jueves, 29 de septiembre de 2022

Yo sé usar el entretiempo

En verano se pasa calor.

En invierno se pasa frío.

En el entretiempo se pasa frío y calor. 

A mi me parece algo sencillisimo. Algo que podría venir explicado en un libro de Teo o en un episodio de Caillou. Hay meses en los que pasas mucho calor, en otros te congelas y hay alguna semana en el año en el que pasas las dos cosas alternativamente. No me puedo creer que tenga que escribir sobre esto pero me veo empujada a ello por mi voluntad de servicio público y por la vergüenza ajena provocada  por el confusionismo estilístico que he visto esta semana por la calle. Aclaremos que en Madrid, la ciudad que me tortura, el entretiempo en primavera dura una mañana. En otoño puede durar semanas que, además se alternan con coletazos de verano. Ahora estamos en Madrid en una de esas semanas y eso implica que escojas la ropa que escojas solo vas a estar cómodo y con una temperatura corporal correcta un par de horas al día. Si sabes usar la ropa de manera inteligente y no como si el escaparatista de Mango te hubiera tirado la ropa a la cabeza, puedes conseguir ampliar el rango de comodidad y, además, no parecer que has salido de casa vestida ideal pero que te has dejado el cerebro en la mesilla. 

En entretiempo sea de otoño o de primavera hace mucho frío por la mañana y mucho calor por la tarde. Ese mucho puede llegar a ser muchísimo, a ser una barbaridad y no se puede hacer nada para evitarlo (te puedes ir a vivir a un sitio sin estaciones pero yo, sinceramente, no lo recomiendo). Hay que apechugar con ello igual que en lo más crudo del invierno lidias con llevar la punta de la nariz congelada. Gajes del oficio y de vivir en el hemisferio norte. Al grano. Cosas que no son de entretiempo: las botas altas, las bufandas de lana, los gorros, los guantes, los jerseys de cuello vuelto, los pantalones de lana, los abrigos de paño, los plumas que la gente se compra como si fuera a ir al Anapurna cada tarde y, por favor, los vestidos de punto con botas de cordones de cuero y las camisas de franela de leñador de Wisconsin. No, no y no. Y que no. Que no. «Es que yo luego paso mucho frío» Me da igual, alma de cántaro. Si te pones el gorro de estibador, la bufanda y el punto cuando a mediodía va a hacer 26 grados..¿que te vas a poner en diciembre? ¿te vas a echar a tu madre a la espalda para que te de calor humano? ¿vas a atarte el edredón como una capa? Tampoco vale irse al otro extremo. Ni chanclas, ni camisetas de tirantes, ni pantalones cortos, ni tops, ni bikinis, claro. «hala, que exagerada, nadie lleva bikini» Ja. 

Alguien me dijo el otro día que el entretiempo era un coñazo y puede ser, pero a mí me gusta. Es además la temporada del año en el que puedes ponerte ropa que, en realidad, no sirve para nada. El ejemplo perfecto de esto es la cazadora vaquera, la prenda más inutil del mundo mundial que sin embargo en entretiempo se vuelve indispensable (parezco una revista de modas). La cazadora vaquera no abriga una mierda, es como echarte por encima un periódico pero la cazadora vaquera da un calor de mil demonios en cuanto la temperatura sube un pelín. Y además pesa. Y abulta. Es inutil pero pero pero...en esta semana en Madrid, es perfecta. Lo mismo pasa con las converse de mis amores: en verano se te cuecen los pies y en invierno se te ponen azules pero ahora, ahora son también perfectas. Y en este saco meto también las cazadoras de cuero, las gabardinas y los impermebales (incluído el mío de ser feliz): todo precioso, todo estiloso, todo incompatible con el calor, todo incompatible con el frío porque es TODO DE ENTRETIEMPO.

A lo mejor me gusta el entretiempo porque es el único momento del año en el que considero que mi dominio de la moda es aceptable. Yo sé usar el entretiempo y miro con absurda superioridad moral a toda esa gente que va sudando enfundada en punto y a toda esa gente que lleva los pies azules y los brazos con piel de gallina. En serio, si yo puedo hacerlo, vosotros también. 



11 comentarios:

Chiqui dijo...

Buenísimo! Además de la cazadora vaquera, están las camisas de manga larga de lino, en verano te cueces, en invierno no pintan nada, pero en entretiempo te apañan el día.

Cristins dijo...

Que grande eres! Qué razón llevas y cómo me he reído!. Me has alegrado el jueves :-)

Barbara dijo...

Super a favor de las cazadoras vaqueras y las converse de entretiempo! Me hace gracia el post porque pivota sobre la vida en Madrid ( obviamente por otra parte). El entretiempo x Valencia es un poco más light y los pantalones cortos estan permitidos (cuando llego de trabajar es lo que me suelo poner), las sandalias como mïnimo funcionan hasta que pase el puente del Pilar (las botas hasta la Inmaculada no asoman o no deberían asomar) y te bañas (salvo gota frïa) casi hasta Halloween. El cambio climático y esas cosas.
De hecho, tengo la misma falda que has sacado por stories y para mí es de invierno, jaja. Un abrazo

Sara dijo...

No puedo más que sonreír. Salgo de mi casa de El Escorial congelada, para estar en Tres Cantos asada a medio día. Y con chaqueta vaquera.
Y nada corto porque cómo me voy a poner medias y cómo voy a ir con las piernas al aire.
Todo de quita y pon.. que es lo que al final somos.
Gracias!

Pilar dijo...

Vestir apropiadamente durante el entretiempo va inevitablemente ligado a las capas, como las cebollas, para entendernos. En las horas centrales del día faltan brazos para acarrear los kilos de ropa, pero qué alegría cuando las temperaturas bajan, es entonces cuando te das cuenta de que el esfuerzo ha merecido la pena.

Dejemos el plumas y las botas de borreguito para más adelante.

Muy de acuerdo contigo. Un abrazo,
Pilar

Mar dijo...

Gracias por el servicio público, alguien tenia que decir lo de la chaqieta tejana!!! Lástima que si el mensaje llega a mucha gente podemos perder el espectáculo textil que estamos viviendo en estos dias

Ana de cestaland dijo...

Yo vivo en Pamplona y la cazadora vaquera es muy útil aquí!! :-)
Hoy hace 10 grados y llueve y ya se ven plumas por la calle pero el martes voy a Madrid y pone que hará 30º al mediodía. Ni idea de qué grado de abrigo llevar ni ponerme desde aquí saliendo a 7º y yendo a llegar a mediodía a 30º y todo debe caber en una mochila!!

Esther dijo...

¿y los que van con gorro de lana a las 15 de la tarde? desde que empezó este tiempo, vivo en Valladolid pero el tiempo será parecido, cada día veo a una adolescente que se sube al bus a eso de las 15 de la tarde con gorro de lana.

Cris dijo...

¡Viva la ropa de entretiempo! Yo tampoco entiendo a esa gente que va con plumífero en septiembre. Tengo chaquetas de entretiempo, un abriguito de entretiempo que uso a finales de octubre y desde finales de marzo a mediados de mayo, un abrigo más gordito que solo me pongo a partir de mediados de noviembre y un anorak que solo me pongo cuando nieva o hiela. Pero claro, soy de una ciudad donde el mal tiempo dura 9 meses, tenemos para aburrirnos. Un abrazo

filoloca dijo...

A mí también me encanta el entretiempo y en mi armario desde la adolescencia jamás ha faltado una cazadora vaquera, soy fan absoluta. Vamos, que a los 90 años seguiré usándola si sigo aquí.
Me he reído mucho con la entrada, porque tienes razón, en Madrid estos días puedes ver desde manga corta a las 20h en el parque, dando saltitos porque están pasmados de frío, hasta gente sudando la gota gorda a mediodía pero sin quitarse el abrigo por no llevarlo en la mano.

Lara del cofre dijo...

Me parto!! Yo ODIO el entretiempo con toda mi alma... En Asturias tenemos un verano que es un poco entretiempo porque siempre tienes que tener una chaquetina a mano para las tardes... Así que aquí la cazadora vaquera y el chubasquero son un must! ������