viernes, 9 de mayo de 2014

En la cantina


Los Molinos se divide en dos partes: la estación y las eras. En medio está el pueblo, pero para identificarte cuando alguien no sabe a qué familia perteneces o cual es tu casa hay que decir "Soy de las eras" o "Soy de la Estación". 

En un alarde de originalidad totalmente imprevisto, los de la Estación somos los que vivimos cerca de... ¡tachán! la estación de tren. Molamos más que los de las Eras que vivían cerca de Las Eras dónde se cosechaba el trigo...pero que por supuesto ya no existen. Es más, a duras penas encontraras a alguien que sepa lo que es una era...una estación es otra cosa.  

Nosotros seguimos teniendo la estación y la cantina. 

La estación de Los Molinos es pequeñita y marca el punto más alto de todo el término municipal. Hubo un tiempo en que había una sala de espera practicable, con una ventanilla en la que el jefe estación vendía los billetes. Llevaba hasta uniforme y gorra y salía cada vez que llegaba un tren a vigilar a los viajeros y a veces a nosotros que nos habíamos dedicado a dejar monedas en las vías. Después desapareció el jefe de estación y se cerró la ventanilla. Al subir al tren había que buscar al revisor para poder comprar el billete. Ahora creo que han puesto una máquina en la sala de espera, pero no lo sé...hace años que no cojo el tren en Los Molinos.  

A la estación se llega desde una pequeña rotonda con un árbol en medio. Subes un pequeño repecho y llegas a las vías, cruzándolas (ahora no se puede legalmente pero hasta hace poco había un paso) se llega al Chaparral, una zona de Los Molinos, remota y casi desconocida con algunas casas enormes que de pequeños nos daban mucho miedo. Está muy lejos del pueblo y poco habitada y siempre me la imagino como el escenario de algún suceso tremendo "Aparece un cadáver en El Chaparral", hasta el nombre le pega. 

A la izquierda, las vias llevan a Cercedilla y al fondo se ven los Siete Picos y el Puerto de Navacerrada. Siete Picos es "casa", es la montaña que te acoge cuando llegas a Los Molinos por la carretera, la que se levanta abrazando todo lo que ves cuando paseas. Unos días se ve más cerca y más imponente y otros días parece haberse alejado y casi se desdibuja. Alguien me explicó una vez con mucha paciencia, los principios físicos de este fenómeno que depende del viento y la temperatura, pero yo prefiero pensar que es una cuestión del humor de la montaña: si ve que estoy de bajón se acerca y si estoy a mi bola se aleja. Una bobada como otra cualquiera. 

A la derecha las vías llevan a Madrid, no se ve nada. Hay una curva cerrada al salir de la estación de Los Molinos y así es mejor...Odio Madrid y si estoy en Los Molinos prefiero ni verlo ni imaginarlo ni pensar en ella. 

En la estación hay una cantina. Tengo recuerdos difusos, muy difusos de mi infancia yendo allí a comprar chupachups Kojacs o a por tabaco para mi padre. Era un bar pequeño oscuro y con dueños que daban miedo. Siempre había viejos (lo mismo tenían 40 años) tomando bebidas muy oscuras en copas balón de las pequeñas. Sentados en la barra se gruñían unos a otros y se giraban a mirarnos cuando entrábamos. Recuerdo vagamente una ligera sensación de miedo. 

Ahora no me da miedo y soy yo la que tengo 40 años. 

La cantina es ahora el sitio dónde vamos a tomar el aperitivo. Es, de hecho, mi sitio favorito para sentarme y charlar. En invierno, cuando  hace frío, cuando está todo nevado, dejamos las huellas en el andén y después entramos y nos acomodamos como podemos en la barra.  Detrás está Susana: alta, rubia, delgada, con el pelo corto y el delantal atado a la cintura. Tiene pinta de ser de un país del Este, pero mis fuentes (poco fiables) dicen que no, que es española. En cualquier caso, habla con un acento raro. 

Susana nos coloca unas copas de vino en invierno o nos prepara un tinto de verano cuando, en vez de acomodarnos en la barra, salimos fuera a sentarnos al sol y literalmente ponernos a ver los trenes. 2 trenes por hora. A cada hora y veinte pasa uno hacia Madrid y a menos veinte llega uno de Madrid. 

Me gusta sentarme en una silla  de plástico de Mahou, roja o negra,  apoyar los pies en el banco de piedra, beber mi tinto de verano y contemplar las montañas y la vegetación que crece al otro lado de las vías en El Chaparral. Vigilamos cada tren que pasa mientras hablamos de cualquier bobada o de cualquier tema importante, el último tema en el que gastamos un par de  horas fue la diferencia entre leer en papel y en pantalla, y no tengo claro si fue una bobada o algo digno de una tesis doctoral. 

Me encanta que Susana salga y nos ponga unas tapas cojonudas, especialmente si es tortilla de patata. Susana hace la mejor tortilla de patata que se ha hecho nunca en Los Molinos desde los tiempos de Carmen "Perla", le sale espectacular hasta sin cebolla.  Me encanta saber que nos pegaremos por el último trozo, nos miramos con desconfianza y alguien dirá:

-  Me toca a mí, tú te  has comido cuatro. 
- Te jodes, haber estado atento y no haber rajado tanto.
- ¿Otro tinto?
- Venga, total a casa ya no vamos a ir comer. 

En la cantina...




miércoles, 7 de mayo de 2014

Molidocumentales: la exnovia parásita

"El amigo soltero parece estar bien, sano, fuerte y alegre. De repente una especie de calambre, de invisible fuerza lo paraliza: la mirada se le enturbia, las extremidades pierden fuerza, pierde la alegría y con la mirada vacía cambia sus pasos y se dirige a algún sitio desconocido atrapado por una fuerza que sólo él escucha. El resto de los amigos le mira con incredulidad. 

Es el ataque de la exnovia parásita". 


Descripción del espécimen.

Sujeto femenino (no se han observado ejemplares masculinos de esta especie, si bien hay una bastante parecida con características similares pero no idéntica descrita como el Exnovio pesado) de edad entre 20 y 35 años. Casi todos los ejemplares observados en libertad respondían a las mismas características: periodos de languidismo agudos mezclados con otros de entusiasmo absurdo rozando el intensismo. No suelen tener oficio ni beneficio y de tenerlo suele ser de poco beneficio. Gozan de lo que ellas suponen una gran vida interior. Ni que decir tiene que para un observador no embrujado por sus encantos, en su vida interior hay eco.

Descripción de la víctima.

Hombre con mucha querencia al solterismo. Una exnovia parásita jamás caza a un hombre que haya tenido muchas novias, muchas relaciones o sea un picaflor. Suelen salir de caza en una etapa de intensismo interior en el que el lema que llevan grabado a fuego en su camiseta por las que les asoma el hombro es "voy a encontrar un diamante en bruto...y le cambiaré porque yo soy especial". 


La víctima por tanto suele ser un ser solitario, siempre mayor que la depredadora y que por lo tanto parece curtido en mil batallas. Es discreto, poco dado a la charla y muy cariñoso... en la intimidad.


Lamentablemente es también muy muy vulnerable a los encantos de su depredadora que cual camaleón se disfraza de "Mosquita muerta adorable con tendencia a parecer una pantera en la cama". Contribuye mucho a esta imagen el hecho de que la víctima, como ya se ha señalado, suele llevar una vida bastante austera sexualmente hablando. No es que no tenga sexo pero siempre es menos del que le gustaría (ejem...en esto se parece a todos).

Descripción de la relación.

La depredadora atisba a la víctima. La elige. Los amigos del macho víctima le dejan a su aire, al fin y al cabo tiene una edad y ellos están a sus cosas y a sus propias relaciones absurdas. Además, minusvaloran a la depredadora y confían en la querencia de su amigo por el sexo y las relaciones esporádicas y sin compromiso.

Pronto los amigos descubren su error. El amigo ha desaparecido del mapa, no coge el teléfono, no abre la puerta de casa, no quiere hacer planes conjuntos. Algo raro pasa, no necesariamente tiene que ser malo. Entre los amigos es ampliamente conocido y está debidamente documentado el fenómeno "abducción por planeta del amor" y se tolera porque les ha pasado a todos. Esperan en silencio a que se pase un poco el furor de la abducción, el amigo y su "pareja" salgan de su guarida y haya que integrarla en el grupo de amigos. Se especula con cómo será ella: "muy joven", "todavía estudia", "parece maja" y hay breves destellos de alegría porque el amigo soltero vaya a tener novia.

El amigo no aparece. Permanece missing. Brevemente se le intuye en algún evento y bar. Con timidez se le pregunta.¿Y fulanita? ¿Estáis juntos?

- Sois unos cotillas, no pienso deciros nada.- contesta ofendido mientras se escabulle del plan y los amigos le ven subirse a su coche.

Descripción de los primeros síntomas de haber sido atacado por una  por exnovia parásita.

Tras dos o tres meses a lo sumo de relación confusa (una ex novia parásita nunca es una ex relación seria, eso es otra cosa) y bastante secreta aunque notoria, el amigo soltero reaparece. Parece el mismo y los amigos hacen lo que se hacen con todo aquel que aparece después de estar en el planeta del amor.

- ¡Qué? ¡Qué tal? ¿Ya se te ha pasado? ¿Dónde te has dejado a tu amorcito?

Algo va mal. El amigo contesta con un bufido y ojos vidriosos. Hay que cambiar de táctica.

- Joder, vaya... lo sentimos. ¿Estás bien? ¿necesitas algo?
- Dejadme en paz.
- Pero y ¿fulana?
- Estoy bien. No pasa nada. No salíamos, somos amigos.

En el momento que dice "no salíamos, somos amigos" el amigo debería caer fulminado por un rayo o de algún sitio debería aparecer un cirujano que lo lobotomizara, porque esa es la frase que conduce directo a vivir con una ex novia parásita a la chepa.

Descripción de la vida de un amigo con exnovia parásita.

A pesar de que la relación fue corta en el tiempo, muy corta (un par de meses o tres) y de que la imbricación de la ex novia en la vida del amigo fue mínima...una vez se produce la ruptura, la ex novia parásita se queda a vivir en la chepa del amigo. No lo usa de egomaker, no...directamente lo parasita, le chupa la sangre, la alegría de vivir, el tiempo, las ganas y todo. Sin darle nada a cambio....ni siquiera un revolcón. 

Una exnovia parásita se caracteriza por:

- tener sucesivos novios después de tu amigo a los que tiene el mal gusto de presentar a tu amigo con la frase "es muy majo, seguro que os hacéis amigos", saltando alegremente por encima del hecho de que Él ya tiene amigos.

- Ignorar alegremente que los amigos de su víctima la odian. Con rabia y saña y toda su mala leche.

- Aprovecharse de la víctima absolutamente para todo: llamadas a horas intempestivas con llantinas absurdas "sólo tu puedes consolarme" (pero no chuschando, claro). Peticiones de colaboración en actos benéficos, en mudanzas, en comuniones... Marrones absurdos del tipo "son las 2 de la mañana y necesito este trabajo para mañana y necesito dormir...¿te quedas mirando la impresora mientras salen las 120 páginas, lo encuadernas y le pones mi nombre?, ¿me acompañas a ver a mi amiga a 800 km en tu coche? y así hasta el infinito. 

- tener un radar extremadamente fino que le alerta de cuando la víctima está a punto de ser rescatada de su red por sus amigos y aparecer tipo "hago chas y aparezco a tu lado", obnubilando a la víctima, que como un zombie se queda pegado en los filamentos de "fuimos brevemente novios y ahora no somos amigos pero creo absurdamente que no me estás parasitando la vida".

Una ex novia parásita es lo peor que le puede pasar a tu amigo. Es una araña con mil patas que teje a su alrededor una red lo suficientemente fina para que él crea que puede escapar, para que sus amigos puedan tocarle y verle pero la  realidad es que no tiene escapatoria hasta que los amigos se harten de verle con la mirada vacía cada vez que ella pega un tirón y decidan entrar con una motosierra a cortar los hilos, darle dos leches e inocularle un antídoto en forma de tía que merezca la pena.

Muerte a las ex novias parásitas, esa lacra. De un zapatillazo hay que acabar con ellas, como con las arañas. 







lunes, 5 de mayo de 2014

¿Cuándo muere un post?

El informativo de hoy es el zapping de mañana. 
El periódico de hoy es el papel para guardar las mondas de la verdura mañana. 

Pero, ¿Qué pasa con los posts? 

¿Cuánto dura un post? ¿Qué le pasa a un post cuando sale de la página principal de un blog? ¿Se olvida? ¿Se recuerda? ¿Muere? ¿Desaparece?

Si eres un  bloguero que escribe un post, ¿Cuánto tiempo lo recuerdas? Dependerá de cuántos posts hayas escrito a lo largo de tu carrera de bloguero. No es lo mismo haber escrito 10 que 100 o que 1000. ¿Cuántos eres capaz de recordar como escritor?  Yo recuerdo todos los posts que he escrito o creo que los recuerdo todos, los casi 1400 pero ¿Con qué nivel de detalle los recuerdo? Quiero decir que soy capaz de saber que he escrito sobre un tema determinado, una persona, una película, un libro o cualquier chorrada de las que se me ocurren pero ¿Cuánto recuerdo? y ¿Cuánto de lo que recuerdo haber escrito es verdad que lo recuerdo y cuanto es solo sensación? Muchas veces, por alguna razón, busco un post antiguo que sé que he escrito y creo recordar lo que conté en él y sin embargo cuando lo encuentro, me sorprendo. Se me ocurre una idea de la que tengo la certeza de haber hablado ya, pero creo recordar que lo hice de una manera superficial y cuando encuentro el post me doy cuenta de que lo conté todo y además mucho mejor de lo que podría hacerlo ahora. Otras veces es al revés, releo y pienso que ahora podría escribirlo mejor. ¿Hasta cuando seré capaz de recordar todo lo que he escrito? ¿Me pasará como con los libros que se si un libro lo he leído o no aunque no recuerde la historia? o ¿Los iré olvidando y algún día leeré mis escritos como si fueran nuevos, como si ni siquiera fueran míos? ¿Los recuerdo todos igual o algunos más que otros? ¿Y por qué? ¿Por cariño? ¿Por odio? ¿Por vergüenza?

Si eres un post. ¿Qué te pasa  cuando dejas de ser el primero de la página, cuando no eres lo primero que se encuentran los visitantes al llegar? ¿Y cuando dejas de ser el segundo? Y ¿Cuando sales de la página principal? ¿Dejas de existir? No, claro que no...pero eres otra cosa. ¿Quién se acuerda de ti? No eres como un libro con su lomo, su portada, su dibujo y sus grandes letras que te diferencian de todos los demás. No pesas, no hueles, no ocupas espacio. ¿Cómo te van a recordar? Eres igual que otros millones de posts que hay por ahí, sólo el que te haya leído podrá recordarte...y no siempre. De hecho, casi nunca. Y el que te recuerde, ¿Volverá a buscarte? ¿Cómo lo hará? ¿Por el título? ¿Recordará tu nombre? A lo mejor no, es muy posible que no. A lo mejor te asocia con algo que le ocurrió en su vida el día que te leyó y puede buscarte por fecha. Unos pocos, muy pocos, puede que te guardaran porque les causaste una honda impresión y decidieron no correr el riesgo de no volver a encontrarte. 

También puede ocurrir que cuando ya no eres el primero, ni el segundo, ni el tercero, cuando hace años que te escribieron y vives una solitaria existencia alguien te encuentre. ¿Cómo? ¿Por casualidad? ¿Pinchando al azar? O ¿Habrá sido el misterioso algoritmo de Google que ha decidido colocarte en la primera página de resultados? Pero eso puede no pasar nunca...y ¿Qué eres cuando ya nadie te lee? ¿Y si el autor también te olvida completamente y te reescribe de nuevo sin saber que ya te tiene? Es un pensamiento terrible, es como estar en un quirófano y escuchar al médico decir que estas muerto y no poder gritar "estoy aquí" o como llegar a casa y que haya alguien ocupando tu lugar, haciéndose pasar por ti. Existes pero nadie se acuerda. ¿Entonces ya no existes? 

Si eres un lector. ¿Qué pasa con los posts que has leído? ¿Los recuerdas? ¿Los olvidas? En tu cabeza ¿ Tienen el mismo tratamiento que una noticia en un periódico, que un tuit o que un libro? ¿Un post que has leído te deja poso o te resbala? A lo mejor, unos hacen una cosa y otros otra....Muchos ni se leen pero de esos no hablamos. Y puede ser que lo hayas olvidado, que no recuerdes ni que lo leíste y que de repente algo, una palabra, una imagen, un libro, un encuentro te lo recuerden de golpe y pienses "yo leí un post sobre eso". ¿Sabrás encontrarlo? ¿Qué son para un lector los posts que están fuera de la página principal? ¿Se leen igual los posts de la página principal que los que salen con los cartelistos de "si has leído esto a lo mejor te interesa ésto"? Yo creo que no. ¿Se lee igual un post que nada más abrir la página se despliega en todo su esplendor que aquellos que muestran solo un poquito, que se insinúan, que enseñan la ropa interior y luego dicen..."leer más"? Yo creo que no. 

Y cuando un blog se acaba, se para, se abandona....¿En qué se convierte el post que queda dando la bienvenida? ¿En un epitafio? 

¿Cuánto tiempo recordáis un post? Los leídos y los escritos. ¿De qué depende? ¿De cuánto te hayan emocionado? ¿De haber aprendido algo? ¿Los recuerdas más si te reíste o si lloraste? ¿Lo recordarás eternamente si te ha cabreado muchísimo? 

Larga vida a mis posts...yo creo recordarlos todos...creo. 

viernes, 2 de mayo de 2014

Lecturas encadenadas. Abril.




En abril sólo he leído dos libros (tres en realidad, pero lo explico luego) y no muy gordos. No sé que ha pasado. He tenido vacaciones, he tenido tiempo y me recuerdo a mí misma leyendo en la cama, en el jardín, en el sofá...pero no me ha cundido mucho en cantidad, aunque sí en calidad.

"Extinción" de David Foster Wallace. Primer libro de ficción de DFW que cae en mis manos por gentileza de los Reyes Magos. 

Lo primero que tengo que decir es que DFW no se parece a nadie ni en lo que cuenta ni en como lo cuenta. 

DFW es un genio. Te coge de la mano y te hace traspasar confiadamente la puerta, el espejo que lleva a su mundo. Leyendo a DFW me siento como Alicia en el País de las Maravillas. En su mundo hay cosas conocidas, elementos que tienen sentido para mí, cosas cotidianas que reconozco...y por eso entro confiada y tranquila a leerle. Y de repente, sin saber muy bien cómo, estoy cabeza abajo, nada es lo que parece.  Soy demasiado pequeña o demasiado grande. DFW lo ha vuelto todo del revés, todo gira a mi alrededor sin que sea capaz de atraparlo...es cómo si estuviera en una habitación conocida y de repente las paredes hubieran desaparecido y yo estuviera en medio del desierto o en una carretera desierta. DFW usa todo mi universo conocido, todas mis referencias cotidianas y las descoloca. 

DFW "es" intensamente. No es un intenso, no tiene nada que ver con eso, pero todo lo que cuenta es intensamente preciso y muy profundamente moderno y contemporáneo. Lo es tanto que muchas de las cosas sobre las que escribe con mucha precisión y a las que él da una trascendencia vital, quince años después ya están pasadas o incluso han dejado de existir. Esto no tendría porqué ser un problema en sí mismo, al fin y al cabo todo o casi todo lo que cuentan los novelistas de principios o mediados del siglo XX (y todos los anteriores, claro) nos son completamente ajenas, pero el "problema" de DFW es que hay superficialidades sobre las que construye su ficción a las que da un gran protagonismo y que al leerlas 15 años después provocan la misma sensación, entre la ternura y la vergüenza ajena, que me provocan las películas de los años 80 que han envejecido mal. Esto no resta valor a su escritura, pero es una sensación rara...aunque puede que me pase sólo a mi. 

DFW es surrealismo cotidiano y psicodelia personal. Es  una apisonadora que te apabulla con su dominio del lenguaje y su precisión. Con su escritura, con su genio te pasa por encima y tienes que correr muy deprisa para conseguir que por un lado no te aplaste y por otro poder seguir su ritmo. 

En Extinción  se recogen 8 cuentos. Confieso que uno fue demasiado para mí y no lo terminé. De los demás, el primero sobre las pruebas de marketing a un bollito y el último sobre un hombre que caga esculturas, son los que se ajustan mejor a lo que contaba antes de mi sensación de estar viendo una peli de los años 80. Son intensamente superficiales en lo que cuentan pero son también intensamente profundos en la sensación que provocan más allá del momento "marketing absurdo" o "arte contemporáneo ridículo". 

El cuento más breve y más terrorífico es del bebé y sus padres. Me dejó literalmente temblando. Ahora que lo pienso, en ninguno de los cuentos hay un sentimiento positivo real. Hay mucha desesperación, mucho cinismo, mucho "fraude". 

"Si nunca han llorado ustedes y quieren llorar, tengan un hijo"

"La paradoja de la fraudulencia consistía en que cuánto más tiempo y esfuerzo invertías en resultar impresionante o atractivo a los demás, menos impresionante te sentías por dentro: eras un fraude. Y cuanto más fraude te sentías, más te esforzabas en transmitir una imagen impresionante o agradable de ti mismo para que los demás no descubrieran a la persona vacía y fraudulenta que realmente eras". 

"Es más bien como el repentino destello interior cuando uno ve algo o se da cuenta de algo: un destello repentino o lo que sea que marque una epifanía o un descubrimiento. No es simplemente que suceda demasiado deprisa como para que uno pueda descomponer el proceso y ordenarlo en forma de idioma inglés, sino que sucede a una escala en la que ni siquiera hay tiempo para ser consciente de ninguna clase de tiempo en absoluto en el que esté teniendo lugar el destello: lo único que uno sabe es que hay un antes y un después, y que después uno es diferente."

¿Lo recomiendo? Si, pero sólo para valientes y aguerridos lectores. 

Travels with Charley de John Steinbeck. Hace meses encontré este libro en internet y como si fuera un náufrago, mandé un tweet diciendo "que alguien me regale este libro". Tuve mucha más suerte de la que suelen tener los náufragos y por mi cumpleaños, alguien que me conoce mucho y me quiere más, me dio la gran sorpresa y me regaló ese libro dos veces. ¿Dos veces? Si. Me regaló la versión en inglés y a pesar de que está descatalogado consiguió un ejemplar en castellano para que fuera comparando ambas versiones, no se fiaba de que la traducción fuera lo suficientemente buena. 

El libro en castellano es de una biblioteca de Estados Unidos que supongo decidió deshacerse de parte de sus fondos y no se como llego a Amazon. No me importa. El libro lleva un sello de la "Pend Oreille County Library"  y ¿dónde está esto? Pues nada más y nada menos que en el condado de Pend Oreille, en el estado de Washington al oeste de Estados Unidos. La biblioteca está en un micropueblo a orillas de un río y cerca de una reserva nacional. 

Me alucina pensar en la cadena de acontecimientos que han hecho que este ejemplar, que este libro, haya llegado de una minúscula biblioteca en un pueblo rural del oeste de Estados Unidos a mis manos. Vi la reseña del libro, lo tuitee, alguien se fijo, alguien se preocupo, alguien decidió que ese libro en castellano no tenía sentido en esa biblioteca o alguien lo robó y llegó a Amazón. El alguien que me quiere mucho lo encontró y aquí está. Es una de esas cosas que crees que nunca te van a pasar...y pasan. 

He ido leyendo las dos versiones alternándolas. Un capítulo en inglés y luego una lectura rápida en castellano por si me había perdido algo. La mayoría de las veces sólo me había faltado entender alguna palabra y he descubierto que la versión en castellano es bastante pobre y regulera. Otras traducciones de Steinbeck que he leído eran muchísimo mejores. 

¿De qué va el libro? Con 58 Steinbeck decide hacer un viaje alrededor de Estados Unidos con el propósito de conocer su país porque siente que después de 25 años viviendo en Nueva York, París y Londres se ha desconectado de la realidad de los americanos de a pie. Organiza el viaje, se compra una especie de autocaravana a la que llama "Rocinante" y se lleva a su perro, Charley, para que le haga compañía. 

Steinbeck empieza su viaje con muchas ganas y mucho empuje. Con decisión quiere verlo todo, conocer a la gente, quedarse con los paisajes, con las imágenes, con las opiniones. Se siente curioso e inquieto. Interesado. Y consigue mantener ese empuje hasta que alcanza la costa oeste de Estados Unidos. Allí el lector percibe como al llegar a su territorio natal se va poco a poco desinflando física y anímicamente. Ese decaimiento llega bien porque es una empresa demasiado ambiciosa o por lo que el mismo Steinbeck explica "me siento igual que cuando estuve en el Prado, no puedo asimilar más, mi cuerpo dice no y mi cerebro está de acuerdo". El lector, yo en este caso, llega al final deseando que Steinbeck vuelva a casa, a su cama, a su rincón y descanse. 

El libro es un diario de viaje en el que Steinbeck cuenta lo que ve, describe los paisajes, sus encuentros con distintas personas. Expone sus sensaciones viajando por su país, reflexiones sobre política, sobre medioambiente, sobre la pérdida de los localismos por culpa de la televisión y la radio y todo lo va mezclando con recuerdos de su infancia, de su vida, de su manera de escribir...Es un diario de viaje que se parece mucho a lo que podría escribir yo (por supuesto en mi estilo cutre a años luz de Steinbeck) si pusiera por escrito todas las cosas que se me ocurren cuando voy conduciendo. 

Steinbeck lo explica muy bien, conducir solo es una manera maravillosa de pensar. 

"If one has driven a car over many yearse, as I have, nearly all reactions have become automatic. One does not think about what to do. Nearly all the driving technique is deeply buried in a machine-lie unconscious. This being so, a large area of the concious mind is left free for thinking."

Steinbeck admira el otoño y comparte mi odio hacia el "buen tiempo" permanente. 

"I´ve lived in good climate, and it bores the hell out of me. I like weather rather tan climate". 

Y al final, cuando su viaje se está acabando...dice algo muy cierto. 

" Who has not know a journey to be over and dead before the traveler returns? The reverse is also true: many a trip continues long after movement in time and space have ceased"

Es Steinbeck, es un viaje en coche y un diario. Lo recomiendo muchísimo. Y creo que hace buena pareja con otro libro de viajes por carretera por Estados Unidos, "Menuda América" de Bill Bryson.  

Y con esto y un bizcocho...hasta los encadenados de mayo.