Abril suele ser un mes asqueroso. Llega la primavera, el calor, las flores, los pájaros, el buen tiempo, el cambio de hora, los días más largos y mi fantabulosa astenia primaveral. Lo dicho, un asco. Suelo llegar a él dispuesta a zambullirme en un estado de ánimo que me hace parecer un perezoso y que me desconecta vitalmente del resto del planeta. Doy muchísimo miedo cuando ni hablo, ni me rio y sencillamente paso de todo.
Este mes de abril sin embargo ha molado muchísimo. Y también en mis lecturas.
“Cualquier otro día” de Dennis Lehane. Este título llevaba en mi lista de pendientes un montón de tiempo. Creo que cogí la referencia de un artículo de Boyero o de una de esas charlas que tiene en internet. Cómo siempre no sabía ni de qué iba, ni de qué trataba ni nada y por supuesto no tenía ni idea de que me iba a encantar.
La acción se sitúa en Boston en 1919. Un jugador de baseball muy gañán pero que es una superestrella (los ídolos deportivos se ve que no han cambiado tanto), un negro huido de una situación complicada y un joven policía idealista son los ejes de la acción.
Lucha de clases, lucha obrera, derechos laborales, racismo, pobres contra ricos, corrupción política y policial y un par de historias de amor mezcladas con intrigas familiares. No es una novela negra pero podría serlo, no es una novela histórica pero podría serlo y no es una historia de un héroe pero también podría serlo. No ganan los buenos, el héroe tiene mucho de oscuro y al final te deja un regustillo amargo. El héroe de la historia tiene todos los ingredientes para que te enamores de él...es un perdedor nato empeñado en no serlo.
“Se quedó pues en el umbral. Se quedó allí y jugueteó con el ojo del oso en el bolsillo del pantalón hasta que ella se perdió de vista entre el gentío que se alejaba por Dover Street. Y se aborreció a sí mismo y la aborreció también a ella, por haberse arruinado mutuamente la existencia”.
“Siempre has sido blando de corazón, hijo. Lo que pasa es que lo escondes mejor que la mayoría de la gente”.
En resumen, entretenida, emocionante y que se lee con mucho interés. Un acierto. Ah..y alguién en los comments me recomendó Mystic River..lo leeré.
Agradezco públicamente a ND que me la pasara en versión electrónica.
“América, América” de Ethan Canin. No sé de donde había sacado la referencia de este libro, pero también estaba en la lista de pendientes. Me lo regalaron por mi cumpleaños unos amigos que hicieron buen uso del enlace a mi lista que tengo en el blog. ¡Gracias chicos!
Es la historia de Corey Sifter, un joven que en 1971 ve como su destino se une a los Metarey, una rica familia dueña de la mayoría de las industrias y negocios de la zona donde vive y que deciden meterse en política. Su historia personal se va entrelazando con la de la familia Metarey y con la ascensión y caída de Henry Nanwiller un aspirante demócrata a las primarias en los años 70.
La novela no está mal aunque flojea en algunos pasajes y en un final que queda como deshilachado: Hay algunas cosas que no se entienden porque la historia está contada por Corey en pasado pero actúa como narrador omnipresente contando cosas de los demás personajes que es imposible que sepa. Aún así, se lee rápido, entretiene y tiene alguna reflexión interesante sobre los hijos.
“¿Sabes?, uno cría a sus hijos con lo que tiene a mano. Tomas lo que aprendiste de tus padres, procuras añadir tus propias correcciones ( aquello que te ha dolido, las injusticias, ese tipo de cosas) e intentas introducir a esos seres benditos en el mundo de tal manera que les haga más daño del necesario. O, al menos, no demasiado pronto. Y, un día, de repente, te das cuenta de que no son tan distintos, no se…tan distintos de unos animales salvajes que te hubieras encontrado en el bosque. Y adviertes que tienes sobre ellos la misma influencia...la mista que hubieras tenido sobre esos animales. Uno es agresivo, tal vez. Otro tranquilo. Pero seguramente porque está asustado. Uno tiene siempre la vista puesta en el horizonte. Y un día, por fin comprendes lo estúpido que has sido. Tú no puedes hacer nada, solo dejar que se vayan. Lo único que puedes hacer desde tu rincón, es rezar. Yo no soy una persona religiosa, Carey, en absoluto; pero rezo de todos modos. Por mis hijos, nada más. Todos los padres lo hacen”.
Cannery Row de Steinbeck. Ya lo dije todo aquí...pero por si alguno se ha despistado. Corred a leerlo sin falta. Dejad lo que estéis leyendo, id y compradlo. Apagad el móvil, el ordenador, la tele, la radio...todo...y leed Cannery Row y morid de gusto.
Ah...este fue regalo de pobrehermano pequeño. ¡Gracias!
“El animal moribundo” de Philip Roth. Igual que todos los años llega la primavera de los cojones y el confusionismo estilístico se adueña de las aceras de Madrid, yo todos los años leo algo de Philip Roth. No estaba en mi lista ni nada por el estilo, pero trasteando por la red con la tablet lo encontré y lo descargué. De todos los de este autor es el que menos me ha gustado con muchísima diferencia. Como soy consciente de mis defectos, saber que Coixet había hecho una versión de esta peli con Penélope de protagonista le ha restado mucho encanto al tema, la verdad. Los prejuicios son así...capaces de joderte un libro...perooo...no ha sido el caso. El libro es flojo comparado con otros de Roth. La relación entre un profesor viejuno que en la peli era Ben Kinsgley y una jovencita de “estupendos pechos” (esto lo repiten mil veces en la novela) que no puedes dejar de imaginar cómo Pe...Tiene bastante poco interés y me provocó más decepción que otra cosa. Aún así, Roth es un maestro y escribe muy bien. No es para todo el mundo porque normalmente dice muchas cosas que no quieres leer, que ni siquiera quieres saber que existen...
Si alguien quiere empezar con Roth que coja otra cosa: Elegía, Pastoral Americana, La Conjura contra América…
“Diario de Berlin 1934-1941”de William Shirer. Estaba en mi lista también y me lo regaló mi madrina por mi cumpleaños haciendo un uso excelente de mi lista.
William Shirer fue un periodista americano destinado a Berlín, Ginebra y Viena desde 1934 hasta 1941, año en el que sale de Alemania asqueado por la censura y la imposibilidad de informar sobre lo que de verdad pasaba en Berlín. Primero fue corresponsal de prensa escrita y luego responsable de las emisiones radiofónicas de la CBS.
Es un testigo excepcional y de primera mano de la subida al poder del nacionalsocialismo, de la progresiva sectarización del pueblo alemán, del poder de la fabulosa máquina puesta en marcho por los nazi y de cómo vivieron los berlineses los primeros años de la guerra.
Me ha llamado mucho la atención el disgusto que se lleva Shirer cuando le encargan hacer crónicas radiofónicas. En un primer momento le parece de menos prestigio que la prensa escrita, un trabajo más frívolo. Ahora, acostumbrados a la radio, a su importancia como fuente de primera mano de información, me sorprende que Shirer no vea en un primer momento que la radio era mejor para informar...pero claro, estamos en lo de siempre...juzgando desde lo que sabemos ahora. Llama la atención también pero por constante tecnológico los problemas de comunicación y no digamos ya para establecer una línea de comunicación entre Berlín y NY...comparado con la inmediatez actual.
Es un libro sobre la II Guerra Mundial pero contado en el momento... Shirer lo cuenta día a día, sus impresiones, lo que cree que sucederá ( y luego no sucede), lo que no cree que ocurra ( y luego ocurre) e intenta a la vez que vive el caos total en el que Europa se ve sumida...encajarlo como un puzle para intentar entender. Cuenta la guerra tal cual, en tiempo real, con todas las inseguridades e incertidumbres que tiene el estar viviendo algo. Los juicios de valor, la ordenación mental de acontecimientos, las consideraciones y justificaciones solo se pueden hacer después, cuando ya ha pasado y se conoce el todo. Mientras eres una parte, no puedes abarcarlo ni comprenderlo, te limitas a vivirlo y en el caso de Shirer a contarlo lo mejor que puede y le dejan.
Me ha gustado muchísimo y a los frikis de la II GM se lo recomiendo.
“Contra el fanatismo” de Amos Oz. Sobre este también he hablado el otro día. Además del ensayo que comenté en el post...el libro tiene otros dos. En el segundo titulado “Sobre la necesidad de llegar a un compromiso y su naturaleza” trata sobre cómo ve él una posible solución al conflicto entre palestinos y judíos. Todo el ensayo es brutal, pero extracto solo este trozo para no aburrir.
“Se requiere llegar a un acuerdo, a un compromiso doloroso. Y la expresión “llegar a un acuerdo, a un compromiso” tiene una reputación nefasta en la sociedad europea. Especialmente entre los jóvenes idealistas, que siguen considerando que llegar a un acuerdo es oportunista y algo artero y oscuro que implica falta de coraje. No en mi vocabulario. Para mí, la expresión “llegar a un acuerdo” significa vida. Y lo contrario de llegar a un acuerdo no es idealismo ni devoción. Lo contrario es fanatismo y muerte. Ya he hablado de la naturaleza del fanatismo. Se requiere llegar a un acuerdo, a un compromiso, no llegar a una capitulación. Lo que significa que los palestinos jamás deberían arrodillarse. NI tampoco los judíos.”
El último ensayo es para los que quieran escribir…algo serio. Y se titula “Sobre el goce de escribir y el compromiso” y también está muy bien...pero como siempre...esto ha quedado muy largo.
Un mes estupendo con 4 lecturas cojonudas. No se puede pedir más.