jueves, 18 de febrero de 2010

MI "NO VIDA AMOROSA" (VII): Encontronazo

- Nos casamos en junio.
- ¿y por qué?
- Joder moli..nos queremos y blablablá. ¿No te alegras?
- Er..ah sí...claro...muchísimo.
- Bien porque eres testigo y tienes que leer.


Allí estaba yo, entretenida con mis ligoteos y mis viajes y de repente tenía que ponerme a pensar en qué me ponía para la primera boda de mi grupo de amigos. Esto puede parecer un tema tonto y carente de importancia, pero no lo era para nada.

Consideraciones a tener en cuenta:

- Me sentía patito feo.
- Nada sin tirantes.
- Mi confianza en verme decente disfrazada de boda, era nula.
- Nada rosa, ni de princesa ni excesivo.
- Nada caro.

Como no aprendo, me fui con mi madre dispuesta a sufrir humillación pública, escarnio y pelearnos hasta gritarnos en la tienda. Lo de siempre, vamos.

Pero no.

Entramos en una tienda, vi un vestido, me encantó, me lo probé y me estaba perfecto. Increíblemente los astros se alinearon y a molimadre también le pareció bien.

Este sutil signo debería haberme hecho pensar que mi suerte iba a cambiar, pero la verdad es que no lo pensé, estaba deslumbrada con mi flamante y espectacular vestido.

Llegó el día y yo iba con actitud de: pues nada la boda, a la iglesia porque soy testigo y luego barra libre. Gran juerga y resacón mañana.

Molimadre dijo:
Moli por Dios, modera lo que bebes que ya sabes cómo te pones luego. Te dejo esta pulsera, cuidado no la pierdas.
Joder mamá, que no la voy a perder. Lo dices como si fuera una borracha que no sé lo que hago.
Ya, por si acaso.

Así que nada, me duche, me calcé el vestido, las sandalias y la pulsera de mi madre y salí al jardín a esperar a que mi amigo F. viniera a buscarme.

- Oh…estás guapísima.
- Ya, tú también.
- Que no tía, en serio. Estás guapísima. A ver si consigues tener la boquita cerrada y lo mismo ligas.
- Si, seguro. Venga que llegamos tarde.

Iglesia, cocktail, mucha gente, blablablablabla. Derepente, allí estaba ÉL.

- Hola moli
- Hombre hola ingeniero, no sabía que venias. Ehh...cuanto tiempo, ¿ no? ( veía a mi amigo F. mirándome con cara de: no la cagues, no la cagues)
-
Ni yo que venías tú. Bueno, no lo pensé, pero claro tenías que venir, eres muy amiga de los dos y siendo en Los Molinos tenías que estar, pero no lo pensé. O sea, no lo pensé, pero me alegro de que estés, aunque tenías que estar..porque...
- Ya, yo no pensé que vinieras tu, como de Montes veníais pocos y además ¿tú no estabas en Escocia?
-
Eh..si..pero ahora no. Trabajo en Ávila. ¿te he dicho que estás guapísima?
- ¿Ah sí? quiero decir..¿Ah sí? a lo de Ávila..lo otro.eh no, no me lo has dicho pero da igual.
- No, no da igual. Estás guapísima.
- Eh, vaya gracias…(
entré en pánico )..bueno y ¿de qué curras?
- Pues en un club de tenis, ya sabes, paso el limpiafondos, corto el césped.
- ¿En serio?
(joder..que mal está el mundo de los ingenieros de montes)
- Sí, claro..¿quieres una copa?


Nos bebimos mil copas y hablamos de todo lo que nunca nos había dado tiempo. Cuando nos echaron del sitio de la boda, nos fuimos a un bar y seguimos charlando y charlando, y bailamos y nos reconocimos los premolares y se nos hizo de día. Fuimos a despertar a su amigo M., que a las 3 había volcado y estaba durmiendo en el coche. Tuvimos que agitar el coche para despertarlo y apareció con ganas de desayunar bocadillo de chorizo.

Y allí estábamos. En un bar de carretera inmundo. Yo, vestida de princesa, más feliz que una perdiz, el ingeniero mojando la corbata en el café con leche y su amigo diciendo: ¿vosotros os habéis enrollado, no?

Llegué a casa en éxtasis y sin la pulsera de mi madre.

El vestido lo tengo guardado.

Y por supuesto, no trabajaba pasando el limpia fondos. Ya entonces le encantaba tomarme el pelo.

miércoles, 17 de febrero de 2010

SUJETANDO

Erase que se era, dos niñas ( llamadas Melones y Fresas) en su más emocionante y asquerosa pubertad. Allí estaban ellas, disfrutando de su verano tan ricamente, cuando una serie de extraños procesos comenzaron a producirse.

La niña Melones empezó a sufrir unos dolores, picores, escozores en el pecho la mar de desagradables. La niña fresa no los sufría pero hacía como que sí, no quería ser menos.

Un día, Melones se despertó y descubrió con horror que tenía peras, unas peras enormes a sus ojos. Abrió el armario y cogió la camiseta más holgada que encontró, se la puso y desarrollo una manera de caminar con los hombros adelantados con respecto al cuerpo y chepa proyectada hacía detrás. Con este astuto ardid, intentaba en vano que su más que palpable desarrollo mamario pasara desapercibido. Por supuesto, no lo consiguió. El rumor de que tenía pechos se propagó como la pólvora:

- ¡Melones tiene tetas!

Descubrió que sus amigos sentían más curiosidad por ver sus nuevos pechos, que por cualquier cosa que ella pudiera decir, incluidos resultados deportivos, secretos inconfesables o declaraciones de amor.

Lo más peligroso y qué no vio venir, fue su madre. La cogió de los pelos y la llevó a un gran almacén: hay que comprar sujetadores.

Allí la sometió a una nueva humillación pública, contándole a la dependienta pormenorizadamente cómo había sido su intento patético de esconder lo evidente: imagínese, hecha un fantoche todo el día, con la camiseta colgando, así que a ver si puede decirme que talla necesita y blablablá. Melones casi sufre un desmayo cuando la dependienta tuvo a bien, manosearle sus recién adquiridos pechos para detectar la talla conveniente: 95D.
Ohhh..Palabras mágicas, que acompañarían a Melones toda la vida.

¿Dónde se quedó Fresas?

Fresas, fingía dolor de pecho, pero eso no consiguió que le salieran peras. Esperó años y finalmente consiguió unas pequeñas protuberancias que le parecieron claramente escasas.

Para paliar este efecto, hizo dos cosas: ponerse camisetas ajustadas que por lo menos resaltaran algo e ir con su madre a sufrir humillación pública. “mire, con la edad que tiene, y sólo ha desarrollado este pecho, la he llevado al médico, pero ha debido salir a la familia de su padre, el caso es que necesitamos algo con relleno claro”. Por supuesto no se libró de ser magreada por la dependienta. Que dijo: 85 A y mejor con foam.

Ohhh..Palabras mágicas que acompañarían a fresitas toda la vida.
Nota: la humillación pública por parte de la madre es inevitable, sea la talla que sea.

Así, las dos niñas llegaron a conocer el maravilloso mundo de los sujetadores/sostenes. No sabían el mundo de posibilidades ilimitadas que se abría ante ellas. Estaban perplejas. No sabían qué hacer, pero se encontraron con la bruja de los sostenes que les dio unos sabios consejos:

Primero y muy importante. Lo que define cuanto pecho tenéis no es el número, sino la letra. Esto es, si sois Bimba Bose,un machirulo con unas espaldas de armario ropero..tendréis una 100 A. Si sois Pamela Anderson anoréxica y podéis tener una 90 D. La letra da el volumen de teta, hablando claramente. Este es un conocimiento secreto que los tios no adquieren, para ellos el número lo es todo, así que cuanto más alto mejor.

La percepción que tenéis de vuestro propio pecho es siempre mala. Acostúmbraos

El pecho se cae. Pretender que eternamente vuestros pezones apunten a los ojos (en el hipotético caso de que lo hayáis conseguido alguna vez) es físicamente imposible. Conseguir que no terminen mirando para abajo es tiempo perdido. La única manera de conseguirlo es cirugía, photosop y tumbaos boca arriba. Si tenéis mucho pecho, puede que tumbada tampoco lo consigáis y se os dispersen a los lados.

No todos los tipos de sujetadores sexys de los catálogos sirven para todo el mundo. El modelo balconett, que queda chuli, chuli en las fotos no es práctico si tenéis algo más que mandarinas medianas: desborda. Eso sí, te lo puedes poner, encajártelo, contener la respiración, apoyarte en el quicio de la puerta y decir: ¿qué te parece cariño?...nada más. Cualquier otro movimiento hará que se os salgan las peras.

Si tenéis menos pecho, la lencería sale más barata. Podéis poneros cualquier cosa, cualquier cosa sujetará. Una mierda de tela con un Hello Kitty será suficiente, medio cm de tela con Betty Boop será ideal. Si tenéis más, olvidaos, esas monadas solo las podéis comprar si vais la vais a usar tumbadas en la cama o de bufanda.

Si vais a correr, saltar, brincar, montar en bici y cosas por el estilo, mejor algo tipo corsé de la abuela, sino queréis que os lleguen a las rodillas. Si sois cóncavas podéis prescindir de este consejo.

El encaje pica.

Ellos jamás sabrán quitároslo. Espabilad y hacedlo vosotras.

Si tenéis pecho, el relleno no es tu amigo, a no ser que queráis que anuncie vuestra llegada antes. Si por el contrario, sois cóncavas, al revés...el relleno será vuestro masmejor amigo. No os preocupe que sea engañar un poquito, para cuando lo descubran les dará igual.

Tengas o no tengas, cuando te preñes verás tu piel estirarse hasta límites fuera de la razón humana. Las monerías que no sujetan no son buena idea si quieres que luego quede algo que recuperar.
Los sin tirantes no sirven de cinturón. No, para sujetar si eres convexa tampoco.
Los tirantes de silicona NUNCA son transparentes.

Hay que tener sujetadores color visón. Da igual lo que los tíos digan

Y por último, si os operáis, que sepáis que las tetas de mentira están frías y no gustan.

Y armadas con estos sabios consejos partieron rumbo a la vida de la sujeción tetil.
Como el texto es claramente deficiente, espero que a la mitad de los descerebrados les compense la foto.

martes, 16 de febrero de 2010

ENCUENTROS EN LA TERCERA FASE

¿Qué pasa cuando quedas con ese alguien que parece especial por internet y te ves en directo para confirmar la atracción virtual?

Primer pensamiento: es la última vez, la última vez que hago esto. Nunca más vuelvo a quedar con nadie, si es que para qué me meto en estos líos.

Segundo pensamiento: mierda, he llegado demasiado pronto. Siempre hay que llegar tarde, para que el otro sea el que espere y así, si le ves a tiempo y decides huir, te dé tiempo. Haré tiempo dentro del coche.

Tercer pensamiento: ¿Y si me voy y luego le mando un mail con una excusa absurda? No se lo va a creer pero total, ¿qué más da?

Cuarto pensamiento: que no sea ese, que no sea ese, que no sea ese…pufff.No es.¡Qué alivio!

Quinto pensamiento: vale, no está mal. Me tomo una Coca-Cola y le digo que me tengo que ir.

Sexto pensamiento: Ja, él está mucho más nervioso que yo. Soy la reina del mambo.

Séptimo pensamiento: será memo, no dice que pensaba que era fea. Hay que joderse…que pensaba que era fea y resulta que no, que soy guapa. Y además flaca. Estupendo, me ha llamado fea y gorda en medio minuto y ni siquiera se ha dado cuenta. Pensará que ha quedado como un rey diciéndome esos piropos.

Octavo pensamiento: bueno, no está yendo tan mal. No tiene defectos físicos irreconciliables con mi gusto, no dice tonterías y sus chistes son malos pero soportables.

Noveno pensamiento: ¿Han pasado 4 horas?

Décimo pensamiento: Vaya, pues no besa mal….a ver si es para todo tan bueno. ¿A su casa? Vale.

Después de esto hay dos opciones.

Opción A: ¡¡ MIERDA, QUÉ POCILGA DE CASA!!...No ha limpiado, así que o es un cerdo profesional o confiaba poco en ligar conmigo…Dios mío..¿Soy una chica fácil?

Que nos lleva a:

Vuelta al primer pensamiento: es la última vez que hago esto….no vuelvo a quedar así con nadie. ¿Para qué me meto en estos líos?

Opción B: Joder, ha sido la pera. Ay mi madre, este tío me gusta de verdad. ¿Y si yo no le he gustado? A lo mejor debería haberme hecho más la interesante,¿Me llamará? ¿Y si no me llama?
¿ Le llamo yo?
Que también nos conduce a:

Vuelta al primer pensamiento: es la última vez que hago esto….no vuelvo a quedar así con nadie ¿Para qué me meto en estos líos?

lunes, 15 de febrero de 2010

LOS GOYA 2010: Despelleje.






Este año he sido aplicada:

- He visto unas 6 ó 7 de las pelis nominadas.
- Me tragué la gala de los Goya. Mi estómago estaba en pié de guerra y el ingeniero estaba cosiendo, nadie me hacía caso, así que no tenía nada mejor que hacer.

La gala estuvo bien. Buenafuente me gusta, es un tío listo, se sabe el guión sin que parezca que se lo sabe, no lleva tarjetones absurdos en las manos y me cae simpático. Además, va bien vestido. Es patético tener que recalcar esto, pero en el país de: presento en pijama porque yo lo valgo, ir bien vestido es de agradecer.

Grandes momentos de la gala:

- El montaje del principio con varios actores. Estupendo, nada cutre y buena producción.
- POCOYO. I love Pocoyo. Nada más que decir.
- Lo de Antonio Mercero fue muy emocionante, sobre todo porque yo creía que estaba muerto, así que para mí fue un poco como verle resucitar.
- El discurso de Alex de la Iglesia.
- El video de cómo con un montaje se puede contar lo que quieras de una peli y la versión comedia de Celda 211.
- Que celda 211 se llevara varios premios. Es una gran peli. Si alguien no la ha visto que corra a las salas. Sé que da pereza, peli española + cárceles, pero esta genial.

El resto fue un coñazo supremo. La mayoría del público, que ha matado a su madre para conseguir las entradas, está con cara de “he venido por obligación”, dentro del rollo “aparentar que no quiero ir”.

Pero ya está bien de gafapastismo. Vayamos a lo que los descerebrados piden: carnaza.

Otro año más, la alfombra verde botella horripilante. Ya lo dije el año pasado, así que no me repito: CATETOS. Poned una alfombra roja, coño. Buscaos un sponsor con esos colores.

En general he visto que se lleva el escote palabra de honor. Tiene muchísimo mérito con el frio de mil pares que hacía en Madrid, llevar ese escote, pero está claro que para estar bella hay que sufrir.

Al grano:

Penélope. Ese vestido blanco no me gusta y además querida, te estás poniendo rolliza, cosa que no me parece mal. Ahora que todas las demás juegan a devorarse a ellas mismas a base de adelgazar, tú estás de buen año. Lo malo es que ese vestido te hacía culamen y te sacaba rollitos debajo de la sobaquera. Una estrella como tú, no puede permitirse esas cosas. El peinado regulero, llevabas tanta laca Elmett, que debiste provocar alguna intoxicación en las butacas de alrededor. El absurdo de tu novio, que no entró contigo en la alfombra, ha llegado a unos niveles de divismo que sencillamente me provoca lástima. No habéis aprendido nada. Otra cosa, la sonrisa falsa, sigue pareciendo muy falsa. Se te nota en la cara que no quieres estar ahí.


Maribel Verdú. Muy bien. Este año me has hecho caso y has ido hecha un brazo de mar como diría mi exabuela. El vestido precioso, discreto, elegante y te sentaba estupendamente. El moño correcto, peinado pero sin hacerte llegar la comisura de la boca a las orejas. Bien maquillada y siempre sonriente. Estupenda.

Marta Etura, me gusta esta chica. El Goya me parece excesivo, porque en la peli, Celda 211, sale unos 10 minutos y no aporta nada a la historia, pero me cae bien. El vestido rojo muy mono. Lástima de peinado: que sí que me peino, que no me peino, que me lo recojo, que no me lo recojo, pero bueno, bien.

Silvia Abascal. No puedo con esta tía, es tannnn languidaaaa y con esa voz de: ohhh..Que divina soy y estilosa. Pues no. El vestido es horrendo y otra vez no me has leído, si tienes el color del mármol no te pongas algo de color claro, parece que estás enferma. Además, para acabar de rematar el efecto languidez más enfermedad terminal, ibas maquillada como si te hubieras puesto en manos de mi hija C. ¿Quién te ha engañado para llevar esos ojos? El peinado onda “efecto Pantene” tampoco me gusta. Y otra cosa, tienes una expresión en la cara como si te atizaras Myolastanes a porrillo.


Goya Toledo. Los tíos dicen que está muy buena, a mi la verdad es que me da grima. Está tan delgada que parece que va a romperse. Está sufriendo además el efecto “piruleta”, compartido ayer por varias de las actrices. Consiste en adelgazar al extremo de que se te noten las clavículas, los brazos sean alambres y se te noten los huesos de las caderas. Para compensar esa reducción corporal, deciden ahuecarse el pelo doblando el volumen de la cabeza y parecen enteramente piruletas. A Goya le pasó ayer, pero el caso más espectacular fue, la siempre espantosa y excesiva pero encantada de conocerse: Paz Vega.

Alma de cántaro, ¿qué te pusiste? ¿NO me leíste el año pasado cuando aseguré que el efecto traje de bolsas de basura no mola? ¿Qué son esos picos? ¿Qué es ese abullonado criminal? Pero sobre todo ¿Qué es ese pelo? ¿Por qué te pones pelo que no es tuyo? ¿Porque luego te quitas la mitad? Podías haber sido la más espantosa de la Gala, pero tuviste mucha suerte y llegó:

Bimba. No sé ni por dónde empezar. Es el claro ejemplo de empecé a cortarme el pelo porque soy alternativa y no sé parar. Tienes porte de machirulo y debes tener tu público (¿alguno de mis lectores se lo montaría con ella?) pero de verdad era necesario ponerte ese espantoso conjunto amarillo. Pareces Piolín, es más dan ganas de que te coma el Gato Silvestre o de meterte un perdigonazo. Ridícula.

Luego están las que han optado por echarse años encima, ignoro el motivo, pero quieren parecer viejunas.

Blanca Romero. Hija mía, no sabes lo que quieres. Que si soy moderna y me rapo, que si soy actriz revelación y me creo una musa de Hollywood. Morrazos rojos mal y falda que te hace culamen fatal. El moldeado años 50 te sienta de angustia. Espantosa.

Natalia Verbeke. Claro ejemplo de auto consunción. Ha adelgazado hasta el extremo, parece que tiene 50 años. Otra con moldeado que le sienta fatal y le hace frontón. Para rematar el efecto " soy mi abuela": morrazos rojos. El vestido es feo, le cae como un saco y tiene pinta de pesar un quintal. Parece la novia cadáver.

Belen Rueda. Ha debido ganar mucho dinero últimamente, porque ha decidido que la leche esa guay que anuncia deje de contratarla. Se supone que es una leche que te hace parecer jovenzuela y que si los huesos y el calcio y no sé qué monsergas y sale la tía disfrazada de mi abuela. Ese pelo rubio platino frito, ese moño despeinado, esos dorados. Lo siguiente que le ofrezcan va a ser Tena Lady, tiembla Concha Velasco.

Ahora las poco importantes que deciden dar el cante:

Fanny Gautier. Pareces Elena Bonham Carter. Con eso es suficiente. Blanca, más sujetador negro, más vestido blanco encima. Si lo quieres hacer peor no lo consigues.

Leticia Dolera. Mejor que el año pasado pero sigue sin convencerme. Nada es horrible, pero nada me gusta. Bueno, los ojos son como si te hubieran dado un puñetazo. Mal. Con lo mona que eres y el poco partido que te sacas. Y otra cosa, si te pones un escote que cuelga de las tetas, hay que tener tetas para sujetarlo. Queda fatal que estés todo el día con la mano en el sobaquillo tirando para arriba. Cero glamour.

Clara Lago, mal. Vestido blanco que no te favorece nada y ojos negros criminales. Sinceramente querida, de actriz niñita eras graciosa, ahora mismo te auguro un futuro poco prometedor.

Dafne Fernández, sin palabras. Nena, eres todo dientes. Seguro que en una habitación a oscuras te brillaban los piños y el vestido de camilla.

En esta foto, están las 3 que dan pena. La de azul, ha debido hacerle una promesa a alguien: “si me nominan te juro que me pongo ese vestido que me has cosido”, porque si no no me explico que se haya puesto algo que le siente tan rematadamente mal: ese broche en el escote, esos plisados en la cadera. Horrorosa.

Al lado Verónica Romero en plan: ponedme brocado que voy demasiado discreta.

Y por último, la rubia vestida de bailarina de caja de música.

Pobres, no tienen amigas. Lo mejor es que se mirarían entre las 3 y pensarían: yo voy divina y estas dos hechas un adefesio, voy a dar el golpe.

Casi se me olvida María Reyes. Con lo monísima que era esa chica. Discreta, elegante, con clase. Ahora acompaña a un perro y se deja meter dentro del moño una jaula para periquitos. Inenarrable. Otra esquelética.


Y por favor, la excelsa Ministra de Cultura. El año pasado ya iba criminal, pero este año disfrazada de repollo cósmico con el pelo a medio peinar es de órdago. ¿ Se puede llevar más tela encima? ¡ Qué espanto!


Ellos en general, mejor que otros años. Hemos dado un pasito más, para dejar atrás el paletismo y ya hemos entendido que a una gala no se puede ir en vaqueros y camiseta, por muy alternativo que te creas.

De todos modos siempre hay alguien que da el cante, y tenemos a Oscar Jaenada, que sencillamente no sabe quién es. Te lo voy a explicar. No eres nadie, eres el tío que hizo de Camarón y que la gente decía: hay que ver como se parece. Después de eso el vacío. Disfrazarte de Johnny Deep ha sido sencillamente patético. Paleto. Lo peor es tu cara de: voy sobrado. No hay por donde cogerte: la melenita lánguida, el sombrerito, el anillaco, la camiseta, la cadenita que no se sabe que sujeta..¿ La cartera? Por favor, es que te miro y me entra la risa. Lo que no entiendo es porque te has puesto la chaqueta rosita, mejor algo más cañero, si tan alternativo eres, ¿porqué no te la has calzado naranja o azul eléctrico? Algo con dos huevos, y no esté quiero y no puedo.

Ah y por último, Carlos Bardem no me cae especialmente bien, pero ayer era el claro ejemplo de cómo un tío puede llevar un foulard con clase.