No se parece nada a ti.
¿A quién se parece este niño?
Antes de tener hijos, los parecidos son una cosa como de chiste: te pareces a Arancha Sánchez Vicario, eres igualita que Mafalda…etc. Son una obviedad que se acostumbra a decir cuando vas a ver a alguien que ha tenido hijos: como se parece a ti, es igual que el padre...no puedes negar que es hijo tuyo.
Luego te reproduces y te encuentras con que esas obviedades te las dicen a ti. Y lo que es peor, te descubres escudriñando las facciones de tu churumbel como si fuera un mapa, intentando encontrar un vínculo con ese pequeño ser viviente. Normalmente los bebes no se parecen a nada más que a otros bebes, pero misteriosamente consigues encontrar algo que lo una contigo o con tu pareja. Cuando no encuentras ese parecido, cosa que por otra parte es una completa gilipollez, optas por el humor negro y dices: a esta niña me la cambiaron en el nido...rubia y con ojos azules...no sé de donde coño ha salido.
Cuando son pequeños y el parecido físico es evidente y todo el mundo te lo dice: es igualito que tú, no puedes evitar sentirte confuso. Por una parte estás encantado de que ese ser tan perfecto, tan estupendo, tan maravilla del universo se parezca a ti. Esos comentarios de alguna manera idiota, te hacen sentir que de verdad es tuyo, que tiene algo que ver contigo. Por otra parte, tú no ves ese parecido porque es complicado verse reflejado en un enano y tiendes a pensar que no es verdad, que la gente te lo dice por compromiso, igual que lo decías tú antes.
Cuando crecen y son más personas, el parecido físico pasa a un segundo plano. Te mola que te digan que se parece a ti, pero por otras razones. Ya no necesitas buscar algo que te vincule al bebe, no necesitas encontrar algo que te diga que es tuyo, porque has creado ese vínculo con la convivencia y el día a día. Te mola que te digan que se parece a ti, porque para ti tus hijos son guapísimos…y coño...si ellos son guapos y se parecen a ti, quiere decir que tú también debes tener algo de esa guapura. Es una gilipollez pero mola, aunque siempre piensas, es como yo pero en más guapo…porque si, porque nuestros hijos son todos preciosos y son siempre más.
Más allá del parecido físico, cuando son más personas te vas dando cuenta de que son “tus hijos” pero no son tuyos ni son como tú. Son seres independientes, con su personalidad, sus manías, sus gustos, sus defectos y todas sus virtudes. Son “ellos” y no das crédito a que tú hayas tenido algo que ver en la creación de esos seres.
Día a día, vas viendo cosas que compartes con ellos. Descubres que en algunas cosas se parecen a ti. Les gusta jugar al futbol, escalar, o ir a pescar. Les gusta el arroz que también es tu comida favorita o son superfanáticos del colacao y no del nesquick exactamente como tú. O su color favorito es el azul que casualmente también es el tuyo. Descubres que sienten el mismo placer que tú cuando tienen un libro entre las manos o que se les da fenomenal nadar igual que a ti y eres feliz porque son ordenados como tú. Obviamente todo esto no se hereda como los ojos azules, pero de alguna manera te sirven para tener otro vínculo, algo más que compartes con ellos y que en cierta manera han cogido de ti, por lo que tu les has enseñado voluntariamente o porque te lo han visto hacer y lo han asimilado como algo cotidiano y que les mola.
Es la parte que te hace decir...” eh...no lo estoy haciendo tan mal como padre si mis hijos molan tanto”
Al mismo tiempo observas cosas que no compartes con ellos de ninguna de las maneras y que además no te explicas de dónde les ha podido salir. Son las cosas en las que no se parecen en nada a ti y que pueden fascinarte u horripilarte.
Puede que tus hijas bailen increíblemente bien mientras que tu siempre has sido un pato mareado, puede que sean dulces y cariñosas mientras que tú siempre has sido un cardo borriquero, puede que tu hijo pinte increíblemente bien mientras que contigo nadie quiere jugar al Pictionary, pueden ser un prodigio de las matemáticas que te deje sin habla a ti que no te sabes ni la tabla del 3, pueden ser mañosos a pesar de que tu no tengas pulgares oponibles o pueden ser unos deportistas increíbles aunque tú no te acuerdes de la última vez que te levantaste del sofá.
Son todas esas cosas que no te explicas de quien ha heredado pero que te hacen sentirte absurdamente orgulloso. No sabes de dónde han sacado esas habilidades que para ti son casi mágicas pero te hacen maravillarte de tus propios hijos.
Tus hijos también pueden tener cosas que te horripilen: que sean fanáticas del rosa, el princesismo, Barbie y el maquillaje y tú jamás hayas tenido ese interés…o que odien esquiar mientras que a ti te encanta, o que sean completamente indiferentes a la comida mientras que tu eres un chef y encuentras un placer supremo en la cocina…y cosas así. Son el tipo de cosas que te hacen dudar sobre tu paternidad y que aunque son gilipolleces procuran grandes momentos de frustración en el día a día de la paternidad.
Por último están las cosas que ves en ellos que no te gustan y que sabes positivamente que han heredado de ti. Las ves en ellos y sientes una punzada. Ves que son egoístas y sabes que tú lo eres. Ves que son preocupones y sabes qué sufrirán por eso y que lo han heredado de ti. Ves que son poco empáticos y sabes que tú también lo eres. Ves que son muy sensibles a lo que los demás opinen, o que son vagos, o que son desagradecidos…y te ves en todo eso. Y te jode, porque son tus hijos y son perfectos y no quieres que se parezcan a ti en nada de lo malo que te caracteriza. Y luego tienes otro pensamiento aún más horripilante… ¿y si no lo han heredado como los ojos azules si no que lo han aprendido de mi? ¿ Y si soy yo el que con mi comportamiento estoy manchando la perfección que ellos traían de serie?
Y entonces entras en el famoso bucle de “soy un padre defectuoso" hasta que tu hijo llega y te dice: ¿leemos juntos? Y entonces el universo paternal se despeja, todo es azul, todo es bonito y una oleada de amor y orgullo paternal te hace venirte arriba en plan Escarlata O ´Hara y te encuentras pensando “A Dios pongo por testigo que a partir de hoy seré un ejemplo para mis hijos”….
….lástima que al contrario que en la peli..la historia sigue..y sabes que volverás a cagarla.
Post especialmente dedicado a Di y El Pedalista..
Post especialmente dedicado a Di y El Pedalista..