Por mi décimoquinto cumpleaños celebré una superfiesta con mi amigo A. en su casa. Él cumplía dieciséis y aunque no lo sabía, iba a ser la estrella de la fiesta. No sé de qué extraña manera, pusimos de acuerdo a 80 personas, todo el mundo puso 1000 pesetas y le compramos una Fender Telecaster. Se quedó sin habla, lo que en él es muchísimo decir.
A. es un fanático de la música “ratonera” ( el ingeniero dixit) y un virtuoso de la guitarra. Es un brasas con lo que sabe de música y si se pone con la guitarrita acabas odiándole, además es el tío que más me saca de mis casillas de todo el planeta. Siempre charlamos metiéndonos el dedo en el ojo y el combate dialéctico es contemplado por el resto de nuestros amigos con cara de: joder ya están otra vez.
Armado con la guitarrita que le habíamos regalado A., montó un grupo con otros adolescentes de la pandilla que no tenían ni puta idea de tocar ningún instrumento pero a los cuales A. convenció por pesado. Se reunían en el cuarto conocido como “de juegos” de una casa llamada “El adosado” ( por aquel entonces, un adosado era algo exótico en Los Molinos). Se dedicaban a aporrear los instrumentos mientras el cantante del grupo conocido como “ El gato” hacía algo parecido a cantar en inglés. ( ese tío fue mi primer novio y por supuesto me dejó, pero esto no viene al caso).
Buscando un nombre para el grupo, les pareció hilarante y muy ingenioso una cosa tan horrible como “ Cinta del homo” que rápidamente derivó a “Cinta de lomo”, nombre con el que siguen cargando 20 años después. Un nuevo ejemplo de cómo una mala elección puede llevarse encima toda la vida. Porque si, siguen tocando.
Ya no son los mismos adolescentes de hace 22 años. A. sigue en el grupo, con su barriguita, su poco pelo, su misma mala leche, su virtuosismo guitarrero y su Fender. Mi amigo J. es el bajista, él sigue igual que cuando teníamos 18 años, en su mundo. J. no curra porque no lo necesita y se dedica básicamente a encontrar ocupaciones para su tiempo libre, cómo dice él.."tengo mi tiempo libre muy ocupado”. Además de tocar el bajo, ha compuesto uno de los temas míticos del grupo que no sé ni como se llama, pero el estribillo dice algo como si el mar fuera ron yo sería tiburón.
Tienen un batería, conocido como “el jipi” y un teclista de la edad de mi hermano pequeño. Ahora mismo y tras alternar distintos cantantes durante años tienen a un postadolescente fascinado con su propio torso, que a la segunda canción ya está sin camisa y tocándose en lo que supongo que él cree un movimiento sensual. Da un poco de vergüenza ajena pero canta bien.
El viernes asistí a uno de sus conciertos y me sentí como si tuviera 16 años otra vez. Quedamos para salir a las 8 de la tarde y fuimos en metro. Por un momento pensé que acabaríamos bebiendo minis de cerveza y leche de pantera, pero gracias a Dios, nos acordamos de la edad que tenemos y nos sentamos en un gallego a ponernos hasta las patillas de comer porque “ hay que tener algo en el estómago para empapar”.
Luego se nos olvidó otra vez la edad que tenemos y nos bebimos el Nilo. Al final F. me metió en un taxi de los pelos y con un billete de 20 euros y entré en casa justo cuando recibía un sms del ingeniero: ¿ donde estás?
Si no me meten en el taxi, en vez de esta historieta estaría contando un gran momento etílico…
A. es un fanático de la música “ratonera” ( el ingeniero dixit) y un virtuoso de la guitarra. Es un brasas con lo que sabe de música y si se pone con la guitarrita acabas odiándole, además es el tío que más me saca de mis casillas de todo el planeta. Siempre charlamos metiéndonos el dedo en el ojo y el combate dialéctico es contemplado por el resto de nuestros amigos con cara de: joder ya están otra vez.
Armado con la guitarrita que le habíamos regalado A., montó un grupo con otros adolescentes de la pandilla que no tenían ni puta idea de tocar ningún instrumento pero a los cuales A. convenció por pesado. Se reunían en el cuarto conocido como “de juegos” de una casa llamada “El adosado” ( por aquel entonces, un adosado era algo exótico en Los Molinos). Se dedicaban a aporrear los instrumentos mientras el cantante del grupo conocido como “ El gato” hacía algo parecido a cantar en inglés. ( ese tío fue mi primer novio y por supuesto me dejó, pero esto no viene al caso).
Buscando un nombre para el grupo, les pareció hilarante y muy ingenioso una cosa tan horrible como “ Cinta del homo” que rápidamente derivó a “Cinta de lomo”, nombre con el que siguen cargando 20 años después. Un nuevo ejemplo de cómo una mala elección puede llevarse encima toda la vida. Porque si, siguen tocando.
Ya no son los mismos adolescentes de hace 22 años. A. sigue en el grupo, con su barriguita, su poco pelo, su misma mala leche, su virtuosismo guitarrero y su Fender. Mi amigo J. es el bajista, él sigue igual que cuando teníamos 18 años, en su mundo. J. no curra porque no lo necesita y se dedica básicamente a encontrar ocupaciones para su tiempo libre, cómo dice él.."tengo mi tiempo libre muy ocupado”. Además de tocar el bajo, ha compuesto uno de los temas míticos del grupo que no sé ni como se llama, pero el estribillo dice algo como si el mar fuera ron yo sería tiburón.
Tienen un batería, conocido como “el jipi” y un teclista de la edad de mi hermano pequeño. Ahora mismo y tras alternar distintos cantantes durante años tienen a un postadolescente fascinado con su propio torso, que a la segunda canción ya está sin camisa y tocándose en lo que supongo que él cree un movimiento sensual. Da un poco de vergüenza ajena pero canta bien.
El viernes asistí a uno de sus conciertos y me sentí como si tuviera 16 años otra vez. Quedamos para salir a las 8 de la tarde y fuimos en metro. Por un momento pensé que acabaríamos bebiendo minis de cerveza y leche de pantera, pero gracias a Dios, nos acordamos de la edad que tenemos y nos sentamos en un gallego a ponernos hasta las patillas de comer porque “ hay que tener algo en el estómago para empapar”.
Luego se nos olvidó otra vez la edad que tenemos y nos bebimos el Nilo. Al final F. me metió en un taxi de los pelos y con un billete de 20 euros y entré en casa justo cuando recibía un sms del ingeniero: ¿ donde estás?
Si no me meten en el taxi, en vez de esta historieta estaría contando un gran momento etílico…
18 comentarios:
Bueno
No solo el ingeniero va a gozar de momentos etilicos no? la próxima vez serás tu la que "Vaf a salfar tu fatrimonio" pero nunca nunca te metas en un buho, para eso si que estamos mayores ya.
Me rio sola leyendote. Gracias
Besos
Menos mal que se ve que los aprecias, me pregunto cómo habría sido la descripción si llegan a caerte mal...
Una telecaster? Eso es un regalazo, jejeje, ya me gustaría a mí.
:D
"ese tío fue mi primer novio y por supuesto me dejó, pero esto no viene al caso"
Cómo que no?? cuenta!!
Minis de cerveza y Leche de pantera. Me vienen a la cabeza Moncloa y Chapandá. ¡Joder!, cuanto tiempo.
Un abrazo
Pero cómo os currais los regalazos, no? Ojiplático se quedaría el hombre!!
Y oye, esto se puede considerar un gran momento etílico, eh? Eso de 20 euros y en taxi a casa.... xD
Yo tengo un amigo fanático de la música y cuandonos líamos a hablar su mujer siempre acaba mandándonos a tomal pol saco. ¡Y lo que nos reímos!
Y al llegar no llamaste al ingeniero "brujo que hace excels", o algo así? (aunque lo cierto es que no tiene la misma garra que "bruja que hace aerobic", donde va a parar...)
Pues lo cierto es que no estaría nada mal leer un momento etílico de los tuyos, porque los del Ingeniero los tienes amortizados de aquí al 2032.
Engaaaa, cuentaaaa....
Zor..si te parece que me meto con ellos..tendrías que ver las lindezas que nos decimos en persona..ellos a mi y yo a ellos. Otro día contaré cuando nos dedícabamos a hacernos " barricadas" unos a otros..tuvimos que dejarlo porque llegamos a unos límites...
Si, una telecaster superguay por lo visto..todavía la tiene.
El anónimo que quiere saber de mi vida amorosa..que se identifique. Perdón mi "no vida amorosa".
Hitlodeo..ese era el plan..minis de cerveza, leche de pantera y "saporosvksy" y tequilas..gracias a dios que nos contuvimos.
Miss y Javi..no tengo momentos etílicos tan buenos como los del ingeniero..de verdad..que soy muy sosa..bebo, pego la chapa y al día siguiente me muero de resaca.
Ah..y cuando llegué no le llame nada..pero me dió por la charla y el ingeniero me aguantó estoicamente..
Vale, perdona. Soy María, la anónima cotilla.
Vale María..:) en breve haré un post contando mi totalmente desastrosa vida amorosa...antes de los pantalones de motoserrista...:)
Gracias! ;)
La suerte que tienes es que el ingeniero no escriba su propio blog, porque los Grandes momentos etílicos vistos desde el otro lado seguro que no tienen desperdicio!!
"Si el mar fuera ron yo sería tiburón" Sublime! :D
JuanRa..el ingeniero tiene mucha más clase que yo y jamás contaría nada..pero yo nunca me he subido a un buho y he aparecido sin camisa..que conste.
Lo mejor fue la cara de S. cuando al dia siguiente, despues de haberle convencido de que a esas horas y a su edad no se podia uno subir en bus a Los Molinos, se desperto en casa resacoso. Hice cafe y a medida que lo ingeria y encendia el cerebrose empece a contar: A., F. las princesas, S y....y yo!!!No cabemos seis en el coche!! Y como demonios conte yo anoche!!! Asi que en tren, a las doce de la mañana del sabado y sin ducharse....No se si me volvera a dirigir la palabra....
MOnnyyyy...que ilusión!!! :)
Lo peor de la noche el olor a pies del taxo en el que me empujó F....jajajajaja.
Besos
Juer, regañar teñecasters es una acción noble. La mía me la regaló mi Santa. El boss toca una Esquire que es casi una telecaster. In telecaster Veritas!
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