sí puedes pagar pero que están lejísimos o en los que no encuentras habitación, recomendarte restaurantes secretos que por supuesto han dejado de ser secretos desde que aparecieron en la guía y aconsejarte actividades que casualmente se celebran de enero a septiembre y tú vas en octubre. En cualquier caso, sirven para hacerte creer que sabes a dónde vas, que sabes por dónde te mueves y para guardar las entradas de los sitios que visitas con la idea peregrina de hacer un diario del viaje cuando vuelvas a casa.

Los libros que recomiendo en este post no son guías de viaje, pero sirven para conocer los lugares de los que hablan. Para conocerlos de verdad, para aprender de su historia, de sus costumbres, de su cultura, de su gente, para aprender incluso lo que no quisieras saber. Son amenos, entretenidos, instructivos, divertidos, escalofriantes a veces…te hacen a reír a carcajadas y también derramar lágrimas. Y todo eso sin salir de tu sofá. No se puede pedir más.


1.Ébano de Ryszard Kapuscinski

Para mi gusto la mejor obra del periodista polaco. Un acercamiento al continente africano para completos desconocedores del tema o para iniciados. Kapuscinsky a través de su experiencia como periodista en los países africanos,desgrana a través de anécdotas, historias y reflexiones las distintas realidades de países como Sudán, Etiopía, Rwuanda, Liberia, Sierra Leona. Conmovedor, entretenido, didáctico y en muchas ocasiones espeluznante.

2. El Imperio de Ryszard Kapuscinski

En esta ocasión el bueno de Ryszard te lleva a conocer la Unión Soviética desde su primer contacto con ella en 1937 cuando el Ejército Rojo entra en Polonia y a través de distintos viajes realizados durante toda su vida. Kapuscinski te lleva a las repúblicas de nombre impronunciable que difícilmente situarías en un mapa y cuenta historias que sencillamente te dejan sin palabras.

3. En Siberia de Colin Thurbon

El escritor británico realiza un viaje atravesando Siberia desde los Urales a Vladivostok, la mayor parte del trayecto en el mítico Transiberiano. Siberia es una gran desconocida, una extensión enorme de territorio alejado de todo y de todos: un mundo desconocido. Muy entretenido, proporciona muchísima información y además trae un mapa que es fundamental en este tipo de obras. Muy recomendable.


4. En las antípodas de Bill Bryson

¿Qué sabes de Australia? Nada. Canguros, aborígenes y la Ópera de Sidney. A esto se reduce generalmente lo que sabemos de las antípodas. Bryson realiza varios recorridos por el continente anotando todo tipo de anécdotas, historietas, encuentros con personajes curiosos y reflexiones personales. Aprendes sin darte cuenta y se te saltan las lágrimas de la risa. Brutal.

5. Menuda América de Bill Bryson

Bryson reconstruye en este libro los viajes de vacaciones que hacía con su familia en su niñez. Recorre Estados Unidos en coche reconstruyendo la historia de América a la vez que rememora sus anécdotas de la infancia. Es un libro que ayuda muchísimo a comprender el modo de ser de los estadounidenses y es también tremendamente divertido.


6. Historias de Enric González

Un libro para todo aquél que vaya a ir a Nueva York, haya ido o crea que jamás va a conocerlo. El corresponsal de El País en esta ciudad durante varios años escribe un libro a medio camino entre la guía de viajes y el diario de su estancia. Emocionante, divertido, íntimo y acogedor. En mi opinión, el mejor de Enric.


7. Historias de Londres e Historias de Roma de Enric González

Enric escribe sobre su estancia en estas dos ciudades dónde también ha trabajado y vivido. Unas colecciones de relatos, anécdotas, curiosidades, experiencias y opiniones que resultan a la vez interesantes y entrañables. Al terminar quieres coger un avión y viajar y a la vez escribir a Enric y ser amigo suyo.

8. Gente remota de Evelyn Waugh

Diario o notas biográficas del autor inglés cuando viajo a Etiopia con motivo de la coronación de Haile Selassi I en 1930. Waugh con humor y visión inglesa disecciona la realidad del país y posteriormente de Yemen, Zanzíbar, Uganda, Congo y Sudáfrica. Es una crónica periodística de una época que desde 2012 parece casi inventada.


9. Mala tierra. Viaje por los yermos de Montana de Jonathan Raban

Raban es un escritor inglés que se traslada a vivir a Seattle en la costa oeste de Estados Unidos y se siente atraído por las llanuras de Montana. Sigue la línea ferroviaria de la Milwaukee Road que recorre el estado de este a oeste, contando la historia de ese estado. Es lectura calmada, triste y muy apegada a la tierra. Consigue que el lector se sienta en mitad de esas llanuras.

10. La ciudad de los ángeles caídos de John Berendt

Partiendo del incendio de La Fenice y su posterior reconstrucción, Berendt recorre la ciudad conociendo a sus gentes, los venecianos y los que llegaron y se quedaron. Historias de la ciudad y sobre la ciudad. Es un estilo muy frio pero que consigue transmitir el pulso de la ciudad y su peculiar condición.

11. Ventanas de Manhattan de Antonio Muñoz Molina

Un paseo por Nueva York. La ciudad vista desde la ventana de un hotel en una primera visita. Nueva York en los primeros paseos cuando la ciudad sale a tu encuentro, Nueva York en la emoción del amor, Nueva York como música de jazz, Nueva York desde sus habitantes y sus historias. Es casi como estar allí.


12. Mi familia y otros animales de Gerard Durrell

Para terminar, un clásico del humor inglés. La vida de la familia Durrell cuando deciden dejar Inglaterra para instalarse con toda su flema inglesa en la Isla de Corfú. Un retrato familiar pero a la vez un descubrimiento de Corfú, su historia, sus gentes y sus animales, por supuesto. Muy divertido. Un libro que te alegra la vida.

Las guías de viaje se leen cuando ya sabes a dónde quieres ir. Estos libros de viajes, por llamarlos de alguna manera, una vez leídos hacen que desees visitar esos lugares o que decidas que jamás pondrás un pie allí.

Republicado con permiso, cortesía de Unadocenade.com