martes, 26 de noviembre de 2013

UNA HISTORIA VERDADERA.


Se llama R. Nos conocemos desde niñas.

Antes de los 9 años, antes de que naciera Pobrehermano Pequeño y Molimadre y mi padre se lanzaran a comprarse una casa en Los Molinos, íbamos siempre a casa de mis abuelos maternos allí, a La Rosaleda. 

La Rosaleda era, y sigue siendo, una casa grande, cuadrada, con un jardín que la rodeaba y que tenía distintas zonas. Con 7 u 8 años a nosotros nos parecía enorme. Había un sauce llorón debajo del que nos encantaba escondernos y agitar las hojas que llegaban hasta el suelo. Lloramos cuando un rayo lo partió y se secó y hubo que arrancarlo. Debajo del sauce había un estanque octogonal que nos resultaba muy misterioso. Le daba la sombra, el agua era muy oscura y estaba lleno de hojas del sauce flotando, nos parecía que si caíamos ahí nos ahogaríamos.  Nos parecía profundo y misterioso, aunque no creo que ni siquiera nos llegara a las rodillas.  Estaba la zona de los rosales que a nosotros nos parecía un rollo, no se podían coger las rosas y además, mi abuela siempre andaba por allí mirando y remirando. Se sentaba con sus amigas en un banquito de baldosines rojos dónde nosotros sólo nos sentábamos cuando no nos veía nadie y queríamos jugar a ser mayores.   Había también una zona de lilos y en el lado derecho del portón del jardín, una zona oscura con cedros grandes donde no íbamos nunca porque nos daba mucho miedo.

Pasábamos horas dando vueltas a la pérgola en bici e intentando que nos dejaran darle a la llave que abría el chorro del otro estanque. Había un palomar encima de una terraza a la que no nos dejaban subir y un parterre de “vinca” que no se podía pisar. ¡No pises la vinca! Era un grito muy habitual.

En el pinar, estaba “El cuartucho”, una casita pequeña, mínima dónde vivíamos nosotros: Molimadre, mi padre, Molihermana, Pobrehermano Mayor y yo. Allí sólo dormíamos y nos bañábamos porque no tenía cocina. Las comidas, desayunos y demás se hacían en la casa grande.

Todo aquel jardín lo cuidaba Félix. Se ocupaba de todo y además con paciencia infinita nos hacía caso a nosotros tres cuando queríamos ayudarle o le importunábamos con un millón de preguntas y tonterías.

Félix era y sigue siendo un hombre no muy alto y no muy grande. Era y debe seguir siendo muy fuerte. Hace 32 años era flaco y tenía el pelo negro y muy rizado. A mí me parecía que no era un pelo de “señor”…pero claro, ahora lo pienso y él debía tener 30 0 35 años por aquel entonces. Tenía la cara grande, redonda y colorada con ojos pequeños y agudos. Sonreía y le brillaban. Tenía y tiene unas manos grandes con dedos romos y ásperos y las uñas negras.  Félix olía a campo, a conejos, a cachorros, a gallinas…y nos contaba mil historias.

Los mejores días, los que esperábamos con ilusión y para los que nos portábamos fenomenal todo el día, eran los días en que nos daban permiso para ir a jugar a casa de Félix.

Su casa estaba justo a la espalda de La Rosaleda, en el prado del Barón. Dabas la vuelta a la tapia de casa de mis abuelos y ya no había  nada más que campo y más campo y teníamos que saltar una tapia de piedra. Nos parecía una aventura.

En el prado del Barón, había una gran casa (que ahora es el club social de una urbanización) a la que nunca nos acercábamos. Félix y su familia vivían en una casa más pequeña, mucho más pequeña a la que se entraba por un portón, creo recordar que verde, que daba acceso a una cuadra y a un patio. Olía a conejos, a cabras, a gallinas. Estaba atestado de trozos de tractores, de aperos misteriosos oxidados que eran un sitio maravilloso para jugar. Recuerdo vagamente la casa, la recuerdo oscura y también muy llena de cosas.

Ir a casa de Félix era aventura y diversión y novedad. Su mujer nos daba de merendar y luego salíamos al patio a jugar con sus dos hijas, R y L,  que a nosotros nos parecían muy mayores porque tenían a su alcance un montón de cosas misteriosas para hacer. Jugaban con nosotros, sacaban los conejos de las jaulas, trataban a las gallinas, que tanto pánico nos daban a nosotros, con total indiferencia , salíamos a explorar el campo y no se porqué extraña razón seguíamos el rastro de las cagadas de las cabras. Corríamos.

Nos encantaba ir allí. Nos encantaba. Me encantaba. Era una especie de miedo y de fascinación que me hacía sentir de alguna manera envidia de aquellas niñas, que siendo sólo un poco mayores que yo, eran menos niñas, hacían más cosas de mayores, más cosas que montar en bici y jugar.

-          Os llevo a casa ya.- nos decía Félix.
-          ¡Nooooo!- gritábamos.
-          La semana que viene os traigo otra vez.- nos decía siempre.

Después todo cambió. Félix y su familia tuvieron un accidente de coche y su mujer murió.  Pensé en sus hijas y en aquella cocina oscura. Dejamos de ir a su casa, nos cambiamos a nuestra casa y nos fuimos haciendo mayores.

*********

-         - Moli, estás tan delgada que te está todo enorme. Vamos ahora mismo a que te arreglen esa trenca.

Es una casa pequeña de piedra, con una galería acristalada. Entramos y allí está ella en su silla de ruedas. Es R. El taller está atestado de cosas, como lo estaba su casa del prado del Barón. Huele a telas y a hilos y plancha. Huele a chimenea…y  yo me siento otra vez como si tuviera 8 años. Me siento otra vez pequeña, a pesar de que ahora sé que sólo me saca 5 años. Me arregla las mangas, los hombros, me corta de todos lados.

-          - Tienes los brazos cortos y no adelgaces más que te vas a consumir.

Salimos al frío de la calle y huelo otra vez a conejos, a cabras, a aquel patio lleno de trastos.  Vuelvo a sentir que ella hace cosas de mayores mientras que yo hago el idiota todo el día.


Ella se llama R y nos conocemos desde niñas.  Jamás hablamos de aquellos recuerdos.  


lunes, 25 de noviembre de 2013

UNOS MAILS, UNA IDEA....UN BLOG: PISANDO CHARCOS


El año pasado estuve de vacaciones en El Carmen, una pequeña aldea muy muy cerca de Ribadesella. Teníamos una preciosa casa con una galería que daba a un jardín con árboles y desde la que se veía una casa indiana gigante en una de cuyas ventanas colgaba una bandera de México. Justo delante de nuestra casa, el chofer de la familia mexicana aparcaba la furgoneta si iba a recoger a los niños para ir a la playa o el Rolls si iba a salir con la que evidentemente era la matriarca de la familia. 

Nos hizo muy buen tiempo y fuimos casi todos los días a la playa. Por las tardes, a la hora de la siesta o por la noche, mientras los demás veían la tele o charlaban me senté muchas tardes a escribir en esa galería acristalada: escribí el post de Weimar que me costó muchísimo y varios mails muy largos con ideas sobre ciencia, literatura, enviando enlaces a cosas que veía por la red. 

Cuando brujuleas mucho por la red, tienes una memoria absurda para todo y además tienes un blog, tu cerebro se programa automáticamente para ir estableciendo conexiones entre unas cosas y otras, enlazando una idea que has visto ahí con otra que has visto aquí. Desarrollando una idea que no sabías que tenías a partir de un post, un video o una foto con un texto. 

¿Qué hacer con todas esas ideas que no encajaban en "Cosas que (me) pasan"? ¿Otro blog? 

Pufff...pensé que no sería capaz de hacerlo, que era mucho trabajo, que no iba a tener tiempo para hacer las dos cosas. 

- Claro que puedes. Claro que puedes.- me animaron. 

En septiembre, se me ocurrió que no tenía porqué hacerlo sola. Conocía a la persona perfecta para montarlo conmigo y además sabía que entendería la idea a la primera: Mª Antonia de Miquel. 

La llamé y se lo conté: 

- Me encanta. ¿Cuándo empezamos?
- Pues yo creo que podríamos empezar en diciembre. 

Obviamente las dos sabíamos lo que queríamos hacer pero no teníamos ni idea de cuánto trabajo nos iba a llevar montarlo, porque aquí estamos...casi en diciembre pero un año después. 

Han sido muchos meses de darle vueltas. 

Mails con listas interminables de nombres intentado encontrar uno que nos gustara, y dijera lo que queríamos que dijera....hasta que a alguien se le ocurrió "Pisando charcos". Encajaba con la idea de ir por la red, entrando en distintos posts que son como charcos y a partir de ellos elaborar un post con ideas cogidas de ahí pero recocinadas por nosotras para "salpicar" a otros lectores que quizás no llegarían de otra manera a los charcos originales. 

Pisando charcos mola, pensamos. 

Después vino la parte técnica y recurrimos a la experiencia, trabajo y paciencia de Pobrehermano Pequeño (@kune_) que se dedica al diseño de páginas web y que nos ha montado todo el chiringuito  y ha solucionado todas nuestras crisis de diseño. 

Podría contar qué es y lo que tiene...pero mola mucho más que si os pica la curiosidad, vayáis a verlo,  brujulear y si os apetece dar vuestra opinión. Si es buena nuestro ego aleteará feliz y si es mala pues bueno...estamos empezando, iremos mejorando. 

Hoy, 25 de noviembre de 2013, un año y cuatro meses desde que de esos mails escritos desde la galería de una casa en Ribadesella surgiera esta idea...aquí esta Pisando Charcos. 


jueves, 21 de noviembre de 2013

POBREHERMANO MAYOR Y EL NETER




Pobrehermano Mayor es un tío de casi 40 años, alto, moreno,guapetón aunque con poco pelo,  deportista, con un  buen curro, su pisito de soltero, sus aficiones absurdas, sus libros, su siesta y sus manías.  Pobrehermano Mayor tiene a los dos Perros de Aspecto Gigantesco que son un poco como él: tranquilos, de pocas palabras, pachorros y apegados a sus costumbres.




Neter es un tío de casi 40 años, bajito, moreno con pelazo, deportista, con un buen curro, su casita de soltero, sus aficiones absurdas, sus siestas y sus manías. Neter tiene a Bokó. Un galgo flaquísimo que es también como él: inquieto, rápido, dicharachero.

Pobrehermano Mayor y Neter son los mejores amigos. Son Walter Mathau y Jack Lemmon. No son la extraña pareja porque pegan mogollón pero son una fuente inagotable de descojone para los demás.




Tienen anécdotas para aburrir. Un día cualquiera de verano, Pobrehermano Mayor está en casa en Los Molinos. Suena el móvil.

- te está sonando el móvil.
- Ya lo oigo.
- ¿Lo vas a coger?
- Por supuesto que no.
- ¿Por qué?
- Porque es Neter.
- ¿y?
- Que ya se que quiere. Cómo yo tengo un huerto, quiere tener su propio huerto y como es un agonías lo quiere YA.
- Bueno, querrá que le ayudes.
- Si, claro. Ayudarle. Es un puto desastre, no ha comprado la tierra, plantó las semillas en un semillero y no lo ha regado...al final tengo que ir yo a arreglárselo todo.

*Pobrehermano Mayor jamás coge el móvil. De hecho, ahora mismo está feliz porque por alguna extraña razón cuando le llamas, al llamante le sale como comunicando, cuando la realidad es que a él ni siquiera le suena el móvil. "No se que le pasa pero es estupendo, así no tengo que dejarlo sonar ni inventarme excusas".

Otro día en Los Molinos. Mercadillo de segunda mano y aperitivo.

- Moli, ¿dónde está Pobrehermano Mayor?
- Ahí, pidiendo unas cañas. ¿Qué pasa?
- He ido al mercadillo de segunda mano y he visto unas sillas chulísimas.
- Ah...¿y?
- Costaban 90 euros, he pensado que es un supernegocio porque Pobrehermano Mayor seguro que sabe construirlas.
- Seguro que si, pero ¿tú qué vas a hacer en el negocio?
- ¿Yo? Achuchar a Pobrehermano Mayor que si no, no hace nada.
- Neter...Pobrehermano Mayor te ha hecho la mesa que tienes delante del sofá de tu casa...
-...claro..porque la idea fue mía.
- Mentira...te hizo la mesa porque se estaba poniendo nervioso al ver lo chapuzas que eras tú al construirte la mesa...¡¡ni una de las patas estaba a la misma altura!!
- eso son menudencias...ahora nos vamos a forrar con las sillas.

Se van mucho de viaje en plan pareja de solteros a "hacer algo". Siempre les pasa algo. Se fueron a montar en bici en Cuba y acabaron enfadados con Pobrehermano cubriendo la ruta entera que habían planeado y Neter en un hotelazo esperándole. Fueron a Lanzarote a hacer surf en enero y decidieron que hacía mucho frio y al año siguiente acabaron en Ghana en una iglesia llena de negros cantando en fin de año. Han estado en mil sitios. Pobrehermano siempre lo mira todo antes y Neter va improvisando y se desesperan mutuamente. 

Este verano se han ido otra vez, en furgoneta a los Alpes franceses, italianos y no sé si llegaron a Eslovenia. Como son como son, tienen la pinta que tienen e iban en furgoneta perrofláutica, antes de salir de España ya les había parado la Guardia Civil. Resultó que Pobrehermano Mayor tenía caducado el carnet de conducir. No pasa nada, conduce Neter....que al día siguiente escalando no sé que absurdidad se descojonó un dedo. Resultado: por Europa sin carnet y lesionados.

Lo peor no fue eso...para nada.

- Moli...¿sabes por qué M tiene tantas alergias y asma?
- Si, porque genéticamente tiene predisposición.
- No, es porque bebe muchísima leche y beber muchísima leche y sobre todo por la noche es malísimo.
- Eso es una estupidez, tú bebes mucha leche. ¿De dónde has sacado eso?
- Lo hemos leído Neter y yo en "La enzima prodigiosa" durante las vacaciones.
- ¿Qué habéis leído qué?
- La enzima prodigiosa.
- ¿Y por qué habéis leído ese horror de libro lleno de paparruchas?
- A ver Moli, las autopistas francesas son un coñazo...horas y horas de rectas interminables y teníamos que ir despacio para que no nos pararan...así que conducía Neter y yo leía en alto.
- Jajajajajaja..¿ibas leyendo en alto "La enzima prodigiosa"???
- Si...claro. Y el médico chino que lo escribe dice que la margarina es lo peor y que hay que masticar la comida 70 veces antes de tragarla...y es verdad.
- No me lo digas. Por la noche, cenando al lado de la furgoneta perrofláutica, con vuestra lata de fabada calentada en un camping gas os sentabais frente a frente y masticabais 70 veces la comida.
- Exacto..
- Jajajajajaja sois lo peor. Y yo pensado que estaríais ligando por Europa.
- Moli...estábamos en una furgoneta perrofláutica...¿cómo íbamos a ligar así? ¿Tu sabes como olía?
- Cenando fabada me lo imagino pero no sé, pensé que  a las perroflauticas europeas seguro que les molarían un par de maduros españoles....masticando la comida 70 veces...jajajajaja.


La última fue el fin de semana pasado.

- Me ha dicho mamá que fuiste al cine ayer. ¿Qué viste?
- No preguntes.
- ¿Qué pasó?
- Neter...que es un puto desastre.
- ¿Qué ha pasado?
- Estaba empeñado en ir a ver Capitán Philips...le dije que vale. Se encargó de sacar las entradas y me dijo que a las 7:30. Llegamos con tiempo, compramos palomitas, cocacola, entramos, nos dicen que la sala 4, nos sentamos con mucha antelación, nos tragamos todos los trailers...empieza la peli....no sale el mar...no salen barcos...un tío en Vespa...."Elias Querejeta". Me giro y le digo...Neter no es esta peli. Y me dice..que si...espera".
- No era la peli.
- Exacto. Salimos del cine, le preguntamos al acomodador y nos dice: capitan philips es a las 10:30.
- ¿os equivocasteis de hora?
- De hora y de cine....ni siquiera estábamos en el cine que teníamos que estar.
- ¿Y que hicisteis?
- El pavo nos dijo que entráramos a ver la que quisiéramos.
- ¿Y?
- Vimos..Thor2 2D.
- ¿Thor2 2D? jajajajajajajaja.
- No te rías...lo único gracioso que tiene es el título...lo demás es como para arrancarte las pestañas a bocados.
- Te suena el móvil...
- Es Neter....paso.
- Si no lo coges, vendrá a casa.
- Si viene le dices que estoy durmiendo.
- Sabes que da igual..subirá a buscarte a tu cuarto.


Y así se pasan los días. Ahora corren juntos...y Pobrehermano viene atacado...pero eso da para otro post. 







*Solteras que me leéis...deberíais conocerlos. Merecen muchísimo la pena.

Las fotos de este post se han subido con permiso de ambos. 



martes, 19 de noviembre de 2013

¿Y SI A LAS INGENIERAS LES GUSTARA EL ROSA?






Esta mañana me han pasado este video. 
Lo he visto. Tres veces. 
No sé si me gusta o no me gusta. 

Luego he leído cosas  por internet y en twitter alabando el anuncio y lo buenísimo que es que haya "juguetes para ingenieras". 

Me gusta el anuncio porque está ingenioso, la musiquilla es pegadiza, las niñas son graciosas y las cadenas de cosas que caen siempre son resultonas. 

No me gusta el anuncio por la letra de la cancioncita y porque me parece que está no es la manera de acabar con el supuesto sexismo de los juguetes. 

Cuando yo era pequeña jugaba a las barriguitas...y luego a los clics, y luego construía un fuerte con los legos, y luego jugaba a las casitas y luego me disfrazaba de mosquetero. A todo esto jugaba con Pobrehermano Mayor y con Molihermana a la que también molaban las Barbies que yo siempre odié. 

Pobrehermano Mayor es Ingeniero, Molihermana abogada y yo curro en los libros de colores. 

Tengo dos hijas. A C le flipa  el rosa, el maquillaje y las Monsters HIgh. A M le flipa el azul, el fútbol, los coches teledirigidos, construir aeronaves. Las dos juegan juntas mezclando sus gustos: construyen una ciudad de barriguitas a la que llegan luego los clics y colonizan la ciudad, se disfrazan de princesas y Peter pan y hacen una obra de teatro y leen libros de hadas, de dinosaurios y de naves espaciales. 

Una quiere ser veterinaria o profesora y la otra ingeniero y policía. 

Las hemos educado a las dos igual. 

A mi no me gusta el rosa pero tampoco me gusta el fútbol.  Cuando toca regalarles algo les pregunto qué les gustaría o pienso qué les gustaría. No se me ocurre regalarle a M un disfraz de princesa y a C un kit para construir su coche teledirigido. Ambos regalos me parecen estupendos y buenos para ellas...y desde luego no creo que el hecho de que C flipe con el restaurante de barriguitas o una cocina morada haga de ella una zopenca cursi para el futuro. Por lo mismo, no creo que el hecho de que M se quede embobada con un documental de motores en internet la haga mejor que su hermana. 

¿Qué son juguetes para ingenieras? ¿Una ingeniera no puede flipar con una casa de muñecas llena de hadas rosas? ¿Una niña que juega con sus muñecos a servirles la comida y cambiarles los pañales no puede ser astrofísica, ingeniera, juez o directora general de una compañía? 

¿Hay sexismo en los anuncios de juguetes? Si. Igual que lo hay en los de colonias, en los de coches o en los detergentes. 

¿Sería mejor que no lo hubiera? Por supuesto. 

Pero a mi  modo de ver, el de los juguetes es un mercado que a pesar de ser sexista en los anuncios no lo es a la hora de comprar, o no lo es en el caso de padres con dos dedos de frente. Si a tu hija le flipa el fútbol le regalarás un balón o unos guantes de portero y si a tu hija le mola una monster high del demonio ( son horrorosas) será lo que se encuentre al final de su caminito de chuches. Que se lo regales, no quiere decir que a ti te guste...como ya he dicho antes, yo odio el fútbol y a las monster high...pero no creo que ninguno de esos juguetes vaya a condicionar el futuro laboral o personal de mis hijas. 

¿Juguetes para ingenieras? Eso ya estaba inventado, las construcciones, los legos, los mecanos, montar el fuerte de los clics, hacer castillos en la arena, construir una "cabaña" con toallas en la playa....y hacer un coche con una caja de cartón. Y también vestir muñecas, jugar a cocinitas, pintar hadas de colores y jugar a maquillarse. 

Este no es un anuncio para niñas. Es un anuncio pensando para captar a un padre, a un tipo de padre. Un padre que piense "le voy a regalar a mi hija un juguete de ingeniera para que mi hija mole mucho", un padre que piense equivocadamente que si su hija va todo el día vestida de rosa y pensando en ser una princesa no va a poder ser en la vida: ingeniera, abogada o arquitecto. 

No nos equivoquemos. Hay mucho más sexismo en el hecho de que nunca salgan niños jugando con muñecas o con cocinitas...eso sí que sería un anuncio rompedor: niños jugando a las casitas tan felices y disfrazados de Rapunzel. 

Pero para eso no hay huevos...ni padre objetivo. Ningún publicista piensa "voy a hacer un anuncio para que unos padres que vean jugar a su hijo a las casitas decidan comprarle una cocinita y una vajilla para jugar a tomar el te"...¿por qué? Porque jugar a las casitas está  mal visto...y porque nadie quiere ser ese padre ni tener ese hijo. 

Eso si que es sexismo.