miércoles, 4 de marzo de 2015

Puntuando una historia

http://austinkleon.com/
Austin Kleon
Iniciar con mayúscula para comenzar un texto y una historia.

No olvidar nunca colocar el signo de interrogación que da paso a la curiosidad por lo desconocido, a lo vislumbrado a lo lejos y que sin embargo atrae como un imán. Una pregunta.

¿Quién eres? 

Finalizar con un signo de interrogación la pregunta que nunca acabará de responderse. 

Sujeto, verbo y predicado. Frases cortas que comuniquen lo justo sin parecer demasiado sencillas ni demasiado complejas. Que muestren y expliquen pero no apabullen, avasallen o arrasen. Punto y seguido. Una vez encontrado el tono, el ritmo que permita un peloteo cómodo pero no hasta el punto de resultar previsible y aburrido, que dé lugar a una pregunta más. Otra respuesta más y un par de interrogantes que muestren cada vez más interés y menos miedo por las respuestas. 

¿Dónde colocar los acentos? ¿Cómo hacerlo bien? ¿Será malo mostrarse demasiado agudo? Y si piensan que soy sosa, ¿será grave? Otros temas, sin embargo, los conducen a ambos a llevarse sorpresas mayúsculas (y esdrújulas) que no por inesperadas, o precisamente por serlo, resultan más agradables. 

Comas. Una detrás de otra, que marcan la sucesión de todas y cada una de las cosas en las que coinciden. Una lista que empieza por dos puntos: libros, historias, recuerdos, canciones, manías, fantasías, ilusiones, sexo y que (no) terminen en tres puntos suspensivos poco ortodoxos ... con espacio por detrás para seguir añadiendo elementos a esa lista que prevén interminable. Punto y seguido. Como la historia. 

Exclamación de sorpresa para marcar la incredulidad en el reconocimiento imposible ¡No lo pueden creer! ¡No puede ser verdad! Asombro sin adverbios terminados en mente que vulgaricen su historia. Punto y coma; algo no encaja. Se para; continúa. 

Las exclamaciones son ahora de zozobra, de inquietud. Van seguidas de mil dudas con su inicio y su final. ¿Qué ha pasado? ¿Por qué? ¿Dónde está el suelo que nos sostenía? ¿Nos soltaremos? 

Punto y coma; punto y coma; punto y coma. Punto y aparte

Aquí termina. 

¿Punto final? 


PS: este es mi segundo propósito del año que ha comenzado en febrero. Intentar escribir lo mejor posible. Cuidar la ortografía y la gramática. En ello estoy y es un propósito para todo el año.


lunes, 2 de marzo de 2015

Lecturas encadenadas. Febrero


Ocho libros han caído este mes. Como son muchos, intentaré no aburrir con lo que no me ha gustado y ser entusiásticamente breve con lo que me ha gustado mucho y he disfrutado. 

La historia secreta del Día D,  de Ben Macintyre, préstamo de Juan. Hablamos mucho de la II Guerra Mundial, de espías y de sexo, pero sólo intercambiamos libros sobre los dos primeros temas. 

Este libro aborda una parte de la II Guerra Mundial que no conocía, el papel de los dobles espías captados primero por los alemanes pero que desde el principio trabajaron para Gran Bretaña y los aliados. Ellos fueron los responsables de tramar y tejer la red de desinformación que hizo creer a los alemanes que el desembarco del día D se produciría en Calais y Noruega y no en Normandía. Macintyre cuenta la historia personal de los espías entre los que está la del español, Juan Puyol “Garbo”, que empezó como criador de pollos y acabó de superespía gracias a una imaginación desbordante.

Es un texto muy ameno que se lee casi como una película en blanco y negro de espionaje, con muchos personajes e historietas y también muchísima información. Hay un par de historias sobre las palomas mensajeras espías y los murciélagos bombas que no sé como no han sido contados por Tarantino en una película. 

El nadador en el Mar Secreto , deWilliam Kotzwinkle. Enviado por la editorial Navona en una edición sencilla pero muy chula. Es un libro que se lee y también se siente porque tiene la cubierta de tela rugosa. Es una sensación que ya asociaré a esa historia para siempre. 

Es una novela muy breve, escrita en 1975 y con una parte autobiográfica. Tres días en la vida de una pareja contados desde el momento en que ella rompe aguas. Es una escalada trágica y esforzada, en la que ambos, ella y él tienen que ayudarse mutuamente para alcanzar una cima que no esperan y cuya bajada resulta mucho más dura y difícil de enfrentar. Es una historia con nieve, nieve silenciosa que parece amortiguar la historia de Lasky y Diane, que da la sensación de hacerlos de corcho, de aislarlos del mundo, del lector y al mismo tiempo ese mismo silencio, esa blancura hace destacar trágicamente cada pensamiento y sentimiento que tienen. 

Me ha gustado muchísimo y me recordó a “Una cuestión personal” de Kenzaburo Oé aunque sin ese tono egoísta del japonés. Es una historia preciosa e increíblemente íntima. 

Y la mejor descripción de un parto que he leído jamás está en esta historia. 
“Laski bajo la mirada y en la grieta rasurada y sudorosa vio algo rosado y extraño, un pequeño fragmento de carne que no alcanzó a asimilar. Él sólo reconocía las olas que volvían a llevárselos a un lugar en el que estaban solos en un amor y una tristeza que nadie más podía compartir, solos y cada uno aferrado al otro en aquella realidad para la que tanto se habían preparado y para la que ninguna preparación era suficiente.” 

Una Asombrosa Aventura De Jules, de Emile Bravo. Volumen 2. Comic que le trajeron los Reyes a M que ya había leído el año pasado la primera parte. A ella le encantan las historias de Jules y a mí también. Si tenéis hijos a partir de 8 años, este tebeo es muy buena opción para que lean algo distinto, entretenido, divertido, con historia, personajes chulos y mucho humor. Además, en este volumen, en las tres historietas que lo comppnene se habla del cambio climático, de navegación, de genética e incluso de sectas. No estoy diciendo que un buen tebeo o un buen libro tenga que enseñar algo para ser mejor, pero que esas ideas estén en un tebeo es una buena manera de que los niños vayan conociendo más cosas. Pero que conste que el principal valor de las historietas de Jules es que molan mucho. Ya estáis tardando. 

La Tejonera de Cynan Jones, enviado en este caso por la editorial Turner dentro de su colección “El cuarto de las maravillas”. A pesar, o precisamente por eso, de las grandes frases de su portada (creo que haré un post sobre estas frases) “Un nuevo clásico”, “Absolutamente  magnética”, “Brillante, tensa, dura, inolvidable”, no me ha gustado nada. 

Es una historia que en cierta manera se parece a la de El nadador en el Mar Secreto pero en vez de ser una novela breve muy brillante y conmovedora, ésta es un desastre. Dos historias sin mucho que ver que se supone suceden paralelamente en la campiña galesa. Una de ellas, la de David, tiene sentido e identidad en sí misma y consigue transmitir emoción aunque no sea nada original ni del otro mundo. La otra, la del “hombre corpulento” no aporta nada más que confusión y bastantes datos sobre la caza del tejón, un tema que lamentablemente me interesa cero. El estilo narrativo fluye bastante bien con la historia de David y es una carrera de obstáculos con los tejones. 
“¿Cuántos recordatorios habría?, preguntó. ¿Cuántas veces me pasará esto? Es tan palpable su presencia aquí. Estaba al borde de la ira, pero de pronto lo asaltó un sentimiento triste y desesperado de cálido afecto por ella. Puedo aferrarme a ella, pensó. Dentro de mí puedo aferrarme a ella.” 
El puente de Brooklyn de Henry Miller, enviado también por Navona Editorial. Recoge una serie de relatos, todos con material autobiográfico como casi siempre en Miller, algunos mejores y otros peores pero todos muy reconocibles como suyos. Hacía muchísimo que no leía nada de él pero si lo pienso una serie de casualidades cósmicas hacían inevitable que llegara este libro a mis manos. Me fijé en la correspondencia entre Miller y Durrell que tenía en la estantería y escribí un post, decidí releer El Cuarteto de Alejandría que me encantó… y ahora reencontrarme con Miller. 

Algunos de los relatos, especialmente el primero que es una especie de torrente narrativo de desgracias descritas por un personaje trágico, debieron ser una clara influencia en David Foster Wallace. La misma visión trágica y ácida de la vida, el mismo punto de vista desde arriba y la misma erudición apabullante que no te deja casi respirar. En el relato “Fricandó Astrológico” me he reído a carcajadas y no podía dejar de pensar en “El guateque” de Peter Sellers. 

Miller no es para todo el mundo y creo que los Trópicos hay que leerlos de joven para que causen el efecto que deben, son una especie de pasarela a la vida adulta. Su correspondencia con Durrell, sin embargo, es una maravillosa manera de contemplar la vida de un escritor, entender su madurez, comprender la amistad y asombrarse por una vejez lúcida y plena. 
“Resulta mucho más fácil suicidarse que matar el alma. Queda la duda - con la que ni siquiera el más decidido destructor puede acabar - de que eso sea posible. Si se pudiera llevar a cabo mediante un acto de voluntad no sería necesario invocar el destino, pero precisamente por la voluntad ha dejado de funcionar es po lo que el individuo desesperanzado se rinde a los poderes existentes.” 
Cadáveres en la playa de Ramiro Pinilla. ¡Qué pena me dio su muerte hace unos meses! Este nuevo caso de Samuel Esparza me lo regalaron por mi cumpleaños. Otra vez Getxo, volver a los escenarios que conozco desde que hace cuatro años comencé a leer a Pinilla, otra vez la playa, el Mar Cantábrico y la lluvia. Una lectura agradable, entretenida y que para mi es “casa”. 
“Las playas como simple paisaje, pueden admirarse desde arriba, pero solo se sienten desde abajo”. 
Del Color De La Leche, de Nell Leyshan. Regalo de Nan por mi cumpleaños y comprado y dedicado en Tipos Infames

Tercer libro en el mes con una  historia trágica en un entorno rural. Mary, una jovencita con el pelo “del color de la leche” y una malformación en una pierna, cuenta su vida en una granja paupérrima en Inglaterra en la que vive con sus tres hermanas a las órdenes de un padre despótico que las obliga a trabajar de sol a sol.

No voy a descubrir nada más de la historia. A Nán le deslumbró y a mi me ha parecido normalita sin más. Contada con la candidez de una niña que ahora mismo estaría diagnosticada como Asperger resulta chocante y sorprendente en el estilo y la forma. Todo en minúsculas, en frases cortas, tal  y como escribiría alguien que acaba de aprender a hacerlo. A mí esa forma de escribir me parece en sí misma un artificio para hacer la historia más dramática, intentar hacerla más real. No es una mala novela pero no me ha parecido nada del otro mundo. 

Terminé el mes con El asesino de policías regalo de las princezaz y El Ingeniero por mi cumpleaños. Un nuevo caso del inspector Martin Beck ambientado en esta ocasión en Escania, en Malmo, escenario dónde muchos años después Mankell desarrolla todas las historias de inspector Wallander. Una novela policiaca entretenida aunque me ha parecido más floja que las anteriores. 
“Tampoco le gustaba la idea de la mujer como objeto sexual en una sociedad donde ni siquiera el principio de igual remuneración por igual trabajo se cumplía”. 

¿España 2015? No, Suecia 1973. Y seguimos igual. 

En resumen, corred a leer El nadador de medianoche, conseguid Jules para vuestros churumbeles y vosotros y aprended algo de espías con Ben Mcyntire. 

Con esto y un bizcocho hasta los encadenados de marzo. 

jueves, 26 de febrero de 2015

Dimitri, para qué te metes.


Suena el teléfono en un piso de clase media de Moscú. Una calle sin nada especial, un edificio cualquiera. El teléfono suena y Olga corre a cogerlo. Está preocupada.

- ¿Hola? ¿Dimitri?
- ¿Es usted la Sra. Nikolaev? 
- Si, soy yo. ¿Quién es? 
- Somos de la policía. 
- ¿La policia? ¿Qué ha pasado? ¿Está bien Dimitri?
- Si, bueno...bien, pero está en el hospital. ¿Puede usted venir a verlo al Centro Hospitalario Dr. Zhivago?
- Voy para allá.

**********

Olga Nikolaeva despeinada, en zuecos y con la batamanta arrastrando entra corriendo en el  Centro Hospitalario Dr. Zhivago. Algo espantoso le ha tenido que pasar a Dimitri para que no se haya puesto al teléfono. 

- ¡Enfermera! ¡Soy la mujer de Dimitri Nikolaev! ¡Quiero ver a mi marido! ¡Dígame dónde está! - incluso la propia Olga se da cuenta de que ha visto demasiados capítulos seguidos de Anatomía de Grey.

Olga está aterrorizada. Se lleva la mano a la cabeza y se da cuenta de qué va en rulos. ¡Da igual!  La enfermera la lleva a la puerta de una habitación, la abre y con la mirada le dice que entre. En tres pasos Olga está en el cabecero de la cama, Dimitri yace allí con su camiseta negra de "Viaje de fin de curso a Sochi 1997" y tapándose la mano con la cara. 

- ¡Dimitri, cariño! ¿Qué ha pasado?

Dimitri que, a este ese momento, parecía profundamente dormido, pega un respingo espectacular, se quita la mano de la cara y con los ojos fuera de las órbitas grita. 

- ¡Olga! ¿Qué haces aquí?
- ¿Como qué qué hago aquí? ¡Estás en el hospital! ¡Me ha llamado la policia! Esta preocupadísima, toda la noche llamándote y no me cogías el teléfono. Creí que me iba a volver loca de desesperación y preocupación. Te fuiste a hacer de Ronald MacDonald al  sexto cumpleaños de Igor Ivanovich y al ver que no volvías llamé a su madre. 
- ¿Llamaste a Maruska Ivanovich? 
- ¡Claro! ¡Eran las 12 de la noche y no habías vuelto! Por mucho que tardaras en recoger los malabares, los trastros de hinchar globos y convertirlos en perritos y te comieras los restos de sandwiches de nocilla y ganchitos era muy tarde para que no volvieras. Maruska me dijo que te habías ido hacia horas. Y desde entonces he estado dando vueltas como loca. 
- Lo siento cariño. 
- ¿Por qué llevas pañales? ¿Por qué ese vendaje en la cintura y la entrepierna? 
- Verás, tengo muy malas noticias. 
- ¿Qué ha pasado? ¿Te han atacado? 
- Estoooo. Si. 
- ¡Dimitri! ¡Cuéntamelo ahora mismo! ¿Estamos en peligro? 
- Olga cariño, verás. Lo que ha ocurrido es que al salir de casa de Igor Ivanovich me entró un ataque de sed espantoso, un ataque de sed de esos de no poder aguantar las tres manzanas que me quedaban hasta casa así que decidí parar en un bar. 
- ¿En un bar? ¿No podías parar en los chinos como todo el mundo?
- En un bar y nada, me pedí un agua con gas. Y cuando estaba allí sentado, tranquilamente, calmando mi sed abrasadora, creo que se me acercó alguien y ya no me acuerdo de más. 
- Dimitri...
- Dime cielo. 
- ¿Tu te crees que yo soy imbécil? ¿Qué te ha pasado? ¿Qué has hecho? Y ¿Por qué llevas pañales? 
- Como te iba diciendo...bebía agua mineral, alguien se me acercó....
- ¿Cómo de rubia y cuanto pecho tenía ese alguien? ¿Era más como ET o más como tu amiguita de los miércoles? 
- ¡Olga! ¡No sé que insinúas pero si te pones así te diré que a ET no se parecía, eso te lo aseguro! 
- Bien, se te acercó una rubia. ¿Te robó?
- Esto... sí. En cierta manera, sí. 
- ¿Cuanto? ¿Todo lo que te habían dado por el cumpleaños del niño Ivanovich?
- No, eso lo tengo todo. Nos podemos dar un capricho, churri. 
-¿Qué te ha robado la rubia? ¿Por qué llevas pañales?  y ¡déjate de churri! 
- Verás, esta mañana me he despertado en una parada de autobús, totalmente ensangrentado y con mucho dolor en mis partes. Unos amables peatones que no puedo identificar porque llevaban gorros de esos de rusos con mucho pelo que te tapan toda la cara (claro, porque somos rusos) me han traído hasta el hospital. 
- ¿Y? Esto te está quedando muy largo Dimitri...
- Pues verás... no sé como decirte esto querida Olga de mis amores. 
- Clarito. Dímelo CLA RI TO.  
- La rubia me ha robado los huevos. 
- ¡DIMITRI! ¡ NO ES MOMENTO DE COÑAS MARINERAS! ¿Qué huevos? No eres Caperucita ni la rubia era el Lobo. ¿De qué hablas? 
- Olga no es coña, mírame. Los pañales, la mano sobre los ojos, la vergüenza que me cubre...soy un eunuco. 
- Dimitri, tú lo que eres es muy gilipollas. ¿Me estás queriendo decir que se te acercó una rubia, te cortó los huevos y tú no te has dado cuenta hasta que te lo ha dicho un médico? 
- Me dolía mucho y no me los notaba pero pensé que era del frío. Ya sabes, que se te meten para dentro.
- Dimitri...
- Pero cariño, tengo una buena noticia. 
- Sorpréndeme. 
- Ha sido un trabajo de profesionales y no me va a dejar cicatriz. 




miércoles, 25 de febrero de 2015

Despelleje Post Oscar


No encontraba ningún aliciente ni entretenimiento en la alfombra roja de los Oscar. Sencillamente no me apetecía,  pero de repente se me encendió una luz y pensé ¿Y si lo hago de otra manera? ¿Y si miro otra cosa? ¿Y si miro las fotos de las fiestas que nunca me da tiempo a mirar? 

¡Qué filón! Las fiestas de después, pillan a los famosos en su salsa, contentos, cansados, emborrachándose, enfadados o con cara de soy de alcohólicos anónimos y llevo mi chapa de 3 años sobrio en el calcetín. 

Si tenéis un vestido blanco y pensabais llevarlo a la gala de los Oscar el año que viene, tiradlo. El año del blanco ha sido éste.

- Tenemos de blanco a la que se ha equivocado de pareja. Ella creía que era un ganador y debe ser que no, más que nada por la cara que pone ella. 

- De blanco de plástico de bolas va Marion Cotillard. No suelo ser muy partidaria de las francesas pero soy muy fan de Marion porque se ha puesto un trapo blanco horrendo con el que por lo menos va cómoda y puede llevar ropa interior sin preocuparse de si se transparenta. Además, Marion tiene pinta de ir directamente a la barra a chuzarse. 

- Por supuesto alguien ha recuperado la colcha de la abuela para hacerse el atuendo. 

- También de blanco y con pantalón. Elegante pero pero pero, ¿dónde va con ese largo de bajo, alma de cántaro? ¿Cómo camina? ¿A pasitos pequeños sujetándose las perneras? 

-Natalie Portman, ideal. Aunque un poco con cara de "no sé quien eres ni porqué me hablas ni que llevo exactamente en este minibolso absurdo pero lo voy a agarrar fuerte por si tienes intención de mangármelo", que es una actitud muy de reina madre. 

    - Quiero escote de pico pronunciado.
    -  Zoey, no tienes canalillo para sujetarlo, no vas a estar cómoda.
    - ¡He dicho que quiero escote en pico pronunciado.
    - Vale, vale, como quieras.

Zoey en el coche llorando viendo que no hay manera de que el escote de pico pronunciado le quede bien, haciendo que su acompañante se quite los calzoncillos y poniéndoselo como un bikini. 

Juliette Lewis ha tenido el mismo problema pero antes de salir de casa, y como tiene pinta de ser apañada y tener una abuela con una caja llena de cosas de mercería se ha cosido un corchete. Lástima que le han faltado 10 cm de pelo para que nadie se hubiera dado cuenta. 

Primera ovación cerrada para las fotos de pelirrojas "amigas para siempre" abrazándose con gran sonrisa, no se sabe si de exaltación de la amistad o arpiismo extremo . El vestido de Emma Stone es el horror, parece que se está despellejando y dan ganas de pelarla. 

El beso de Julianne Moore con su marido me da mala espina, él no cierra los ojos, ¿No se cree que es ella? ¿No la reconoce? 

Se ha llevado mucho el estilo "dadme un corpiño-coraza que me embuto". Lo tenemos en gris sucio, en azulón conteniendo a duras penas a Sofia Vergara. En serio, ¿como se puede mover con ese vestido? ¿Qué le pasa con el escote si baja los brazos? Si se agacha porque se le cae el bolso se le salen las tetas? Esta pregunta no es banal, en serio me preocupa. Yo jamás he podido ponerme un escote así... en público. Amy Adams, muy mona,  de hermana talla S de Sofia Vergara. 

A Eddie Redmayne le han dado el premio unos 40 años tarde. Se lo merecía muchísimo cuando anunciaba Nocilla. Como lleva 40 años esperándolo, tenía guardado el esmoquin azul cobalto de viejuno.


De blanco van también ellos. Soy totalmente contraria al blanco en el esmoquin, pero si vas a llevarlo que sea como Eddie Murphy   y Jeff Goldblum  y no como este señor que va de Ferrán Adria. Miradle bien, está al lado de John Stamos... John Stamos ¡madre mía, como ha envejecido de fenomenal, fenomenal, fenomenal! 

Adrien Brody de blanco brillante resbaloso con anillaco en el meñique NO. Benedict de blanco lechoso a juego con su piel y pajarita chuchurría tampoco, esa voz maravillosa no lo compensa todo y menos con la luz encendida. 

El pobre Wes Anderson al llegar al hotel y abrir la maleta ha dicho "¿Dónde está mi camisa de vestir? ¡Me la he dejado en casa! Menos mal que llevo un pañuelo a juego con la que llevo puesta y hará que nadie se de cuenta"


Joan Collins de adorno de restaurante chino "Palacio de Oriente". 


No tengo palabras para Camille Belle. ¿Qué lleva puesto? ¿rombos rojos y fucsias con un lazo de pedreria plateada? ¿En serio? 

La mitad de Andie MacDowell disfrazada de llama olímpica. La otra mitad se la debió comer Gerard Depardieu, ahora todo encaja.

Lloro amargamente. Olivia Munn, ¿por qué te has disfrazado de Melita? ¿Qué es ese pelo a lo Sandy en Greace? ¿Terciopelo azul marino? ¿Qué es eso?  Te queremos por tu cerebro y tu inteligencia pero no nos hagas esto. No puedo mantener mis hipotéticas fantasias lésbicas contigo con esta pinta. Visualizo braga faja con rosetones beige debajo. 

Vamos a ver. ¿Desde cuando se ha puesto de moda el pelo a lo Curro entre los hombres? Es un peinado que llevaba una mascota en España. ¿Quién lo ha vendido? ¿Es algún tipo de estrategia para ocultar el cartoncillo de la incipiente calvicie? Digo no al pelo penacho,  ni aunque seas Orlando Bloom o Aaron Paul. 


No podía faltar el modelo raspa de sardina. Si eres Heidi Klum y posas con Jane Seymour que lleva un traje de tela de araña plateado y eres la que da más grima, tienes un problema. Heidi, como Marion, no tiene problema con la ropa interior. Directamente no lleva, lo que me provoca un  bucle de pensamientos escatológicos con un final nada sexy. 

Más problemas prácticos. En esta foto se ve claramente el sujetador color carne de Jennifer López. ¿Cómo se sujeta eso? ¿Con velcro de doble cara los pezones? ¿Con cola especial de maquillaje de circo? ¿Cuanto aguanta? ¿Si sudas se desprende como los bigotes de las pelis? Si, si... el pecho suda y más si eres el pecho de Jennifer López. 

¿Son imaginaciones mías o Keira sonríe como si oliera mal? ¿No le ha crecido la mandíbula y se le han juntado los ojos? 

Hola, somos Ron y Rosemarie y si buscas soso en la wikipedia sale nuestra foto. 

Michelle Monaghan llegada directamente de una gala de nochevieja de los años 80 con hombreras y sin dos costillas. 

Noah Wyle. ¡Me lo pido! Arreglado pero informal. Noruego pero sin pasarse. Sonriendo pero sin causarse un tirón en la mandíbula. Me lo pi do. 

Premio adefesio de la noche pero me da igual porque soy super alternativa para Drew Hemingway. Indescriptible trapo colgando de color diarrea semitrasparente con lencería negra de talle axilar y sandalias ortopédicas. 

A Emma la queremos mucho y es muy simpática pero hay que decirlo alto y claro, tiene un gusto atroz para los vestidos. Este segundo modelo no tiene explicación, o es una promesa a la Virgen del Buen Recuerdo o ella es ciega o tiene una hermanastra ciega encerrada en una mazmorra a la que le gusta coser y ella por pena no se puede negar a ponerse lo que le cose. El encaje blanco ¡lleva botones! Ahora que la miro despacio, debe tener otro hermanastro ciego con alma de peluquero en otra mazmorra. 

El año que viene voy a hacer esto borracha. Decidido.